.
El
artículo se desarrolla en un texto escrito en negro y se acompaña
de imágenes con un amplio comentario explicativo (en
rojo y cuya finalidad es razonar las ideas).
Podrá leerse completo, pero si desea hacerlo entre líneas, bastará
con seguir
la negrilla o
las letras rojas destacadas.
IMAGEN,
ARRIBA:
De
nuevo, el altar de Tell
Beer Sheva, del que decíamos en artículos anteriores que se fecha
antes del siglo VIII a.C. (es un dibujo mío, donde represento el ara
tal como fue hallada en los años setenta por el
profesor Aharoni). En
otros estudios analizábamos esta pieza, que actualmente está en el
Museo de Jerusalén, comentando se trataba de una mesa pétrea de
holocausto, con "cuernos" en las esquinas (a juicio de
Aharoni mediría 5 x 5 Codos S.H. -262,5 x 262,5 centímetros aprox.-
por 2 codos de alto -105 ctms.- aprox-). Tiene como hecho extraño
que en una de sus
puntas se grabó
una cobra, lo que a mi juicio sería fruto de los expoliadores o bien
puede tratarse de una profanación. Pese
a ello, el profesor
Hitchcock -uno
de los mayores especialistas en aras de este tipo canaaneas-
considera que pudiera
ser una figura de época, simbolizando aquella sierpe la fertilidad
-de hecho hay pasajes mosáicos que refieren ofidiolatría-. A
continuación analizamos la posible relación entre esas mesas
sagradas canaaneas y las aparecidas en tierras de Tartessos.
.
IMAGEN, ABAJO: Otro dibujito mío, aunque en este caso es una recreación del altarcillo de suelo hallado en El Carambolo (Sevilla).“Ashera” sagrada tartessia, fechada entre los siglos VII y VI a.C. y que guarda la forma de un pellejo de buey; igual que el colgante del tesoro encontrado en el mismo recinto sagrado -sobre ese cerro de Camas llamado Carambolo-. El diseño de los altares de Tartessos se corresponde exactamente con las exigencias y descripciones que el Antiguo Testamento determina para las mesas de holocausto judías -aunque los laterales semejan las patas del bovino, en vez de sus cuernos- (1) . Pues tal como manda El Levítico, debían ser realizadas sobre las arenas del terreno, sin decoración alguna y tan solo aprovechando la tierra (en forma de pequeño montículo, sobre el que habrían de sacrificar los hebreos a Yahvé). A mi juicio, estas asheras tartéssicas tienen una conexión plena con los altares judíos, adornados con cuernos; que en principio de realizaban en las arenas (tan solo aprovechando algunas piedras) (2) . Ello explicaría la aparición en la Península de esas mesas sagradas con diseño de cuero bóvido, en zonas de influencia semítica; lo que a mi entender no se produjo por una importación propiamente fenicia, sino llegada desde el Canaán judío (o filisteo). Puesto que no hay dato alguno que confirme el uso de asheras rituales con forma de toro entre los púnicos, mientras sí existen entre los cretochipriotas y los hebreos (más concretamente ente los filisteos, un pueblo conformado en gran parte por huidos desde Creta y Chipre tras las invasiones del Hierro, refugiados en Canaán y muchos de ellos mezclados o integrados entre las tribus de Israel).
IMAGEN, ABAJO: Otro dibujito mío, aunque en este caso es una recreación del altarcillo de suelo hallado en El Carambolo (Sevilla).“Ashera” sagrada tartessia, fechada entre los siglos VII y VI a.C. y que guarda la forma de un pellejo de buey; igual que el colgante del tesoro encontrado en el mismo recinto sagrado -sobre ese cerro de Camas llamado Carambolo-. El diseño de los altares de Tartessos se corresponde exactamente con las exigencias y descripciones que el Antiguo Testamento determina para las mesas de holocausto judías -aunque los laterales semejan las patas del bovino, en vez de sus cuernos- (1) . Pues tal como manda El Levítico, debían ser realizadas sobre las arenas del terreno, sin decoración alguna y tan solo aprovechando la tierra (en forma de pequeño montículo, sobre el que habrían de sacrificar los hebreos a Yahvé). A mi juicio, estas asheras tartéssicas tienen una conexión plena con los altares judíos, adornados con cuernos; que en principio de realizaban en las arenas (tan solo aprovechando algunas piedras) (2) . Ello explicaría la aparición en la Península de esas mesas sagradas con diseño de cuero bóvido, en zonas de influencia semítica; lo que a mi entender no se produjo por una importación propiamente fenicia, sino llegada desde el Canaán judío (o filisteo). Puesto que no hay dato alguno que confirme el uso de asheras rituales con forma de toro entre los púnicos, mientras sí existen entre los cretochipriotas y los hebreos (más concretamente ente los filisteos, un pueblo conformado en gran parte por huidos desde Creta y Chipre tras las invasiones del Hierro, refugiados en Canaán y muchos de ellos mezclados o integrados entre las tribus de Israel).
EL
PRESENTE ESTUDIO PRETENDE ENCONTRAR LOS ORÍGENES DEL FLAMENCO EN
MOMENTOS PREVIOS AL SIGLO XVII. ANTES DE QUE LOS GITANOS ESPAÑOLES
LO TRANSFORMARAN Y CONVIRTIERAN EN SU FOLKLORE. NUESTRA FINALIDAD ES
PODER APORTAR UNA NUEVA VISIÓN A LA HISTORIA DEL FLAMENCO, CUYOS
TRABAJOS RELACIONADOS CON EL MUNDO GITANO SON TAN ERUDITOS, COMO
SOBRADAMENTE CONOCIDOS Y ACERTADOS.
.
Este
artículo continúa con la historia y cronología de los pueblos de
Canáan, de los que sabemos viajaron hasta nuestras tierras a finales
de la Edad del Bronce y comienzos de la del Hierro (desde
siglo IX a.C.; tal como narra La Biblia y como han confirmado los
restos arqueológicos). Al
menos, hay testimonio de dos culturas que se acercaron a las costas
españolas durante esa etapa protohistórica: La fenicia, pero
también la hebrea (debiendo suponerse la llegada de los filisteos
como Pueblo del Mar que eran). Sobre
los judíos, parece no haber rastro arqueológico propiamente
indicativo de sus expediciones hasta el lejano Occidente en periodo
de Tartessos; pero
existen testimonios escritos y evidencias que demuestran cómo los
reyes de Israel se asociaron con los de Tiro y Sidón para realizar
largos viajes comerciales. Principalmente
mandando barcos a este extremo Oeste, aunque también hacia el
Oriente próximo y a la India. Una
simbiosis entre púnicos y hebreos que nacería de una alianza
necesaria para los fenicios, quienes carecían de puertos en el Mar
Rojo y en cuyas costas Israel tenía buenas posiciones
-desde las que los de Tiro y Sidón podrían realizar viajes
comerciales con rumbo al Índico o al Cuerno de África (Arabia, la
India, Sudán o Etiopía)-.
Aunque aquellos emporios del Mar Rojo también los debería mantener
Israel con fines defensivos
-ya que se trataba del litoral frente a Egipto-. Todo
lo que explica la amistad y colaboración entre los hebreos y los
habitantes de Tiro y Sidón; documentada por infinidad de fuentes
escritas antiguas.
Pues ambas culturas apenas tenían grandes conflictos culturales, ni
competencias económicas; menos aún diferencias raciales. Dado que
los judíos eran también semitas, pero principalmente pastores,
agricultores y mineros (habitando y trabajando tierra adentro);
mientras los púnicos solían dedicarse a comerciar, pescar y navegar
(viviendo en sus naves o en ciudades frente al mar).
.
Debido
a ello, creemos que no solo emigraron navegantes fenicios desde
Canaán hasta nuestras tierras, sino que asimismo llegarían hebreos
y filisteos (debido a que este último, fue uno de los Pueblos
del Mar, asentado en Gaza hacia el 1190 a.C.). Una muestra de esos
viajes de los israelitas hasta Iberia es el relato de Jonás;
partiendo desde Joppe (Haifa) para llegar a Tarshish. Asimismo,
existen numerosas citas bíblicas que nos hablan de los primeros
reyes de Israel, comerciando los metales de esta tierra lejana. Sobre
todo ello hemos tratado extensamente en un artículo que intitulé LA
TARSHIS BÍBLICA Y LOS ALTARES APARECIDOS EN TARTESSOS, SEMEJANTES A
LOS CANAANEOS. Cuyo enlace más abajo damos y en el que expliqué
la evidencia de que la Tarshis citada por la Biblia era nuestro
Tartessos. Un hecho histórico argumentado con datos como el puerto
de partida hacia esa Tarshis, estaba situado en el Mediterráneo y
era Joppe -junto a Haifa, como dijimos-. Por ello, cuando Jonás
desea marchar en sentido contrario a Nínive y a tierras muy lejanas;
habría de dirigirse hacia el Oeste -embarcándose por ello en Haifa
y hacia esa Tarshis-. Pr lo demás, la identificación de Tarshis con
la Tarso cilicia, es un error; ya que Tarso se sitúa en camino hacia
Nínive y además apenas dista tres jornadas de navegación desde
Israel. Lo que hace evidente que no se precisarían transportes
especiales, ni grandes barcos, para navegar desde Joppe, hasta esa
Tarso cilicia; muy conocida por los judíos y los fenicios
-continuamente visitada por comerciantes y hasta por pescadores
llegados desde Canaán-.
.
Por
cuanto expreso, recomendamos leer el siguiente estudio nuestro a
quienes guarden alguna duda sobre la Tarshis bíblica y su relación
plena con Tartessos (un artículo donde podemos demostrar la llegada
de judíos, junto a los fenicios venidos desde Oriente Medio).
-
LA TARSHISH BÍBLICA Y LOS ALTARES APARECIDOS EN TARTESSOS,
SEMEJANTES A LOS CANAANEOS
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/04/la-tarshish-biblica-y-los-altares.html
.
IMAGEN,
ARRIBA: De
nuevo, un panel del
Museo Arqueológico de Sevilla, donde se expone el modo de adoración
al "dios" tartessio y su relación con los altares en forma
de piel de toro. Un modelo deificado que copiaba el diseño de los
lingotes cúpreos
(principalmente cretochipriotas durante la Edad del Bronce);
"talentos" con el diseño de un pellejo bovino, cuyo valor
pecuniario sería medido en bueyes. Tasación en pecunia (ganado) que
promovería esta forma de cuero dada a los lingotes y a los altares;
pero que aparece incluso en la planta de los templos del Bajo Bronce
peninsular.
.
IMAGEN
ABAJO: Dos
altares tartessios tauromorfos: A
la izquierda, la famosa ashera sobre tierra, aparecida en El
Carambolo; a la derecha, uno de los altarcillos fabricados en arena
compacta y hallados en Coria del Río (Sevilla).
Ambos receptáculos con el diseño de una piel de buey, fueron así
dispuestos para celebrar holocaustos, en el interior de recintos
sagrados tartessios. Su paralelismo con otras mesas sagradas
encontradas en Canaán, nos obliga a considerar que las religiones y
ritos que practicaban los tartessios pudieron ser importadas desde
tierras de Israel, Palestina y de Fenicia.
Ello nos lleva obligatoriamente a continuar con el relato histórico
y cronológico de Canaán, para poder conocer las religiones y
rituales de Tartessos (una civilización que -sin lugar a dudas- es
el origen en gran parte del folklore Flamenco).
.
7)
– La “herejía” de Akhenatón y su posible influencia sobre el
judaísmo:
.
Por
todo lo expuesto en el anterior artículo, desearíamos comenzar este
-que es su continuación- indicando algunas premisas para comprender
claramente las diferencias entre fenicios, canaáneos, filisteos,
israelitas y judíos:
.
A)-:
La delimitación de lo
propiamente hebreo (en nuestra opinión, como dijimos) ya aparece con
Abraham, hacia el XIX a.C.. De tal manera, partiendo de que
estas tribus -o pueblos- que van a formar luego Israel, proceden
de las que huyen de Ur en el siglo XX a.C. (para comerciar y
pastorear en el Sinaí). A
mi modo de ver, los pre-israelitas de Abrahám se
establecerían en estas tierras fronterizas con el Imperio faraónico
con la ayuda y aceptación de Egipto (actuando
como sus aliados o mercaderes).
.
.
B)-:
Partiendo de que el consentimiento y trato con Egipto fue el medio
por el cual estas gentes venidas desde Mesopotamia se asientan en
tierras de Canaán que dominaba el Faraón. Habríamos de tener en
cuenta que en época de Abraham posiblemente ya adoptaron muchos
usos, creencias o formas de vida que les impondrían los egipcios
(para conservar amistad y alianza). En referencia a ello, el Yahvé
de Abrahám, sí puede contener rasgos tomados del dios Osiris o una
deidad egipcia enseñada desde el Nilo a los preisraelitas
(impidiendo los egipcos que sacrificasen al primogénito, tal como
acostumbraban a hacer los semitas). De tal manera, el “rescate”
-o salvación de la víctima humana-, puede ser igualmente un rito de
iniciación egipcia; practicado ya desde el III milenio en el Nilo, e
impuesto a los de Abrahám; para cambiar sus ceremonias semitas,
donde mataban a niños como efigie del Baal (del Señor). Algo que
afirmamos, porque esta idea y “el rescate” se comprenden
perfectamente en una sociedad piramidal, como era la de Egipto; donde
las vidas y las almas disfrutaban de una metempsicosis extraña y
escalonada. Consecuentemente, en los templos que correspondían a
los estratos mas bajos, se inmolarían invertebrados, en efigie y
símbolo del Faraón; mientras en los altares de recintos más
elevados, se realizaría el mismo sacrificio, pero con un animal mas
importante (de mayor coste en la ofrenda). Finalmente, en los templos
con asistencia de nobles y familia real, se llegaría a la
sustitución y rescate de vidas humanas; ofreciéndose personas y
liberándolas tras el pago de un precio al sacerdocio del recinto
-todo lo que quizás justificaba la esclavitud, como un medio de
salvación; debiendo los hombres destacados comprar la vida otros que
se llevaban ante el altar y para ser inmolados al dios-.
.
Lo
antes expuesto nos haría comprender el origen de la famosa ceremonia
judía denominada “Rescate” , que traducida al sistema piramidal
egipcio supondría una sucesión de pagos y ofrendas, de mayor a
menor valor y forma escalonada. De tal manera, mientras en
templos de zonas humildes del Nilo sacrificaban peces, por un motivo.
Para la misma ceremonia, en un altar más rico se precisaría dar
muerte a animales más valiosos (por ejemplo, aves). A su vez, el
sacrificio de varios pájaros se equipararía con el de un cordero, y
el de varias ovejas con el de un asno; tanto como la ofrenda de dos o
más burros, equivaldría la inmolación de un buen caballo o toro.
Todo ello siguiendo una escala piramidal, donde la muerte del ganado
se equipararía escalonadamente con la de animales muy valorados por
los egipcios, como el gato o el perro (a los que se llegaba a
momificar). Procediendo así al ofrecimiento en el templo de las
mascotas mas queridas por sus amos; o a los caballos, asnos y las
reses superiores -de gran coste económico-. Todo ello, en rituales
donde su carne no se comía, sino se ofrecía al dios (en nombre o
efigie del Faraón). Lográndose una cadena piramidal que
terminaría con la liberación o muerte de seres humanos en los
templos; en una ceremonia que generaría el posteriormente llamado
“rescate”; sobre el que la Biblia nos explica su culto y
significado, del modo que a continuación analizamos.
.
.
C)-:
El Levítico comienza tratando de “El
holocausto: En su ley” (Lev, 1) vemos que las ofrendas se
diferencian en animales mayores (vacas), de ganado menor (cordero o
cabra) o de aves. Igualmente, Exodo (22, 28) refiere los mismos
sacrificios y dice textualmente: “Me darás el primogénito de tus
hijos. Así harás con el primogénito de tus vacas y tus ovejas,
quedará siete días con su madre y al octavo me lo darás”. Ello
se realiza en una ceremonia que ha de llevar todo padre en
sustitución del hijo primogénito (como la de Isaac), claramente
relacionada con el “rescate” del que hablamos.
En demostración de lo que exponemos, podemos leer en el Nuevo
Testamento cómo Lucas (2, 21-24) narra
el modo en que María y José, tras pasar esa primera semana desde
el nacimiento de Jesús, le llevan a circuncidar. Pero luego han
presentarle en el templo, para que sus padres queden purificados y
para ese fin ofrecen como sacrificio ante el altar sagrado un par de
tórtolas o palomas (tal como ordena el
Levítico 2, 10). Para mostrar que se
trata de ritos ancestrales y que los judíos siguen desde sus tiempos
más remotos; recojo la referida pirámide de rescate, en la que
puede pagarse la vida de un ser vivo superior, cambiada por varias de
animales con inferior rango. Tal
como lo expone Éxodo (34, 19 y
ss), donde dicta textualmente Yahvé: “Todo primer nacido es mío y
todo primer parto de tu ganado (...) sin embargo, el primer fruto del
asno lo rescatarás con una res menor, y si no lo quieres rescatar lo
has de desnucar. Rescatarás todo
primogénito de los hijos y no comparecerás ante mí con las manos
vacías”.
IMÁGENES,
AL LADO Y ABAJO: Junto
estas lineas, sistros egipcios de diferentes épocas
(en un grabado de la Enciclopedia Diderot). Este instrumento ritual
se utilizaba para simular el sonido de la serpiente, en las
ceremonias de los templos faraónicos y con ello espantar al mal
(identificado con los roedores que invadían los silos y transmitían
enfermedades). El sonido y el nombre de sistro procede de ese siseo
serpentino y su sentido ritual parece que fue igualmente copiado por
los hititas; tal como muestra este otro modelo del mismo instrumento
sagrado, hallado en Turquía (fechado hacia el 2200 a.C.). La
difusión de la religión egipcia debió ser muy importante durante
los milenios III y II a.C.; influyendo en cuantos pueblos rodeaban el
imperio del Nilo
(fueran a no aliados de este; pues los hititas eran conocidos
enemigos del faraón, aunque contienen rasgos religiosos tomados de
los egipcios).
