miércoles, 18 de mayo de 2016

II-5º: DIOSES ÁNADES DEL EGIPTO ANTIGUO Y SU RELACIÓN CON LAS DANZAS TOTÉMICAS (Capítulo 5º de la Parte Segunda "EGIPTO ANTIGUO y su relación con el Flamenco")


ÍNDICE GENERAL: Pulsando el siguiente enlace, se llega a un índice general de artículos: PARA LLEGAR HACER CLIK sobre: http://historiasdelflamenco.blogspot.com.es/2015/09/indice-de-entradas.html
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El artículo se desarrolla en un texto escrito en negro y se acompaña de imágenes con un amplio comentario explicativo (en rojo y cuya finalidad es razonar las ideas). Podrá leerse completo, pero si desea hacerlo entre líneas, bastará con seguir la negrilla o las letras rojas destacadas.
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Palillos de marfil egipcios (castañuelas); fechados en la XII Dinastía, labrados cuidadosamente con forma de manos; proceden de Abidos y son propiedad del British Museum (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). En nuestro artículo anterior vimos como originariamente este instrumento -denominado castañuelas, palillos, chacletas o tablillas de choque- tuvo forma de un boomerang e inicialmente debió ser ese ingenio para cazar: Una pieza de madera con diseño curvo, lo que permitía que retornase tras ser lanzado. Debido a ello, durante las primeras dinastías las "castañuelas" egipcias aún conservaban la apariencia de boomerang (semejante a un "7"); aunque más tarde se fabricaron en forma semicircular -principalmente sobre colmillos de hipopótamo, seccionados en su mitad-. Tras el Imperio Medio, pasaron a esculpirse con dos manos y entre ambas pasaban una cuerda, para unirlas (tal como se aprecia en la imagen y como hoy se sigue haciendo). Siendo comúnmente uno de los palillos menor que el otro, por lo que al repicar sonarían con tonos diferentes -al igual que sucede con nuestras castañuelas, que también tienen un "macho" y una "hembra"-. Para finalizar diremos que los que vemos en imagen superior se decoran con marcas oculadas (semejando ojos); algo que nos habla claramente de un sentido apotropáico, para combatir el aojo. Además, aquel que parece menor (la hembra) contiene tan solo dos símbolos de ojos, mientras el que debería sonar más grave lleva en su palma tres marcas oculares (cuyo sentido debió ser espantar a aojador con el sonido del repicar).
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BAJO ESTOS PÁRRAFOS: Castañuelas en madera del siglo XIX, propiedad del Museo Etnográfico de Castilla León (Zamora), al que agradecemos nos permita divulgar la imagen -tal como se muestra en su catálogo ENSERES-. Los "palillos" son el instrumento que hallaremos prácticamente en todo el folklore hispano, apareciendo con más profusión en las zonas mineras o de influencia orientalizante. Nos referimos a áreas como Andalucía, los yacimientos de La Mancha (Almadén y cercanías) o la Ruta de la Plata. De ello, el uso de las castañuelas es también especialmente común en la música popular de Extremadura, Salamanca, Zamora, León y Asturias. Algo que nos demuestra una vez más la enorme influencia cultural que dejaron los pueblos que nos colonizaron, buscando los metales de la Península Ibérica. Desde la Edad del Bronce, hasta los árabes del medievo (fenicios, sirios, o neohititas); quienes dejaron sus rasgos culturales entre los nuestros. Especialmente en el folklore. Por cuanto aquellos crótalos tan comunes en la música faraónica, en la púnica y en la árabe; han quedado especialmente en el recuerdo de los lugares colonizados por fenicios, neohititas y musulmanes.
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EL PRESENTE ESTUDIO PRETENDE ENCONTRAR LOS ORÍGENES DEL FLAMENCO EN MOMENTOS PREVIOS AL SIGLO XVII. ANTES DE QUE LOS GITANOS ESPAÑOLES LO TRANSFORMARAN Y CONVIRTIERAN EN SU FOLKLORE. NUESTRA FINALIDAD ES PODER APORTAR UNA NUEVA VISIÓN A LA HISTORIA DEL FLAMENCO, CUYOS TRABAJOS RELACIONADOS CON EL MUNDO GITANO SON TAN ERUDITOS, COMO SOBRADAMENTE CONOCIDOS Y ACERTADOS.
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LA CAZA, LA DANZA Y EL CANTO FARAÓNICO: SU RELACIÓN CON LAS AVES ACUÁTICAS DEL NILO:
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En nuestro artículo anterior, habíamos visto cómo los palillos o castañuelas eran de origen neolítico y fueron usados en Egipto desde épocas inmemoriales. Considerábamos asimismo que aquel idiófono percutido con el batir de las manos, en principio fue un instrumento de caza, relacionado con el boomerang del Nilo (del que comparte diseño). De ello, en las representaciones más antiguas de cazadores-danzadores repicando "chacletas", sostienen palillos entre sus dedos con una forma similar a la del boomerang (usado por los egipcios en las charcas). Del mismo modo, expresábamos que no hemos de descartar la idea de que aquellas tablillas sirvieran también para batir y batear ánades; incluso para imitar el “canto” de algunas de ellas (como las zancudas, que con el pico realizan un sonido semejante al que producen las castañuelas). Un chacleteo que quizás se realizaba durante la caza, como reclamo o espanto de aves acuáticas. Simulando ser una de aquellas, para acercarse hasta la bandada, o bien para atraerlas de manera totémica y danzar imitando sus gestos o sonidos (de los flamencos, las ocas o las grullas).
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Por su parte, habíamos explicado que los bailes más antiguos de Egipto fueron a nuestro modo de ver de origen totémico. Destacando especialmente aquellos que simulaban el canto y los movimientos de animales. Siendo así, nuestra teoría propone que esas danzas y formas de música nacieron con la intención de mimetizarse con un tipo de fauna. Pero no tan solo con un sentido religioso, sino principalmente por motivos de utilidad. Pues creo personalmente que aquellos modos de bailar o de sonar instrumentos, simulaban los cantos y los movimientos de los animales; pero sobre todo de los que eran especialmente útiles (para poder cazarlos o amaestrarlos). Es decir, que una gran parte de las danzas y sonidos egipcios nacieron como un modo de engaño para atrapar animales. En una forma de confundirse con aves o cuadrúpedos; quienes ante el hombre vestido de cierta manera, cantando y contoneándose como si fuera otra especie, les lleva a creer que son aquellos a los que imita. Pues sabido es que en el caso de los pájaros, el disfraz del cazador puede actuar como un cimbel, al igual que la copia del canto (valiéndose de silbatos o con manos y boca); siendo estos los mejores reclamos. Así, cuando el humano imita los sonidos y los modos de ciertos animales, consigue acercarse hasta la presa o bien atraerles. Pero del mismo modo puede realizarse la argucia, si el cazador logra hacerse pasar por un animal gregario o simbiótico, del que quiere capturar. En cuyo caso las especies que conviven y se ayudan no se asustan ni huyen ante la presencia de un hombre disfrazado de ellas (creyéndole un “amigo” del rebaño o de la bandada).
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En nuestra opinión este tipo de comportamiento de los cazadores durante etapas previas al Neolítico, serían el origen del totemismo. Una religión que imita a las bestias o a las aves y fieras, pero con la intención de enseñar a cazar y defenderse de ellas. No por una simple sublimación religiosa; tal como siempre dice. Aunque, sin lugar a dudas, una vez ritualizados ciertos bailes y determinados comportamientos, estos ya se idealizarían de manera sagrada (tanto como para llegar a perder u olvidar su sentido inicial). Unos comienzos que a mi entender estarían en aquellos modos de imitación de las aves, para capturarlas; o en las formas de hacerse pasar por un felino, un antílope o un bóvido, con el fin de acercarse y hacerse con ellos. Métodos de caza nada rudimentarios y muy sofisticados; basados en el engaño y la argucia, que pasarían de padres a hijos. Cumplimentándose y mostrándose ante el grupo en ceremonias donde se representarían estas técnicas cinegéticas de enorme utilidad; todo lo que llevaría al rito y a la celebración religiosa totémica.
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Naciendo así bailes como el famoso de las ocas en Egipto; que se considera una de las más antiguas danzas del Nilo y que consistía en la imitación de movimientos de los ánades. Mimetismo que a mi entender nació con el fin de adentrarse en los charcales y riberas, para cazar la gran cantidad de aves que poblaban las aguas del Nilo. Patos que constituían una parte fundamental en la dieta faraónica, pero que a su vez habían de eliminarse con el fin de evitar que dañaran las huertas (pues suelen ser muy voraces; no así otras aves acuáticas -zancudas o flamencos- que son benéficos y apenas perjudican la agricultura). Por todo ello, vimos en nuestro anterior artículo como en Egipto, en Grecia, Creta y Chipre; existían esos bailes dedicados a las grullas, las ocas, los flamencos o los patos. Seguramente nacidos del método de su captura (valiéndose de cimbeles y reclamos) y donde a mi juicio hemos de ver el origen de nuestro Flamenco. Un Floklore que en su estilo, por su antigüedad y aires, parece realmente la imitación de esas aves flamencas que pueblan Andalucía. Zancudas que se mueven tal como los bailarines hacen con piernas y brazos y cuyo sonido o canto (con el pico) es muy parecido al del repiqueteo de castañuelas, del zapateado y de otros instrumentos del Flamenco. Por todo ello, vamos a retrotraernos al Nilo Antiguo, donde se bailaba aquella danza de las ocas que aún se mantiene viva entre los habitantes del Egipto moderno; explicando el significado que tuvieron los patos entre los súbditos del faraón.
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ARRIBA: Crátera de figuras negras ática, fechada entorno al 550 a. C., que representa Heracles disparando a las aves del Estínfalo (propiedad del Museo Británico de Londres, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). El mito narra como aquel lago estaba plagado de pájaros que destrozaban las cosechas, cuyas garras y picos llegaban a dañar al ganado y a los humanos. Entre los Doce Trabajos de Heracles estuvo este de acabar con las bandadas de aves acuáticas del Estínfalo. El héroe logró hacerlo gracias a un cascabel o una campana que le regala Atenea. Valiéndose de su fuerte sonido, consiguió que todas levantasen el vuelo, para en ese momento disparar venablos o glandes de honda -devastando varios grupos de pájaros y exterminando la plaga-. Una historia que nos muestra el horror que suponía para los habitantes de los charcales o las desembocaduras, lograr hacer frente a determinados patos y aves que perjudicaban sus cosechas. Para lo que sin duda usaban un reclamo con fuertes sonidos (como el de las castañuelas) y tras ello los capturaban con redes -pues con proyectiles de honda o a flechazos es prácticamente imposible devastar bandadas de este tipo-.
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ABAJO: De nuevo una imagen pintada por mí con el dibujo de la crátera de El-Amrah, hallada en el Sur de Egipto y fechada hacia el 3300 a.C.. En ella figura una cacería de flamencos, de la que participan en un barco varios personajes; entre los que destaca una mujer, danzando e imitando los movimientos de las aves. A su lado, dos hombres tocan las castañuelas (palillos) mientras uno de ellos sujeta una red, dejando claro que la actitud es de reclamo para atrapar a las aves con su trampa. A mi entender la escena refleja el inicio de una serie de bailes totémicos para capturar las aves acuáticas (muy gregarias) y que a mi juicio marcan el origen de nuestro Flamenco (pues muchas de esas danzas de las ocas, patos o grullas aún permanecen en tierras del Mediterráneo; donde también se bailaban hace miles de años).
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A) El dios Geb. Deidad de los ánades:
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En nuestro anterior artículo habíamos dejado dos figuras mitológicas por analizar, dado que sus conclusiones no se relacionaban tanto con las castañuelas como con la caza. Nos referimos a los dioses pato-oca, que mencioné cuando tratábamos sobre algunas chacletas, aparecidas ya desde periodo predinástico talladas con forma de cabeza de palmípedo. Unas figuras grabadas en esos instrumentos que Hickman y Pérez Arroyo relacionaban con el dios Geb. Deidad de los ánades que hemos de tratar más en profundidad, pues mucho nos dirá sobre el posible origen cinegético de las castañuelas y de la danza en Egipto. De tal manera, según Perez Arroyo -citando a Hickman- los palillos con patos grabados en sus extremos, se relacionaban con ritos del amanecer. Debido a que (como veremos) el pato se unía con el Huevo Cósmico y este con la salida diaria del Sol. Alborada y resurección que aunaban el concepto de nueva vida y de inicio a la luz del día. Una idea religiosa que a nuestro parecer pudo proceder del sonido de las aves al despertar (en especial de las zancudas, con los primeros rayos solares). De tal manera y acerca del sentido religioso de esas imágenes, Pérez Arroyo, dice textualmente “El signo jeroglífico de la oca aparece en el nombre de Geb, representado como un hombre con el falo erecto y una oca sobre su cabeza. Planteando la hipótesis de que simbolice la fuerza erótica y sexual del difunto resucitado” (1) .
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En esta última frase, el investigador plantea -a nuestro modo de ver- la posibilidad de unir la figura de esta "oca deificada" con la de Osiris. El gran dios egipcio de la agricultura que tras ser asesinado y desmembrado, fue recompuesto uniendo sus restos; después de encontrar cada trozo de su cuerpo en cada una de las diferentes provincias egipcias (nomos). Pese a ello, nunca apareció el falo; explicando la mitología que fue lanzado por sus profanadores al Nilo, donde lo tragó un Osirrinco (pez que recibe su nombre debido a ese extraño hecho). Así el pene sagrado y perdido tuvo que sustituirse por uno artificial; un miembro viril imaginario o esculpido, con el cual su esposa Isis llega a copular. De esta unión ritual nacería el hijo de ambos: "Horus" (2) , dios del bien que vengó la muerte de su padre. De tal manera, por cuanto expresamos, es posible que la “resurección del difunto sexualizada”, a la que Pérez Arroyo hace referencia; pueda ser esta de Osiris, logrando fecundar tras la muerte con un pene inexistente. Por lo que aquel falo sagrado parece que más bien fue sustituido por un "Ankh"; pese a que otras versiones mencionan una réplica del sexo masculino, con forma de gran escultura, que daría vida al hijo póstumo. Debido a ello, se adoraba un gran falo en los templos de Isis, donde rendían culto funerario a esta diosa; como viuda virgen y madre de Horus, el halcón -de este tema hemos tratado extensamente en nuestro trabajo sobre el culto al higo y la higa en la Antigüedad; para los interesados, ver referencia de nuestro libro y artículos en cita (3) -.
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De tal manera cree Pérez Arroyo que debido a lo antes dicho, muchas mujeres músicos portaban siempre una oca como atributo, de símbolo o amuleto. Aunque más común es pensar que el motivo para que aquellas artistas dieran forma de ánade a sus objetos de uso cotidiano, era su adoración a Geb, como signo de fecundidad. En referencia a estos hechos, el referido autor cita a Garner Wilkinson, quien afirma que las castañuelas o chacletas eran el instrumento más utilizado en las fiestas y procesiones de Isis; donde las mujeres no dejaban de repiquetear con ellas de manera repetida y muy escandalosa. Suponiendo que seguramente ello es cuanto refiere Heródoto sobre ritos y procesiones del Nilo (analizadas en nuestros artículos anteriores). Quien nos habla de féminas levantando sus faldas, bailando y provocando a todos los que las veían marchar en sus romerías. Camino del templo, subidas en barcos y carretas, organizadas por grupos o danzando con gran "jolgorio" y griterío (invitando así a todos, para que les siguieran y asistieran a aquellos ritos) (4) .
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IMAGEN, ARRIBA: Altar del templo sintoista de Japón, Jinja Kanamara. Como podemos ver, el lugar de culto tiene la forma de un yunque con un pene que sobresale, en recuerdo de una curiosa leyenda que lo rememora: Esa historia narra como una famosa princesa del lugar no podía tener hijos, porque cuando copulaba partía los falos de sus amantes, al contener dientes en el interior de la vagina. Sin posibilidad de descendencia, el rey pidió a los súbditos que solucionaran su problema de sucesión; ante lo que se presentó un herrero, pidiendo desposarse con la hija si lograba darle nietos. Se dice que aquel hombre fabricó en su fragua un pene de hierro que introdujo en la vulva de la princesa, cuyos dientes interiores quedaron partidos por el falo férreo. Después, el afortunado forjador pudo copular sin más problemas y así tener descendientes (convirtiéndose en su esposo).