.
D)-:
Comprendiendo que “el
rescate” judío pueda relacionarse con la religión faraónica, en
la que sacrificaban en diferentes templos diversos animales, de menor
a mayor importancia y conforme a su “grado” de relevancia social
-piramidal-. Ello nos hace entender la
idea expresada en el Levítico, donde se afirma que varias aves
equivalen a un cordero y un número de corderos a una vaca, tanto
como una cantidad de vacas es igual un asno (etc). Todo, en una
cadena de equivalencias, en la que habían de ofrecer al templo una
cantidad de animales inferiores, para liberar a otro de una especie
más importante. Lo que daría la
posibilidad de rescatar a un hombre a cambio de un alto precio,
pagado con animales superiores (de
mayor importancia, también según el rango del humano a liberar).
Ello nos obliga a pensar en ceremonias escalonadas y realizadas
simultáneamente en distintos templos; en los que se irían
sustituyendo de menos a más, las vidas de animales y de hombres
-según la importancia de todos los inmolados o liberados en el
templo-. Llegándose así a lugares y
ritos sacros en los que se liberarían los hijos de los nobles a
cambio de una gran cantidad de cabezas de ganado (o de oro) pagado al
clero. Habiendo de pensarse que en la cumbre de esta pirámide ritual
de “rescate”, siempre estarían esas vidas humanas, ordenadas de
menor a mayor rango.
.
E)-:
Considerando que los ritos y la religión
de Abraham pueden partir de una síncresis entre las creencias
semitas y las egipcias; creo personalmente que no es admisible la
afirmación común que considera el dios de Akhenatón, el origen del
Yahvé de Moisés. Pues el Dios mosáico
parece era el mismo al de Abraham; patriarca venido desde Ur, al
menos cinco siglos antes de Akhenatón -lo que nos habla de la
personificación de un pueblo o tribu llegado a Canaán desde
Mesopotamia entorno al 1900 a.C.-
.
F)-:
Como conclusión penúltima, deseamos
incluir que el rito de circuncisión (de origen egipcio); se llevaba
a cabo entre todos los judíos el día séptimo
-tras el nacimiento; en mismo periodo que se marca “el rescate”
de los primogénitos-. Siendo este el
único sacrificio o daño humano que tolera el Levítico y el Éxodo.
Así se entiendo cómo, tras circuncidar a Jesús niño, María y
José acuden al templo para purificar lo que han hecho, por lo que
ofrecen la muerte de dos tórtolas (en
símbolo propio y como holocausto de sangre). Además es importante
añadir en el Nilo, la circuncisión se
realizaba solo entre sacerdotes y se relacionaba con la salida del
Sol en el Amanecer (la aparición del
astro entre las dunas, tal como emerge el glande del prepucio). Este
hecho religioso sí se identifica con el disco solar de Atón, pero
igualmente con el de Amón-Ra y el Osiris, venerados ya desde el
comienzo del Egipto Dinástico. Pues en verdad la “reforma” de
Akhenatón fue una simple estratagema política y muy poco tuvo de
cambio teológico. Por todo ello, desde la más remota antigüedad,
el significado de la circuncisión fue muy semejante; relacionándose
con la higiene y simbolizando el prepucio cortado, la flor de loto
del Nilo que se abre como el Sol -o con las columnas de los templos
en forma de cipo y esta flor en su capitel-. Por
lo demás, el Sol al amanecer en su disco (Amón o Atón), es sígno
del huevo cósmico o primigenio del que se originaba todo el
Universo; por lo que nos será fácil entender por qué el pene
circunciso significaba la iniciación
-el comienzo hacia otra vida-. Entre los egipcios, este rito se
realizaba de adulto y por voluntad propia; aunque hay que entender
que las tribus del desierto carecen de agua, por lo que se hace muy
necesario cortar esa parte del glande, pues facilita la limpieza del
pene y evita enfermedades o infecciones. De ello -quizás- que este
rito egipcio de adolescencia, se realizase al nacer entre los judíos;
ya que estos últimos habitaban zonas muy pobres en agua (dado que el
Nilo siempre facilitaba suficiente caudal para llevar a cabo la
higiene personal).
.
Hay
quienes consideran a Akhenatón el primero en instituir la
circuncisión; por lo que podríamos pensar que este rito que
sustituía el sacrificio del niño, pudo llegar a los hebreos en
tiempos de aquel Faraón (Amenofis IV). Pero sabemos que no fue así,
ya que la circuncisión se practicaba a comienzos del III a.C.
milenio entre los egipcios. Por lo que cuando Abrahám la toma como
forma de Alianza con Dios, pactando con Yahvé este sacrificio como
señal y rito (Gen. 17, 9 y ss.); la circuncisión era sagrada y
practicada en el Nilo. Así creemos que se trataría de otra
ceremonia común entre hebreos y egipcios; descrita en pasajes
Bíblicos, donde veremos cómo Yahvé manda circuncidar a todo
judío nacido (en su octavo día; y también a todo esclavo
adquirido, fuera o no del linaje de Leví). Ello nos indica que
además de un significado religioso tenía otro médico; pues tal
como pudimos tratar en nuestra obra “higa, higo, hígado y aojo.
Magia religión y medicina”, el cuidado de las zonas genitales y de
sus enfermedades en Egipto era primordial. Debido a que de las
mucosas venéreas procedían los peores males que vivían las
civilizaciones del desierto; epidemias endémicas, como las gonorreas
y la ceguera que transmite su bacteria. Por todo lo explicado
queda claro que gran parte de la religión de Yahvé y sus ritos,
nacieron en Egipto, aunque otros procedieran originariamente de
Babilonia. Creencias que serían adoptadas por los “judíos”
-errantes o que habitaban en el Nilo-, desde comienzos del II milenio
a.C..
IMÁGENES, ARRIBA Y ABAJO: Junto estas líneas tres
imágenes de “El Sacrificio de Isaac”, representado por Alonso de
Berruguete
-escultura propiedad del Museo de Valladolid (San Gregorio) al que
agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. Esta talla (una de
las mejores del artista vallisoletano) refleja el momento en el que
Dios pide a Abrahám que inmole a su hijo mayor; así el padre se
dispone, para ofrecerlo. Instante en que aparecerá un
ángel enviado por Yahvé, que parará la mano de Abrahám y hará
aparecer un carnero entre unas zarzas; para que el padre sustituya la
res por el primogénito ofrecido. Este pasaje -que puede parecer
extraño a día de hoy- es el que marca el origen (o tronco común)
de las tres religiones monoteistas: La judía, la cristiana y el
islam. Siendo un hito en la Historia, al mostrar el final de los
sacrificios humanos; un hecho que debe analizarse con gran interés,
ya que nos obliga a comprender el paso de las religiones del
neolítico (que
ofrecían personas en sus ceremonias)
hasta las más adelantadas, surgidas de la Edad de los Metales (y
que tan solo contemplan el sacrificio de animales).
.
Hemos
de considerar que a la Península Ibérica llegarían estas creencias
con los visitantes venidos desde el Oriente Mediterráneo a comienzos
de la Edad del Hierro. Viajeros que traerían sus nuevos cultos y
ritos durante la Edad del Bronce, aunque sería entre los siglos XI
al IX a.C. (al
final del Bronce y comienzos del Hierro),
cuando especialmente vendrían aquellas nuevas religiones hasta
nuestras tierras.
Con la aparición en Iberia de cretochipriotas, fenicios y
canaanitas, junto a otras gentes del Egeo y de Oriente Medio. Quienes
enviarían “misioneros”
con la función de evangelizar o colonizar nuestras tierras,
aculturándolas y sometiéndolas a través de esas nuevas religiones
(más modernas y justas, con el fin de legitimar su poder sobre los
indígenas peninsulares).
AL LADO:
Presentación en el templo de
Jesús;
tabla pintada por el portugués Gregorio Lópes (y taller), propiedad
del Museo Nacional de arte antiguo de Lisboa -al que agradecemos nos
permita divulgar nuestra imagen-. En
ella vemos la circuncisión de Cristo llevada a cabo por el rabino,
mientras San José entrega un par de tórtolas para purificar la
sangre derramada -“rescatando” el daño sufrido por el niño, con
esas dos palomas-. En el ritual vemos claramente el significado del
“recate” nacido del recuerdo de Abrahám; donde ha se inmolarse
un animal en sustitución del hombre, pero a su vez se circuncida al
hijo
(en respeto al daño que hacemos a la naturaleza, disponiendo de sus
reses o aves). Como decimos;
los rituales llevados a cabo sobre los altares tartessios debieron
tener relación con los mosáicos comentados, ya que el diseño de
sus asheras se corresponde con el de esas mesas sagradas canaánitas
-especialmente
con las de Israel y más aún con algunas de las primitivas de
Canaán, como las halladas en Megiddo-.
.
.
G)-:
Para concluir, añadiremos
como dato importante que dentro del mundo hebreo hay dos tribus
consideradas de origen egipcio -o extranjero- llamadas de Efraim y de
Manases. Dichos grupos son los que
fundan el reino de Judá (ajeno al de Israel) y se consideran
llegados tras la época de Akhenatón al Jordán; creyendo que se
establecen en este momento al Sur de Canaán. Por su parte, el
Génesis nos dice que Efraim y Manasés eran dos hijos gemelos de
José; nacidos de ese hebreo (que llegó
a visir del faraón) y de su mujer egipcia. De tal manera, estas
dos tribus se pueden considerar una personificación de posibles
migraciónes desde el Nilo, tras la herejía de Akhenatón -en épocas
cercanas a Ramsés II (tal como la Historia recuerda)-.
Quizás, la huida de dos pueblos; uno de linaje más faraónico y
otro con raíces hebreas. Todo ello pudiera relacionarse con el
Éxodo; aunque hemos de tener muy en cuenta que tan solo se
comprendería la venida desde Egipto de dos de las Doce Tribus. Por
lo demás, dichos grupos de Efraim y
Manasés parece que tenían un orden y unos cultos muy distintos a
los comunes entre israelitas. Tanto, que establecen un reino aparte,
llamado Judá y que apenas se unifica
unos setenta años con el de Israel (durante los periodos de David y
Salomón). Este pueblo es el llamado
Yahvista y el que mas influye en muchos de los posteriores cultos de
los judíos; pues al ser más conservador y teocrático, fue el que
siempre resistió más al invasor y no
se dejó subyugar fácilmente. De tal manera, habríamos de hablar
tan solo de este origen egipcio, en los
hebreos de Judá; una nación muy relacionada con Amenofis IV.
Mientras el reino de Israel -que corresponde a las tribus restantes-,
no procedería de este Éxodo y su aparición en Canaán sería muy
anterior. Finalmente faltarían incluir una tribu más extranjera
(procedente de Creta o Chipre);
asentada en Golán y de origen “Danao”,
que sería la llamada de Dan
(3) ;
incluyendo asimismo a los filisteos, que era otro Pueblo del Mar (de
origen similar a los de Dan) pero asentados en la franja de Gaza,
desde comienzos del siglo XII a.C..
.
H)-:
Por último, hemos descartado
la posibilidad de que el origen de los judíos se circunscriba a
época de Akhenatón (mediados del
siglo XIV a.C.); creyendo poder demostrar que es al menos cinco
siglos anterior. Por ello desearíamos terminar concluyendo con un
breve bosquejo de la procedencia inicial de los israelitas. Pues
el inicio del pueblo de Israel se produce cuando gentes de origen
Amorrita, en el siglo XIX a.C., entran en contacto con Egipto.
Pactando su posible asentamiento en tierras dominadas por el faraón
en Canaán, cumpliendo una misión comercial y de pastoreo favorable
al Nilo. Aquellas zonas del Sinaí eran
limítrofes y gobernadas por Egipto -directa o indirectamente-; por
cuanto para su asentamiento en ellas hemos de suponer un pacto con
quienes las dominaban. Dichos tratados
deben ser los que refiere el Génesis cuando habla de que Yahvé
promete una tierra al pueblo de Abraham, a cambio de una serie de
alianzas, que tienen vinculación religiosa (entre las que se
destaca el sustituir el carnero por el niño y la circuncisión).
Con ello podemos entender cómo un pueblo que vaga errante, viajando
desde Babilonia al Nilo, finalmente
deciden convertirse en sedentario; otorgándoles los egipcios esas
tierras del otro lado del Mar Rojo, a cambio de unos acuerdos. Lo que
generaría grandes alianzas con el faraón, motivando que sus
descendientes se trasladasen a vivir al mismo Egipto (en época de
José). Siendo esta la teoría que más
encaja con la formación y asentamiento del pueblo de Israel, desde
sus principios y en sus fronteras de Canaán.
.
I)-:
FINAL: Tras
las disertaciones anteriores sobre el origen de los hebreos, volvemos
a Akhenatón; faraón del que ya
dijimos cómo principalmente se dedicó a su reforma religiosa. Tanto
fue así, que llega a abandonar la
política, el comercio y a olvidar sus destacamentos de frontera. Su
imperio se fue desmoronando en los
pocos años de su reinado (apenas diecisiete); mientras el rey tan
solo se ocupó de instituir su nueva “idea monoteista”, en la
cual deseaba ser él mismo la cabeza y “gloria del dios Atón”.
Pese a tal decadencia, su reinado es de
gran importancia artística y creativa, aunque gran parte de esas
obras fueron destruidas tras su muerte, por considerarlas heréticas.
Nació una nueva estética y un nuevo tipo de arte figurativo, en el
que se alargan y deforman las figuras humanas.
Se dijo de él que el mismo Faraón era deforme y alargado, con
malformaciones oseas y que para imitar sus defectos se crea esa
estética. Pese a ello, el mismo tipo de esculturas comienzan
levemente iniciarse durante el gobierno de su padre (Amenofis III);
en cuyas representaciones ya vemos rasgos “estirados”, su cabeza
apepinada y sus extremidades alargadas. Aunque es sobre todo durante
el periodo de este Akhenatón, cuando se llega a presentar a los
hombres, a los reyes y dioses, con formas en sus cuerpos similares a
las de los insectos (a veces más parecidos a escarabajos o
libélulas, que a humanos). Sobre ese hecho hay una teoría
comprobada afirmando que durante los reinados de Amenofis III y IV,
en toda la corte y en la alta sociedad egipcia, se impone como moda
el consumo de cerveza con mandrágora rallada. Al parecer, se pudo
comprobar por los estudiosos de arqueo-medicina, que dicha bebida
alcohólica mezclada con limaduras del la raíz de esa planta, causa
alucinaciones permanentes, que hacen ver la realidad distorsionada.
Su consumo de forma continuada afecta a la visión y al nervio
óptico, percibiendo la realidad de forma muy similar y tal como se
representa el arte de época de Akhenatón (en una “psicodelia”
del siglo XIV a.C., que alarga brazos y cabezas; nacida a todas luces
del consumo desmesurado de cerveza con mandrágora).
.
No
deseamos afirmar que quizás esta pócima -que se tiene como la
inspiradora de aquella estética de rasgos alargados-, posiblemente
también produjo el empeño del rey por su “reforma”. Aunque es
una hipótesis a estudiar la de que el “visionario estado” de
Akhenatón y su empecinamiento por temas religiosos, pueda explicarse
en relación a su abuso de cerveza con mandrágora. Ya que la
herejía que comienza en época de su padre, fue dirigida por él de
forma muy virulenta; llegando a la persecución e intento de
destrucción de la religión anterior egipcia. Por ello, deseamos
exponer que fue quizás esa cerveza mezclada con mandrágora, el
motivo que lleva a Akhenatón a ser como fue: Olvidado todo asunto de
política, comercio o fronteras y únicamente pensando en imponer su
nuevo dios en Egipto; un dios del cual él era su única cabeza. Pues
el consumo de esta droga era muy habitual en época que tratamos
(algo que está arqueológicamente probado y comprobado -en restos de
momias que la contienen-).
.
Debido
a la situación que narramos, la nación egipcia se escinde
prácticamente en tiempos de Akhenatón, dividida en partidarios y
detractores del nuevo culto. Luego, el fanatismo de unos y otros,
hace que se hunda el Nilo en una gran crisis, que casi hizo
desaparecer el reino de Egipto (un debilitamiento tan solo
similar a la situación que produjo la llegada de los Hicsos). Por
su parte, los Hittitas aprovecharán esta situación de conflictos
internos; llegando desde Anatolia a tierras del faraón y arrollando
todos los puestos avanzados que tenía Egipto hasta el Norte de
Siria. Alcanzando Líbano y aliándose con los Canaaneos, quienes les
ven como libertadores y les facilitan el camino hacia el Sur. De ese
modo consiguen los hittitas en pocos años dominar desde el Líbano
al Sinaí -con alianzas o victorias- ; alcanzando -por el
este- hasta la entonces egipcia Mitani, creando así los de
Hattusa un imperio de extensiones desmedidas. Por su parte,
algunas ciudades Oriente Medio, que estaban ocupadas por egipcios
-como lo fué Biblos-, deciden continuar fieles al faraón, pero
Akhenatón no envían ayuda a fronteras y pronto caen pasto de los
caudillos Caananitas revueltos, que ayudados por los Hittitas
destruyen sus emporios. La fama de Egipto se desvanece y nadie
puede permitirse mantenerse ya fiel a Amenofis IV (Akhenatón); quien
mientras su reino se hundía, dedicaba sus principales esfuerzos para
que los egipcios adorasen a Atón en vez de a Amón... .
.