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Esta divertida leyenda, a mi juicio, simbolizaría la llegada de los metales a Japón (concretamente la aparición del Hierro). Significando la vagina de la princesa, la tierra para cultivar; mientras el falo de hierro, sería el arado de reja forjada. Pues antes de la aparición de aquella herramienta férrea y dura, debían surcar los campos valiéndose de cuernos y maderas; por lo que constantemente se partirían sus arados (contra el terreno y las piedras). Así, tras la aparición del metal (más concretamente del hierro) la labor agraria debió ser fértil y mucho más sencilla; logrando incluso partir las piedras cuando araban los campos -tal como se rompieron los dientes interiores de la princesa-. Debido a ello, a mi juicio, se rememora y conmemora en el lugar de Kanamara (muy cerca de Tokio) una fiesta agraria que coincide con el comienzo del año natural -al acabar Piscis y pasar al nuevo Aries-. Siendo aquella una gran celebración de la fertilidad, donde se rinde culto al falo para que "aquel pene sagrado" siembre y conceda buenas cosechas, multiplique el ganado y las familias.
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IMÁGENES, ARRIBA Y ABAJO: Sobre estas lineas, vemos la concepción de Horus, en un dibujo mío tomado desde un papiro antiguo. Observamos tumbado a un Osiris ya difunto, aunque itifálico. Sobre él, Isis convertida en Ave que toma "la semilla" de su marido en un "recipiente" con forma de Ankh (cruz ansada). De esta unión nacerá Horus, el hijo póstumo del gran dios. Evidentemente, el rito describe modos y sistemas relacionados con la iniciación egipcia y la metempsicosis. Muy probablemente nos habla de la necesaria concepción en virginidad que precisaba la primera mujer del faraón; quien era su hermana y la que engendraba al heredero de la corona. Un vástago que evidentemente debía nacer por un procedimiento de fecundación y no por copulación (sistemas de fertilización utilizados desde tiempos inmemoriales por los ganaderos, para mejorar las razas). Ya que de ser concebido entre hermanos, la dinastía acabaría en pocas generaciones.
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De ello, debemos pensar que esta escenificación de la religión -en la que vivían los egipcios-, buscaría un representante de Osiris en el Mundo (quizás figurado en un sumo sacerdote o en un gran visir -quien sería deificado debido a su inteligencia o bondad-). Personaje que tras su muerte en vida (posiblemente al ser engañado por quien le extraía el semen), concedería su semilla y pasaría a ocupar un lugar social relacionado con la metempsicosis a la que había sido ya sometido (siendo un muerto en vida, reencarnado en su hijo, concebido artificialmente y heredero de la corona). Debido a ello es importante observar el parecido del Ankh -cruz ansada- con las herramientas utilizadas para plantar; ya que hasta hace no mucho era común el uso de plantadores con ese diseño: Con un mango, que permite clavar su vástago central hasta el tope; para colocar una simiente en el vano dejado. Abajo: La concepción de Horus en una imagen del papiro ANI (fechado hacia el 1250 a.C., propiedad del British Museum, al que agradecemos nos permita divulgar su imagen).
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Continuando con Geb -el dios oca del que hablábamos,- el diccionario de mitología egipcia de Elisa Castel (5) , presenta una versión un tanto diferente; diciéndonos que existían al menos dos dioses oca: El primero sería el que los nilotas escribían “GB” y hemos de pronunciar en castellano Gueb; al que los latinos se referían como Keb y que relacionaban plenamente con Cronos (dios del tiempo y de la Bóveda celeste). El segundo era similar al antes descrito, aunque llevaría por nombre Guenguenwr; acerca de es trataremos más tarde. Previamente hablaremos de “Gueb” -el divo ánade más antiguo-, del que narra Elisa Castel como fue asimilado posteriormente a Cronos al ser el marido de Nut, la diosa del firmamento nocturno. Por ello, tal como dice Horapolo, (6) la oca simbolizaba el cielo en plenitud durante el día; siendo interpretada como una deidad universal, creadora, de carácter terrestre y planetario. Aunque este divino Geb (ó Gueb) era representado comúnmente como un hombre con una oca en su cabeza. Un hecho que en mi opinión personal creo se trataría de una imagen totémica relacionada con los cazadores; quienes solían utilizar el ardid de atarse aves en su cabeza, para engañar a presas (que confundían al hombre disfrazado de cimbel, con un animal gregario o de su misma especie).
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Para explicar nuestra hipótesis, regresemos al totemismo y la caza entre las tribus del Sudán (que ya hemos mencionado varias veces). Recordando como dijimos, que hasta hace unas décadas -en algunas zonas de África- quienes querían acercarse a una presa, utilizaban como ardid atarse en la frente un ave disecada. Concretamente, lo más común era usar como cimbel la cabeza del pájaro “calao”, que colocaban a modo de gorro y sobre el pelo. De esta manera ataviados, iban imitando los movimientos de estos pájaros, agazapados en los márgenes de ríos y haciéndose pasar por ellos. Logrando así los cazadores ser confundidos con "calaos", pudiendo acercarse a los animales que deseaban atrapar. Simplemente con este disfraz llegaban a aproximarse tanto como para lancear las presas (apenas desde un metro), sin que las bestias se percataran de que eran hombres, creyendo confundidos que bebían o pacían junto a inofensivos “calaos”.
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Ello muestra a mi juicio gran parte el origen del totemismo, que en muchas ocasiones tuvo como misión engañar a los animales, para cazarlos y atraparlos. Aunque en otras, los disfraces y cimbeles se hicieron con el fin de lograr domesticarlos; tal como actualmente aún podremos observar entre los criadores de aves silvestres. Quienes tras salvar algunas caídas, o abandonadas en los nidos (de rapaces, buitres o aves marinas); deben conseguir que los polluelos coman de su mano. Para ello, lo más eficaz es vestirse con un gorro en cuya parte alta figure un animal semejante al de la especie a cuidar, haciéndoles creer así que son sus progenitores -y las crías comerán sin problema, al confundirlos con sus padres-. Siendo otro caso semejante de totemismo dominador o domesticador de fieras, un famoso disfraz que en las fiestas patronales lucen algunos mozos de los pueblos (cuyo origen se ha perdido en muchos casos). Nos referimos al vestido de astado -del que comúnmente se desconoce el verdadero significado-, cuyos orígenes más remotos a mi juicio están en el engaño o la caza de bóvidos (a través del llamado “falso manso”). Lo que podremos comprobar aún en espectáculos taurinos en los que muchachos disfrazados de toro, amansan y tocan a los más bravos morlacos. Simulando ser un bóvido, ataviados de una forma en que el primer chico lleva una cabeza con grandes cuernos de vaca, simulando sus piernas ser las patas delanteras; mientras un segundo (apoyado sobre este y cubierto con una tela), hace las funciones de lomo y cuartos traseros del bóvido. Bastando aquel engendro compuesto por dos muchachos, para que los bravos no tengan problemas de compartir ruedo con otro de su misma especie (tanto como para permitir que los mozos escondidos saquen los brazos y acaricien a la bestia -ante las risas de quienes ven la escena-).
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IMAGEN, ARRIBA: Imagen tomada de las fiestas de Moncada (agradecemos nos dejen divulgarla los propietarios del video subido a Youtube https://www.youtube.com/watch?v=oDONKTvbwaY ). En el enlace antes referido, se recogen videos de las fiestas de esta población, donde desde el minuto 2,50 vemos el “engaño del falso manso”; en el que dos chicos vestidos como una vaquilla hacen creer a un astado que son de una misma especie (tanto que llevan hasta los toriles al bravo). Otros casos parecidos se muestran en Youtube y aconsejamos verlos, no solo por el interés que pueden despertar, sino también por su comicidad ( https://www.youtube.com/watch?v=D779pJqJVgk ). Siendo muy de destacar el trabajo y el espectáculo de una cuadrilla de toreros cómicos llamados “Bravura Maña” que representan varios de estos ardides; en los que vemos cómo el hombre pudo dominar a las fieras sin necesitar cazarlas y ni siquiera atraparlas por la fuerza o con trampas. Debido a ello, considero que cierto tipo de “toreos” tienen como origen la caza; pero sobre todo el dominio de los astados (para capturarlos o amansarlos).
Para los interesados en el tema, recomendamos también ver:
v=oDONKTvbwaYhttp://www.festejospopulares.net/cronicas/2007/28_zaragoza/09_actuacion_bravura/actuacion_bravura.htm
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IMAGEN, ABAJO: Dibujo mío de un dios Geb, perteneciente a la tumba de Pashedis en Deir Medina. Observemos su oca sobre la cabeza y el Ankh que luce en su mano. Símbolos ambos de la fertilidad y la procreación.
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Por cuanto expresábamos anteriormente, considero que este hombre-dios llamado Geb (llevando una oca o pato), puede referirse a un mismo tipo de cazadores; posiblemente recordados desde el neolítico en el Nilo. Pues en Egipto debieron conservar gran parte de los modos y sistemas de caza ancestrales; quedando muchos de ellos plasmados en su totemismo. Fórmulas similares a las de algunas tribus que han pervivido hasta hoy (desde la Edad de Piedra) y basadas la mayoría en el engaño. Técnicas que desarrollaron al descubrir en qué forma los animales conocían y rechazaban al hombre, según hubieran sido cazados. En un instinto que toda especie desarrolla y que les hace huir de sus depredadores; en especial del ser humano, cuando este durante unas generaciones les ha dado muerte en estado salvaje (pues entre los domésticos no surge ese instinto de huida, habida cuenta que el hombre es el que les cuida). Actuando así, por evolución inmediata y a penas en dos o tres saltos generacionales -de un modo semejante al que las ratas se hacen invulnerables al raticida-. Volviéndose las aves y los mamíferos asustadizos si son perseguidas en su estado primario; huyendo de los depredadores, pero confiando en las especies que no les hayan agredido o que les sirvan para alimentarse (tal como sucede con el hombre, cuando los domestica). Por cuanto unos y otros (bóvidos y aves) suelen ser familiares, simbióticos y gregarios; pudiendo resultarles de gran utilidad la presencia de otro en sus cercanías -tal como como observamos cuando vemos cohabitar a distintos de pájaros acuáticos, junto a antílopes y fieros mamíferos-.
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Debido a todo ello, los ánades y grullas no son rechazados por los cuadrúpedos de gran tamaño. Pues las aves ayudan a despiojarse o se comen las moscas y larvas que habitan en la piel de aquellos; a la vez que remueven las aguas y abren boquetes con sus pico (facilitando alimentos a todos). Incluso es de gran utilidad para algunos la presencia de bandos de pájaros, que al huir pronto avisan de la presencia de un depredador mayor en las riberas (del hombre o los felinos). Siendo así, veremos convivir a los antílopes y rumiantes con las aves acuáticas; dejando que se les aproximen a pocos metros e incluso que se suban sobre ellos (para comer los insectos que invaden aquellos, incapaces de deshacerse de las moscas y larvas anidadas en su piel). De la observación de este hecho y de la necesidad de simbiosis entre ciertas aves y determinados cuadrúpedos, debió nacer desde el Paleolítico la caza con camuflaje o el disfraz de pájaro (que pervivió hasta nuestros días, en los que se usan cimbeles y vestimenta de engaño).
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Hablamos del Paleolítico porque parece lógico pensar que cuanto más limitadas e imperfectas fueron las armas del hombre; más hubo de ingeniárselas para acercarse a sus presas (cazándolas con trampas o bien a través de argucias). Naciendo de todo ello -a nuestro parecer-, algunas fases del totemismo (tal como venimos afirmando). Puesto que aquel hombre disfrazado de animal, habría de sentirse poseído y poseedor de unas dotes y de una magia especial, cada vez que así lograba alcanzar una presa. Más aún cuando esta no la distinguía como un humano y la confundía con un animal gregario, o de la misma especie. Dominio que se reafirmaría al observar cómo gracias a su astucia lograba aproximarse a los animales, sin ser “visto, ni olido”. Todo ello debió conceder un carácter mágico y religioso a la caza, principalmente al comprobar que también conseguía domar o domesticar algunos de los que atrapaba vivos (hasta el punto de convertirlos en especies caseras). En este trance que duraría miles de años, desde el cazador disfrazado, hasta el ganadero dominador de sus bestias; creemos que nacieron y se desarrollaron el tipo de religiones totémicas y de culto a los animales. Generando cultos donde los ritos iniciáticos obligaban al baile y al canto; semejando a la especie que se deseaba imitar, cazar o dominar.
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Grabado de la enciclopedia Diderot -primera edición en 1751- recogido en su artículo "La Caza" (imagen 11). En este podemos observar algunas argucias utilizadas cuando no existían las armas de fuego para pluma (escopetas con cartuchos y perdigones). Siendo entonces necesario atrapar las aves por medio de redes. Destacando en el dibujo inferior cómo colocan una fila de cimbeles colgados (imitando palomas o patos) con el fin de que los pájaros los confundan con un bando de su especie. Momento en el que bajarían a "visitarlas", quedando atrapadas en el fondo de saco que la red contiene. Este tipo de caza es fácil de idear debido a que ciertas aves (como las palomas o los ánades) son muy gregarias; tanto que al ver otras semejantes, bajan a su encuentro. Creyendo probablemente que ese lugar lleno de pájaros parecidos está pleno de alimento, o es un sitio propicio y seguro para descansar.
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BAJO ESTÓS PÁRRAFOS: Nuevamente, fresco de la tumba de Nebamun, fechada hacia el 1350 a.C y propiedad del British Museum (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Entre sus pinturas contiene esta imagen del difunto cazando aves de un lago, valiéndose de otro ingenio: Un boomerang -que sostiene en su mano izquierda-. Observemos cómo curiosamente ese arma de caza tiene forma de culebra, tanto que en su extremo lleva la cabeza y boca del aspid. No siendo extraña esta representación del boomerang en manos de un cazador, dándole la forma de una serpiente; tal como aparece en otros frescos y esculturas del Nilo. Seguramente al considerarse un artilugio de gran inteligencia, pues tras ser lanzado y de no derribar la pieza, regresa a la mano del que lo arroja.
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Por lo que vamos exponiendo, estas formas de caza debieron dar origen a lo que se ritualizó entre muchas tribus como fórmulas mágicas; todo lo que posteriormente se idealizaría en modos de cantar y danzar, con pinturas y en un largo etcétera de expresiones artísticas -halladas en las cuevas y que aún pretendemos no comprender; pese a que su uso sería casi igual al que dan a objetos semejantes los pueblos primitivos llegados al siglo XX-. Generando asimismo un primer sistema de religiones basadas en el poder de la inteligencia y el del espíritu del hombre, frente a los animales. Un culto común y existente en casi todos los pueblos cazadores; que a más de expresar magia, pensamos que contiene los secretos de una profesión: La del dominio y captura de las bestias. Siendo la historia que narran gran parte de sus ceremonias, esos misterios y las formas para atrapar animales: Valiéndose del disfraz, imitando el canto de aves o bien simulando una especie igual o gregaria (para lograr acercarse, hasta hacerse con la presa).
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Debido a cuanto decimos, los ritos totémicos más antiguos hubieron de ser muy semejantes a los que han permanecido entre las tribus cazadoras, que pervivieron hasta el siglo XX. Donde podríamos estudiar su parecido con las religiones del Neolítico y la Edad del Bronce; siendo fácil encontrar paralelismos entre la Egipcia (o las de Creta y Mesopotamia) con aquellas costumbres de los pueblos primitivos aún vivos en nuestro tiempo. Llegándose pronto a la conclusión de que muchas de las ceremonias que se celebraron en Altamira o en Lascaux, debieron ser bastante parecidas a las que se hicieron en las cavernas de Creta, e incluso en los templos de Egipto y Mesopotamia (durante el tercer y segundo milenio a.C.). Rituales entre los que destacaba la lucha del hombre contra la fiera-dios; el sacrificio del totem, dando muerte al divo para que naciera el hombre. Una iniciación que comúnmente pudo representarse en escenas como la tauromaquia o bien en otras semejantes, pero donde se mostrase el dominio del hombre frente a las bestias (obligando a soportar al neófito cubrirse de serpientes o permanecer al lado de una fiera indómita, sin dañarla -actuando como el domador de aquellas-).