De
este modo, el reino del “Faraón hereje” se convierte en una
anarquía y en ese periodo de declive -dicen- aparece por primera vez
en la zona del Sinaí un pueblo que los del Nilo llamaron “Apiru”
y que al creemos se traduce como “los del otro lado”. Dichos
Apiru (o Hapiru) son según muchos autores los que luego se llamarían
hebreos; quienes durante el reinado de Akhenaton se intentan
establecer al Oeste del Jordán y más tarde parece que consiguen
hacerlo al Este de aquel río. Pese a todo, en nuestro modo de
ver, quizás es entonces cuando los hebreos (o Apiru) se escinden
de Egipto, huyendo a tierras más lejanas, al otro lado del Mar Rojo.
Muchos creen que es entonces cuando huyen del Nilo, pero no debemos
de pensar tanto en una huida como en el hecho de que en ese momento
Egipto pierde la hegemonía en esas tierras de Canaán y del Sinaí.
Que sin tener un señor, ni un gobernante; obligan a aquellos que
las habitan, a organizarse de forma independiente y autosuficiente.
Es decir, que quizás la crisis de Akhenatón, provoca la
necesidad obligada de organizarse para subsistir, a quienes por
entonces habitaban en Canaán o en el Sinaí (dominado hasta esos
días por el faraón). Sobre todo, ante la llegada de otros
tiempos; en los que los egipcios no gobernarían esas tierras ni
protegerían más a los habitantes de Canaán.
IMAGEN,
AL LADO: Junto
a estas lineas, de nuevo un cuadro portugués con la presentación de
Jesús en el templo
(en este caso se trata de una obra de Jorge Alfonso, perteneciente al
precioso monasterio de San José en Setúbal -actualmente cerrado por
reformas y al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-).
De
nuevo vemos a San José ofreciendo dos palomas y al rabino, que
muestra o realiza la circuncisión del niño.
Tras cuanto hemos relatado acerca de las religiones de “rescate”
nacidas en la Edad del Bronce, comprendemos perfectamente los
elementos de la escena (la circuncisión como elemento de alianza con
Yahvé, a cambio del niño). Por lo demás, el
hecho de que “el rescate” se lleve a cabo con el primogénito, se
debe -a mi juicio- a una costumbre pastoril; porque entre el ganado,
las cabras, ovejas y algunas vacas, rechazan
al primer parido.
No sabemos bien a qué se debe este comportamieto de las primerizas
(muy común entre las ovejas), pero parece
que en el género humano también existe esa tendencia de temor o de
rechazo hacia el primer hijo; por motivos psíquicos postparto. Todo
ello, unido al sentido del linaje; explicaría el rito de rescate,
como una alianza impuesta en estas religiones que debían liberar al
primogénito.
Aunque en los cultos semitas más antiguos, se practicaría la
entrega del primogénito al templo (normalmente para inmolarlo en
efigie del Baal o señor -tal como aún hacían los fenicios hasta
tiempos de Roma-).
.
ABAJO:
Imagen
de Akhenatón
tomada
de la antigua fototeca de la Universidad de Bruselas (a la que
agradecemos nos permita divulgarla). En ella vemos
una de las esculturas de este faraón, donde se aprecian los rasgos
alargados, como signo de esa deformación que yo atribuyo
-personalmente- al abuso de la cerveza con mandrágora rallada. Este
rey, quiso ser el centro de toda la actividad religiosa de Egipto;
probablemente movido por ideas surgidas del consumo de aquella bebida
alucinógena. Pretendiendo una reforma en la que él fuese la única
figura y persona que representase al dios Atón (Amón) en la Tierra.
Abandonó sus deberes como gobernante, dividió el reino en dos
facciones
(partidarios y contrarios a su reforma) e
internó al Nilo en una guerra civil, que debilitó casi por completo
sus fronteras y su poder. Es entonces cuando -a mi juicio- aquellos
pueblos que habitaban en tierras limítrofes con Egipto, hasta
entonces dominadas por el faraón; necesitarán ser autosuficientes y
deberán defenderse por sí mismos -fundando Estados-. Generándose
en la zona de Canáan y del Sinaí el pueblo israelí y el judío
-durante aquella época-; ya con plena consciencia y separados del
Nilo, bajo la necesidad imperiosa de crear una nación propia (al
verse solos y sin el dominio, ni la defensa, de los ejércitos del
faraón).
8)
– El cautiverio judío, El Éxodo y Moisés (su relación con
Akhenatón):
Hasta
este momento no hemos tratado la figura de Moisés, el gran
libertador del pueblo judío; ni sobre del significado de El Éxodo
-propiamente-. Pero tras llegar a este
punto de la Historia, nos será más fácil comprender las
situaciones que se generaron. Aunque regresaremos a la entrada de los
hebreos en Egipto, para ir comprendiendo las fases de este pueblo:
Acerca de esos judíos emigrados al Nilo (en época de los Hicsos),
nos dice la Biblia que los descendientes
de Jacob -venidos con José- luego hubieron de sufrir un largo
periodo de “cautiverio”. Lo que interpretamos como una esclavitud
o una dominación -reducidos a casta
inferior-, ocurrida desde la caída de
los reyes Hicsos. Faraones extranjeros
que les traerían a esas tierras, para trabajar como funcionarios o
como burguesía (durante el siglo XVII a.C.); lo que les granjeó el
odio de los verdaderos súbditos de Egipto, que les subyugan tras
recuperar su reino del Norte y echar a la dinastía Hicsa.
Permaneciendo así cautivos los hebreos
unos doscientos años y hasta la crisis de Akhenatón (sucedida hacia
el 1350 a.C.).
.
Difícil
es comprender que los judíos fueran totalmente esclavizados en
tierras ajenas y no perdieran su lengua, ni sus costumbres. Debiendo
considerarse más bien que tras el final del imperio Hicso
(acontecido hacia el 1580 a.C.), los hebreos debieron caer en
“desgracia” y serían desplazados desde la clase alta, hasta los
mas bajos estratos sociales. Con ello
se entiende el relato bíblico en el que los descendientes de Jacob,
pasan de ser la élite social, a trabajar en labores de clase media
baja (entre las que estaba el oficio de albañilería, ladrillero y
las faenas del campo) (4)
. Muy posiblemente ello
ocurrió durante el periodo que hemos marcado (entre el 1580 y el
1350 a.C.). Debiendo por entonces soportar el yugo de los faraones
más guerreros y más fuertes del Imperio Nuevo (antes mencionados,
de la XVIII Dinastía; entre ellos: Amosis, los Amenofis y los
Tutmosis). Aunque con la llegada de
Akhenatón, los canaaneos dejan de sufrir este férreo control del
Nilo; ya que el “rey hereje” no impedirá que Canaán se
“independice”, o que sea tomado por los Hittitas (olvidando toda
obligación política y militar en esas tierras). Siendo
obvio que tras sublevarse los territorios faraónicos del otro lado
del Mar Rojo; caerían bajo infuencia Hittita. Así,
los hebreos que habitaban aún en Egipto verían la posibilidad de
salir del territorio y del Imperio, para establecerse en lo que ya
considerarían como su tierra (liberada). Lo
que sucedería durante este periodo, en el que -como dijimos- incluso
se escinde Egipto; dividido en guerras civiles entre partidarios y
oponentes a la nueva religión.
.
Muchos
de los pueblos subyugados y esclavizados aprovecharían esa etapa de
debilidad para huir del poder farónico y establecerse donde los
hittitas les permitieran. Para ganarse la amistad de los enemigos de
Egipto, quizás debieron exagerar su propia historia; relatando que
habían sido terriblemente esclavizados y perseguidos en tierras del
Nilo. Con lo que se ganarían la confianza de los hittias, para que
les permitieran establecerse en esa franja de Canán; dominadas
por los que verían un buen socio a todo pueblo que odiaba al faraón.
Probablemente ello explique cómo los judíos conservaron
todas sus tradiciones y lengua desde la marcha de los Hicsos y
hasta la llegada de Akhenatón; pues probablemente no fueron tan
cautivos, sino mas bien ciudadanos sometidos a duros tributos y a
trabajos incómodos (ordenados por el rey del Nilo). Es decir,
que desde la caída del reinado Hicso, los faraones consideraron a
estas gentes de origen Canaánita como colonos de sus tierras allende
el Mar Rojo; pero sometiéndolos con dureza, obligados a fuertes
tributos. De ello, posiblemente tras la decadencia de Akhenatón y
cuando logran independizarse definitivamente de Egipto; los
israelitas prefirieron narrar una dura historia de cautiverio y
enemistad con el Faraón. Momento en el que creemos surge la figura
de Moisés y también en el que aparecen los denominados “Apiru”
en territorios del Jordán.
Apiru ó Hapiru (Hebreos) que más bien hemos de
identificar con las tribus de Manasés y Efraim, quienes más tarde
conforman el Estado de Judá (como
reino del Sur y distinto al de Israel). Aunque ello no
explica plenamente la historia bíblica que nos narra El Éxodo,
en la que un hombre de origen levítico, criado entre los faraones,
es quien lleva al pueblo de Israel hasta le Tierra de Canáan.
.
Para
comprender la figura de este salvador de los judíos -llamado
Moisés-, hemos de avanzar un poco más en la Historia de Egipto;
estudiando lo sucedido tras la muerte de Akhenatón, siéndonos
así más fácil comprender a quien personifica esta figura
mesiánica. Pues sabemos que tras el fallecimiento del “rey
monoteista” en el 1362 a.C (+,-) la anarquía se adueña de un
dividido Egipto; que heredará su yerno, el famoso Tutankhamón.
El nuevo soberano abjura de la religión de su suegro, e intenta
reconvertir el reino al sistema antiguo; reponiendo la capital en
Tebas y sustituyendo la que fundó Akhenatón -con su mismo nombre,
en el término medio del Nilo; ciudad que así fue destruida y
olvidada-. Tutankhamón (que en vida de su suegro se llamaba
Tutankh-Atón, en honor del Atón) pronto pasa a denominarse como
mandaba el antiguo culto a Amón, para honra y orgullo del dios
anterior a Akhenatón -ya restituido-. Así, el nuevo rey, se
reconcilia con los sacerdotes y vuelve al culto de Amón, mandando
destruir los templos, palacios y hasta las tumbas y esculturas
realizadas por Akhenatón. Su desprecio hacia su padre político
-del que había heredado el trono- lleva a inclusive a desahuciar y
expoliar las tumbas de las familias de Amarna. Sabiéndose
recientemente que vaciaron hasta el cenotafio de la madre de su
mujer; pues este sepulcro fue el que poco después sirvió para
enterrarle, cuando parece que le asesinaron –es la tumba que
encontró en 1922 Howard Carter; que antes de ser de Tutankhamón
parecer que fue la de Nefertiti- (5)
.
.
En
dicha decadencia del reino de Egipto, donde llegaban a asesinar al
joven faraón; los que le suceden solo intentan reconquistar
diversas tierras perdidas y algo del orden olvidado. Así se
llega -tras Hotrembeb- a Ramses I, y luego a Seti I en 1319 a.C..
Reyes guerreros que pretenden la reconstrucción del Reino Nuevo,
con campañas en Siria y Líbano, durante los cuales hemos de
imaginar que los hebreos aún permanecían en semi esclavitud o
huyendo de Egipto; mientras en las fronteras de Oriente Medio se
libraban múltiples batallas. Finalmente, sube al trono el famoso
Ramsés II, quien deseoso de reconquistar Canaán, pierde la guerra
frente a los Hittitas en 1299 a.C. (en Siria y Líbano); derrota tras
la que jamás volverá a gobernar Egipto plenamente aquella zona.
Así, sobre 1283 a. C. (+,-) teóricamente los hittitas y egipcios se
reparten Canaán en dos mitades, pero realmente ya ni unos, ni otros,
la dominarán plenamente; pues están naciendo allí nuevos reinos y
ciudades (entre los que se encontrarán los Estados fenicios y
los judíos). Ramsés II se casará entonces con una princesa
Hittita, para forzar el dominio de Oriente Medio; pero tras ello
realmente, tanto Biblos como otras ciudades costeras -y casi todo
Canaán-, pasan a ser considerados de algún modo tierras enemigas de
ambos imperios y de frontera entre esos dos “agresores”. Ello
produce un fuerte sentido nacional común entre los habitantes de
aquellas zonas; intentando así fenicios, caananitas y judíos,
independizarse del vasallaje del Nilo. Hasta el mismo Biblos comienza
a ser totalmente autónomo, consiguiendo marcar una frontera con
Egipto y con los Hittitas (lograda plenamente sobre el siglo XII
a.C.). A todo ello se sumarán dos hechos, que posteriormente
trataremos y que son: La aparición de los Pueblos del Mar, pero
sobre todo la del Hierro. Lo que desde el siglo XII genera unas
nuevas migraciones y una nueva etapa en Oriente Medio. Un periodo
durante el que se crean las tres civilizaciones que perviven en
Canaán: La Fenicia, el reino de Judá-Israel y el de los Pueblos
del Mar (los huidos del Hierro). Quienes habitaron la zona
promoviendo gran prosperidad durante unos cinco siglos; hasta que los
Babilonios atacan Oriente Medio en el 722 a.C.; llegando a destruir
sus ciudades principales unos ciento cincuenta años después.
Pero antes de explicar cómo nacen, se desarrollan y caen estas
civilizaciones -que vivieron en Canaán y colonizaron el Sur
peninsular español por tantos siglos-, explicaremos el sentido de
sus figuras históricas más importantes.
IMÁGENES,
AL LADO Y ABAJO: Junto
estas lineas, altar tartessio hallado en de Coria del Rio. Se trata
de una mesa ritual hecha con tierra compacta y cuya forma recuerda a
la piel de un bovino. Su diseño es asimismo igual al del pectoral
más pequeño en el tesoro de El Carambolo. En la foto -bajo estas
lineas- vemos estos colgantes, tal como los muestra una vitrina del
Museo Arqueológico Nacional, donde se encuentra la reproducción de
el ajuar hallado en El Carambolo
(agradecemos al MAN nos permita divulgar su imagen). Asimismo podemos
observar en la parte alta de la foto; un
dibujo con el altar de El Carambolo, construido sobre el suelo. Muy
parecido al anterior -de Coria- tanto como a los colgantes en forma
de pellejo.
.
.
ABAJO: Altar de Beersheva, tal como lo muestra el Museo de Jerusalén (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Estas asheras sagradas estaban construidas tan como ordenaba El Levítico: Con unas piedras, sobre la arena y sin apenas más recursos. Finalmente se sincretizaron con asheras venidas de otros cultos (especialmente con los micenios y los cretochipriotas); por lo que sus cuernos pasan simbolizar al mismo dios, o al poder. De tal manera eran atributo de deidad sus astas, que para pedir asilo al templo habían de agarrarse a una esquina de estas mesas, pudiendo los sacerdotes conceder protección al que allí se sujetase. Aunque si altar perdía uno solo de sus cuernos, quedaba sin valor y se consideraba profanado. No pudiendo cumplir con sus funciones sagradas y menos con la potestad de asilar o salvar al que allí se asiera. Esta potestad del cuerno, que asimismo el pueblo judío ritualizaba en el sonido del “shofar” (trompeta sagrada construida con el asta de carnero), nos habla de cultos venidos de la ganadería. Especialmente de religiones ancestrales, donde las reses tenían un simbolismo fundamental; por cuanto asir al ganado por los cuernos, significaba vencer al animal. De allí procedería el valor de las esquinas en los altares judíos; un simbolismo que quizás tuvieron también los laterales de las mesas sagradas de Tartessos (igualmente con forma de bovino).
ABAJO: Altar de Beersheva, tal como lo muestra el Museo de Jerusalén (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Estas asheras sagradas estaban construidas tan como ordenaba El Levítico: Con unas piedras, sobre la arena y sin apenas más recursos. Finalmente se sincretizaron con asheras venidas de otros cultos (especialmente con los micenios y los cretochipriotas); por lo que sus cuernos pasan simbolizar al mismo dios, o al poder. De tal manera eran atributo de deidad sus astas, que para pedir asilo al templo habían de agarrarse a una esquina de estas mesas, pudiendo los sacerdotes conceder protección al que allí se sujetase. Aunque si altar perdía uno solo de sus cuernos, quedaba sin valor y se consideraba profanado. No pudiendo cumplir con sus funciones sagradas y menos con la potestad de asilar o salvar al que allí se asiera. Esta potestad del cuerno, que asimismo el pueblo judío ritualizaba en el sonido del “shofar” (trompeta sagrada construida con el asta de carnero), nos habla de cultos venidos de la ganadería. Especialmente de religiones ancestrales, donde las reses tenían un simbolismo fundamental; por cuanto asir al ganado por los cuernos, significaba vencer al animal. De allí procedería el valor de las esquinas en los altares judíos; un simbolismo que quizás tuvieron también los laterales de las mesas sagradas de Tartessos (igualmente con forma de bovino).
9–
Moisés y la Tierra de Canaán (los “proto-fenicios”):
.
9
- a) Moisés visto por Freud, Campbell y otros teóricos del Éxodo:
Antes
hemos explicado la historia de los judíos, como un pueblo de origen
canaaneo (amorrita) que se trasladó al Nilo y que tras la caída de
los Hicsos permaneció -en gran parte- subyugado por Egipto (aunque
finalmente se liberarían; posiblemente desde el siglo XIV a.C.). Los
que comenzarían a huir y a independizarse en tiempos de Akhenatón;
son considerados por muchos autores como exiliados; quienes época de
Ramsés II deciden abandonar totalmente Egipto. Pero según varios
estudiosos, el secreto de su huida parece estar más relacionado con
la escisión de Egipto -en partidarios y detractores de Akhenatón-,
que con el éxodo de un pueblo esclavizado. Asimismo para otros,
serían los pertenecientes a las tribus de Efraím y Manasés, que
como sabemos no pertenecían a israel, sino fundaron Judá en el Sur
de Canaán. De tal manera, dicen estos
expertos en el tema, que tras el fallecimiento de Amenofis IV; los
aún partidarios de la religión de ese faraón (“hereje”y
monoteista), se sublevan durante decenios. Hablando de que lucharían
hasta contra Ramsés II, al que los judíos -unidos a esos egipcios
partidarios de la “herejía”-, habrían solicitando un
territorio, para crear una nación diferente a Egipto. Esta es la
hipótesis que muchos historiadores siguen y que por primera vez
intuyó ese magnífico “arqueólogo” aficionado de origen judío
-el inigualable psicólogo, que fué padre del psicoanálisis-.