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Quizás, anteriores autores hayan apuntado esta idea, más desconocemos otras fuentes que mencionen el origen del totemismo en los modos de caza con engaño. Por lo que considerando esta teoría como el principio más seguro de las esas religiones; creemos que el comienzo de la fe y de la vida que imitaba a los animales, procedería de esa utilidad de disfrazarse para atraparles. Siendo el origen del totemismo (a mi juicio) esta necesidad de comportarse mimeticamente y de imitar a las aves o a los cuadrúpedos, para lograr hacerse con ellos. Sin proceder realmente de unas creencias en las que estos ritos realizados por los cazadores, les dieran poderes mágicos (tal como comúnmente se explica la religión totémica). Habiendo nacido a mi modo de ver, de un modo inverso. Es decir, que aquellos rituales basados en la simulación o adoración de animales, se implantaron cuando la tribu -o el grupo- descubrió un medio totémico de atraparlos (camuflándose entre ellos o actuando como una especie gregaria). Por lo que sus cultos procederían no solo de tratar de imitarlos -al idealizar los animales-, sino de enseñar a otros a cazar mimetizándose con las especies; todo lo que mostrarían en sus celebraciones.
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Pese a ello, hemos de pensar que mucho después, cuando comenzase la cría de esos animales capturados y en cautividad (la domesticación de aves y cuadrúpedos); nacería un totemismo diferente. El puramente ritual y a ajeno a las argucias de caza; siendo este el que expresan ya las religiones del Neolítico y de la Edad del Bronce (como las minóicas o las del Nilo). Consecuentemente, algunas de las deidades más importantes de Creta serán mujeres que domestican sierpes o que saltan y juegan con el toro; a la vez que en Egipto se adoraron dioses con cabeza de un totem (perro, ibis, halcón etc) o animales domesticados, que como el gato -o la cobra- servían para cuidar los graneros.
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IMAGEN, ARRIBA: Señor de los caballos (bronce tartessio, posiblemente un pasarriendas) hallado en Cancho Roaño -tal como lo exhibe el Museo Arqueológico de Badajoz, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. Sobre este he colocado dos jeroglíficos egipcios (dibujados por mí), que nos enseñarán a comprender perfectamente el significado de este dios de los animales. Pues la voz "QUES" (como se lee este ideograma), significaba en la cultura faraónica "unir" y se representaba por medio de un individuo que juntaba dos jirafas o bien hacía lo mismo con dos culebras. Observemos que aquel "señor de las bestias" apareció en zonas tartéssias hacia el siglo VII a.C. -en Zalamea de Badajoz-; representado de un modo muy semejante al jeroglífico del Nilo. Todo ello en un santuario dedicado al caballo, tal como era este de Cancho Roano. Algo que nos habla de los cultos al domesticador de los animales y de las religiones totémicas, debiendo venerar a quienes domaban y criaban equinos (pues por entonces los animales cumplían funciones de ayuda, sustituyendo a los hombres en el trabajo, tal como hoy lo hacen las máquinas)
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IMAGEN, SOBRE Y BAJO ESTAS LINEAS: Arriba, fotografía de los famosos Toros de Guisando, en la "venta juradera", junto a San Martín de Valdeiglesias (en El Tiemblo de Ávila). En ella vemos otro de los grandes totems ibéricos; el toro, que junto al caballo siguen siendo un tesoro para muchos de los hombres de campo hispanos.
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Más abajo, una imagen de la famosa mascarada "La Vijanera"; una de las primeras que se llevan a cabo en España, justo al comenzar el año. En ella se muestran y mantienen todos los rasgos de las religiones totémicas, tal como podemos ver en la fotografía, donde se halla el hombre vestido de oso, siendo lanceado. Se celebra en Silió (Cantabria), tierras muy cercanas a Altamira y junto a otros yacimientos Magdalenienses; por lo que debemos pensar que los ritos de la Vijanera pudieran tener como origen aquellos celebrados durante el Solutrense o en épocas cercanas a las pinturas de las famosas cuevas. Una idea que no es tan disparatada si observamos que la gran mayoría de los cultos de caza y de los totems adorados por distintos pueblos, tienen sus orígenes en etapas muy anteriores al neolítico. Algo que podremos comprobar simplemente recordando ceremonias de iniciación como la del “novio”, consistente en que todos los que asisten a una montería pueden hacer con el neófito lo que deseen, cuando alguien caza por vez primera una pieza mayor -le embadurnan con las entrañas y la sangre del animal que ha matado, realizándole una pantomima de juicio, cortando el pelo del “iniciado” y llegando a hacerle múltiples barbaridades; hasta considerar que ya es “novio” del animal al que dio muerte-.
Para los interesados en ver una de esas ceremonias de “novio de montería” que no conozcan, les invito a pulsar: https://www.youtube.com/watch?v=KGzNsWFUDjU
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Tal como decimos, es absolutamente seguro que para el proceso de captura con domesticación; el hombre hubo de disfrazarse continuamente del animal a dominar. Para producir en aquellos a los que criaba un efecto denominado “impregnación”. Tal “impregnación” resulta un extraño comportamiento común a todas las especies, que aceptan lo que la naturaleza les presenta como parecido a ellos, dejando que se acerquen cuanto seres le sean familiares. En especial es muy destacada la “impregnación” de los ansares domésticos, que creen común cuanto les rodea en el momento de nacer; hasta el punto de “considerar” su progenitor aquello que primero ven tras salir del huevo. Tanto que si al partir su cascarón toman contacto directamente con un humano (sea adulto o niño) le siguen y quieren como a sus padres; bastando con alimentarles y tocarles, para que el hombre se pueda hacerse pasar por quien engendró al pato. Llegando esta “impregnación” a hacer inseparable el ganso del hombre; de un modo tal, que si no se atiende al ave esta puede incluso morir de pena -historias como Leda con el Cisne, proceden de este extraño comportamiento de las palmípedas caseras-. Aunque peor puede ser el resultado de la “impregnación” si el primer contacto del ansar lo hacemos con una máquina (una bicileta o un carricoche); pues el pobre pájaro puede llegar a sentir que aquel ser de hierro y con ruedas, es su progenitor... . Siguiéndole allí donde vaya o durmiendo entre sus cadenas y sus frenos.
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Pero volvamos al totemismo y sus fases, entre las que habíamos dictaminado como primera, la caza con disfraz; para pasar posteriormente a una segunda de dominio sobre el animal (el comienzo de domesticación). Debido a ello, durante el Neolítico y cuando comenzaron a amaestrar especies -hasta llegar a hacerlas caseras- nacería un totemismo absolutamente distinto. Siendo ese momento en el que el hombre dispuso de patos, ovejas o vacas domésticas; cuando ya se promoverían unos rituales a través de los que el ganadero expresaría su agradecimiento hacia la Naturaleza y a la Sociedad -que le permitía disponer de animales-. Realizando entonces un ceremonial de entrega del inmolado, que relaciona las reses o aves con riquezas y a su vez, con los individuos de su familia. De ello surge la adoración al totem doméstico (sea vaca, toro, cordero o pichón), que se asimila a un dios que da su vida para que la familia (y el hombre) pueda sobrevivir. Es entonces, en Sociedades ya organizadas con casta militar, cuando ese dios-totem (toro, gallo, carnero etc) se asimilará con los guerreros que dan su vida por el grupo y como tal actúan cual dioses, organizando y dominando. Aceptándose como “pacto social entre castas” que el militar entregará su hijo para la guerra, en defensa del grupo; mientras el ganadero lo que inmola o paga es con su ganado y hacienda. Todo lo que concederá el derecho a las clases dominantes a obligar ofrecer en sacrificio a vástagos de sus súbditos (logrado así el dominio bajo unos ritos de tremenda crueldad). Tal como aparece en los cultos de los Baal semíticos y como veremos en el sacrificio de Isaac; momento en que tales ceremonias dejan de realizarse, para sustituir el primogénito por una res. Punto de inflexión histórica en el que parecen haber terminado los sacrificios humanos, para sustituirlos por los de ganado y animales (ofrecidos al templo).
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De tal manera, el sacrificio (sagrado o no) de aves y reses, se comparará al esfuerzo y “trabajo de sangre” del militar, quien de alguna forma es totemicamente el dios inmolado. Aunque existe en mi opinión una última fase de estos ritos, que se producirá al final del Neolítico; con la llegada de los metales y cuando algunas Sociedades pasan a ser plenamente agricultoras (con territorio y población censada). En ellas lo que se ofrece ya al grupo social será el fruto del trabajo, y como tal se sustituyen las “ceremonias” de entrega de seres vivos (animales) por el pago una parte de grano o del ganado. Diezmo que se daba anualmente a una casta superior (naciendo el sistema estatal con imposición). En estas Sociedades, la religión comienza a liberarse del totemismo, aunque nunca lo consiguió del todo, pues la clase guerrera ha continuado dominando las Naciones hasta bien entrado el siglo XX. Todo lo que implicaba ciertamente mezclar los ritos de sangre con los de sacrificio social (conceptuando los impuestos con la obligación de ir a la guerra). Como ejemplo de esta imposibilidad de autoliberación del totem inicial, podríamos citar el Cristianismo: Religión nacida en plena Roma Imperial, que deseaba solo se entregase “el pan y la vid, frutos de la tierra y del trabajo del hombre” . Pese a ello, a Dios se le representará todavía como “el cordero que quita los pecados del Mundo”, como recuerdo a otros ritos que precedieron a los cristianos.
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SOBRE Y BAJO ESTAS LÍNEAS: Arriba, curioso capitel de una iglesia románica del siglo XII en Andaluz, Soria. En este vemos un hombre entre lo que parece un burro y un caballo, iconografía que posiblemente sea el recuerdo de lápidas ibéricas aparecidas en esta zona (tan rica en arqueología). Una escena muy semejante se representa en la estela de abajo, perteneciente al Museo de Jaén (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). En ella figura el "señor de las bestias" entre dos equinos (la pieza en caliza procede de Villacarrizo -Jaén- y se fecha entre el siglo V y el IV a.C.). Sin duda alguna, los hombres o deidades aquí representados simbolizan el domesticador y el que lograba criar mejor el ganado. Virtudes que en aquellos tiempos eran tan importantes como hoy puede serlo, fabricar las máquinas o los aviones más perfectos. De ello esta representación dual, que como vimos en Egipto se leía “unión” y que significa en sí mismo “cópula”; habida cuenta que no es fácil criar y cruzar bien caballos o los animales en cautividad.
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Pero regresemos al dios oca Geb, que a nuestro parecer era la imagen (o el recuerdo) de este sistema cinegético utilizando un disfraz o reclamo. Por ello y observando las características iconográficas del dios, pensamos que se entiende fácilmente por qué ese sobrenombre de Geb (o Gueb), llamado “el gran cacareador” -quizás, más bien habríamos de traducirlo por “el gran graznador”-. Pues recordaremos que el cacareo o chacleteo de los picos de las aves acuáticas, eran su modo de cortejarse. Una ceremonia y sonidos que se imitaban excelentemente con las tablillas entrechocadas (los palillos); tanto que los griegos denominaban “tañedores” de castañuelas a estos pájaros (en especial a la cigüeña). Debido a lo que muy probablemente se utilizasen reclamos con ese repiqueteo, con el fin de aparentar un pájaro zancudo. Ya que tal como venimos diciendo, en nuestra opinión esta representación del dios oca se correspondería con el modo mas simple y primitivo de cazar aves en de Egipto. Para lo que bastaría portar una red y enmascararse como un pato atado en la cabeza (una oca, con un cimbel -vivo o bien disecado-). Así ataviado y lanzando graznidos o usando un reclamo, atraparían primitivamente lo ansares que poblaban todas las tierras inundadas del Nilo. Siendo esta la forma más sencilla de acercarse a las aves y a sus especies gregarias. Pudiendo cazar con toda facilidad de ese modo: Hundido hasta medio cuerpo en las charcas y simplemente ayudado de redes y un reclamo (imitando el canto). Técnicas que aún hasta hoy existen; siendo normal la caza con un sombrero de pato, vistiendo traje camuflado que permite andar en los charcales, mientras hacen sonar un silbato imitando el canto de algunas aves. Avanzando entre las aguas, cubiertos con un cimbel en la cabeza; para atraer infinidad de ansares y que hoy se matan con armas de fuego, aunque antes eran atrapadas con redes.
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Por su parte, este Geb -como dios egipcio- habíamos dicho que lo equiparaban con Cronos; deidad del tiempo que nacía de algún modo del Varuna indoeuropeo y que representaba la bóveda celeste (7) . En nuestro análisis sobre Cronos publicado por la revista Folklore (8) , explicábamos que ese divo grecorromano del tiempo era fundamentalmente agrario, por cuanto fue crucial para los agricultores conocer las estaciones del año y el calendario. En Egipto, sin embargo el dios del calendario era Toth, relativamente similar a Geb, puesto que mientras uno tenía la una oca en la cabeza, Toth llevaba el rostro de Ibis (aunque este último, ha de asimilarse con Hermes-Mercurio). Geb, además siempre enseñaba su pene erecto, itifalia que también supone un símbolo agrario, significando la fertilidad. Todo lo que nos recuerda al dios-rey egipcio mas antiguo y legendario, llamado Min (Minu o Menes). Sobre Min también tratábamos extensamente en otro de nuestros estudios (9) , donde explicábamos cómo ese monarca o leyenda era considerado el iniciador del periodo dinástico; el primer faraón-deidad, venido del Sur. Igualmente al rey Min y a Geb, se les representaba con el falo erecto, como símbolo de la inundación y la fertilidad, significando su itifalia la crecida de las aguas del Nilo desbordándose y regando la madre Tierra (para hacerla fecunda). Por cuanto el significado de ese pene levantado de Geb, era también una imagen relacionada con la irrigación de los campos, aunque más concretamente hemos de pensar su relación con los ánades -extendidos por todas las charcas-, que emigrarían a Egipto sobre todo en periodo de inundación (en los meses primeros de verano). Como tal, el dios pato y la crecida del Nilo se identificarían totalmente; por cuanto el ansar se uniría a unas aguas que fertilizaban las tierras con su limo. De ello, la itifalia de Geb y la de Min, significaban la inundación, tan benéfica en Egipto y de tal modo, al faraón se le recuerda como el iniciador de los canales, los saltos de agua y los sistemas de riego.
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Pero a su vez, hay que tener muy en cuenta que los patos, y mas concretamente las ocas, son de una promiscuidad y de una sexualidad exageradamente llamativa. Llegando a copular varias veces al día esas aves caseras (tanto las hembras como machos).Todo lo que relacionaría a Geb con el Cronos griego; haciendo de ambos deidades agrarias, que se relacionaban con la fecundación y la plantación. Aunque el Geb egipcio representaría el periodo de crecidas, mientras el Cronos heleno simbolizaba el calendario; unas fechas que marcaban cuándo llegaban las lluvias (almanaque necesario para preparar el campo y semillar). De tal manera Cronos, con su hoz, significó el cuarto lunar y la herramienta del grano; arma en forma de creciente de Luna con la que castraba a Caos (su propio padre). Tal hoz, simbolizaría el calendario y era un signo muy cercano a la itifalia de Geb, que interpretábamos como la crecida anual del Nilo (y por lo tanto, un ciclo de siembra). Todo lo que explica por qué ese Geb, posteriormente se une con su esposa Nut (la noche en su firmamento), para engendrar el Mundo (la Sociedad). Ciclo mitológico que considero muy identificado con la iconografía de Leda y el Cisne, de donde nacerá Helena (cuyo nombre significa la "hélice" y seguramente simbolice la Vía Láctea en esa forma helicoidal).
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Cuanto hasta aquí hemos narrado, indicaría que los egipcios en un determinado momento del neolítico identificaron el movimiento de las estrellas (Nut) con la llegada de los patos (Gueb); así comprendieron los ciclos siderales, creando el calendario. Por su parte y sobre la hoz de Cronos; dijimos en nuestro estudio que además del tiempo lunar, simbolizaba el paso desde las civilizaciones ganaderas a las agricultoras (que necesitaban de unas estaciones reguladas y regidas en principio por lunas -hoces-). A su vez, aquellas Sociedades basadas en la agricultura precisaron de una organización territorial estable, dividida en castas, con propiedades y población censadas. De todo ello se deriva y se comprende por qué antes de la existencia del Cronos (el calendario que permite la agricultura); gobernaba el Caos (las Sociedades pre-estatales basadas en la caza y ganado). Por cuanto también comprendemos como Geb (dios ánade) es igualmente el divo de la civilización; del tiempo y la fertilidad. Pues las bandadas de patos emigraban al Delta del Nilo con las crecidas, momento en que se repartían las tierras y los agricultores comenzaban su labor. Por cuanto podemos entender que la oca o el pato hallan llegado hasta nuestros días muy relacionados con voces y sinónimos de la palabra “año” (el “anus”, del ansar que anualmente regresa). Mientras en egipcio antiguo ese palmípedo se escribía de forma igual a la palabra “hijo”; pronunciándose ambos “sa”. Voces que se expresaban por un jeroglífico relacionado con esas aves (tal como vimos en el anterior artículo) y que significaban indistintamente “oca” o “vástago”.
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IMÁGENES, SOBRE Y BAJO ESTAS LÍNEAS: De nuevo, dos grabados de la Enciclopedia Diderot (artículo la caza, litografías XIII y XXVI) en los que vemos algunas argucias que todavía usaban para cazar aves en el siglo XVIII. Valiéndose de antorchas, redes o trampas. Todo lo que muestra como los reclamos, los disfraces o los engaños, eran el único medio de atrapar aves (al menos hasta la aparición de las armas de fuego para pluma, a mediados del siglo XIX).
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IMAGEN, ABAJO: Palillo de percusión del Reino Nuevo, fabricado en marfil y con las características de un amuleto (propiedad de la Colección Drovetti, a la que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Como hemos indicado, en Egipto, las batutas para tocar tambores o panderos eran también labrados con gran perfección; dándoles comúnmente forma de una mano. Este diseño en principio se asemeja al primer instrumento de percusión (las palmas) aunque en verdad tenía un sentido más profundo y unido a la religión. Ya que la mano era el símbolo de Athor y a su vez una señal apotropáica de protección; quizás por ser la palmada el primer modo de ahuyentar animales o seres que no deseamos a nuestro lado. A ello se debería que en múltiples ceremonias el mal se haga huir dando una gran palmada o golpeando dos grandes bloques de madera, produciendo un enorme chasquido (tal como sucede en el sintoismo).
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Debido a circunstancias como las descritas, la "mano de Athor" era el amuleto más común entre los egipcios; tanto que ha llegado hasta nuestros días como la "Mano de Fátima" (entre los árabes) llamada por los judíos "Mano de Miriam". Siendo a mi juicio, una derivación clara de este amuleto de Athor, las "higas" y garras con las que se combate aún el aojo en nuestras tierras. Cuyos orígenes debemos marcarlos en el sentido apotropaico de "la palmada", un sonido que haría huir animales y seres no deseados. Siendo así, entenderemos por qué aquella mano fue el signo la diosa patrona de la música y la danza -Athor-; ya que normalmente estas artes se acompañan de palmadas. Por su parte, no hemos de olvidar que el sonido que emiten las aves acuáticas, es en muchos casos semejante al de palmear (o las castañuelas) y que a su vez, el nombre que tienen esos pájaros es el de palmípedas. Pues su pata en forma de remo les permite nadar; un hecho que los convertía en totems de los pueblos marineros y de los danzantes o músicos.
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B) "Guenguenwr" (Gngnwr) el otro dios oca:
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Como dijimos al comienzo de nuestra exposición sobre Geb; en Egipto había otro dios-pato muy similar. Este se representaba como hombre no itifálico y con cabeza de oca (a diferencia de Geb, que portaba la oca sobre la testa). Su nombre era "Guenguenwr" (en egipcio Gngnwr) (10) ; voz que consideramos es onomatopeya del sonido que emiten los ánades, ya que nos vuelve a recordar mucho al graznido del ánade (incluso a la propia palabra graznar que en castellano tiene ese origen) . En lo que se refiere a este otro dios pato, creemos que representa al "hijo" y como tal Guenguenwr, es el responsable del Huevo Cósmico; huevo del cual nace el Sol. Partiendo de que el anterior (Geb) suponía la deificación de la luz, mientras su mujer (Nut) lo era de la noche y el Universo; el huevo del que nacía la luz del Sol, simbolizaría el origen del mismo Geb y por lo tanto de ese "hijo" que en egipcio se decía “sa” (y se escribía con el jeroglífico de "huevo"). Siendo "hijo" y "Sol" posiblemente dos conceptos que se unían en el Huevo Cósmico (que albergaba al astro rey); algo que quizás se entendiera como el embarazo de la madre -entre los mamíferos-. Puesto que si el ave nace de un huevo, el hombre asimismo procede de un periodo de gestación en el que su “nido” también va tomando forma redondeada. Una “semiesfera” que tras nueve meses rompe en algo similar al cascarón; lo que mejor sería comparar con la inundación del Nilo (provocando aquella rotura de aguas, el origen a la vida y de las cosechas).
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En nuestros estudios sobre el Omphalos; más cocretamente sobre este y su relación con la Oca (11) , vimos la unión entre el huevo cósmico griego y ese centro del Mundo, que se situaba en el Templo de Apolo de Delfos. Un ombligo terráqueo con forma de medio cascarón pétreo y que se tenía por la piedra que había tragado Cronos, creyendo que era su hijo Zeus. De ello, el Ónfalos (Ómphallos) era ese huevo primigenio que no solo había salvado la vida del gran dios heleno, sino que asimismo simbolizaba el Universo y el globo terráqueo -pues la esfericidad de la Tierra era conocida desde la más remota antigüedad-. Dividido en dos partes iguales con forma redonda, se guardaban en aquel templo de Delfos ambos “ombligos”, donde solo la Pitonisa podía verlos. La piedra principal se cubría con un ovillo de lanas y un extremo de esa maraña salía desde la habitación donde secretamente se guardaba el Omphalos, para dárselo a la Pitia. Sacerdotisa que así unida al “huevo pétreo” profetizaba, como si tratase de aferrarse a un cordón umbilical que le comunicara con el inframundo.
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En lo que se refiere al significado de ese ombligo terrestre, a mi juicio estaba ligado plenamente al de la iniciación y al conocimiento de la esfericidad de la Tierra (esencial para pueblos viajeros y marineros). Del tal modo, los cordones que se trazaban sobre él, consideramos que significaban igualmente lineas similares a los meridianos, para orientarse. Pero su origen pensamos que procede, del culto al Sol y a sus sombras; tal y como en nuestro estudio sobre el Ómphallos decimos. De ello, consideramos que este ombligo no es más que la sublimación del gnomon, el menhir o el obelisco; necesario para medir las sombras y conocer la fecha y la latitud. Con el fin de que entendamos este significado del "ombligo terrestre" unido a la luz solar, diremos que para los griegos -viajareros por todo el Mediterraneo- sería fácil comprobar que un mismo día del año, la luz en Alejandría y en Atenas era muy distinta. Algo que demostraba cómo el Mundo era al menos semiesférico (nunca plano). Así lo escribió Heratóstenes de Cirene, quien dirigía la Biblioteca de Alejandría y quien parece que leyó en algunos papiros muy antiguos, el modo de calcular el tamaño el globo terráqueo. Ciertamente aquel director de la biblioteca y preceptor de los Ptolomeos logró dar con una medida bastante exacta del meridiano; aunque todos los métodos que usó para determinar ese perímetro de la Tierra, fueron erróneos. Tanto como para llegar a aumentar al final de sus cálculos la medida en miles Estadios más (sin justificar por qué lo hacía), aunque el tamaño que se lograba con esa añadidura era casi exacto; acercándose mucho a los 40.000 kilómetros (lo que prácticamente mide el “arco terrestre”) (12) .
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Todo ello solo puede demostrar que aquel director nacido en Cirene había leído sobre los papiros de la biblioteca el cálculo del grado, con un método llevado a cabo por sacerdotes egipcios (pese a que no había entendido realmente el modo de hallarlo). Cuanto narramos demostraría una vez más la necesidad de conocer el Arco terrestre para los que navegaban por el desierto y los que estudiaban los astros; pero a la vez el hecho de mantener ese secreto solo entre los iniciados o los sacerdotes (seguramente con el fin de que ajenos al clero o al poder, no pudieran navegar por las arenas y llegar hasta puntos de defensa). Pese a ello, existiría un culto a esa Tierra esférica que relacionarían con el “huevo primigenio”. Algo que puede explicarnos por qué el primer "Onfalos" estuvo en la urbe egipcia de Tebas (Luxor). Ya que esta ciudad se eleva en las proximidades de Asuán; siendo esa última donde situaban la frontera final de Egipto. Ciudad de Asuán que precisamente se localiza casi en el Grado 24 y prácticamente en la línea de Trópico. Siendo allí donde se hallaba el Templo de Philae, junto a Elefantina. Lugar sacrosanto que marcaba el final del reino faraónico, que distaba unos 108,5 kilómetros del templo de Horus, en Edfú; la siguiente capital del Nilo, a la que se llega casi en linea recta navegando por el Nilo (desde Asuán). Por lo que sería realmente fácil medir la longitud entre ambos puntos, tras haber observado que a las mismas horas las sombras en Edfú y en Elefantina, varían un grado. Procedimiento muy sencillo con el que sabremos el tamaño de la Tierra. Es decir, que comprobando con una regla de grados que entre la luz solar de Edfú y la de Elefantina hay un grado de diferencia; bastará multiplicar la distancia entre ambos puntos por los 360 grados y sabremos cuanto mide el total de la circunferencia planetaria (360º · 108,5 kmts = 39.060 kilómetros para el Arco, que es lo que indicó Eratóstenes en sus cálculos -pese a no poder justificarlo con el sistema que usó para medir-).
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Eratóstenes de Cirene; bibliotecario y sabio que en el siglo III a.C. dirigió la Biblioteca de Alejandría, y que se considera el primero que midió el Arco Terrestre. Pese a ello, sabemos que sus conocimientos los toma desde un papiro y de escritos antiguos faraónicos, llegando a calcular el Meridiano con bastante precisión, aunque todo su sistema esté pleno de errores y no pueda justificarse. Tanto, que tras llegar al resultado final y expresar que la Tierra debía medir 250.000 Estadios (egipcios); si saber por qué, corrige esta cantidad hasta los 252000, logrado así una precisión absoluta en su estimación. Todo lo que unido a los fallos de planteamiento en las fórmulas y distancias, hace obvio que tomó los datos y la solución desde escritos antiquísimos egipcios, que describían el tamaño del Meridiano y las formas usadas para medirlo.
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BAJO ESTE PÁRRAFO: Mapa de Egipto, con las capitales del Bajo y el Alto Nilo. En este hemos marcado dos franjas en las que pudo ser muy fácil medir el Grado. En primer lugar y al Sur, el tramo del río comprendido entre Edfú y Asuán; dado que esta parte del Nilo tiene un trazado perfecto de Norte a Sur y es totalmente recto. Existiendo unos 108.642 metros entre la antigua isla de Philae, donde estaba el templo de Isis (actualmente trasladado a una zona bajo la presa) y el templo de Horus en Edfu -practicamente en el Grado 25º-. Ello concordaría con un valor de unos 52 centímetros para el Codo Real, como medida nacida de ese Grado (que correspondería a 700 Estadios de 300 Codos = 210.000 Codos Reales por Grado). De igual manera, pudo estudiarse aquella distancia en que la sombra varía un Grado, tomando como referencia Giza y avanzando hasta un punto perfectamente al Sur. Todo tras haber trazado canales rectos de agua, con el fin de llevar las piedras o las mercancías hacia las pirámides. Siendo así, si buscamos un lugar al Sur de Giza, a la distancia exacta de un Grado; llegaremos hasta Beni Suef, que se sitúa en igual línea de meridiano, pero justo en el 29ºN (y 31º05´50´´E). Habiendo entre ambos puntos geodésicos (Giza y Beni Suef) unos 109.940 metros. Si dividimos esa distancia por 210.000, nos daria un valor para el Codo Real en época de las Pirámides de 52,36 centímetros -que es el que se sabe tenía, por cuantos edificios se han medido comparativamente (o por los Codos de esa etapa, hallados en excavaciones)-.
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Sabiendo que aquellos "Ómphalos" marcaban ombligos geodésicos, comprenderemos por qué el de Tebas estaba encomendado a las palomas (aves que se utilizaban para conocer las distancias entre varios puntos terrestres, debido a que en condiciones climatológicas similares, vuelan con una misma velocidad). Ante lo anteriormente expresado, entenderemos la unión entre el "Huevo Cósmico" y el Ónfalos y de este con la semiesfera de la Tierra. Porque como dijimos, el "ombligo" de Grecia tenía dos partes, al igual que un cascarón partido por su mitad. Aquella segunda “bola rota” (que también se guardaba en Delfos), sería el símbolo del otro lado del Mundo o del conocimiento de la plena esfericidad. Algo fácil de descubrir para cuantos se hubieran aventurado a viajar al Sur; pero sobre todo para los que habían cruzado el Ecuador. Rutas que se hacían desde Egipto por el Mar Rojo y dirigiéndose hacia Sudán; o remontando el Nilo (tras la actual Aswan); llegando incluso a circundar África en barco.
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De aquellos periplos hay testimonios en Egipto, principalmente de alguno llevado a cabo en tiempos del faraón Nekao, quien envió a fenicios a circundar el mar; aunque la Historia decidió ignorar a estos expedicionarios por haber afirmado que al pasar el Ecuador, el Sol quedaba detrás del barco y caminaba en sentido contrario (13) . Del mismo modo existen otras narraciones como las de griegos y las de Hannon y Himilkón, en el siglo V a.C.; que recogen estas expediciones hacia el Sur siguiendo el litoral del actual Marruecos. Evidentemente, si los griegos y fenicios tenían pleno conocimiento de islas como las Canarias y de las costas desde Mauritania en adelante, hemos de suponer que en el Ecuador habrían visto como todo el firmamento celeste cambiaba, hasta el punto de que el Sol salía por el lado contrario y las estrellas eran otras. Es decir, que el Sol al medio día marcaba el Norte y nacía por la derecha (tal como afirmaban los expedicionarios de Nekao). De igual modo, desde ese punto los astros del firmamento son diferentes; tanto que la guía es la Cruz del Sur. Algo que hubieron de ver todos los buscadores de metales egipcios, quienes durante miles de años se dirigieron en barcos hacia el Sudán y el Sur de África con el fin de hallar oro, plata y estaño (además de marfil y gemas). Pese a ello, nadie lo escribiría por motivos evidentes: Primero por ser anatema religioso y principalmente por constituir secretos de Estado que no podrían divulgarse -pues enseñarían el modo de viajar y hasta el de llegar al paradero de las minas y de los yacimientos metalúrgicos del faraón-.