Sigmund Freud en su libro “Moisés y la religión monoteista”
plantea que el principio del pueblo judío fue solo como una escisión
del egipcio; separándose una parte de seguidores de Akhenatón,
cuando deciden emigrar de su tierra y huir al desierto -para evitar
la confrontación y crear un nuevo reino-. Esos
hechos los fecha Freud, tras la muerte del “Faraón hereje”,
datándolos en su opinión entre el 1350 y el 1310 a.C.
.
Joseph
Campbell narra en “Las Mascaras de Dios” del siguiente modo las
consecuencias de tal teoría, expuesta por primera vez por el
psiquiatra-arqueólogo: “Sigmung Feud dió un susto a muchos de sus
admiradores cuando propuso en su última gran obra `Moisés y la
religión monoteista´ que Moisés no era judío sinó un noble
egipcio -especificamente de la casa del faraón herético Aknatón,
quien reinó entre 1377 y 1358 a.C.-. Que en los años
inmediatamente siguientes a la muerte de este Faraón, que supuso el
colapso tanto de su corte como de su culto al monoteismo; Moisés
partió de Egipto acompañado de colonos semitas del Delta, a quienes
procuró inculcar las creencias monoteistas de Aknatón. Sin embargo,
en el desierto, esta gente oprimida por sus castigos le mató y su
liderazgo fué ocupado por el sacerdote madianita de un dios
volcánico árabe: Yahvé”. Continúa relatando como el recuerdo de
Moisés entre los huidos consiguió ir transformando el dios Yahvé
en un dios mosaico, dando nueva vida a esa religión judaica (6)
.
.
Tal
y como afirma el profesor Campbell, no debemos rebatir directamente
tal teoría de Freud, cuando menos meritoria por haberse escrito hace
más de cien años (7) .
Aún más siendo el mismo padre del psicoanálisis de origen judío,
mientras niega que uno de los hombres más ilustres de su pueblo, no
lo fuera. Pues la creatividad de tal idea y la razón arqueológica
asisten al genial Freud; que quizás sin suficientes argumentos o
datos -pero con gran sentido común- intuye una verdad que puede
convertir un mito, en una leyenda con visos de realidad histórica.
Porque su interpretación de Moisés verdaderamente alcanza a hechos
históricos que pudieron suceder perfectamente en los orígenes del
pueblo de Israel. Pese a ello, Joseph Campbell, cree que tal mito
de Moisés no es de origen egipcio, sino semita y que se trata de una
leyenda compuesta hacia el siglo VIII en Israel, pero inspirada en
una historia nacida en Summer. Dicho planteamiento (del también
genial Campbell), no podemos compartirlo, pues dejaría fuera de toda
realidad histórica a Moisés y a El Éxodo. De tal manera, si
pensamos que la narración del Éxodo solo es un relato babilónico
revivido, habríamos de plantearnos la veracidad histórica y la
autenticidad del Antiguo Testamento (sin tener sentido el cautiverio,
la huida, ni la llegada a Egipto de los judíos... Siquiera ni el
mismo Abraham puede explicarse arqueológicamente). Todo ello, es
lo mismo que negar cualquier viso de hechos históricos en el Génesis
y el Éxodo, hipótesis que no podemos admitir; ya que no explica
siquiera por qué no pueden encajar sus figuras históricas, las
fechas y personificaciones; en etapas que realmente vivió el pueblo
hebreo.
.
Es
decir: Si sabemos por restos arqueológicos y culturales, que los
judíos son de origen Amorrita, venidos de la zona de Mesopotamia;
que luego vivieron cerca de los egipcios (o entre ellos) y que hacia
el reinado de Akhenatón, regresaron al Sinaí. Se hace
imposible pensar que El Génesis y El Éxodo no nos hablan de etapas,
personificaciones y gentes coetáneas o paralelas. Pues el
Antiguo Testamento narra que el pueblo de Abraham, nacido en Ur y
venido hasta Canaán; por sus penalidades, emigró en época de José
a Egipto, tras lo que triunfan en el Nilo. Aunque luego son allí
sometidos, por lo que deciden huir o en regresar a Canaán, en
tiempos la de Moisés. Unos hechos y etapas que concuerdan con lo
que la Historia dice y descubre; por tanto, si todo el Génesis y el
Éxodo es falso -tal como Joseph Cambel afirma- ¿Por qué encajan
sus relatos con lo que la arqueología y los arqueólogos van
hallando?. Así pues, si partimos, tal como dice Campbell, de que
el Éxodo es un mito semita transcrito en el siglo VII, sin contener
realidades vividas por los judíos; jamás llegaremos a entender por
qué estos Libros del Antiguo Testamento coinciden con las etapas y
sucesos de Egipto o de Canaán... . Por lo tanto, la única
hipótesis admisible sería considerar a Moisés como un personaje
histórico (más o menos legendario). Aunque Campbell cree que los
judíos del siglo VII a.C. -al ser invadidos por los babilonios- le
añaden las cualidades y leyendas de un rey semita (akkadio), llamado
Sargón. Asimilando los israelitas su más venerado héroe, con
un monarca de Mesopotamia, cuyo gobierno se fecha en el III milenio
a.C. y cuyo recuerdo se pierde en la memoria. Aunque es casi
imposible creer esta hipótesis de Campbell, considerando que los
israelitas, durante su cautiverio en Babilonia, estudiasen y
conocieran a Sargón el akkadio (Sargón I de Argade); tanto como
para incluir pasajes en La Biblia inspirados en la historia de aquel
monarca del siglo XXIII a.C..
IMÁGENES,
AL LADO Y ABAJO: Junto
estas lineas, famosa cabeza en bronce akkadia, que se supone la del
rey Sargón (2270 al 2215 a.C. +/-).
La fotografía es una de las primeras tomadas a este busto, que
considera representa al famoso monarca akkadio. Perteneció a la
serie de imágenes que hizo su descubridor en 1931 (el profesor
R.Campbell Thomson); mientras en un igual tiempo (desde 1925 a 1935)
otro profesor Campbell (Joseph Campbell) iniciaba sus estudios de
antiguas religiones y de filosofía comparada. Creo que el
parentesco con el descubridor del busto akkadio, o bien su mismo
apellido, llevaron al joven Joseph a interesarse por la historia del
antiguo rey Sargón -estudiado y descubierto por R. Campbell-. Quizás
confundiéndolo con el Sargón de Siria (contemporáneo al cautiverio
de los judíos); por lo que en mi opinión, Joseph Cambell construyó
esta extraña teoría en la que identifica al Sargón de Akkadia, con
Moisés. Personajes
cuyo único nexo de unión es que al nacer fueron dejados por la
madre en un cestillo flotando en el río. Aunque Sargón sería
recogido por un jardinero, quien tras transmitirle su profesión, vio
como la diosa Ihstar se enamoró de ese chico que trabajaba el jardín
de su templo, concediéndole dones para llegar a general -y más
tarde a rey-. Una historia que muy poco tiene que ver con la de
Moisés, existiendo cientos de leyendas antiguas que tratan de niños
abandonados en cestillos en el río; entre las que podemos destacar
Rómulo y Remo (en Roma), o Habis (en Tartessos).
.
ABAJO:
Moisés
colérico, rompiendo las Tablas de
la Ley, al ver adorar a su pueblo el becerro de oro (grabado de
Gustavo Doré). Este
pasaje bíblico muestra el modo en que Israel todavía en pleno
Éxodo, practicaba ritos pertenecientes a diversas religiones de la
Edad del Bronce y de culturas coetáneas (como
la minóica o la egipcia).
Pese
a todo lo expuesto, Joseph Campell defiende que el “mito de Moisés”
es una transcripción del de Sargón rey de Argade (Akkadia); un
monarca que data de los comienzos de Babilonia, hacia el 2350 a. C..
Personaje que igualmente fué dejado en un cestillo por sus padres y
luego gobernó su reinó junto al Eúfrates (8)
. Para su razonamiento se sirve de otros
ejemplos que fundamentalmente estudió Otto Rank (9)
en los que este autor escribe una monografía comparando más de
setenta variantes de esta leyenda, con otras similares: El hombre
nacido de padres desconocidos o de virgen, abandonado en las aguas
de niño, recogido por animales (o padres adoptivos), que finalmente
triunfa, llegando a gobernar un reino. Entre
ellos son sobradamente conocidos para nosotros niños-héroes cuya
historia es parecida a la de Moisés; como Rómulo y Remo, fundadores
de Roma; o Gárgoris y Habis, creadores de las primeras dinastías
en la Hispania prerromana (10)
. Aunque nunca nos atreveríamos a afirmar que la historia de Habis
se relaciona plenamente con la Moisés, ni aún menos la de Rómulo y
Remo. Pese a todo para el profesor Campbell, Moisés no es ningún
personaje histórico, sino más bien hemos de hablar de un mito
babilónico “traducido” al mundo judío.
.
Sin
desear contradecir a una autoridad tan destacada como Campbell, hemos
de manifestar nuestro absoluto desacuerdo con tal planteamiento
(que nos parece más bien surgido del paralelismo de nombres entre el
descubridor del busto de Sargón de Akkadia -Campbell Thomson- y
Joseph Campbell). Pues para afirmar que El Génesis o El Éxodo no
tienen relación con hechos históricos, argumenta ese profesor
americano que nadie ha conseguido diferenciar las etapas de Abraham,
José, la de cautiverio y la de Moisés. Todo lo que no es cierto, ya
que hay diferentes teorías que encajan perfectamente con las
Historia de Egipto, en esas narraciones de El Antiguo Testamento.
Tanto que el mismo Campbell expone una relación de ellas, en las
que destacan: La de J.W. Jack, que piensa que el Exodo se produce en
época de Tutmosis III (sobre el 1502 al 1480 a. C +,-). La de Freud,
que fecha la salida de Egipto en los años de Tutankhamón (1358 al
1349 a. C. +,-). La de Albright, que la data en el reinado de Ramses
II (1301 al 1234 a.C.) y la de Scharff que piensa que se produce
entre Ramses II y Merneptah (del 1240 al 1230 a. C.), por encontrarse
en esta época estelas egipcias hablando de las revueltas judías y
hallarse entonces ya el término Israel escrito. Aun habiendo quien
piensa, como el prof. Meek, que la huida de los israelitas se produce
al final de la XVIII Dinastía (entre el 1220 y el 1200 a. C. +,-);
con Seti II, cuando estos abandorían Egipto aprovechando las
revueltas internas.
.
Tal
diferencia de dataciones las considera Campbell una incongruencia,
por lo que descarta que la historia narrada por el Exodo concuerde
con hechos ciertos. Pese a todo, lo que no observa este gran autor es
que la Biblia hubo de recordarse en la memoria, durante varios
siglos, hasta ser escrita (pues los alfabetos sináicos comienzan
a extenderse en los siglos XIV al XII a.C.). Ello que deja la
posibilidad de que los hechos que se narran -recogidos en un solo
momento- quizás sucedieron en varias épocas, o en un largo periodo
de tiempo. Por lo que cabe la posibilidad de que la huida de Egipto
pudo hacerse en oleadas distintas, hasta con centenares de años de
distancia entre unos y otros éxodos.
.
.
.
9
- b) Moisés como personificación de los canaáneos navegantes, que
se enfrentaron a Egipto:
De
tal manera, y a mi modo de ver; la conclusión lógica ante lo que
estudiamos en El Antiguo Testamento, creemos sería pensar que: En
los ciento cincuenta años que median desde la muerte de Akhenatón,
hasta el final de la XVIII Dinastía (desde el 1358 al 1200 a.C.
+,-). Los canaaneos que habían vivido bajo el yugo egipcio, tras el
comienzo del Reino Nuevo, van liberándose gracias a la decadencia de
Egipto. Asimismo, se hace evidente, la existencia de un pueblo de
origen canaaneo que vino a vivir cerca o en el mismo Egipto -durante
el periodo Hicso-. Gentes que se quedan en el Nilo o en la frontera
egipcia, siendo subyugado o semiesclavizado, tras el nacimiento de la
XVIII Dinastía (con la caída de los monarcas extranjeros). Pueblo o
tribus que habrían llegado desde el Sinaí; como comerciantes,
emigrantes o colaboradores de esos reyes Hicsos. Estos se
relacionaban con los Apiru (Habiru o hebreos) que vemos citados desde
Akhenatón como gentes que van asentándose junto al Jordán. Cuando
muchos de los que quedaron bajo mandato del faraón, tras las crisis
y las muertes de Amenofis IV y de Tutankhamón; finalmente decidirían
huir de Egipto e irse a las inmediaciones del Jordán. Lo que
consiguen gracias a la ayuda de algunos egipcios y hasta de miembros
de la realeza del Nilo; quienes o bien huyen con ellos -debido a
estas crisis-, o bien les apoyan a salir del territorio, al estar
emparentados religiosa o familiarmente con los israelitas. Esta
creemos que es la conclusión lógica y no podemos aceptar las
teorías de ese magnífico especialista que es Campbell, quien
extrañamente desestima toda posibilidad de hechos históricos en los
relatos de El Éxodo. Siendo la teoría generalizada, que este texto
recoge lo que sucedió (de manera idealizada) del mismo modo que
sucede con la Troya de Homero. Pues aunque la Iliada sea un poema
épico; las evidencias arqueológicas manifiestan gran parte de su
veracidad histórica (no de lo narrado, pero sí de lo acontecido).
.
En
esta conclusión nuestra, por cuanto es importante lograr descifrar
el significado de lo que Él Génesis y El Éxodo nos narran. Cuyo
valor sería incalculable, pues ha de suponerse que se mantuvo en la
memoria de los judíos durante miles de años (hasta llegar a
escribirse). Dicha memoria -no escrita- es lo que nos obliga a
destacar aún más todo ello; pues demuestra que durante milenios se
puede recordar una Historia y unos orígenes, trasmitidos de padres a
hijos de manera inalterable. Y como antes hemos apuntado, algo muy
similar sucedió con la Iliada o la Odisea: Cuya transcripción se ha
de datar aproximadamente cuatro siglos después de la guerra de
Troya, porque esa contienda troyana tuvo lugar a fines del siglo XIII
a.C., mientras el alfabeto griego no se comienza a desarrollar hasta
el IX y VIII a.C.. Lo que significa que
la Iliada no se pudo escribir hasta la centuria del 700 a.C., en la
que ha de “situarse” a Homero. Diciéndose por ello (de seguro)
que su autor, fue el gran ciego-poeta; una invidencia que obliga a
entender que jamás pudo escribir la obra, y que en todo caso, la
recitaba de memoria... . Lo que nos lleva a pensar que el
significado del mismo Homero -como ya dijimos en otros estudios- es
el de la personificación de esos poetas o aedas (trovadores y bardos
griegos) que cantaban versos heredados, guardando la memoria
histórica en poemas cantados (que siglos después, otros
escribirían). Del mismo modo, El Génesis y El Éxodo hubieron de
mantenerse cantados y recitados en versos; cuidadosamente guardados
durante milenios, posiblemente junto a melodías muy similares a las
que aún entonan los judíos. Cánticos
que hubieron de ser en varios aspectos, muy cercanos a los del
Flamenco (aunque de este tema trataremos mas tarde).
IMAGEN,
ARRIBA : Sobre
estas lineas, dibujo mío de un bajorrelieve asirio, perteneciente al
Museo del Louvre y en el que se representa a Sargón II y su hijo
(o bien junto a un dignatario). En
mi dibujito, coloqué las joyas de El Tesoro del Carambolo sobre
estos reyes se Assur,
poniendo las placas montadas como diadema-corona, los colgantes como
pectorales y el collar en el pecho del más joven, mientras Sargón
luce los brazaletes. Pese a ello, sigo considerando que el segundo
juego de joyas (menos pesado y decorado de manera femenil)
pertenecería a una princesa y no a un príncipe; algo que afirmo
porque el collar apenas puede ser lucido por un hombre maduro -al
tener unos cincuenta centímetros de cadena, que no sobresaldría por
debajo de la barba masculina-. Este rey que vemos dibujado (Sargón
de Asiria) es uno de los que atacan Israel; que invadida por
Salmansar, finalmente cayó en manos de Sargón, en el 722 a.C.. Más
tarde, sufrirán los israelitas el famoso cautiverio en Babilonia;
donde según Joseph Cammbell copiaron la figura de Moisés desde la
del antiguo monarca Sargón de Akkadia.
Pese a todo, los datos que aporta Cambell no sabemos si pueden
referirse a estos Sargón de Asiria, que vencen y llevan a la
esclavitud a los judíos. Confundiendo quizás el profesor
norteamericano al rey de Akkad con el sargón de Assur; que sí
conocieron los israelitas (pero que en nada podría ser identificado
con su libertador Moisés).
.
ABAJO:
Crátera de
autor desconocido; representa a Aquiles
armado por Atenea junto otros dioses (fechada hacia 575 a.C) y
pertenece al Museo Louvre -colección de Campania; al que
agradecemos nos permita divulgar la imagen-. Tal
como decimos, Moisés al igual que Aquiles, son personajes históricos
sublimados; seguramente como personificación del pueblo al que
representan. Tanto que Aquiles simbolizaría a los aqueos, cuyo héroe
homónimo recuerda las gestas de su pueblo en Troya. De
un mismo modo que el nombre y los hechos de Moisés, sublimarían lo
acontecido entre los judíos durante su etapa de huida de Egipto (o
bien en el tiempo en que se independizaron de la ocupación militar
faraónica, en sus territorios de Canaan).