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De las expediciones que narramos hay varias citas históricas entre las que se destacan las referidas al faraón Nekao, que mandó a los fenicios que pertieran desde el Mar Rojo, para circundar África y que regresaran a Egipto por el Estrecho de Gibraltar. Pese a ello, quienes lo recogieron no creían las palabras narradas por aquellos que viajaron y así lo manifiesta Heródoto, que da por falso que el Sol pueda caminar en sentido opuesto. El hecho demostraba la esfericidad de la Tierra y posiblemente por ello fue más que ocultado, pues este debió ser uno de los grandes secretos, tan solo en manos de los grandes sabios. Algo que permitía a los pilotos de las naves y a los guías en el desierto, orientarse perfectamente; pues aquellos que desconocían esa forma de globo y creían la Tierra plana, estaban condenados a perderse entre las arenas o entre las olas. Por ello, consideramos que este segundo Omphallos oculto también en Delfos, era el símbolo del conocimiento sobre la existencia del Hemisferio Sur, ya que muchos de los que guiaban naves pensaban que el Mundo era semiesférico y que se situaba sobre el mar (flotando en este como un corcho redondo). De tal manera a mi juicio, el Huevo Cósmico griego, fue heredado de este culto egipcio de Guenguewr y en nuestra opinión no era otro más que el signo del conocimiento de la redondez de la Tierra -crucial para poder navegar y guiarse con rumbo correcto-. De todo ello, que Guenguenwr y su antecesor Gueb, fueran formas arcaicas del Cronos griego; dios heleno que presidía todo el culto de Delfos. Pues recordemos que el Ómphallos fué lo que sustituyó a Zeus en los pañales y que su madre entregó allí envuelto para que el romano Saturno lo devorase (pensando que tragaba a su hijo).
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Foto compuesta con dos monedas que contienen la imagen del Ompalos. A la izquierda Tetradracma en plata de Antiochos I (hacia el 270 a.C.), con la imagen de Apolo sentado sobre el omphalos de su templo en Delfos. A la derecha, un quinario de la Republica Romana, hacia el 87 a.C. con una Victoria que camina junto al omphalos del que sale una sierpe (indicando seguramente que se trata del omphalos de Delos, que tenía esta carácteristica, en recuerdo de que bajo aquel estaba enterrado la Pitón). Más abajo damos una interpretación a este ombligo del Mundo en Delos, con una pitón enroscada quizás como símbolo de inestablidad y de que en aquella isla había de calcularse el centro del globo (tal como se hacía en los barcos).
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BAJO ESTE PÁRRAFO: Dibujo mío del Ómphalos de Tebas en Egipto (el Templo de Karnak en la actual Luxor); lugar del que se supone procedían los cultos de Dodona. Nada extraño tendría aquello, porque las veneraciones ctónicas griegas son en gran parte de origen egipciante, importadas hasta el Egeo seguramente por los fenicios (o por bibliotas). Tanto que los misterios de Eleuisis podemos contemplarlos como el desarrollo de religiones unidas a la Isis faraónica, que quizás dió hasta nombre a esa diosa helena unida a Demeter y que presidía en Atenas la iniciación bajo la tierra ("Eley-Isis" quizás como una forma de Isis Helenizada). Por lo demás, los cultos a Dodona se basaban en la adoración a la paloma, un ave que se usaba como mensajera pero también como guía en los barcos y también para medir las distancias entre puntos terráqueos (algo que podían realizar con bastante precisión pues estas aves vuelan con bastante regularidad si las condiciones de clima y viento son similares).
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La cosmogonía que narra cómo Cronos tragó esa roca, creyendo que era su hijo, se explica mitológica y lógicamente de modo perfecto. Pues simboliza que hubo un momento en el cual el Tiempo fue engañado por este huevo o gnomon, que permitía el estudio de las sombras solares. Ya que tal y como dijimos en nuestro estudio, Cronos significaba el tiempo medido por el calendario lunar (el mas antiguo) y por ello su signo era la hoz -el creciente- con la que castraba a su padre (el Universo, Urano). Mito que idealizaba el modo en que la medición del tiempo por ciclos lunisolares, cortaba por primera vez el Cosmos (Urano-Varuna). Es decir, que El Tiempo (Cronos) nacía al controlarse la sucesión de movimientos del Espacio (Uranos) a través de la Luna. Mas este dios del calendario lunar (Cronos) fue engañado por su mujer (Rea) quien le entregó una piedra en vez de su hijo, para que la devorase. Leyenda de un Saturno comiendo a su prole que hemos de analizarlo desde el punto de vista del Tiempo imparable, que va matando o envejeciendo al hombre y conduciéndole a la muerte. Pese a ello la roca (Ónfalo) era -como hemos dicho- el símbolo del Gnomon para lectura de luz; y como tal, el del calendario Solar. Por lo que el tiempo lunar (Cronos) quedó derrotado con el advenimiento de un calendario regido por el Sol y nacido del día. De tal manera su dios se llamaba el diurno, “Diauys” en indoeuropeo y que en griego es Zeus; nombre que entre nosotros hubiera sido “Díario” o “Luz de Sol”.
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Más esta medición del tiempo solar por medio de un gnomon, obelisco u omphallos, conllevaba a la comprensión de la esfericidad de la Tierra, por cuanto era sinó inexplicable. Pues cuanto más al Norte lo situábamos, las sombras de los gnomons eran mas largas, los días mas cortos; tanto como el clima mas frío. De todo ello, nacería la idea del ombligo del Mundo como aquella piedra que salvó al Dia (a Zeus) y a la luz de la Tierra, siendo este el símbolo de la esfericidad y de sus dos hemisferios. Todo lo que también explica un segundo gran Ómphallos, situado en la isla de Delos (casi igual de nombre a Delfos). Aunque aquel ombligo de la pequeña Delos parece que era el de un santuario reservado sobre todo a navegantes y por ello su roca no estaba enredada en madejas de hilo (semejantes a meridianos), sino que la envolvía la Pitón. Siendo representado normalmente el Ómphalos de Delos como ese "medio huevo" que una gran serpiente abrazaba; algo que nos determina cómo los secretos de la navegación se entendían unidos a los de "Tifón" o "Pitón". Las enormes sierpes que representaban el tifón o la tormenta, a las que había dado muerte Apolo y luego enterró bajo la roca sagrada, tras haberla vomitado Cronos. Mitos y ritos que describen claramente los secretos de los marinos sobre el conocimiento de latitudes y longitudes, acerca de los astros para guiarse y del tiempo o las horas (un parámetro que es absolutamente necesario dominar para poder navegar y orientarse).
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Pero volvamos a Egipto y al dios pato Guenguenwr (el segundo tipo de deidades oca), ya que nos habíamos apartado un tanto de él, para explicar cómo y por qué los dioses ánades del Nilo eran equiparables al Cronos griego. De tal modo y de cuanto hemos narrado anteriormente, también se comprendería por qué observando la similitud con el huevo de todos los astros, pudo llegarse a pensar que en sí mismo el Universo fue en principio un solo planeta o cuerpo sideral. Un Huevo Cósmico, que reventase o se disgregase, tal como hace el huevo fecundado y el vientre materno. Idea del Huevo Cósmico, unida al concepto de la creación y del Caos que en otras épocas hubiera podido ser tenida por absurda, más no en la nuestra cuando la teoría que se acepta como hipótesis mas cierta de la Creación, es la del Big-Bang de Hawkins. Por ello tendremos entonces que replantearnos si la intuición de los egipcios recreando ese “momento inicial” del Universo como un gran huevo que se quiebra y de donde surge todo, demostraría que no estaban tan lejanos en visión de lo que actualmente se piensa. Pues igualmente hoy se considera que el Universo antes de expanderse por “esa rotura de cascarón” (o Big-Bang) estaba comprimido en lo que podemos llamar perfectamente un Huevo Cósmico -que se disgregó y continúa avanzando en este viaje evolutivo hacia lo indeterminado (como el ave que abre su cascarón y comienza a vivir)-.
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Cerámica negra, representando a Cronos antes de devorar el Ómphallos creyendo que era Zeus (propiedad del Metropolitan Museum de NY al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Esta cerámica decorada por el pintor de Nausicaa, entre el 475 y el 425 a.C.; muestra el mito en el momento que Rea entrega al padre la roca envuelta en los pañales.
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BAJO ESTE PÁRRAFO: Ómphallos que exhibe el Museo de Delfos -al que agradecemos nos permita divulgar la imagen- y que fue hallado en las inmediaciones del recinto sagrado (catálogo 8194); pieza en mármol del templo de Apolo, fechado en el siglo II a.C.. Observemos que la semiesfera va cubierta de cuentas de collares; pues las hileras en bajorrelieve que le rodean muestran joyas de oro, muy semejantes a las que colgaban de los cuellos y ropas las mujeres griegas (parecidas a las que veremos en la orfebrería ibérica de época cercana). Estas lineas hechas con dijes, sin lugar a dudas simbolizarían meridianos sobre la esfera terrestre. Coordenadas imprescindibles de trazar y conocer para guiarse en el mar (un aprendizaje que sería absolutamente necesario para los marinos helenos, que viajaban de altura con el fin de que no les robasen las valiosas cargas -pues en la Antigüedad en singladuras de cabotaje, en cada cabo podrían acecharles piratas-).
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Pero regresando a las ocas y al totemismo (que es lo que nos atañe, en referencia al origen del Flamenco); recordaremos cómo habíamos mencionado el comportamiento llamado de impregnación, común entre los patos. En especial de las ocas, quienes tras nacer consideran su progenitor lo primero que ven (pudiendo llegar a serlo hasta una máquina que se mueva). En nuestra opinión, Guenguenwr simbolizaba esa extraña dependencia de lo que primeramente hallan los patos. Mi idea de que ese comportamiento de impregnación es representado en Guenguenwr, procede de la iconografía; pues su cabeza de oca creemos que significa este raro sentimiento de los ánades domésticos. La unión del pato con aquello que toma como sus padres, que en realidad es lo que ven al nacer; se une a aquellos hombres que vistieran como ocas y figuraría esta circunstancia. Un disfraz que realmente serviría para criar aves silvestres o para confundirse con ellas. Pues como ya hemos dicho, quienes recogen polluelos de grandes aves (de nidos abandonados); para que las crías acepten el alimento, se ven en la necesidad de tapar su cara y su cabeza con una gran máscara que aparente el aspecto de los verdaderos progenitores. De tal modo, miles de años de engaños del hombre, logrando confundir a los ánades, haciéndose pasar por sus padres (por medio de disfraces y otras argucias); pudieron generar ese sentimiento de impregnación (después de cientos de generaciones viviendo entre humanos que las convirtieron en domésticas).
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Por otro lado ese dios Guenguenwr significaba también la idea de que antes de la Creación, el Universo -el todo- era un gran huevo que se abría; igual que el Sol nace de aquel “ovo” cada mañana. Hechos y pensamientos religiosos con los que observamos como el principio filial de los ánades es bastante paralelo al que los hombres utilizan para analizar su mundo espiritual y sus dioses. Pues al igual que los patos, la Humanidad toma como divino aquello que más necesita (en el origen de cada grupo o civilización) o lo que primero ve. La frase anterior puede parecer extraña pero es un hecho históricamente comprobable; pues tal como para los cazadores de bisontes el dios fue un bisonte, para los ganaderos lo era el toro o entre los pastores, el carnero. Idénticamente, con la llegada de la agricultura las deidades se convirtieron en abstracciones de la climatología, los ciclos siderales y las tierras (personificaciones de calendario, las tormentas o “genios” de la Naturaleza que ayudaban a las labores del campo). Finalmente, con la creación Sociedades de tipo estatal, nace un nuevo concepto de dioses; aquellos que proceden de la necesidad de unión y cohesión de la Humanidad, llegándose a deificar conceptos como el amor y la comprensión (por ser lo más necesario para la convivencia firme del grupo).
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Pero volviendo al divo egipcio Guenguenwr, observaremos como no era una deidad cazadora, pues no luce una oca en su cabeza; sino era directamente el dios-pato, que ya tenía la cabeza de oca. En este punto habríamos de reflexionar sobre el carácter de muchas de las máscaras de tipo totémico y las cabezas de animales que lucían los sacerdotes y dioses en Egipto. Pues el origen de estos ritos seguramente tendrá un carácter mas cinegético que propiamente totémico. De ello, nuevamente hemos de regresar a la idea del disfraz para confundirse con los animales, o para hacerse pasar por especies gregarias. Sobre cuanto explico y con el fin de evitar dudas acerca del poder que el hombre ejerce sobre los animales al camuflarse como ellos. Vamos a comentar de nuevo qué es “el poder”; algo que la tauromaquia entiende como la capacidad que del torero para que la fiera haga lo que él desea. Una técnica que puede desarrollarse a través del “engaño” en el arte de “Cúchares”, pero también con un simple disfraz -tal como unas lineas arriba hemos descrito-. Donde ya expliqué como he visto a chicos que amansaban ganado bravo, en una plaza llena de público (con la res muy nerviosa), simplemente simulando ser una vaca .
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De tal modo, el disfraz “totémico” en ocasiones es tan simple como cómico; pues algunos consisten en un traje de lunares, con grandes ubres y una cabeza de vaca con pestañas y lengua fuera -produciendo la risa de los asistentes-. Así, vistiéndose uno con la parte de la cabeza y medio bóvido (siendo sus piernas las patas delanteras) y el segundo, con lo que parecerá el resto de lomo, ubres y las patas traseras. Abrazados, uno tras otro con ese traje de vaca, consiguen confundir a un toro bravo. Logrando que les permita tocarle e incluso acariciarle la cabeza, sacando sus manos bajo el disfraz. El gran morlaco, en mitad de la plaza, les seguirá como hacen las reses con los cabestros, confundido y seguro de que se trata de uno de su especie, mientras el público ríe a carcajadas. Tras haber visto aquello, hemos entendido multiplicidad de leyendas, mitos y danzas, que hacen referencia al totemismo y al dominio de animales. Para los interesados en comprender qué es el totemismo y la fuerza que ejerce el hombre sobre los animales cuando se disfraza y confunde con ellos, le recomendamos ver el siguiente video del grupo Bravura Maña -que es además verdaderamente divertido https://www.youtube.com/watch?v=VqWbxSmrbhw .-: Por todo lo narrado, quizás la leyenda del Minotauro es más un relato que habla del modo de vencer al toro vistiéndose de este, que luchando contra él. Muy posiblemente el hilo de Ariadna con el que se consigue que Teseo mate al Toro de Minos; pudo ser este hecho de enseñar a disfrazarse “de bovino” a los tesalios, para poder robar a los cretenses sus rebaños de bueyes. Pues podemos asegurar que de "esta guisa", el bos -por muy bravo que sea- deja de embestir, permitiendo acercarnos hasta tocarle con nuestras manos (14) .
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IMAGEN, ARRIBA: Pareja de palillos (castañuelas) de marfil fechadas entre el 1353 y el 1136 a.C. (XVIII Dinastía) y pertenecientes al Metropolitan de Nueva York -al que agradecemos nos permita divulgar la imagen. De nuevo vemos unas chacletas semipreciosas (en marfil) que tienen hasta orificio para pasar una cuerda (como se hace con los palillos comunes del Flamenco). Su diseño en forma de mano vuelve a recordarnos a la diosa Athor y el carácter apotropiaco de estos instrumentos musicales.
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IMAGEN, ABAJO: Uno de los palillos hallados en Abidos, del Nuevo Reino y perteneciente al Museo de El Cairo (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Observemos como representa una cabeza de dios que posiblemente sea Geb, aunque en vez de tener un pato sobre ella, lleva una mano (quizás como símbolo del palmípedo, que se identifica con la palma, el remo o la mano).
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C) Totemismo en Egipto, los ánades las garzas y su significado como Cronos calendárico:
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Por todo lo expuesto, consideramos que el totemismo egipcio -que nos resulta a veces tan “extravagante”-, quizás contiene una gran lógica social basada en principios de utilidad cinegética, de domesticación y del uso de los animales. Recogiendo modos neolíticos para poder amaestrar, atraparlos y dominarlos; ya que hace miles de años, era imprescindible vivir de la caza y de las bestias. Unos hechos que consideramos como los orígenes indiscutibles del totemismo, y la verdadera esencia de la religión egipcia, que hunde sus raíces en el Neolítico. De tal forma, aquella civilización que guardó su Historia y sus monumentos desde antes de la difusión generalizada de los metales, igualmente creemos que conservó los usos y costumbres de los cazadores de los tiempos más remotos. Por cuanto los hombres con cabeza de cánido (o chacal, como Anubis), probablemente fueron los que domesticaron al perro y crearon el galgo -raza que se sabe artificialmente construida en Egipto-. De igual modo, quienes se vestían de gato o lo adoraban en tierras del faraón, probablemente rememoraban a los que originariamente lo domesticaron (en el segundo milenio a.C.) para sustituirlo como guardianes de los graneros por las peligrosas serpientes. De todo ello, los dioses con rostro de oca (como Guenguenwr) o de ibis (como Toth), quizás son el recuerdo de los sabios cazadores de las riberas, que así disfrazados conseguían evitar los daños causados por esas aves en las cosechas y en los cultivos inundados.