Volviendo
a Moisés y su significado dado por Campbell, verdad es que su
personaje esconde unas claves mitológicas comunes a muchas otras
leyendas mediterráneas o mesopotámicas. Pero si tuviéramos que
analizar lo que significan esos niños arrojados al mar y salvados,
que luego reinan; a mi entender su figura se explicaría del
siguiente modo: Siendo mitos o
leyendas que personifican a “culturas” o “pueblos”
surgidos del mar y a gentes llegadas cruzando los mares, que logran
colonizar o gobernar unas tierras (como los griegos, los fenicios
o infinidad de navegantes llegados hasta un lugar que más tarde
convirtieron en sus dominios). Debido a ello, todos se relacionan con
la “navegación”; tanto que como dice la Biblia: Moisés
significa “nacido de las aguas” (11)
. Al igual que el nombre de Habis tiene el mismo sentido (nacido de
las aguas); o tal como Rómulo y Remo, se relacionan con la acción
de navegar, salvar el agua y remar (del latín Remo=Remus y
Remigo=Remar). Por ello, creemos que el Moisés histórico pudo ser
un familiar del faraón, que ayuda a cruzar el Mar Rojo a los
israelitas (tal como defendía Freud). Quizás un príncipe o un
noble de la casa de Akhenatón (relacionado con gentes del mar, con
los Hicsos o con Biblos); que decide escindirse de Egipto y fundar un
nuevo reino al otro margen del Mar Rojo, para lo que se sirve de una
parte de los esclavos del faraón, a los que apoya en su huída.
.
Pese
a ello Flavio Josefo niega este origen egipcio del libertador de los
israelitas (tal como más abajo veremos); tanto que replica
con gran desprecio la obra de Manetón “HISTORIA DE EGIPTO” donde
se defiende un Moisés de estirpe faraónica
(12) . Argumentando Josefo que Manetón, fue un
historiador greco egipcio del siglo III a.C. y un sacerdote en el
Nilo; por lo que solo añade falsedades acerca de esa figura. Aunque
realmente el libro referido de Manetón aporta importantísimos
datos sobre la historia de los faraones y acerca del mítico Moisés.
Narrando cómo en tiempos de Akhenatón hubo una tremenda sublevación
de esclavos; unos ochenta mil, que estaban enfermos y leprosos,
trabajando en condiciones infrahumanas. No recibiendo atención
del rey del Nilo, estos sublevados se habían hecho fuertes en el
delta, estableciéndose en la antigua ciudad de Avaris, capital de
los reyes Hicsos abandonada a tras la caída de esa dinastía de
origen extranjero. Aquellos faraones bárbaros expulsados y los
esclavos, tendrían una unión -cultural o sanguínea-; y así
desde Avaris los sublevados mandaron una embajada a tierras de
Canaán, donde por entonces estaban asentados los reyes Hicsos
(quienes tras su marcha de Egipto se establecieron en esta zona de
Oriente Medio). Siendo atendida su petición, los Hicsos y otros
habitantes de Canaán deciden ayudarles, enviando doscientos mil
hombres hasta Avaris para hacer frente al ejército de Akhenatón;
liberando entonces el faraón los ochenta mil esclavos y pudiendo
huir del Nilo. Todo ello se logró gracias a que estaban liderados
por un egipcio llamado Orsasef, un sacerdote de Heliópolis de sangre
real, quien tomó luego el nombre de Moisés (13)
.
.
Más
tarde analizaremos esta figura de Orsasef, tanto como la de un
hermano de Akhenatón, que ostentaba el cargo de sacerdote
supremo y que curiosamente tenía un nombre muy cercano a Moisés:
Tut-Mose. De todo ello hablaremos en los siguientes epígrafes,
con el fin de hallar una explicación al origen del pueblo hebreo y
al problema histórico de El Éxodo. Porque no parece posible un
Moisés mítico, “alegoríco-poético”; tal como plantea Joseph
Campbell. Ya que -a mi juicio-
que debemos entender su figura como una personificación. Un
personaje legendario pero con grandes raíces históricas;
seguramente basadas en lo sucedido entre los nobles egipcios, cuando
aquel país entra en guerra civil durante el periodo de Amenofis IV.
Pero también veremos que si fuera tan solo de origen egipcio el
príncipe que liberó a los judíos -tal como afirma Freud-;
su nombre en hebreo y el significado de su leyenda se desvanece en
gran parte. Pues bajo esta hipótesis y
con un Moisés tan solo personificado en la aristocracia egipcia
partidaria de la fé de Akhenatón -deseosos de independizarse y
establecer su credo-. Nos quedan muchos otros puntos sin
aclarar; dejando sin explicación cuanto en El Éxodo se narra sobre
su de nacimiento, su origen judío, su salvación en las aguas del
Nilo -incluso el por qué de su nombre-.
.
Muy
por el contrario, si interpretamos a nuestro modo el mito histórico,
concluiríamos que ese príncipe faraónico sí puede ser la
personificación de los pueblos proto-hebráicos. Entendiendo por
proto-hebreos a las ciudades y culturas caananeas de esa época: Los
Fenicios, a los habitantes Canaán y a los de las zonas de Biblos,
Tiro, Sidón etc.; y que ya desde este siglo XV a. C. van tomando
gran relevancia. Tanta como para poder liberarse de Egipto y crear
sus propios reinos (o ciudades estado en las costas de Oriente
Medio). De tal modo, al igual que Rómulo y Remo -o Habis-
personificaron las primeras civilizaciones y pueblos llegados por mar
hasta Italia -o a nuestras tierras- para colonizarla. Moisés
también pertenecería (a mi juicio) a este ciclo de “gentes
nacidas de las aguas”, que “huyeron” o vinieron en barco desde
un lugar remoto, para asentarse y colonizar otras tierras. Siendo una
historia común en todos los casos el abandono por sus padres,
quienes exponen al recién nacido al ahogamiento. Lo que a mi
entender se explica como una sublimación de aquellos que, tras haber
sido expulsados o abandonados por sus culturas “progenitoras”;
logran escapar a través del mar. Después de que esas civilizaciones
de las que se originan, incluso deseaban la desaparición del
“neonato” (motivo por el cual se ven obligados a emigrar al
otro lado de las aguas). Aunque el caso de Moisés es un tanto
diferente, pues es abandonado a la fuerza y recogido por la familia
faraónica; lo que bien puede significar la llegada a Egipto de los
canaaneos, en barco (los que hemos llamado proto-hebráicos y que
se subliman en La Biblia con el pasaje de José). Refiriéndonos a
pueblos venidos desde Oriente Medio navegando; de los que se sabe, se
aliaron con los faraones para comerciar, llegando incluso a casar a
sus princesas con hijos de nobles egipcios (y viceversa).
JUNTO
BAJO ESTE PÁRRAFO:
Dos imágenes de los
frescos del palacio Hicso de Avaris (paredes
en reconstrucción del edificio de Tell el-Daba; que ya habíamos
publicado en el artículo anterior).
Agradecemos a Jose Luis Santos (de TERRAE ANTIQVUAE) nos permita
divulgar estas fotografías
que desde su valiosa página ha dado a conocer en la Red. En ambos
frescos podemos observar varias fases de “taurokatapsia” (lucha o
juego con el toro) muy semejantes a las del Palacio de Cnossos. El
carácter de estas escenas, lo que representan, su colorido y su
técnica; demuestran que las decoraciones del palacio hicso de Avaris
(Tell-el-Daba) son absolutamente paralelas con las de Creta y muy
similares a los frescos coetáneos hallados en Tera (bajo las cenizas
del volcán). Todo lo que demostraría que estos reyes hicsos
tendrían un enorme componente cretense; pudiendo haberse tratado de
cretochipriotas huidos del desastre volcánico, unidos a gentes e
Mitani y ayudados por los canaánitas -que
también marcharían de sus tierras por idéntico motivo-.
ABAJO:
De Nuevo el
mapa que habíamos trazado del reino Hicso y de la zona de influencia
hicsa, durante los siglos XVII y XV a.C.
(sobre un mapa de Israel publicado en el libro de M.J.STEVE “Por
los caminos de la Biblia” página 86 -Barcelona 1967-).
En lineas discontinuas rojas
he marcado las
fronteras de ese reino hicso; en lineas azules, el área de gran
influencia de su gobierno, que
tenía como frente Norte de importancia la zona de Meggido
y Hazor (señaladas
con un círculo rojo). Asimismo podemos ver en
letras rojas la capital hicsa Avaris y su segunda ciudad Memfis; y en
letras verdes la situación de Biblos. Puerto de influencia egipcia,
de cuya destrucción o sustitución nacerían los emporios fenicios
desde el siglo XV a.C. (Sidón y Tiro), fronterizos con Israel y con
las tierras de los filisteos (Gath -Gaza- y Golán).
Pese
a todo, a mi juicio, el abandono de Moisés en las aguas quizás debe
explicarse en relación a la invasión y subyugación de Canaán,
llevada a cabo por Egipto desde el 1580 a.C. -tras la expulsión de
los Hicsos-. De tal manera, podemos interpretar cuanto narra la
Biblia cuando el Faraón ordena la muerte de todos los niños varones
nacidos de Leví; como el reflejo de la época en la que estos reyes
se dedicaron a asediar y dominar las ciudades de Oriente Medio -sobre
todo sus ejércitos-. Un momento que ya sabemos se corresponde con
la etapa de gran expansión de los primeros faraones de la XVIII
Dinastía; quienes como dijimos, tras Tutmosis III subyugaron
duramente Canaán y gran parte de las tierras, entre Biblos y Mitani.
Consecuentemente, el nacimiento de Moisés -recogido en Éxodo (2,
1-4)- creemos que puede situarse esta época; significando esta orden
dada por el rey egipcio de matar a todo niño nacido de Leví, la
prohibición a todo canaaneo de vivir libre en el Nilo o de realizar
labores y trabajos de hombre en Egipto -entiéndase con ello la
imposibilidad de estar reclutado para milicias, llevar armas e
incluso realizar funciones de contabilidad o gobierno-. Naciendo
así un Moisés, niño del linaje de Leví y que -en nuestro modo de
interpretar- hemos de identificar con la creación en esa época de
una gran fuerza militar secreta en Canaán (un pueblo fuerte en
sentido castrense). Aunque quizás sería mejor hablar de una
armada poderosa -con enormes naves- nacida en las ciudades costeras
de Oriente Medio. Por cuanto Moisés (esa fuerza naval) es
mantenido en secreto y vive entre sus padres que lo guardan durante
tres meses, hasta que no pueden ocultarlo más. Ello podría
significar que estos guerreros o marinos armados procedentes de
puertos o ciudades de Fenicia ( Líbano) se escondían ante los
egipcios. Viajando y sin hacer acto de presencia en las costas
del faraón, evitando ser vistos por los egipcios; mientras recibían
ayuda y apoyo de las ciudades y reinos de donde eran originarios
(con grave riesgo para todos de ser descubiertos).
.
Consecuentemente,
a continuación narra El Exodo, que cuando sus padres no pudieron
cuidarle, ante el temor de que mataran al niño y a ellos,
deciden ponerle en un canastillo y dejarle abandonado sobre el
Nilo -única solución para que los egipcios no lo ejecutasen
(tal y como mandaba la orden del faraón)-. Este último dato,
creemos que debemos interpretarlo como el momento en que las ciudades
costeras de Canaán ya no pueden arriesgarse a esconder más la
existencia de sus marineros y de su verdadero potencial bélico.
Unos ejércitos vivientes, localizados en los barcos con los que
comerciaban metales y armas para Egipto; procedentes de todos los
puertos canaanitas (desde Biblos a Haifa, pasando por Fenicia y
Chipre). Así, ante el temor a ser descubiertos y antes de que los
egipcios tomasen represalias contra unos y otros (marinos y
ciudadanos de los emporios costeros). Obligarán a los navegantes a
resolver la situación; bien marchando hacia el Nilo a buscar allí
suerte y aceptación del faraón, o bien asentándose en otras
tierras lejos de Canaán. Posiblemente significando ese abandono de
Moisés, el momento en que ciudades como Biblos (o Tiro y Sidón) no
pudiendo arriesgarse a convivir con unas naves que comerciaban con
armas y metales a espaldas de los egipcios; ordenan a sus marinos que
partan en sus barcos a fundar nuevos reinos -o bien que a entren
en contacto con el Faraón, solicitando su permiso para realizar
dichas labores de compraventa y distribución de metales en el Nilo.
.
El
hecho histórico sabido, es que múltiples naves cargadas de marinos,
venidos todos desde las costas de Canaán, llegaron hasta Egipto
durante el siglo XVI a.C.. La presencia de estos en las costas del
Delta les fue muy útil a los ejércitos del faraón, pues los
súbditos egipcios tomaron tanto “rechazo” a los extranjeros
-tras los Hicsos-, que apenas había quienes desearan comerciar o
navegar fuera de sus dominios. Siquiera deseaban por entonces los
egipcios salir de su país, a menos que se tratase de campañas y
misiones militares; por cuanto la llegada de esas naves marineras
canaánitas, les fue de gran utilidad. Pues gracias a esa flota de
complemento puderon comerciar. Ya que Egipto durante el Reino Antiguo
y Medio había sido un Estado aislado -sin apenas expediciones ni
navegaciones por el Mediterráneo- temiendo siempre abrir sus puertas
a extraños. Pero en esta época del Imperio Nuevo (después del
dominio Hicso) se convirtieron en una sociedad en plenamente
xenófoba. Tanto como para no desear contacto económico con países
desconocidos; siquiera despertando su interés por crear una marina
mercante -aún menos, enviar expediciones por mar-. Debido a ello,
tan solo dedicaron sus astilleros y sus marineros, a la guarda y
custodia de sus costas; aunque con su capital en Tebas (hoy Luxor) y
a setecientos kilómetros tierra adentro, poco le preocupaba un
ataque naval en el Delta. Por lo demás, sin tener marinos
mercantes y necesitando quienes realizaran esta labor comercial, la
aparición de naves venidas desde las costas cercanas a Biblos, fue
bienvenida. Aún más, tras la destrucción de Creta; civilización
que les había proporcionado barcos y realizado el trabajo comercial
marino para el faraón, durante casi un milenio.
.
En
mi opinión, el hecho antes apuntado fue crucial para que Egipto
permitiera crear barcos y armadas mercantes en los puertos de litoral
de Oriente Medio. Cuando tras la caída y destrucción del Imperio
Minoico -debido a los terribles terremotos sucedidos en la isla
desde 1680 a 1580 a.C.-, desapareció casi por completo la armada
de Creta y Chipre, que hasta entonces habían cumplido esa función
para el Nilo. Ante esta situación, hemos de pensar que desde el
siglo XVI a.C. hubieron de abrirse nuevos puertos y astilleros; lo
que se lleva a cabo principalmente en las costas de Canaán, gracias
a los bosques con cipreses del Líbano. Siendo históricamente
evidente que los caananeos heredaron esa función ante el Faraón, y
que hasta entonces estuvo en manos de bibliotas, cretenses o
chipriotas. Sabemos que los habitantes de ese litoral de Oriente
Medio prestaron ayuda y apoyo a los grandes afectados, tras el
desastre del Tera en el 1680 a.C.; facilitando su salida de Creta y
Chipre, para dejarles a refugiarse en el litoral de Canaán. Con
ello, de seguro recibieron a cambio grandes secretos de marina,
navegación e ingeniería naval; transmitidos por estos
cretochipriotas “huidos” a sus costas. Siendo este el momento en
que comienza a nacer lo que luego sería Fenicia; lo que aún en
el siglo XV a.C. era solo un “proyecto”, aunque en el centenio
siguiente se inicia como el gran emporio comercial de las costas de
Oriente Medio. Creando fortalezas sobre islas y cabos,
suficientemente distantes o protegidos, como para poder defender sus
ciudades solamente valiéndose de barcos.
SOBRE
ESTE PÁRRAFO:
Arriba, un fresco del
palacio de Cnossos (publicado en nuestro artículo anterior), fechado
hacia el 1500 a.C. y propiedad del Museo de Heraklion -al
que agradecemos nos permita divulgar la imagen-.
En la imagen podemos observar el enorme parecido con los frescos del
palacio hicso de Avaris, fechados hacia el 1600 a.C.
(un siglo antes).
JUNTO
Y BAJO ESTE PÁRRAFO:
Otras dos imágenes de
los frescos del palacio Hicso de Avaris
(paredes en reconstrucción del edificio de Tell el-Daba).
Agradecemos a Jose Luis
Santos (de
TERRAE ANTIQVUAE) nos
permita divulgar las fotografías que
desde su valiosa página ha dado a conocer en la Red. En los frescos
de nuevo podemos observar la lucha y juego con el toro; pintada de un
modo muy semejante a como las veremos en el Palacio de Cnossos. Estas
decoraciones del palacio hicso de Avaris (Tell-el-Daba) son
absolutamente paralelas a las de Creta y muy similares a los frescos
hallados en Tera (bajo las cenizas del volcán). Todo lo que
demostraría que los reyes hicsos tendrían un enorme componente
cretense; pudiendo haberse tratado de cretochipriotas huidos del
desastre volcánico. Asimismo, si sabemos que los sublevados en
Egipto en tiempos de Amenoras IV, que liberó Moisés, estaban muy
unidos a los Hicos (cultural o sanguineamente). Podemos entender que
los canaaneos tenían este origen cretochipriota -fueran fenicios,
israelitas o filisteos-. Todo ello puede ayudarnos enormemente a
enteder los pueblos que colonizaron la Península desde el Bajo
Bronce; muchos de ellos procedentes de Oriente Medio, pero
anteriormente de Ugarit, Creta y Chipre. Debiendo suponerse que tanto
los fenicios como los judíos, compartían muchísmos rasgos
culturales con las civilizaciones minóicas y micénicas (de las que
procedería una gran parte de sus conocimientos y forma de vida).
Tantas que sustituyeron a los cretenses a los chipriotas y a los
bibliotas; en su labor para el faraón como fabricantes de barcos,
navegantes y comerciantes.