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De tal modo, sobre el totemismo faraónico consideramos que su organización religiosa nacida del culto a los animales, pudo originarse en una sociedad neolítica cazadora-agricultora. Donde los estratos sociales se distinguieran no solo por los trabajos que realizaban, sino principalmente por las presas o animales a los que cada grupo se dedicaba. Siendo los más importantes aquellos que dominaran especies peligrosas (como el cocodrilo, la cobra o el hipopótamo). Unas élites guerreras que ya entonces (antes de la Edad de los Metales) pudieron confirmarse como aquellos que luchasen contra estas alimañas, consiguiendo controlarlos o apartarlos del suelo egipcio (sin ánimo propiamente de captura, sino de servicio al pueblo). Otros estratos mas bajos sociales, se dedicarían a cazar o domesticar (cuadrúpedos y sobre todo aves -tales como la oca-). Finalmente a todos ellos se sumaría un pueblo emigrado en su mayor parte del Alto Nilo (nubios). Lo que al término del IV milenio a.C. generaría una “clase” compuesta por agricultores de tez oscura, concentrados fundamentalmente en los cultivos; junto a otros ciudadanos de aspecto más mediterráneo, dedicados al funcionariado y al ejército. Creándose desde entonces (IV milenio a.C.) una Sociedad de castas que generaría un tipo de religión totémico-agrario. De difícil explicación para quienes carecemos de orígenes directamente ligados al Neolítico y que no hemos sufrido en nuestra Historia esta transformación gradual, sino las diversas invasiones de pueblos que solían aniquilar una civilización anterior. De todo ello, lo que deseamos destacar es la idea de que las máscaras y los animales que fueron adorados en tierras faraónicas; tuvieron un sentido histórico, social y económico. Tan importante como el lugar que pudo tener el oro, la plata, el bronce, o el hierro; que también se adoraron en la Edad de los Metales (idealizados en dioses, minerales o planetas).
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En razón a esta Historia y a cuanto vamos exponiendo, creemos -como dijimos- que para los egipcios la música y la danza tenían también un sentido muy unido a la domesticación de animales y a su caza. Un hecho que también se muestra en un curioso dato recogido por Horapolo, que nos dice: Los egipcios para expresar viejo que cultiva la música “pintan un cisne, pues este entona su canto mas dulce cuanto mas envejece” (15) . Todo lo que se une a la leyenda de la muerte del cisne y su canto, que es tan antigua como bella y ya la recoge Platón en Fedón (16) . Sobre ello, González de Zárate -citando a Eliano ( His. Ant. 32)-, narra sobre ese ánade que estaban consagrados a Apolo; recogiendo esta historia con las siguientes palabras: Está “El cisne al servicio de Apolo, más no sé decir en qué otra relación con la música y el canto está. Nuestros antepasados creían que después de cantar la canción llamada del cisne este moría” (17) . Muy de destacar es que este ave en Grecia fuera la dedicada al dios Apolo, inventor de la lira (la música) y que presidía el gran templo de las musas: El templo de Apolo en Delfos. Más es un hecho común a muchísimas culturas que este palmípedo se identifique con la canción, por los conocidos sonidos que al parecer emite cuando está muy enfermo o sufriendo terribles fríos entre los hielos de lagos; que estoicamente soportan, aunque les puede llevar a la muerte. Acerca de ello, Huerta (en Historia Natural X, XXIII An.) habla así de esos hechos -cita que recoge igualmente González de Zárate- : Narran que tiene el cisne un bello canto a su muerte en soledad “como dijo Sócrates en El Fedón de Platón, y por esta causa los indios y los egipcios tenían a estas aves como la del fénix, por sabias” . Dicen que cantan por cualquier tristeza y también otros que es a la luz del alba cuando entonan su canción “De aquí el proverbio Cynea Cantio, y queriendo los egipcios significar un viejo músico, pintan un cisne; el cual como cantor fué dedicado a Mercurio aunque otros lo dedican a Apolo. No solamente por ser ave cantora, sinó también por su blancura de cuerpo que significa la luz del día, como la negrura del cuervo la oscuridad de la noche” (18) .
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Como comentario para finalizar estos párrafos solo añadir que nuevamente vemos aquí una unión plena entre las aves acuáticas y la música, desde Egipto. Una identificación que es innegable y que hace entender por qué muchos ánades son aún en nuestros días, el totem del canto y del baile. Por su parte, el final de la anterior cita de Historia Natural (de Huerta), menciona que el blanco del cisne se identifica con la luz del día, mientras la negrura del cuervo es símbolo de la noche. Ello nos lleva de nuevo a la imagen de el dios Gueb, que representaba el cielo durante el día y por ende el nacimiento del Sol. Mientras su mujer (Nut) era el firmamento de la noche. Ambos ( marido y mujer) son el símbolo del calendario; aunque el primero, los es del solar que se mide por cada día; mientras la Nut significa el calendario lunar, sideral o de las estrellas.
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ARRIBA: Representación de una Oca en el templo de Karnak (Luxor. XVIII dinastía). A mi juicio se trata de una figura del dios Guenguenwr.
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ABAJO: El autor de estas líneas hace algunos años “atacado” por un cisne en Sintra. Como pude comprobar, estas aves son muy celosas y no permiten que nadie se acerque a su hembra. Pese a ello, y deseando ver si era verdad, me aproximé intentando tocar a la pareja del macho, que se abalanzó sobre mí en el modo que podemos ver. Ello daría un carácter aún más romántico a esos ánades que se suponen “monógamos”; capaces de cruzar miles de kilómetros en grupo y de soportar las temperaturas más bajas imaginadas. Durmiendo sobre los lagos de Rusia o Centro Europa; donde a veces, al quedar atrapados por los hielos, comienzan a llorar el famoso “canto” del cisne, que también emiten al morir su pareja.
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Regresando al totemismo egipcio, volvemos a citar al dios egipcio Toth (19) , que ya hemos mencionado, como equivalente a Apolo y a Mercurio (Hermes) unidos; por ser la deidad de la cultura, las letras y las artes. De Toth ya dijimos que lucía cabeza de ibis, un ave sumamente sagrada entre los egipcios, similar a pequeñas garzas, de extraordinario pico y que con continuos toques o pinchazos, va haciendo orificios en las arenas de las riberas, oxigenando el terreno (descubriendo moluscos, conchas, caracoles y sobre todo, comiendo culebras). Hoy en día, quizás el ibis poco ayude al agricultor, pues no hay enormes extensiones de charcas sino más bien regadíos controlados y sin grandes plagas de insectos. Pero en el Egipto de las inundaciones debió de ser muy útil, siendo incluso posible que con su pico ayudase a descubrir culebras, moluscos y peces ocultos en el barro -a quien así lo amaestrara-. Por lo demás, conocemos que aquella pequeña garza hacía acto de presencia en los momentos en que iba a producirse la crecida y además se alimentaba de huevos de cocodrilo. Ello, unido a la enorme limpieza del ibis, lo haría tan sagrado como útil y venerado en en Nilo.
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Según narra Elisa Castel (19) , los egipcios conocieron tres tipos de ibis y adoraron dos “sub-razas”; denominadas comúnmente: Ibis eremite e ibis religioso. Se consideraban símbolo de la resurección y de lo mas benéfico, puesto que come continuamente insectos y liendres del barro, además de reptiles. Su pico (dice esta autora) se imaginaba relacionado con el cuarto de luna y su color blanco le otorgaba aún mayor significado sagrado. Su costumbre, de picotear bajo el lodazal se relacionaba con la búsqueda de la ciencia y la sabiduría, por lo que se tuvo como el símbolo de las artes y las letras. Sobre este mismo ave y el dios Toth, señala la obra de Plutarco -Isis y Osiris-, que Diodoro de Sicilia la menciona como sagrada, pues se comía las serpientes, saltamontes, langostas y orugas (“Isis y Osiris” en versión de Vázquez-Prego -en sus notas aclaratorias y glosario del traductor-) (20) . Del mismo modo Heródoto cita que es deificada por alimentarse de culebras. Según este último había dos tipos de ibis, una negra y otra blanca. Aunque realmente hubo tres clases: El negro que comía serpientes llamado “gemet”; otro que denominaban “ach”, de pluma oscura y con copete (hoy desaparecido); por último el ibis blanco que ya tan solo habita en el Sudán. Por estos tres colores de pluma (gris, negro y blenco) se consagraba a la Luna y significaba sus fases (tanto como por su pico en forma de creciente) (21).
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Cuanto exponen sobre el ibis la profesora Elisa Castel y la edición mencionada de Plutarco, quizás pueda resumirse diciendo que esa pequeña garza fue adorada por su limpieza y utilidad, aunque también era símbolo de las letras por su sabiduría y capacidad de cazar serpientes, langosta y orugas. De tal manera era venerada, que cuando comenzaron a escribir en jeroglífico alfabético, la primera letra de estos “alfa-ideogramas” faraónicos fue el dibujo de un ibis. Ave que a mi juicio pudo en algunos aspectos usarse domesticamente o bien “semi amaestrarse” para algunos fines (como sucede con las cigüeñas o las palomas, que son medio caseras). Un sistema con el cual posiblemente se ayudaron los egipcios para erradicar plagas de langosta y orugas; criando y protegiéndolas para que buscaran comida en el lodo de ciertas zonas. Tanto como sirviéndose de ellas para prevenirse de serpientes, bajo el barro (manteniendo ibis en las zonas que trabajaban). Con esta hipótesis quizás comprendemos los motivos que llevaban a ser tan importantes las zancudas y los ánades en Egipto. Ya que con aves acuáticas que no temieran al hombre, viviendo entre las charcas del Nilo; pudo pescarse o limpiarse los fangos de insectos y de peligros. Usando muchos de ellos de igual manera como aún se hace en algunas partes del Mundo; tal como sucede por ejemplo con los córvidos marinos. Aves como el cormorán, que se “domestica” -en cierta forma- para pescar con ellos. Lo que realizan simplemente atándolos en largo y colocando una anilla en su cuello; para que no traguen el pez que capturan con su pico, cada vez que son soltados (una técnica semejante al modo en que se utilizaba el cerdo trufero -que hoy en día se sustituyó por un perro-).
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De este modo, se pudo dar uso a infinidad de especies animales (para pescar, cazar o hallar aquello que deseaban buscar). Unas labores que se iniciarían en la Edad de Piedra y se perfeccionarían en el Neolítico, habiéndose perdido en la noche de los tiempos muchas de aquellas utilidades y trabajos en que los hombres se ayudaban de aves, cuadrúpedos o bestias. De algunas nos han llegado noticia tan solo por referencias; como sucede con la pesca griega ayudada por delfines. Mamíferos del mar a quienes los helenos amaestraban y premiaban con los restos de lo atrapado, pero sobre todo regalando pan mojado en vino (algo que pudieron ver como costumbre en los puertos griegos hasta no hace tanto y que de seguro creó la amistad entre el hombre y el delfín). A su vez, de esos usos y argucias, nacerían muchas de las leyendas y mitos. Como el de Dionisos, del que se contaba que fue rescatado por delfines tras haber sido abandonado en el mar. O los de Apolo, en cuyo templo oracular se adoraba a este totem que daba nombre al lugar sagrado mas famoso de le hélade: Delfos (22) .
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Un culto que hemos de relacionar plenamente con la pesca y el amaestramiento de mamíferos del mar, realizado por los marineros en la Antigüedad (usos que se conservaron hasta no hace tanto). Pero su carácter sagrado procedería no solo porque los delfines descubrían a los pescadores bancos de atunes y sardinas (tal como se sabe); sino también por salvar a quienes caían a las aguas. Todo lo que indica que asimismo debieron ser amaestrados para poder regresar a puerto -utilizándolos como guías del mar-. De ello, que se les adorase con sentido oracular y de sabiduría, relacionándose su veneración con el del vino; pues tal y como narran los que visitaron las costas Grecia hace siglos, allí se les premiaba con pan mojado en este caldo (que les arrojaban al mar, tras encontrar los bancos de peces). Esta pesca y navegación con delfines desapareció en un momento histórico, por lo que muchos dudaban si fue realmente posible -o solo invención de algunos autores-. Aunque la llegada de los nuevos zoológicos con delfinarios, ha demostrado que el amaestramiento de esos mamíferos no conoce fronteras. Acerca de las dudas que despierta la posible pesca o guía con delfines en el pasado; tan solo hemos de decir que lo mismo ocurriría si hubiera desaparecido de la Historia la caza valiéndose de rapaces. Ya que nadie puede imaginar hasta qué punto el hombre es capaz de domesticar un halcón o un buho y hasta las águilas. Pero por fortuna la cetrería no se perdió, siendo un uso de claro origen neolítico (cuando no hemos de pensar que pueda ser anterior). Por su parte, de ella podemos comprender el sentido pleno del culto al dios Horus, representación del príncipe de Egipto, e hijo de los grandes Osiris e Isis (el Sol y la Luna).
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Libro de Muertos, papiro de ANI fechado en el 1250 a.C. y propiedad del British Museum (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). En ella observamos una escena puramente totémica, tan solo imaginable en el mundo de Walt Disney; quien creó un género imaginario absolutamente totémico, siguiendo la tradición de la civilización Norteamericana (arraigada en los amerindios del Norte). En el papiro vemos al buey Apis observando escondido entre los juncos (donde tiraban su cabeza una vez sacrificado). Al lado está Tueris, diosa de las embarazadas (con cuerpo de hipopótamo y boca de cocodrilo); realizando ofrendas, portando dos amuletos (un Ankh y una mano de Athor).
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BAJO ESTE PÁRRAFO: Mi mujer junto al dios halcón Horus, en el templo de Edfú. Como decimos, a mi juicio el halcón fue idelizado como ave que ayudaba a la caza en el desierto. Una labor tan importante para los que habitan entre las dunas, que aún la cetrería es uno de los deportes más valorados por los descendientes de aquellos antiguos egipcios (en el mundo árabe). Además, ayudarían estos halcones a capturar palomas mensajeras no deseadas; donde enemigos y personas infiltradas en la Sociedad, pudieran enviarse órdenes peligrosas para el grupo. El valor del halcón para cazar fue tanto, que la mitología egipcia consideraba que Horus había acabado con Set (el mal) convertido en cerdo o facochero (animal inmundo para las culturas del desierto, habida cuenta que daña los humedales, infecta las aguas y destroza las zonas con poca lluvia -buscando pozos y manantiales, que arruina chapoteando-).
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De estas costumbres y usos de los más remotos tiempos, nada nos debe extrañar; debiendo estar abiertos a creer que pudieran domesticar los ibis, las garzas o los flamencos (tanto como hicieron con algunos patos; al menos para darles ciertos usos en las charcas). Pues si es evidente que el hombre realizó con los animales ingenios tan sobrenaturales como lograr que las palomas les guiaran el camino, que el perro pastorease, que el caballo le obedeciera o que las rapaces cazaran para él.... Hemos de suponer cuánto habrá inventado en el pasado para encontrar comida, calor, evitar los insectos, los peligros, o simplemente orientarse al estar perdido (en el mar y en el desierto). Si tenemos alguna duda sobre ello baste reflexionar en las palomas mensajeras, que pueden amaestrarse hasta por un niño, llegando a alcanzar los siete mil kilómetros de recorrido. Es decir, que son capaces de llevar un mensaje desde España a Egipto en pocos días.... Del mismo modo, el uso y la observación de ciertas zancudas migratorias de seguro llevó a "domesticarlas" en cierto modo y que algunas llegaran a ser "sagradas”. Este es el ejemplo de la cigüeña, venerada aún por el labrador, en los pueblos (guardando sus nidos en los campanarios). Pues comen ratones o culebras, además de perforar el campo y tan solo con su llegada sabían que desde ese momento no habría grandes heladas, por lo que comenzaban a preparar la siembra. Promoviendo frases del refranero español como “por San Blas, la cigüeña verás y si no la vieres año de nieves”. Donde se muestra tales costumbres de absoluta vigencia (siendo evidente que si a primeros de Febrero no llegan la cigüeñas al interior peninsular, va a continuar el frío y la nieve). Igualmente se usaban diversas especies para medir los ciclos del clima (que a veces no se corresponden tanto con el calendario); por cuanto la avutarda indicaba la llegada el otoño y las lluvias, o las golondrinas avisan de la primavera y del tiempo soleado.