Esta
nueva civilización de los hombres rojos (púnicos o púrprueos),
comienza a gestarse por entonces; al tener un gran éxito en su
comercio con Egipto durante el Imperio Nuevo -que, como dijimos
empieza en el 1580 a.C (+,-)-. Así, los Faraones de la XVIII
Dinastia no solo dan a los canaaneos de las costas el “monopolio”
o confianza para ser sus marinos mercantes; sino incluso, les dejan
establecerse en pequeños barrios del Nilo -debido
a que estaban originariamente mezclados y muy unidos a egipcios que
habían emigrado a Canaán-. Así comenzaron a instiruir sus
negocios en Egipto, esos proto-fenicios; tanto como para
institucionalizarse como comerciantes, asesores y banqueros de ricos
y nobles nilotas. Y aquel pueblo, de orígenes
semítico-amorritas, luego mezclado con egipcios, cretenses e
hittitas; es el que finalmente formaría Fenicia. Gentes que aparecen
muy integradas en el siglo XV a.C. en el delta; viajando
continuadamente desde allí hasta sus tierras originarias, por mar
-para realizar labores mercantiles-.
.
Creemos
que en gran parte, es esto lo que simbolizaría Moisés (el nacido
del agua), como personificación de los navegantes canaáneos
(fenicios). Una civilización que tuvo tanta importancia comercial
para el Egipto de la XVIII Dinastía, que su mitololgía llegó a
identificarlo con el ave Fenix. De tal manera, a mi juicio, es
así como vieron los súbditos del faraón a los venidos por mar
desde las costas de Canaán. Quienes llegando con sus mercancías,
son interpretados como aquellas aves zancudas que aparecían en el
Nilo; anunciando el buen tiempo y la inundación -que traería
fertilidad y riqueza-. Además, poco después, dichos mercaderes
abrirán también rutas hacia el Sur, por el Mar Rojo, llegando con
sus barcos hasta zonas muy próximas a la India. Importando hasta el
reino del Faraón, piedras preciosas, pavos reales, marfil en
abundancia, metales preciosos, telas (y toda clase de riquezas que
Asia desde el II milenio a.C. fabricaba). Debido a ello, esos
navegantes canaanitas fueron identificados por los egipcios con la
llegada de la garza real (o las zancudas) en el momento en que el
Nilo crecía, para traer la abundancia. Pues de manera similar, los
barcos de Canaán venían por mar, impulsados por sus velas como las
alas del ave Fenix y las palas de sus remos (las patas de las
palmípedas). Todo ello, identificará finalmente a los fenicios
con la garza o el flamenco; zancudas benéficas que aparecían en
tierras de Egipto anunciando la inundación, ayudando al
agricultor -comiendo insectos, ratas, ranas y sobre todo, las
culebras de los barrizales-.
.
Esos
hombres a los que luego llamaron “de púrpura”, que viajaban con
su oro, sus telas rojizas y sus mercancías para la prosperidad de
Egipto; se identificaron con el Ave Fénix. Un mito nacido en
Egipto, pero que se exporta a otras religiones antiguas; donde
también hablarán de esa zancuda llamada en el Nilo “Bennu”
(Bnnw) y que era la fuente del la luz y la riqueza. Aunque la
leyenda del Fénix se sublimó más, porque los fenicios eran
adoradores del Sol, del oro y sobre todo del fuego sagrado;
cuanto les identificaba claramente con el mito del ave sagrada. Pues
se decía que esta gran palmípeda, sobrevolaba anualmente la capital
egipcia (Heliópolis), tras lo que construía su nido para procrear y
renacer de la luz del Sol. En su propio hogar moría y ardía por los
rayos solares, tras lo que renacía de sus cenizas en ese nido que se
había construido sobre la colina mas alta de la ciudad del Sol:
Heliópolis. Su rito se relacionaba con el huevo cósmico y el
disco solar naciente en el alba, y su cosmogonía creemos que está
muy unida a las ceremonias de los templos de Melkarte de los
fenicios. Pues en tales templos, se adoraba al Sol como dios y se
tenía por costumbre, quemar a seres humanos vivos, en pebeteros
dedicados a Melkarte -dios solar del fuego- (preferentemente niños
primogénitos, como efigie del rey ó Baal Melkart). El mito del Ave
Fénix (Bennu) que renacía de sus cenizas pudiera entenderse como
este horrible culto en el que el inmolado se sacrificaba como
“sustituto” del soberano (el Baal), quien renacía en cada
holocausto como nuevo rey impuesto, tras la ceremonia en la que la
familia -junto a los oficiantes- ejecutaban y abrasaban a la pobre
víctima, que simbolizaba al señor.
.
Así,
tras mencionar nuevamente esos terribles ritos llevados a cabo con
los primogénitos fenicios en los templos de Melkarte, podemos
regresar a Moisés. Un niño sacrificado y salvado de las aguas;
aunque inmolado por dos veces: Primero al ser abandonado en el Nilo y
más tarde cuando él deja caer una corona real -con muy pocos
años de edad; tal como recoge Flavio Josefo (14)
-. Narrándose que en su más tierna infancia fue
llevado por su padre adoptivo al templo egipcio; donde el niño hizo
que rodase una diadema faraónica. Al ver lo que Moisés hizo con ese
símbolo del Nilo, un escriba deseó acabar con su vida (por
considerarlo un mal presagio) aunque el propio faraón salvó al
infante de ese destino. Una escena recogida por Flavio Josefo
y que sin lugar a dudas -para mí-, habla una de religiosidad
procedente de Canaaón o de Biblos, donde se adoraba a una
extraña Isis bibliota. Cuya historia narra que cada noche quemaba
una extremidad de su hijo Horus; al que la mañana siguiente volvía
a crecerle aquella parte del cuerpo que por la noche calcinaba su
madre. Esa leyenda, a mi entender, sincretiza la religión del
Egipto con las de Oriente Medio, donde ya dijimos que se inmolaba al
primogénito. Así y sabiendo que desde el cuarto milenio a.C.,
el puerto y los astilleros de Egipto estuvo en Biblos (situado costas
de la actual Siria); hemos de pensar que el ritual llevado a cabo
con Moisés es una ceremonia de sustitución, de tipo bibliota y
donde el niño se ofrecía, en efigie o a cambio del rey. Siendo
así, se comprende que posteriormente aquel infante que había sido
llevado a sacrificio, quedase dentro de la casa real, como sirviente
y hasta siendo considerado un familiar del faraón (al haber sido
entregado en sustitución del príncipe faraón). Algo que
explica también a figura de Moisés, como un nacido origen canaaneo
y admitido como príncipe egipcio.
.
Por
cuanto hemos expresado, tanto el Ave Fénix como Moisés
consideramos serían la personificación de esos pueblos y personas,
llegados en barco desde las costas de Canaán y que convivieron con
los egipcios durante la XVIII dinastía. Quienes incluso se
casaron con la aristocracia del Nilo. De tal manera, la historia
de Moisés se iniciaría con aquellos hombres venidos por mar a
comerciar hasta el delta; procedentes de Biblos, Tiro, Sidón o
Haifa. Quienes consiguieron hacerse famosos como banqueros,
ganándose la confianza de los faraones y que personificarían la
figura luego del salvador de los judíos. Pudiéndose de este modo
sintetizar el simbolismo de Moisés y su historia -con los datos que
hemos ofrecido- para definitivamente descifrarla. Pues con ello
llegaremos a saber quiénes fueron realmente estos pueblos venidos de
Siria, Libano y Oriente Medio, que colonizaron y civilizaron la
Península. Importando a Iberia su cultura, su arte y su folklore, a
final de la Edad de Bronce y comienzos de la del Hierro. Unos Pueblos
que -sin lugar a dudas- nos trajeron los orígenes más remotos del
Flamenco.
JUNTO
Y BAJO ESTE PÁRRAFO:
Dos
imágenes de
tauromaquia en la Antigüedad. Al
lado, dibujo mío de un
sello en un anillo minóico, cuyo
engaste representa una taurokathapsia (captura del toro o lucha sin
armas contra el bovino). El original se halla en el Museo de
Heraklion y se fecha
entorno al siglo XIV a.C.; en etapa contemporánea a Cnossos y al
esplendor de esta civilización que jugaba o luchaba contra el
morlaco. Abajo
podemos ver una
recreación mía de la famosa “estela de Clunia”, desde un modelo
que Loperraez dibujó (antes
de que se perdiera esta losa en la que se representaba un guerrero
ibérico enfrentándose a un toro, con escudo y capa).
.
En
mi teoría sobre el origen de la tauromaquia antigua, existe una
hipótesis que la explica como un sacrificio ritual sustitutorio; por
el cual quien lucha o mata al toro, liberaría a la víctima ofrecida
a este totem.
Lo que se explica mejor sabiendo que desde
el Neolítico eran comunes los templos de adoración a los daimones:
Diablos
infernales que habitaban bajo la tierra o en cuevas y a los que
entregaban vidas humanas; venerándolos en las cavernas, en los
bosques, o a cielo abierto y preferentemente durante la noche. Estos
demonios estaban representados en totems terribles e invencibles y
que se vinculaban con la protección
(por animales como una gran sierpe -pitón-, cocodrilos sagrados,
tiburones, fieras -osos o leones- y sobre todo toros salvajes).
Ofreciéndose desde el
neolítico seres humanos a esas deidades figuradas en bestias
terribles, que se guardaban en recintos o cuevas sagradas.
Siendo así común la entrega del primogénito, hemos de considerar
también la posibilidad de que en ocasiones, aquellos
que se atrevieran a luchar y vencer al totem, tendrían la capacidad
de liberar a la víctima ofrecida
(una ceremonia que especialmente podría hacerse en culturas como la
cretense o la ibérica; donde el totem del dios de la guerra era el
toro bravo). Todo ello
mediría el valor del héroe y concedería un rango sagrado al que
rescataba a la víctima; naciendo de ello religiones presididas por
figuras como Hércules o Jasón.
10)-
El Exodo y su significado histórico (ante el nacimiento de Israel):
.
La
teoría oficial sobre la llegada de los judíos a la zona del Sinaí
habla de que en el siglo XIII a.C. apareceran en tierras cercanas al
Jordán unas tribus venidas desde Egipto, que se autodenominaban la
“Casa de José”. Grupos tribales que al parecer eran muy
distintos a los que ya estaban establecidos allí, como nómadas
o sedentarios, pero que también se reconocían descendientes de
Abrahám. Teóricamente esos “hijos de José” vinieron desde el
Nilo y formaron las Tribus llamadas de Efraim y Manases, muy
distintas a las demás -incluso en culto y forma de vida-. Tanto
que entablaron continuos conflictos y luchas con los hebreos que ya
vivían desde antiguo, establecidos en Canaán. Conflictos que
terminarán en el siglo X a.C., cuando David consigue unificar las
dos facciones -los dos reinos- en uno solo: El de Israel y Judá.
Pero dicha unidad poco duró, pues a la muerte de su hijo Salomón
(en el 933 a. C.) volvieron a separarse en el reino del Norte
(Israel) y el del Sur (Judá); y ya no se unificarían, al menos
hasta la destrucción y conquista de Canáan llevada a cabo por los
asirios -en los siglos VII y VI a.C.-.
.
Pese
a ello, muchos son los autores que niegan o dudan sobre la existencia
histórica de El Éxodo o acerca del
retorno de los judíos desde Egipto al Sinaí. Nada tenemos que
objetar ante este escepticismo histórico, sino solo añadir que
posiblemente los hebreos nunca se establecen en tierras del Nilo con
un sentido de unidad nacional (al oeste del Mar Rojo). Aunque sí es
evidente que los faraones mantuvieron como suyo ese territorio que
luego sería Israel y Judá; dominando Egipto durante grandes
periodos históricos el área comprendida desde el Sinaí, hasta
Líbano. Es decir, que fueron los
egipcios quienes primero se establecieron y gobernaron durante
centenares de años, las zonas del actual Israel y Palestina. Por lo
demás creemos que en muchas épocas,
este dominio fue posible gracias a que el pueblo judío colaboró con
el faraón, como aliado del Nilo. Y de tal manera, esas zonas
pudieron ser un territorio egipcio, que con carácter “colonial”
fuesen cedidas a los “hijos de Abraham”.
Por cuanto los israelitas se pueden catalogar perfectamente como uno
de los pueblos que inicialmente colaboraba con Egipto; viviendo sus
dominios tras la frontera natural del Mar Rojo. De ello, el
Yahvé de Abrahám que le entrega la “Tierra Prometida”, tras
establecer con él una alianza, puede interpretarse perfectamente
como la voluntad del mismo Faraón (o
sus mensajeros); con
los que establecerían los pre-israelitas pactos de colaboración y
amistad.
.
Debe
entenderse así por que aquellos que vinieron como nómadas desde
Babilonia a establecerse en la zona (entorno al siglo XX a.C., en las
tribus de Abraham); se asentarían allí durante unos ciento
cincuenta años. Asimismo, tras la llegada de nuevos invasores
aparecidos en Canaán entorno al 1700 a.C. y llamados Hicsos. Los
hebreos pudieron adaptarse perfectamente a ellos; pues no solo
compartían sus orígenes, sino incluso permitirían a los de Abraham
fortalecerse, para independizarse de sus amos (los faraones).
Ello obliga a pensar que tras la llegada de los Hicsos al Sinaí,
las tribus prehebráicas pactasen con ellos, para conseguir el
dominio de sus propias tierras (a cambio de proporcionarles paso,
ayuda y hasta hombres; para conquistar el Nilo). Con ello, se abría
la posibilidad de que los
descendientes de Abrahám quedasen liberados de Egipto; algo que
realmente sucedería cuando los Hicsos triunfaron en el delta del
Nilo, gracias al apoyo de los pueblos canaaneos. Ayudas que de
seguro los nuevos Faraones agradecieron sobremanera a las “tribus
de Abrahám”, quienes
llegarían en ese periodo Hicso a ocupar puestos de gobierno y
responsabilidad en el reino del Nilo (tal como narra la historia de
José).
.
Pero
como ya dijimos, la caída de esos faraones extranjeros debió
sumir a los hebreos en un periodo de dominio y explotación por parte
de los antiguos egipcios, tras imponerse de la XVIII dinastía
(que restaura el poder, para las familias y gentes autóctonas).
Subyugación judía que no tuvo que ser propiamente una
esclavitud en tierras del Nilo, ni aún menos un periodo de
cautiverio bajo las fronteras nilotas del Imperio Faraónico (tal
como recoge la Biblia). Sino, muy posiblemente consistió en que
durante doscientos años, las tierras que ocupaban los judíos en el
Sinaí fueran nuevamente sometidas fuertemente, e incluso atacadas
con dureza por los ejércitos de los Faraones -atemorizándoles y
haciéndoles pagar duros impuestos a sus habitantes-. Es desde
entonces -del 1580 a.C., hasta el 1377 a.C. aprox.-, cuando debió
ser subyugada de manera extrema aquella zona en que habrían
vivido las Tribus descendientes de Abrahám -desde su llegada en el
siglo XIX a.C.-. Tanto que la Biblia recuerda este periodo como el de
un cautiverio y una esclavitud sometida y rigurosa. Un yugo que
sabemos permaneció férreo para las colonias egipcias de Oriente; al
menos hasta la llegada de Akhenatón, el rey que olvidó sus
deberes políticos y militares, dedicándose tan solo a la reforma
religiosa, provocando una escisión y una debilitación del Imperio.
Viéndose obligado a retirar sus ejércitos en tierras de
frontera; en especial en las de Mitani, El Sinaí y Canaán.
.
Así
debió suceder, como hacia 1370 a.C. y tras doscientos años de un
fuerte dominio egipcio militar; los habitantes del Sinaí vieron de
nuevo una posibilidad de liberarse del Faraón. Aunque, pese a
cuanto exponemos como teoría sobre El Éxodo, también hay que
contemplar que la historia narrada por La Biblia (cuando menciona
a los judíos esclavizados para labores del campo y construcción
en el Nilo) posiblemente tenga una gran base real. Quizás haciendo
referencia al pago de una cuota o porcentaje de población joven
(para servir como esclavos, de fuerza y trabajo en el Nilo) y que
los hebreos estaban obligados enviar a Egipto, como una forma de
impuestos sobre sus dominios. Un hecho muy normal en la Edad del
Bronce, donde las ciudades o Estados dominantes exigían una
cuota anual de jóvenes -como imposición común en la mayoría de
casos de invasión o de victorias bélicas-. Sea como fuere (si
los judíos fueron esclavos en el Nilo o sometidos en el Sinaí);
parece evidente que tras Amenofis IV, Canaán vió la posibilidad
de ser libre; algo que tan solo podrían llevar a cabo bajo la
unión de todos los pueblos que habitaban estas tierras y contando
con la ayuda de los Hittitas.
JUNTO
Y BAJO ESTE PÁRRAFO:
Dos
imágenes del libro de
Athanasius Kircher “Oedipus Aegyptiacus”,
editado por primera vez entre 1652 y 1655. En
ellas se representa al dios Moloch de los infieles, que se identifica
con el Melkart de los fenicios y al que se entregaban vidas de niños
para rogarle protección.
Citado por La Biblia y mencionado por los israelitas como una de la
más profanas deidades; se sabe que en
sus templos existía una gran estatua de bronce, donde Moloch
(Melkart) se representaba con los brazos extendidos y con un enorme
pebetero -horno- en su pecho.
Hay diferentes versiones acerca del modo en que se inmolaban sus
víctimas, aunque todos coinciden que los
cuerpos de los niños se ponían entre aquellos brazos de bronce,
para que rodasen hasta el horno;
donde ardían, tras caer por su peso. Se supone que el sacrificio
ritual era realizado con hijos que los padres no deseaban y por ello
ofrecidos al templo; aunque
en caso de grandes desgracias, de guerras o de epidemias, sabemos que
los nobles tenían la obligación de entregar a sus primogénitos
(recordando la Historia holocaustos en los que se inmolaron
trescientos niños a la vez, en un mismo altar de Moloch).