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Partiendo desde usos como los antes referidos, el ibis, en Egipto debió ser un ave de gran utilidad; más de lo que Elisa Castel y otras fuentes narran (justificando su veneración en que comía insectos y culebras, limpiando los lodazales). De ello que este dios Toth con rostro de ibis, fuera el equivalente a Hermes griego, protector de las ciencias, las artes y las letras. Aunque además,Toth era también el dios del calendario y del tiempo (como Cronos y Gueb). Un atributo que en el caso del ibis y de ánades salvajes se explica fácilmente, pues emigraban y regresaban en igual época del año al Nilo. Aunque el ibis no es del todo migratorio y algunos permanecen en Egipto los doce meses; por lo que entendemos que también represente el conocimiento del ciclo anual desde el punto de vista zodiacal o estelar. Es decir, que algunas de estas aves que no migraban, simplemente por su comportamiento podían revelar las estaciones (no solo por sus idas y venidas, como el resto de ánades y zancudas). De ello que representasen o simbolizaran al sabio que conocía los meses, gracias a la observación del cielo -como la cabeza del ibis- (23) .
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Para comprender lo anteriormente expuesto hemos de tener muy en cuenta que el año y su duración, en Egipto era un dogma secreto -tal como repetidamente apuntamos en todos nuestros estudios donde hablamos del calendario civil faraónico- (24) . Es decir, que siendo evidente que los sacerdotes conocían el bisiesto desde la más remota antigüedad, todo apunta a que lo guardaban en celoso secreto con el fin de que la población no pudiera calcular el día en que vivían (sin conocer los ciudadanos los astros por sí mismos, o poder guiarse en el desierto, al no saber la fecha verdadera). El ciclo anual civil que divulgaban al pueblo era complejísimo y se basaba en Shotis (Sirio), un astro cuyo año era igual al sideral de la Tierra. Ello hacía que la anualidad egipcia tuviera 365 días, sobrando un cuarto de jornada anualmente. De tal manera cada cuatro años el calendario atrasaba un día completo (por no tener bisiesto); lo que producía que cada cuatro décadas las fechas tenían ya un desfase de diez días (todo lo que se vería claramente en las sombras...). Debido a ello; si la civilización del Nilo hubiera durado tan solo unas centurias, quizás sería defendible que no se habían percatado de tales desfases en las sombras (que en cuatro siglos era de cien días). Pero el hecho es que el reino de los faraones y sus monumentos perduraron por casi tres milenios, por lo que tuvieron al menos que darle dos vueltas completas al calendario... . Todo lo que narramos supone que normalmente los meses y los días calendáricos fueran incalculables para los no iniciados, por lo que el pueblo no sabría realmente en que día astral vivía. Algo que creemos servía para evitar que aquellos que no estudiaban con el clero, pudieran conocer bien la bóveda celeste, ni menos orientarse por las estrellas (o el Sol); evitando así que huyeran de sus pueblos y menos que ajenos al poder consiguieran atravesar el desierto, encontrando las ciudades y los oasis (función que se reservaba al sacerdocio y a los guías militares).
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IMAGEN, ARRIBA: Ocas en Pampliega (Burgos). Apenas ya se crían estas aves en los pueblos de España, aunque antaño no faltaban en todo lugar donde el agua fluyera (pese a que pueden criarse en granjas sin apenas agua). Su utilidad en la Antigüedad era mucha, pues no solo ponen huevos y tienen una de las carnes de ave mejores; sino que además sirven para cuidar (tal como hacen los perros). Ya que al acercarse extraños comienzan a graznar con estrepitoso jaleo y de intentar invadir su terreno una persona desconocida, suelen atacar en bandadas (a picotazos y patadas). Por lo demás, su sabrosa carne era una de las más deseadas por los pueblos que no comen cerdo; siendo su cría el equivalente a la del ganado porcino para las gentes del desierto (que excluyen de su dieta el puerco al ser un animal devastador en áreas de calor y muy infeccioso en zonas sin agua).
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Por cuanto explicamos, en tierras de Castilla uno de los platos más típicos (el cocido), en su forma más antigua se hacía al estilo hebreo: Cocinado tan solo con carne y huevos de oca (al que daban el nombre de "adafina"). Debido a ello, tras la Reconquista dejó en parte de criarse y de comerse el pato, por considerarse alimento de judíos y musulmanes. Aunque posteriormente y por influencia francesa fueron instalándose nuevos cebaderos de ocas en la Península, principalmente en las inmediaciones del camino de Santiago. Motivo por el cual creemos se identificó esa ruta con las ocas.
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IMAGEN, ABAJO: Grabado que representa a Taharka y su reina Dikahitamanu, (lámina de Faucher-Gudin, del libro de Lepsius "HISTORY OF EGYPT..." By G. MASPERO). Observemos al monarca en su trono, junto su esposa; rodeados de símbolos totémicos: El rey tiene cabeza del carnero Ra; sobre este aparece la gran cobra Mehent; a su lado, la princesa va coronada con el buitre en su frente (al igual que los dos que presentan ofrendas, lucen una cobra en igual zona). Ello, unido a las plumas y otros símbolos que utilizaban los egipcios, nos indica el carácter absolutamente totémico de su religión (cuyas bases teológicas explicarían la unión entre los hombres y los animales).
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La demostración de este tipo de organización y del conocimiento perfecto del año sideral por los sacerdotes o las élites del Nilo, se advierte al observar que medían el año marcando su inicio la jornada en que amanecía la estrella Sirio (cuyo ciclo dura 365 días, por cuanto cada cuatro años, esta aparece una fecha mas tarde). Debido a ello, la anualidad completa del calendario egipcio era llamada "siriaca" y tan solo se daba por finalizada cuando coincidía la salida de Sirio con un mismo día del año civil (siendo igual la fecha solar y la siriaca). Esto ocurre cada 1460 años, o lo que es lo mismo cada 365 años multiplicados por 4; que corresponden al número de días de la anualidad civil egipcia, multiplicados por el desfase del bisiesto que quitaban. Evidentemente suponer que quienes tenían el Ciclo Siriaco no conocían el bisiesto; es como creer que quienes se orientan por millas marinas, desconocen la medida del Arco terrestre (pues la milla precisamente es una medida surgida directamente del grado). Por lo demás, sabiendo que los sacerdotes calculaban perfectamente la hora y el día, tanto como guiaban sus caravanas a través de las estrellas en tramos de miles de kilómetros (aplicando tiempo y fecha siriacas). Todo ello nos debe hacer reflexionar acerca de los conocimientos astronómicos de los egipcios, que debieron ser tantos como para dominar prácticamente cuantas estrellas existieron para la Humanidad, hasta que se inventó el telescopio.
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Evidentemente, el pueblo desconocería cuanto hemos referido; del mismo modo que hoy en día casi todos ignoramos los secretos de la astronomía y la física moderna; pues tan solo unos pocos son capaces de comprender los principios de la ciencia avanzada. Pero en el Nilo se daba tanta importancia los astros y de tal manera era obligado su estudio, que -como dijimos- sus sacerdotes tenían como misión fundamental conocer la bóveda en todas las estaciones del año, para calcular y marcar las horas del día y la noche. De ello la importancia de medir los rezos para las culturas de origen desértico, algo que a quienes vivimos fuera de este ámbito nos puede resultar poco comprensible. Pero realmente, los árabes (y antes los egipcios) gracias a su deber de rezar cinco veces al día y en horas muy determinadas, tuvieron la obligación de conocer estas horas -gracias a lo que pudieron guiarse en el desierto-. Cuanto relatamos puede resultar extraño, pero hemos de pensar que desde el Renacimiento, es relativamente fácil calcular la hora con los relojes mecánicos. Aunque anteriormente fueron sobre todo estas civilizaciones del desierto las que conocieron bien este arte de saber leerla; con las sombras en el día y por las estrellas en la noche, algo que de seguro les otorgó la primacía cultural en la Edad Media. Ya que sin hora y fecha no hay posibilidad de tomar rumbo social ni en un viaje entre dunas; un rumbo que normalmente se elegía durante la noche cuando viajaban las caravanas que dormían y descansaban tras salir el Sol.
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De todo ello se entiende por qué Toth -hombre con cabeza de ibis, dios del calendario y la sabiduría- era el totem del clero faraónico; lo que obliga a pensar que ese ave, además de respetada y venerada por su utilidad, fue considerada una gran conocedora de los medios de guiarse. Así el Ibis Toth, como la Oca Gueb, eran también los dioses del tiempo climatológico y de las estaciones. Aunque -como dijimos- el primero lo fué del calendario (del año en un sentido cósmico), mientras el pato lo era en el aspecto agrario. Recordemos que Gueb representaba al día y mas concretamente en su posterior conversión en Guenguerwr, simbolizaba la apertura del Huevo Cósmico; por lo tanto significaban el amanecer. Una luz (solar) que era el símbolo de la comprensión simple del calendario, sin necesidad de estudio y valiéndose de sombras. Pues como vimos, en Egipto los verdaderos días de ciclo anual civil no se correspondían con el año sideral en que vivían. Por su parte, Toth pasa a tomar los atributos de Nut (el firmamento en la noche esposo de Geb) y de la Luna; debido a su curvo pico, similar a un creciente. De tal manera se convierte el ibis en dios de los cuartos y del mes lunisolar, una deidad del año regulado, pensado y razonado; por ello porta sobre sí el disco, espejo y símbolo de este astro, en su cabeza. Siendo igualmente Toth el dios de la medicina que cura el ojo del Sol (su luz) que se simboliza en la Luna apareciendo y desapareciendo (de nueva a llena), como si al cambiar los crecientes quedase ciego el firmamento. Ese dios médico va “sanando” las diferencias de intensidad en la luminosidad de los astros reyes, la del Sol de invierno a verano y la de la Luna cada 29 días . Con ello Toth cura aquello que no es mas que la comprensión del el ciclo anual del Sol y la Luna, que volverán siempre a lucir iguales al terminar los periodos siderales concatenados. Este símil que une el Sol y la Luna como los ojos del Universo, que Toth cura; significa la comprensión plena del calendario (solar y lunisolar), lo hemos estudiado en profundidad en nuestro trabajo sobre oftalmología egipcia (25) . Cosmogonía donde podemos entender con claridad la espiritualidad del hombre egipcio y su visión tan bella de la realidad.
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SOBRE Y BAJO ESTAS LÍNEAS: Arriba, imagen del escarabajo, también sagrado en Egipto. Su modo de reproducirse fue visto como una cosmogonía; al poner los huevos en el estiércol, que luego va modelando en una bola que empuja, para terminar llevando con sus patas la “pelota” de detritus y larvas hasta un agujero. Allí deposita la bola de estiercol que contiene su furuta prole y que un día se parte como un "huevo cósmico", naciendo de ello la vida (“un Universo”). Pese a ello, el escarabajo debió ser además un insecto de gran utilidad; quizás al proporcionar quitina (kitosana) en su cáscara, un alimento hoy práticamente olvidado pero que es altamente beneficioso -principalmente curativo-. Por lo demás, creo personalmente que ese insecto quizás cumplió una función primordial en la limpieza del suelo egipcio; pues sus habitantes no podían tirar sus detritus al rio (so pena de infectarlo). Así mantendrían vertederos entre las arenas, donde vaciaban orinales, que cuidadosamente limpiaban (ya que conocían las enfermedades infecciosas producidas por la falta de higiene). Por lo que quizás el escarabajo cumplía una función “regeneradora” de heces humanas importante, lo que le sacralizó para que se extendiera y acabase con las plagas que las inmundicias producen.
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Por cuanto hemos narrado, el otro dios egipcio del tiempo Geb (el pato) es solo un divo del año agrario. Es decir de los días o meses, pero sin conocimiento del calendario, en la forma que el campesino lo ve y lo reconoce; principalmente cuando observa las aves durante las Estaciones (emigrando o criando). Como dijimos, esta fue la fórmula mas simple para los agricultores de comprender los ciclos anuales, desde la antigüedad Paleolítica hasta hoy. Realmente es la mejor que hay para establecer los periodos de labor, ya que con la venida de las migratorias (y su cría), se sabe cuando se puede sembrar, recoger o arar. Sin necesidad de estudiar las fechas, teniendo certeza con gran seguridad de la llegada de la inundación, lluvia o sequía (o del regreso del frio o el calor). Es este un ”calendario” que llamamos “agrícola”, pues en muchas ocasiones no coincide totalmente con uno real (que se aproxima, pero varía según el clima). Porque la verdad de la agricultura obliga a fiarse más de la aparición de los patos o de las cigüeñas, que de las fechas (para laborar con seguridad). Debido a lo que este año agrario era lo que creemos que simbolizaba Geb, el ánade que aparecía periódicamente y el calendario realmente el útil para el pueblo, el que debían mirar los egipcios comunes. Máxime cuando el civil solía estar desfasado en días, o meses con la bóveda celeste, coincidiendo en fechas tan solo cada 1461 años... .
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Como venimos repitiendo, este medio de conocer las Estaciones valiéndose de las aves, es el más indicado para el cultivo y la siembra. De ello deriva, en nuestra opinión, que las voces año y ánade, tanto como anual y anillo, tengan una misma raíz; significando originariamente “lo cíclico”. Pues el año se repite circularmente, de igual forma que cada temporada el ánade emigra y regresa, en un continuo anillo o ciclo cósmico imperturbable. Además consideramos a su vez que nuestras palabras “ciclo” y “círculo” tienen su etimología en una voz fenicia cercana al sonido “ok” -procedente a su vez esa, del egipcio “aq”- , cuyo significado entre los púnicos llego a ser tanto “lo circular”, como “el ojo” y “el huevo”. Voz fenicia que daría origen a la letra “o” y que los griegos pusieron como final de todo (omega). Un carácter en principio redondo, como lo fue para ellos el “okeanos”, o el “kiklos”. El ciclo, el círculo, la circunferencia, el circo; tal como también es el huevo (término que en casi todos los idiomas se relaciona con esta palabra “ok” fenicia, o con la “aq” egipcia). Voces que consideramos originadas hace milenios desde ese jeroglífico faraónico “aq” y que recordamos que se dibujaba como un ánade; significando “pato”; pero también unas castañuelas, y que se traducía como “estar en el centro”. Siendo los jeroglíficos de un ánade o de unos Palillos, lo que nos permite comprender por qué ambos signos simbolizaban el tiempo: El pato, por cuanto viene y va en unas mismas épocas marcando las estaciones. Las castañuelas o palillos, porque marcan el tempo (tiempo o ritmo) musical, y con ello se identificaban con el corazón y su latido o con el mismo cosmos, cuyos ciclos marcan nuestro tempo.
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No podremos extendernos en el sentido del tiempo filosófico e Egipto y su relación completa entre el tempo musical y los ciclos del Universo. Más para consultar el significado de ello recomendamos la lectura de nuestro estudio “Creación, temperacion e improvisación” (26) en donde se demuestra que toda la teoría pitagórica, que “descendía” de las filosofías de los sacerdotes egipcios y babilonios, se basa en el conocimiento de los astros y la música. De ello que las relaciones de Espacio y Tiempo, y de Tiempo como una sucesión de Espacios, que unen la música en Pitágoras con el Universo. La teoría recogida por el sabio de Samos, explicaba desde el siglo VII a.C. que las distancias entre los planetas guardaban una relación directamente proporcional e igual a los intervalos de la música. Es decir, que del DO al RE y del RE al MI y del MI al FA etc. hay unos intervalos o distancias iguales en proporciones que la que los astros tienen ( del Sol a la Luna, de la Luna a la Tierra etc). A ello se debe, que cada una de las siete notas se tuviera como cada uno de los siete planetas hasta entonces conocidos. Por su parte, la Música de las Esferas era la que se generaba en el Cosmos con el movimiento de los astros, del mismo modo que nuestra música en la Tierra y con los instrumentos, era creada por el recuerdo de aquella cósmica, “oida” cuando estuvimos en “el cielo”. Vibrando las cuerdas y produciendo notas que guardan iguales intervalos a los planetas, se produce la Armonía Mundi, como recuerdo de esta armonía universal. En todo ello, el tempo musical (marcado normalmente con percusión) y el calendario (marcado por las aves migratorias) tienen un mismo significado, y por esto consideramos que ambas palabras se pudieron decir “aq”; y así se dibujó bién como un pato o como unos Palillos. Palabra que como hemos visto, después pasaría a las lenguas fenicias en la forma “ok”, y que dió lugar a Oceano (mar circundante), el Ojo y Huevo. Igualmente, esta voz deformada como “kok”, daría origen a “kiclos” de donde viene como vimos, ciclo, circulo, circunferencia etc. Mas todas ellas en nuestra opinión tiene su raiz en la onomatopeya egipcia del graznido del pato ( ese “aq” que sería como nuestro “cua”), cuyo sonido significaría en Egipto antiguo, la llegada de la inundación y la fertilización de las tierras junto al Nilo (27) .
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IMAGEN, ARRIBA Y ABAJO: Jeroglíficos relacionados con el pato, las ocas y los palillos (dibujados por mí y que ya habíamos recogido). En ellos podremos ver la relación entre estas aves y el concepto de hijo, huevo, tiempo, dedos, números, o castañuelas (los palillos que se figuraban como dos dedos).
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CITAS:
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(1): RAFAEL PÉREZ ARROYO; La música en la Era de las Pirámides // Madrid 2008 // Cap. I Periodo predinástico y Tinita"; Apartado "IDIÓFONOS" : Epígrafe "Tablillas de entrechoque" // Cap. V “Idiófonos en el Imperio Antiguo” (chacletas con figuras grabadas).
(2): El nacimiento de Horus desde un pene reconstruido (en algunos casos con forma de Ankh), se contempla en algunas versiones mas antiguas del mito egipcio. Dicho falo falso de Osiris, hecho en madera o esculpido en una gran talla, se veneraba en algunos de los templos de Isis (donde las mujeres exhibían y paseaban la verga sagrada, como símbolo de fertilidad).
(3): Para ampliar conocimiento sobre el tema, recomendamos leer nuestros artículos:
- DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS". Continuación: Dioses de la Fertilidad; Min o Minu egipcio. -RELACIÓN DEL SEXO Y LAS ENFERMEDADES VENÉREAS CON EL MAL DE OJO, SU PLASMACIÓN EN LAS JOYAS QUE LO EVITAN- (de Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXX). VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/11/1-8.html
- DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS". Continuación: Dioses de la Fecundidad y su posible significado calendárico -de Egipto a Japón-. -
VEMOS LA RELACIÓN PLANETARIA DE LA SEXUALIDAD Y SU CONEXIÓN DIRECTA SOBRE EL OJO Y SUS MALES, PLASMADO EN LOS DIOSES DE LA LUZ-(de Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXXI). VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/11/1-9.html
- Dioses de la fertilidad, de la luz, del Sol y del oro; diosas del agua, de la Luna y la plata. (de Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXXII). -
MÁS SOBRE EL SIGNIFICADO DE LA SEXUALIDAD Y LA LUZ, TODO ELLO UNIDO A LOS TALISMANES Y JOYAS QUE ALEJABAN EL MAL DE LAS TINIEBLAS; EL AOJO- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/12/1-6.html
- FIESTAS DE LA LUZ, LA TIERRA Y EL AGUA. (De: Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXXVI). -DEIDADES DE LA FECUNDIDAD RELACIONADAS CON EL BIEN Y LA PROSPERIDAD; SU REPRESENTACIÓN A TRAVÉS DE LOS METALES PRECIOSOS; LA CELEBRACIÓN DE SUS FIETAS- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/01/1-8_30.html
- EL DIÓS OJO, QUE TODO LO CURA (De: Lo invisible en la mitología, Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXXVII).-
SENTIDO CURATIVO VENÉREO DE LA JOYERÍA; TALISMANES QUE PROTEGEN CONTRA EL MAL DE OJO Y LAS ENFERMEDADES- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/02/1-8.html
(4): Costumbres recogidas y descritas por Heródoto en Euterpe (LXXXV y LXXXVI).
(5): GRAN DICCIONARIO DE LA MITOLOGÍA EGIPCIA (pag 56 y ss) // Elisa Castel // Ed. Aldebarán// Madrid 2001
(6): HORAPOLO, Hieroglyphica, por Jesus Ma. González de Zárate; AKAL 1991 //
capítulo XXI, jeroglífico "Oca"
(7): Acerca del significado de Uranos, como dios descendiente del Varuna indoeuropeo, recomendamos ver los primeros capítulos de la MITOLOGÍA COMPARADA de Max Müller (Edicomunicación Mad; 1996)
(8): REVISTA FOLKLORE 313 ; Obra Social y Cultural de Caja España.
Plaza Fuente Dorada, 6 y 7 - Valladolid, 2007. // EL JUEGO DE LA OCA Y SU TOTEM ANADE (Continuación) Angel Gómez-Morán Santafé
(9): HIGO, HIGA, HÍGADO Y AOJO (Magia, religión y medicina); Angel Gómez-Morán Santafé // en el "Cuerpo y la tradición" Publicado por Fundación Joaquín Díaz; Valladolid 2008.
(10): GRAN DICCIONARIO DE LA MITOLOGÍA EGIPCIA (pag 56 y ss) // Elisa Castel // Ed. Aldebarán// Madrid 2001 // ARTICULO: "Guenguenwr"
(11): Para la relación entre el Ónfalos y la oca ver nuestro artículo de la revista Folklore ya citado en (8) . Aunque unos estudios mucho más profundos acerca del Ónphalos y su significado podemos encontrar en mis artículos:
- OMPHALOS, MERIDIANOS Y PARALELOS EN LA ANTIGÜEDAD -los santuarios ibericos y su situación en el Grado 38,5º Norte- (Capítulo 105 de: "Los bueyes de Gerión en el Tesoro de El Carambolo"): DESCUBRIMOS CÓMO SE HALLABA EN LA ANTIGÜEDAD LA LATITUD, USADA FUNDAMENTALMENTE PARA ORIENTARSE. FINALMENTE DESCUBRIMOS QUE A LA ALTURA DEL TEMPLO DE APOLO DE DELFOS (38º37´ Norte) SE ENCUENTRAN LA MAYORÍA DE LOS TEMPLOS IBÉRICOS DE TIEMPOS EN QUE LOS HELENOS FUNDARON SUS COLONIAS EN LEVANTE. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015_06_01_archive.html
- SECRETOS DE LOS ORÁCULOS (Capítulo 106 de: "Los bueyes de Gerión en el Tesoro de El Carambolo"): LLEGAMOS A LA CONCLUSIÓN DE QUE LOS OMPHALOS SITUADOS EN LOS TEMPLOS ORACULARES TIENEN SUS ORÍGENES EN PUNTOS GEODÉSICOS. MÁS CONCRETAMENTE PUEDE DEMOSTARSE QUE LA FUNDACIÓN DE GIZA EN EL PARALELO 30º, O DE ATENAS EN EL 38º; SE LLEVARON A CABO POR MOTIVOS DE ORIENTACIÓN. SITUADOS SOBRE PUNTOS GEODÉSICOS, IMPRESCINDIBLES DURANTE LA ANTIGÜEDAD PARA PODER VIAJAR Y LOCALIZAR POBLACIONES. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015_07_01_archive.html
- PUNTOS GEODÉSICOS Y PIEDRAS MEGALÍTICAS: OMPHALOS Y MARCAS DE ORIENTACIÓN (Capítulo 107 de: "Los bueyes de Gerión en el Tesoro de El Carambolo") : Continuamos analizando las latitudes durante la Antigüedad, exponiendo su relación con la Serpiente Cósmica (Constelación de Dragón). Así como la difiusión del mundo megalitista, que se extendió desde Portugal y Bretaña hacia todo Occidente y el uso de los cromplechs y menhires como observatorios o puntos de orientación. Describimos la localización de las ciudades antiguas ibéricas, conforme a Latitud descrita por Ptolomeo y otros. Terminando por hablar de las "aras terminalis" y el posible significado de los toros vettones de granito, como piedras de demarcación y protección. PARA LEER, PULSAR: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/08/nuevo-articulo-anadido-secretos-de-los.html
(12): Acerca de los conocimientos sobre geodesia que existían en el Mundo Antíguo y sobre la figura de Eratóstenes de Cirene, recomendamos leer mis artículos:
-METROLOGÍA EN EL MUNDO ANTIGUO: Sobre ponderales y modelos de logitud; hipótesis peninsulares prerromanas (parte cuarta).
1.- METROLOGÍA EN EL MUNDO ANTIGUO: Sobre ponderales y modelos de logitud; hipótesis peninsulares prerromanas (parte primera). http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2014/05/metrologia-en-el-mundo-antiguo-sobre_3354.html
2.-METROLOGÍA EN EL MUNDO ANTIGUO: Sobre ponderales y modelos de logitud; hipótesis peninsulares prerromanas. CONTINUACIÓN (parte segunda). http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2014/05/metrologia-en-el-mundo-antiguo-sobre_4016.html
3.- METROLOGÍA EN EL MUNDO ANTIGUO: Sobre ponderales y modelos de logitud; hipótesis peninsulares prerromanas. CONTINUACIÓN (parte tercera). http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2014/05/metrologia-en-el-mundo-antiguo-sobre_5.html
(13): De esta manera lo recoge Heródoto Los nueve libros de la Historia, IV, XLII "navegaban otra vez; de suerte que, pasados así dos años, al tercero, doblando por las columnas de Hércules, llegaron al Egipto, y referían lo que a mí no se me hará creíble, aunque acaso lo sea para algún otro, a saber, que navegando alrededor de la Libia tenían el sol a mano derecha. Este fue el modo como la primera vez se hizo tal descubrimiento".
(14): FUENTES SOBRE EL MINOTAURO: Estrabón, Geografía 10. 4. 8 // Calímaco Himno 4 a Delos 311 // Pseudo-Apollodorus, Biblioteca 3. 8 - 11 ; 3. 213 ; 7 - 1. 9 //Diodoro Siculo, Biblioteca de la historia 4, 61. 4 ; 4, 77. 4 // Pausanias, Descripcion de Grecia 1. 24. 1 ; 1. 27. 10 ; 2. 31. 1 // Ovidio Metamorfosis 8, 130 ss // Virgilio Eneida 6, 24
(15): HORAPOLO, Hieroglyphica, por Jesus Ma. González de Zárate; AKAL 1991 // Cap VII jeroglífico 3º “Viejo que cultiva la música”
(16): Platón, Diálogo; FEDON: 86
(17): Idem cita (15)
(18): Idem cita (15)
(19): Pag 98 del GRAN DICCIONARIO DE LA MITOLOGÍA EGIPCIA // Elisa Castel // Ed. Aldebarán// Madrid 2001
(20): Isis y Osiris; PLUTARCO // Traducción A. Vázquez-Prego // Glosario, pag 153 "ibis" // edición Lidium // Buenos Aires 1986
(21): Elisa Castel ; EGIPTO: SIGNOS Y SÍMBOLOS DE LO SAGRADO. // Aldebarán 2006 // artículo "ibis".
(22): ACERCA DEL COMPORTAMIENTO Y EL SIGNIFICADO DE LOS DELFINES EN LA ANIGUA GRECIA DESEO RECOGER LAS PALABRAS QUE UNA "PROFESORA QUE NO FIRMA" NOS OFRECE EN el enlace: http://griegoelaios.blogspot.com.es/2008/10/historias-de-delfines.html
ΓΝΩΘΙ ΤΟΥΣ ΑΛΛΟΥΣ
BLOG DE UNA PROFESORA DE GRIEGO DE ENSEÑANZA SECUNDARIA DE ZARAGOZA.
DONDE TEXTUALMENTE DICE: "Recientemente se ha publicado un vídeo grabado por científicos japoneses en el que se observa cómo unos delfines se desviven por evitar que uno de sus congéneres ,que está herido, se ahogue . Es un ejemplo más de la inteligencia y solidaridad de estos animales tan sociables que no suelen rehuir la compañía del ser humano .
La noticia me ha hecho recordar lo que la tradición griega cuenta acerca del poeta Arión,inventor del ditirambo , quien según cuenta en su Historia Herodoto ,tan amigo de este tipo de anécdotas, fue salvado por un delfín de morir a manos de los marineros que lo transportaban cuando volvía a Corinto desde el sur de Italia con la gran fortuna que había amasado gracias a su dominio del arte poética y musical . Al ser amenazado de muerte por los codiciosos marineros corintios, Arión les pidió como último deseo antes de morir que le dejaran interpretar un poema al son de cítara y revestido de sus mejores galas. Nada más hacerlo se tiró al mar ,donde lo recogió un delfín que lo llevó en su lomo hasta la costa de Corinto, donde el tirano Periandro, después de asegurarse de la "veracidad" de la historia ,dio su merecido castigo a los marinos.
No es la única aparición de estos animales en la religión y mitología griegas ni tampoco es casual, pues desde muy antiguo los habitantes del Mediterráneo convivieron con estos animales en sus viajes por mar y pudieron observar su buen carácter .Ya los antiguos minoicos adornaban sus palacios con imágenes de este cetáceo que estaba asociado al culto a Apolo ,uno de cuyos epítetos es "delfinios". Se contaba que este dios se convirtió en delfín para transportar desde Creta a los constructores de su santuario en Delfos.
El delfín era también uno de los animales asociado a Posidón ,el dios del mar, que debía agradecer su unión con Anfítrite a la colaboración de uno de ellos. Precisamente, la razón de que en los hipódromos se adornaran con figuras de delfines los contadores de vueltas de las carreras como la que se recrea en una mítica escena de la película Ben Hur, era que el caballo es el otro animal atribuido a Posidón .
La diosa Afrodita se representa a menudo acompañada de delfines porque había nacido de la espuma del mar y el arte funerario etrusco representa a los delfines transportando las almas a la Islas Afortunadas".
POR LO DEMÁS, HEMOS DE AÑADIR QUE TAL COMO EXPRESA PLUTARCO, QUE MATAR DELFINES SE CASTIGABA ENTRE LOS HELENOS CON LA PENA DE MUERTE
(23): Citas 72, 73 75 del Glosario. Obra mencionada en (20)
(24): Tratábamos ampliamente sobre los dogmas del calendario en nuestro artículo:
REVISTA FOLKLORE 313 ; Obra Social y Cultural de Caja España. Valladolid, 2007. // EL JUEGO DE LA OCA Y SU TOTEM ANADE (Continuación) Angel Gómez-Morán Santafé
(25): Capítulo sobre el mal de ojo, y su relación con la medicina: HIGO, HIGA, HÍGADO Y AOJO (Magia, religión y medicina); Angel Gómez-Morán Santafé // en el "Cuerpo y la tradición" Publicado por Fundación Joaquín Díaz; Valladolid 2008
(26): Angel Gómez-Morán Santafé: Creación, temperación e improvisación en SIMPOSIO SOBRE PATRIMONIO INMATERIAL; LA VOZ Y LA IMPROVISACIÓN (pags. 34 y ss) Fundación Joaquín Díaz Valladolid 2008. Liberada en la Red y en mi página de Academia Edu.
(27): Para ampliar conceptos entorno a cuanto expresamos, recomiendo leer mis páginas en Terrae Antiqvae
o bien visitar mi blog DE CNOSSOS A TARTESSOS
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