Esta religión de origen semita y que obligaba sacrificar al hijo
primero, era profesada desde la Alta Edad del Bronce por algunos
pueblos canaanitas. Unos cultos que se negaron a seguir los
israelitas (desde el siglo XX a.C.), narrando
la historia bíblica el modo en que el Patriarca Abrahám logra una
nueva “alianza”, consiguiendo no estar obligado a matar a Isaac.
A cambio, circuncida a su hijo y puede ofrecer un carnero a Yahvé;
quien le manda el ángel y la res, para indicar cómo han de ser los
nuevos sacrificios desde aquel momento.
Como
ya dijimos, después del siglo XIV a.C. el poder del Faraón tras el
Mar Rojo se debilitó enormemente; tanto, que el último intento
para llegar hasta Canaán y dominar de nuevo aquellas tierras, fue
hecho por Ramsés II. Quién llega a zonas de Palestina con
sus ejércitos, adentrándose hasta Siria, en el 1299 a.C.. Pero
el hecho cierto fue que fue vencido, pues ese área ya llevaba casi
setenta años “independizada” de Egipto; con grandes apoyos del
reino Hittita, que deseaba desgastar a sus enemigos del Nilo. Por tal
circunstancia y viéndose ya muy débil el faraón, sin capacidad
de parar la fuerza de los canaaneos -pero intentando dominarles-,
decide Ramsés II casarse con una princesa Hittita, con el fin de
“emparedar”, o de cercar Canaán y repartirse entre ambos reinos
esa zona. Siendo así cómo la dividen en dos partes en 1283
a.C. (+,-), quedando el Sur para Egipto y el norte para los anatolios
de Hatti. Aunque esta situación de nuevo dominio creó un
sentimiento de nación y territorio común entre todos los pueblos
originarios de Canaán, que desde entonces buscaron definitivamente
unirse e independizarse de ambas culturas (la faraónica y la
hittita).
.
Es
en este momento cuando aparecen los llamados “Hijos de Israel”
protegiendo el Canaán ocupado; sabiéndose que antes del final del
reinado de Ramses II (hacia el 1240) ya los judíos estaban
establecidos en tierras del Jordán. Por ello, El Éxodo se fecha en
estos años; aunque -como hemos
mencionado- las últimas teorías arqueológicas no aceptan el hecho
histórico de una migración llegada desde Egipto, hasta el Sinaí.
Pero a nuestro parecer y a mi modo de
ver la Historia; El Éxodo atiende no solo a hechos arqueológicamente
probados (como es la permanencia de tribus judías en las zonas de
Canaán sin un periodo de “ida y otro de vuelta”); sinó también,
a un análisis de un profundo sentido común histórico.
Pues nadie puede imaginar que un pueblo esclavizado, cautivo y
subyugado en una tierra extranjera durante doscientos años; sea
capaz de mantener su idioma, su religión, su identidad y hasta su
sentido patrio. Consiguiendo liberarse tras la esa esclavitud y
logrando retornar a la tierra de sus ancestros. Muy por el contrario,
creemos que cualquier pueblo viviendo
bajo un imperio, lejos de sus fronteras y sometido a esclavitud; es
poco probable que consiga mantener su cultura y su civilización. Por
todo ello, consideramos que El Éxodo no habla propiamente de un
retorno desde Egipto de los israelitas, sino que significa más bien
la liberación e independencia del Faraón en los territorios del
Sinaí. Tierras donde se establecen los
judíos hacia el siglo XIX a.C. y donde fueron subyugados fuertemente
por Egipto, desde el 1580 a.C.; hasta conseguir mediados del siglo
XIV a.C. comenzar a “independizarse” para crear paulatinamente su
Estado (que será el reino de Juda-Israel).
.
Pese
a todo existe el problema de la llamada Casa de José, que conforme
dicen las fuentes, son tribus que aparecen en el Sur del Jordán
entorno al siglo XIII a.C.; aseverando ser los descendientes de los
cautivos en Egipto. De hecho, la unión entre aquellos llegados
entonces a Canaán y los israelitas comunes, no fue tanta. Por todo
ello, ya dijimos que habríamos de pensar que -posiblemente- esas
tribus llamadas de Efraím y de Manasés (descendientes de José),
más que hebreos propiamente dichos, pudieran ser egipcios adoradores
y seguidores de Akhenatón. Quienes tras las sucesivas escisiones que
sufre el Nilo, finalmente son expulsados por un Faraón cercano en
época a Ramsés II (o por este mismo, como la Historia
recuerda). Algo de ello se entiende en el hecho de que Efraím
(cuyo significado es “país fructífero”) se considera un hijo
de José, pero no se le tiene como totalmente hebreo. Tal como el
Génesis (48, 1 y ss) da a entender, pues tanto él como su
hermano gemelo -Manases-, son hijos adoptivos de Jacob (Israel). De
tal manera se narra que ambos nacen de José y de su mujer
egipcia, por lo que ocuparon los territorios más ricos y mejores del
Jordán.
.
Asimismo,
parece que hay alguna evidencia histórica acerca de la aparición
real de esas dos tribus (Efraim y Manases) en el Jordán, hacia el
siglo XIII a.C.; siendo considerados gentes mezcladas con
egipcios y huidos del Nilo. Sin dejar duda de que estos dos grupos
fueron muy distintos a los restantes de Israel; siendo los que
siguieron de un modo estricto e incluso radical, una religión
monoteista fijada en el culto tan solo a Yahvé. Pues muy distintas
fueron las restantes tribus judías, mucho más “elhoistas” y que
tuvieron un carácter más canaaneo. Estas formaron los que se llamó
Israel, mientras las de Efraim y Manasés constituyen Judá. Entre
ambos reinos hubo una gran diferencia no solo de culto, sino también
de formas sociales, tanto que Israel tenía una monarquía electa,
mientras Judá constituyó una hereditaria. Por lo demás, la alianza
con Dios entre los Israelitas se concebía como una unión entre el
pueblo y su divinidad; mientras que para los del Sur era el rey quien
pactaba con el Altísimo. Todo ello hace pensar en que esas tribus de
Efraim y Manases estuvieron muy influenciadas por la religión
egipcia y muy probablemente por la de Akhenatón.
JUNTO
Y BAJO ESTE PÁRRAFO:
Dos
imágenes de un oleo
cercano a Claudio de Lorena en que se representa el llamado Toro de
Falaris. Este
cuadro (de gran tamaño) presidió siempre el comedor de la casa de
mis padres, quienes con sorna decían que no teniendo para comprar un
buen bodegón, optaron por otra escena de cocina. Pues representa el
famoso toro de bronce, que fabricó el tirano de Agrigento del siglo
VI a.C. llamado Falaris; para asar en su interior a sus enemigos y a
los ajusticiados. Se considera que asimismo la escena puede contener
el famoso “juicio de Pitágoras”; sabio del que se narra fue
condenado a ser quemado vivo en un toro como el de Agrigento. El
nombre heleno que recibían esos sacrificados a los daimones era el
de “tifonios”; al ser ofrecidos comúnmente al dios Tifón y para
que cesaran las tormentas o el mal tiempo. Debido
a ello, solían mantenerlos en espera (de unos tres días), con el
fin de ver si las condiciones meteorológicas cambiaban; pues de
mejorar, no sacrificaban a la víctima.
Ello
parece coincidir con lo que sucedería en la historia del famoso
profeta Jonás, que
se embarcó hacia Tarshis en Haifa y fue arrojado al mar al
producirse una tormenta; donde “le come” un gran pez que al
tercer día le devuelve en la costa (quizás mostrado que se le bajó
a la bodega, o a un chinchorro, para tirarle al mar si en tres días
no mejoraba el tiempo). Pese a ello, en
el caso de Pitágoras, se dice que un bardo llamado Avaris es quien
le salvó de ser quemado en el toro. Sea
como fuere y sin existir evidencias históricas de que Falaris de
fabricase este toro; lo que sí parece
cierto es que en Agrigento existió este culto y esos ritos, por
influencia cartaginesa (quienes habrían llevado un tipo de ritos
parecidos a los de Moloch -Melkate-). En
imágenes: al lado,
una mujer es introducida en el toro de bronce (detalle del oleo).
Abajo el
cuadro en escena completa, donde a su derecha vemos un viejo
semidesnudo que se considera Pitágoras (cautivo
y expuesto para ser también inmolado).
Continuando
con la escisión de Egipto, lograda paulatinamente por los habitantes
de Canaán desde el siglo XIII a.C. -en gran parte lo que narra El
Éxodo-. Para ella, debió de ser crucial la colaboración y
ayuda de los Canaaneos marineros, que habitaban las costas (muy
influyentes en el Nilo). Tanto que hemos considerado a Moisés
como la personificación de estos pueblos “protofenicios”;
simbolizando a esas ciudades del litoral de Oriente Medio (Ugarit,
Biblos etc.). Puertos y enclaves económicos que debieron ayudar
mucho a Israel para conseguir su definitiva independencia del
poderoso Imperio nilota. Una escisión que debía ser más que
difícil, pues existía una pequeña frontera por tierra (la zona de
Suez) por donde el ejército del Faraón podía pasar; llevando a
cabo ataques y razzias -que primero caerían sobre los asentados
junto Mar Rojo-. Además de dicho puente, los cientos de
kilómetros de litoral frente a Egipto e ese Mar Rojo, debían hacer
muy vulnerable el territorio de los israelitas y difícilmente
“aislable” del poder del Faraón.
.
En
razón a ello, analizamos el pasaje que narra como Moisés abre las
aguas del mar (15) opinando
que este hecho puede simbolizar la creación y colocación
permanente de una armada fenicia en esta zona; capaz de separar
definitivamente el territoro de Canaán del de Egipto. En
referencia a ello, se sabe que desde el siglo XIV a.C., las
ciudades de las costas de Oriente Medio (Biblos, Ugarit, Sidón y
etc) van situando una flota en todo el Mar Rojo. Un golfo que
hubiera de haberse llamado Mar de Egipto (o de Israel), pero que
se denominó “rojo”, porque quienes lo gobernaron fueron los
fenicios (los rojizos o púnicos). Hombres de púrpura, tan diestros
en las aguas que llegaban en barco hasta Ofir (Reyes 1, 10-23);
situada en el puerto de Akaaba, en la actual Península Arábiga.
Desde allí, pasaban también a la India, usando naves de Tarshis,
mención que muchos desean en identificar con la ruta hacia
Tartessos. Aunque en este caso la expresión bíblica “Naves de
Tarshis” se usaría como indicación de unos barcos de enorme
tamaño; mostrando que el cabotaje y la tipología de aquellos navíos
utilizados para llegar a La India, era similar a los que se usaban
para ir hasta Tartessos (en Iberia). Donde llegaban fenicios y
judíos también en barcos de enorme tamaño, pero en este caso
partiendo desde los puertos mediterráneos de Israel -como el de
Hoppe (junto a Haifa) donde Jonás tomó el pasaje para ir a Tarshis-
(16) .
.
Todo
ello demuestra cómo los fenicios eran los dueños de ese mar llamado
igual que ellos (púnicos o púrpuras) y en modo en que desde los
puertos judíos del Mar Rojo, accedían hasta el golfo arábigo o a
la India. Todo lo que obligaría a ejercer una continua vigilancia de
sus barcos y de esa travesía; para evitar los robos y piratería
en esta franja que dividía el Sinaí de Egipto. Cuanto hace
evidente las alianzas entre judíos y fenicios, pero también entre
egipcios, púnicos e israelitas; con el fin de mantener abierta tan
interesante vía mercantil. Pues hasta ese momento en que los
fenicios consiguen acceder hasta Asia por el Mar Rojo; el comercio
entre La India y el Mundo Mediterráneo, se había realizado tan solo
en caravanas -atravesando los desiertos arábigos (lo que
incrementaba los precios y hacía muy escasas las posibilidades de
mantener un verdadero intercambio)-. Aunque desde e siglo XIII y
XII a.C., las ciudades púnicas de Tiro y Sidón, logran junto a los
judíos acceder hasta las costas de la India por esa vía (embarcando
en los puertos del Sur del Sinaí); consiguiendo importar hasta
Israel, Egipto y el Mediterráneo mercancías orientales.
.
La
apertura de las rutas del Mar Rojo y el mantenimiento allí de las
flotas canaáneas es lo que consideramos que significa el episodio de
la apertura y cierre del Mar Rojo por Moisés. Pues
tal y como hemos analizado, si este héroe legendario es la
personificación de los “proto-hebreos” marineros; “su
división de las aguas” simbolizaría el hecho de que los fenicios
aliados con los judíos establecieran en ese Mar Rojo su flota.
Dominando dicho espacio marítimo los barcos de gentes canaaneas
(fundamentalmente de Fenicia, pero
también de Israel). Consecuentemente a
ello, se sabe que los judíos formaron dos flotas defensivas; una en
el Mar Rojo nacida sobre en época de Josafat; otra decenios más
tarde, en su franja costera del Mediterráneo. Recibiendo para ello
la ayuda de Biblos y de los fenicios; por cuanto si hubiéramos de
decidirnos a qué ciudad o cultura personificó realmente Moisés;
habríamos de mencionar que fue la Giblita. De
hecho, el salvador de los Judíos (nacido de las Aguas, o venido por
el mar), no es propiamente semita ni israelita; y tiene visos de
representar a un pueblo de gran influencia egipcia (como lo fue
Biblos). Ello nos atrevemos a decirlo, por hechos como que Moisés se
circuncida de mayor, tal y como los egipcios realizaban por voluntad
propia. Por lo que concluimos, Moisés
pudo ser la personificación de aquel (pueblo) de Biblos, llegado por
mar; que vivió y nació entre los Faraones, habiendo sido adoptado
como casi egipcio, aunque un día decidió ayudar a los Israelitas
(logrando que se liberasen de Egipto
tras reconocer que ambos pertenecían a “de igual raza” -de
orígen canaaneo-).
JUNTO
Y BAJO ESTE PÁRRAFO:
Dos
imágenes de Jonás, devorado y vomitado por “el pez”. Al lado y
abajo:
Fotos
del sepulcro
llamado de Jonás (donde se representa, al Profeta vomitado y
despertando en tierra). Sarcófago del siglo IV d.C., hallado en la
villa de Carranque y expuesto en el Museo de Los Concilios, de Toledo
-al
que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-.
.
Regresando
a Jonás, en
su pasaje (16b)
dijimos
que vemos uno de estos rituales típicos de los marineros canaaneos,
donde se ofrecía a un “tifónio” para apaciguar la tormenta.
Pese a ello, la
historia narra cómo aquel infeliz salvó su vida al ser tragado por
un enorme pez, que tres días después lo vomitó en tierra.
Tal como ya expuse -a mi juicio-
la interpretación que debemos dar a este episodio es la llamada
“espera del tifonio”. Un tiempo normalmente de tres días, en el
que la víctima era preparada y durante el que se suprimía el
sacrificio, si cesaba el mal
-la tempestad, en este caso-. De aquí el suceso que narra como el
monstruo marinó traga a Jonás y lo vomita; todo lo que relataría
que habría sido indultado
antes de arrojarlo al océano, al apaciguarse la tormenta (después
de tres días en espera).
.
El
caso del profeta que hablamos, se relaciona plenamente con Tartessos,
ya
que partió desde el puerto de Hoppe (junto a la actual Haifa), en
una enorme “Nave de Tarshish”; huyendo en dirección contraria a
Nínive (donde Yahveh le enviaba). Ello obliga a pensar que Jonás se
dirigió donde narra su historia, no dónde Flavio Josefo supuso;
creyendo el historiador judeo-romano que Tarshish era Tarso de
Cilicia. Una ciudad al Sur de la actual Turquía, que se encuentra en
dirección a Nínive y dista apenas tres días de Haifa (navegando) a
la que no se necesitaba ir en grandes naves. Como repetidamente
apuntamos, esta identificación de Flavio Josefo carece de todo
argumento, pues desde Haifa a Tarso se puede llegar por tierra en
pocos días. Todo lo que demuestra que no era el destino de Jonás,
que viajó hacia zonas muy alejadas, en singladura de altura;
viniendo a Tarshis (Tartessos). Este profeta, puede ser también una
personificación, como figura bíblica que representaría a un
templo, o una secta. Quizás
se trata de un templo enviado por JeroBoam II, para evangelizar a
tierras lejanas; quienes habiendo sido mandados a predicar en la
peligrosa Nínive, tomaron sentido opuesto, dirigiéndose hacia el
Estrecho y al Atlántico (a
Tarshish, o Tartessos). Un lugar, cuyas
aguas estaban llenas de cetáceos y de enormes peces;
especies que apenas se verían en el Mediterráneo, pero que en el
siglo VII a.C. poblarían por doquier el Océano. De tal modo, la
narración de Jonás no solo muestra que los judíos conocían o
llegaban a la Tarshish bíblica (la Tartessos griega); sino que
también sabían que este punto del extremo occidente estaba entonces
habitado por ballenas y multitud de cetáceos (como así sucedía).
11)
- Sobre el origen de los Judíos y de Moisés dado por Flavio Josefo:
.
Mención
especial haremos al nacimiento del pueblo de Israel y de Moisés, que
Flavio Josefo indica en su obra “CONTRA APIÓN Sobre la antigüedad
del pueblo Judío”, exponiendo en su Libro I, diferentes historias
recogidas por fuentes egipcias y helenas (17)
. De tal manera, este autor comienza
explicando el origen que de los israelitas escribe la antes
mencionada “Historia de Egipto” de Maneto ó Manetón. Quien
-ya vimos- era un sacerdote egipcio de comienzos del siglo III a.C.,
cuya obra se perdió; pero que Flavio Josefo consiguió leer y
comentar. Así el historiador judío nos
transmite datos de esta “Historia
de Egipto” perdida, denostando sus conclusiones. Comenzará
comentando los párrafos referidos al faraón Tutimeo, que se
correspondería con el primer rey Hicso; explicando como “unos
hombres de linaje desconocido venidos del Oriente, que invadieron
Egipto dominando por la fuerza sin apenas combate”
(LXXV). Dicho Faraón comenta
Busto Saiz, que es el último de la XIV dinastía, bajo cuyo reinado
se originó la dominación de los Hicsos
-que permanecieron aproximadamente desde el 1720 al 1550 a.C.-.
Unos recién llegados al Nilo, que
“sometieron a sus dirigentes,
incendiaron salvajemente las ciudades, destruyeron los templos de los
dioses, trataron muy cruelmente a los naturales del país, matando a
unos y otros, reduciendo a la esclavitud a los hijos y mujeres de
otros” (LXXVI). “Finalmente,
llegaron a hacer rey a uno de ellos, cuyo nombre era Salitis”
(LXXVII), exponiendo como establecen
una capital en Avaris, junto al rio Bubasties (LXXVIII).
“Se llamaba al conjunto de esta
nación Hicsos, lo que quiere
decir reyes pastores, pues hic en lengua sagrada quiere decir rey y
sos, pastor” (LXXXII).
.
Sobre
esos Hicsos, añade Flavio Josefo (comentando a Manetón) que
“Algunos dicen que eran árabes”; aunque “en otros
lugares se dice que el vocablo hic no significa reyes, sino que
quiere decir, por el contrario, pastores cautivos, pues en
lengua egipcia hic y hac (...) significa cautivos” (LXXXIII).
“Maneto dice que estos reyes (...) dominaron Egipto quinientos once
años”.(LXXXIV). Hemos de realizar un inciso en este
momento, pues la interpretación de Flavio Josefo de la palabra
Hicsos, como “reyes pastores”; nunca se ha podido probar. Es
más, en mi opinión él conforma esta traducción, para intentar
identificar a los Hicsos con los hebreos, tal como más tarde hará;
cuando dice que estos reyes se dedicaban al pastoreo -como los
judíos- y que tras ser expulsados de Egipto, regresan a Jerusalén
(donde fundan su nuevo reino y sus palacios). Todo lo que apenas
concuerda con la verdad histórica; pues los Hicsos parece que fueron
las gentes que huyen del terremoto Tera-Santorino, producido en el
1680 a.C.. Seísmo y volcán que destruye todo el litoral de
Creta y el Egeo, dañado las costas de Anatolia y dejando sin verano
durante años a esta zona del Mediterráneo (bajo una nube de polvo).
Tras ello, los egipcios parece que bajan al Sur -atemorizados al
ver lo que en el Mediterráneo sucede, observando maremotos y
restos de la devastación del volcán en el delta-. Siendo así
como estas gentes procedentes del imperio minóico destruido, o de la
Anatolia arrasada, se dirigen hacia el Sinai y avanzan hasta lograr
conquistar el Norte de Egipto (estableciendo su dinastía con
capital en Avaris). Más tarde, cuando los Hicsos fueron
expulsados del Nilo -por los verdaderos egipcios, que regresan al
delta- se establecen en Canáan, fundando un reino y elevando
palacios en Jerusalén. Todo lo que le lleva a pensar a Flavio
Josefo que eran hebreos y que por ello se ha de traducir la voz Hicsa
como “reyes pastores” tal como fueron los monarcas judíos.
.
Señala
asimismo Flavio Josefo que “posteriormente tuvo lugar la
rebelión de los reyes de Tebas y del resto de Egipto contra los
pastores y estalló entre ellos una importante y larga guerra
(LXXXV). Bajo Tutmosis III (al que Maneto llama
Misfragmutosis) fueron vencidos los pastores (hicsos), expulsados de
todo Egipto y confinados en el lugar llamado Avaris
(LXXXVI), donde se rodaron de una alta muralla (LXXXVII). El
hijo de aquel faraón, Tutmosis, intentó dominarlos por la fuerza
atacando con cuatrocientos ochenta mil hombres Avaris, no
consiguiendo rendirles y habiendo de conformarse “con establecer un
pacto para que abandonaran todos Egipto, marchándose donde quisieran
si sufrir daño alguno” (LXXXVIII). “Según
se reconoce, recorrieron el desierto desde Egipto hasta Siria con sus
familias y posesiones no menos de doscientos cuarenta mil hombres”
(LXXXIX). “Edificaron en el territorio llamado ahora
Judea una ciudad que pudiera albergar a tantos hombres a la que
llamaron Jerusalén” (XC). Tras ello, Flavio
Josefo da una relación exhaustiva de los Faraones que fueron
gobernando después, de sus nombres y del numero de años
de su reinado (XC al CII).
.
En
una segunda parte el mismo historiador judío habla de que “Maneto
(Manetón) después de haber dicho que nuestros antepasados vinieron
de Egipto en número de muchos miles y dominaron sobre sus
habitantes, luego reconoce el mismo que al ser expulsados cierto
tiempo después conquistaron Judea, fundaron Jerusalén y edificaron
el templo” (CCXXVII). Este
autor da una segunda versión sobre una oleada posterior de gentes
que llegan a Judea desde Egipto, diciendo que procedían de leprosos
y enfermos esclavizados por los egipcios, que consiguieron huir de
aquellos (versión que molesta a Flavio Josefo). Tal segunda marcha
que se correspondería con el “Éxodo”, la sitúa el historiador
egipcio en época de Amenofis IV (Akhenatón,
que como ya sabemos reino aprox. Del 1378 al 1358 a.C.). Según
Manetón, esta huida tuvo lugar quinientos dieciocho años después
de la entrada de los Hicsos, sumando los reinados de los faraones que
hubo entre el primero Hicso y este éxodo. Pero erróneamente computa
dos veces los 59 años del gobiero de Seti I, debiendo ser realmente
459 los años de diferencia, los que hubo entre la entrada de los
Hicsos y el mencionado Éxodo. Ello nos llevaría hasta el reinado de
Akhenatón, pues del 1720 al 1361 a.C. hay estos 460 años.
Con ello, según los historiadores egipcios, tal éxodo de cautivos
desde Egipto hacia Judea, tuvo lugar en estos años cercanos al 1360
a.C..
.
Narra
Flavio Josefo que según Manetón recogió -en su Historia
perdida, ver cita (13) -,
como el Faraón Amenofis IV hizo una gran reforma y decidió
“reunir a todos los enfermos de Egipto, cuyo número era
de ochenta mil, y les envió a las canteras del Este del Nilo
(CCXXXV) -canteras que según observa el traductor
Busto Saiz son las del Tura, de donde obtuvieron las piedras de las
pirámides, citadas por Heródoto en II,8 y 124 - .“Entre
estos deportados a aquellas estaban incluso nobles faraónicos,
sabios y sacerdotes, afectados por lepra” ( CCXXXVI).
Pero a los que sufrían en las canteras cuando pasó un tiempo, les
cedió el rey (...) la antigua ciudad de los
pastores Avaris, que entonces estaba deshabitada”
(CCXXXVII). Allí tomaron como jefe a un sacerdote de
Heliópolis llamado Osarsef, jurando todos obedecerle (
CCXXXVIII). “Este prescribió como primera ley no adorar
a los dioses, no abstenerse de la carne de ninguno de los
animales que las normas religiosas consideraban sagrados en Egipto,
no tener reparo en sacrificarlos y consumirlos, además de no unirse
con ningún hombre, excepto los ligados por el mismo juramento”
(CCXXXIX y XL). Tras ello reparó las murallas de Avaris y
comenzó la lucha contra el el rey Amenofis IV. Enviando una embajada
hasta Jerusalén invitando a los habitantes de esa ciudad (que
denomina “pastores expulsados por Tutmosis”) a unirse en una
expedición contra Egipto (CCXLI). Así “les prometió
conducirles hacia Avaris, la patria de sus antepasados,
proporcionándoles sin tasa lo necesario para combatir” (CCXLII).
Salieron doscientos mil hombres que llegaron a Avaris
(CCXLIII). Amenofis IV se exilia a Etiopía ante
esta avalancha, evitando la confrontación con su ejército, y ello
lo aprovechan los de Avaris atacando Egipto (CCXLVII).
SOBRE
ESTAS LÍNEAS: Altar
del incienso grabado de "An
Illustrated History of the Holy Bible", publicado por Henry Bill
(1871) en la W. Struse Collection. En
el grabado se representa el altar del incienso, tal como lo manda
contruir Yahvé y sobre el que oficia el Sumo Sacerdote de Salomón,
al que vemos con el Efod y el pectoral de Aarón (adorno
en el pecho que relaciono plenamente con los colgantes de El
Carambolo). Como podremos leer en La Biblia; el
del incienso se trata igualmente de un altar con cuernos,
fabricado con madera de acacia y recubierto de metales preciosos (de
un Codo por un Codo de ancho y de dos Codos de alto -recordemos que 1
Codo sagrado de Israel, se corresponde con el Codo Real egipcio, en
tiempos de Akhenatón = 525 centímetros aproximadamente-). Sobre
este ara manda Yahvé quemar incienso
al atardecer y al anochecer, no pudiendo libarse otra ofrenda; pero
ordenando que los
cuernos sí fueran purificados anualmente con una limpieza hecha con
sangre (de
carnero y buey). Lo que recoge el Éxodo con las palabras: "Y
sobre sus cuernos hará Aarón expiación una vez en el año con la
sangre del sacrificio por el pecado para expiación; una vez en el
año hará expiación sobre él por vuestras generaciones; será muy
santo a Jehová". Explicando
con mayor exactitud el Levítico: "Entonces
saldrá al altar que está delante del Señor y hará expiación por
él, y tomará de la sangre del novillo y de la sangre del macho
cabrío y la pondrá en los cuernos del altar por todos los lados. Y
con su dedo rociará sobre él de la sangre siete veces, y lo
limpiará, y lo santificará de las impurezas de los Israelitas"
.
.
ABAJO:
Sacerdote
oficiando frente a un Altar
del Holocausto, tal como lo imaginaban en el siglo XIX los grabadores
de History of the Holy Bible,
publicada por Henry Bill en 1871. El dibujo se hizo con más de un
siglo de antelación al hallazgo de esas mesas
ciclópeas en piedra, sobre las que ofrecían los judíos a Yahveh
grandes oficios. Altares como el de Beersebá, encontrado
hace apenas unos decenios por el profesor Yohanán Aharoni y que
hemos incluido en
nuestra primera imagen.
Quienes recreaban hasta hace no mucho estos grandes altares usados
por los hebreos para ofrecer holocaustos (bovinos y ovinos); pensaron
que era simplemente una copia del de incienso, suponiéndolo igual,
más grande y también cubierto con "chapas" de bronce -con
formas de cuernos en sus esquinas, tal como vimos Yahveh ordena hacer
para el quemaperfumes, el Antiguo Testamento (especialmente en el
Éxodo y Levítico)-.
.
Aunque
sería imposible imaginar el oficio sobre una "mesa" de las
caracterisiticas que vemos en el grabado; pues habríamos pensar las
consecuencias de mantener
un fuego con estas dimensiones, dentro de un receptáculo metálico
-lo
que imposibilitaría al
oficiante siquiera acercarse al altar-.
Por ello, quizás, el
Antiguo Testamento indica que el Altar del Holocausto ha hacerse
sobre tierra o con arcilla, y en todo caso con piedras naturales.
Ordenando Yahvé un "Altar
de tierra harás (...)
y sacrificaras sobre el tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus
ovejas y tus vacas" (...)
Y si me haces altar de piedras, no las labres de canteria, porque
si alzas herramienta sobre ese, lo profanarás".
Siendo importante
observar la indicación de que nunca se labre la piedra, algo que
puede relacionarse no solo con la necesidad de sencillez y humildad
en el altar. Sino, además con las altas tempetratura que estas mesas
deberían soportar; sufriendo roturas y necesitando cambios en sus
sillares -habida
cuenta como se quebrarían por los cambios de calor y frío a los
que les sometían con el fuego central y a las libaciones-.
.
Pese
a ello, el ara de Beersebá (cuya
imagen repetimos más abajo), contiene
una cobra muy mal labrada en uno de sus sillares
laterales. Algo que
personalmente considero un "añadido" tallado allí por el
posible enemigo que la destruyó. Lo
que me atrevo a expresar, sabiendo que este
ara apareció rota y con una de sus astas arrancadas. Todo lo que
supondría haber sido desacralizada y profanada (por
invasores); un hecho que pudo producirse en época de Nabucodonosor
-hacia el 586 a.C., cuando este monarca asirio arrasa Israel y
esclaviza su población-. Por lo demás y para terminar de exponer el
por qué nos extendemos tanto acerca de estas mesas de cuernos
hebráicas. Diremos que, personalmente,
observo enormes paralelismos con los altares de Tartessos (El
Carambolo, Coria del Rio, Málaga o Cancho Roano) y
el modo en que Yahvé ordena realizar el holocausto: Sobre una "mesa"
de arcilla o de tierra; o en su caso, revestida con unas simples
piedras
(ÉXODO 20, 23-26).
Sigue
comentando Flavio Josefo sobre su líder y el conflicto de los
sublevados, “recogiendo” lo dicho por Manetón: “Se
dice que el sacerdote que les impuso esta constitución y estas leyes
era del linaje de Heliópolis, y que se llamaba Orsasef, por el
nombre del dios de Osiris, adorado en Heliópolis; que al unirse a
este pueblo cambió su nombre por el de Moisés” (CCL).
Amenofis IV decide al final entrar en guerra y “atacaron
a ambos, a los pastores y a los impuros, los vencieron y, después de
matar un gran número, persiguieron al resto hasta la frontrera de
Siria (CCLI). Y sobre Moisés termina diciendo
que su “verdadero nombre significa el salvado de las aguas, pues
los egipcios llaman al agua mon” (CCLXXVI). Siendo
muy importante ver en todo este relato que recoge Flavio Josefo de
una Historia del Egipto Antiguo escrita a principios del siglo III
a.C.; donde en el recuerdo de esta nación faraónica, los hebreos y
Judá fueron originados por dos migraciones fundamentales: La
primera con la huida de los Hicsos, a la caída de su reino en
Egipto; hechos contemporáneos al desastre del Tera Santorino (sobre
el 1580 a.C.). La segunda hacia el 1360 a.C., tras la guerra y la
huida de cautivos refugiados en Avaris, que fueron ayudados por
los antiguos Hicsos desde la Jerusalén fundada por ellos. Por su
parte Moisés era (según Maneto) un sacerdote de Heliópolis rebelde
a Amenofis IV, y en toda su historia se lee claramente que la
situación a que llegan de confrontación se debe a las injusticias y
reforma religiosa del Faraón que se autodenomina Akhenatón.
.
Algo
muy similar recoge Flavio Josefo narrado por Ceremón (filósofo
y escritor preceptor de Nerón en Roma y director del museo en
Alejandría) ocurrido en los tiempos del mismo rey egipcio.
Escribiendo el historiador hebreo que “Isis se apareció
a Amenofis en sus sueños para reprocharle la destrucción de su
templo (...) diciéndole que si purificaba Egipto de hombres
afectados de manchas, su terror desaparecería” (CCLXXIX).
“El rey reunió doscientos cincuenta mil de estos hombres
nocivos y los expulsó. Sus jefes eran Moisés y José, ambos
intérpretes también de los misterios sagrados. Sus nombre egipcios
era el de Tisitien para Moisés y Petesef para José” (CCXC).
“Estos llegaron a Pelusio y encontraron allí trescientos
ochenta mil hombres, dejados por Amenoras y a los que no quería
conducir a Egipto. Estableciendo con ellos un tratado de amistad,
marcharon contra Egipto”(CCIXC). “Amenofis
no hizo frente y huyó a Etiopía, dejando a su mujer encinta (...)
-su hijo- llamado Ramses, cuando se convirtió en adulto
persiguió a los judíos que eran alrededor de doscientos mil, hasta
Siria”(CCVIIIC).
.
Esta
segunda versión sobre el Éxodo recogida y conservada por un
escritor que fue director de la Biblioteca de Alejandría (del
que ha de suponerse, tuvo acceso a libros originales sobre la
Historia de Egipto); narra un origen de los judíos y su Éxodo
muy similar al anterior: Ocurrida en época de Amenofis IV y
expulsados por este faraón. Lo que concuerda plenamente con los
hechos acontecidos bajo el reinado de Akhenatón, cargado de
conflictos civiles, cautiverios y expulsiones de Egipto. Años en los
que el Imperio del Nilo, se convulsionaba bajo la reforma religiosa
de ese Amenofis IV; que destruía los antiguos templos,
borrando las inscripciones de los anteriores dioses, obligando a
todos a seguir la nueva religión creada bajo su mandato. Por lo que
la hipótesis de que los judíos huidos fueran aquellos egipcios que
se negaron a aceptar los nuevos ritos y continuaban adorando los
antiguos cultos, es más que probable. A ellos habrían de
sumarse otros ciudadanos, que por tener relación con los Hicsos,
hubieran sido también subyugados. Habiendo creando Amenofis IV unos
lugares donde concentrar o expulsar de su reino a dichos rebeldes,
relacionados con Avaris, atacándolos finalmente, en su huida hasta
la frontera con Siria.
.
Esta
sería las versión sobre los hebreos y Moisés que conservaba la
historia de Egipto, en libros que desaparecieron en Alejandría. Cuyo
relato sobre el origen de los judíos, Flavio Josefo pudo conservar,
y que muy poco difiere con lo que la arqueología nos narra.
Pudiéndose fechar de tal manera la primera huida de los hebreos,
junto a los Hicsos expulsados; sobre el 1580 a.C.; de quien dice este
autor que fundaron tras su marcha de Egipto la ciudad de Jerusalén.
Tanto como El Éxodo de Moisés se fecharía hacia el 1360 a.C.,
habiendo sido este libertador un sacerdote rebelde a Amenofis IV.
Pudiéndose pensar en su hermano menor, Tut- Moses, nacido de
Amenofis III y de otra madre diferente a la de Akhenatón (una
princesa llamada Giluhepa). Existiendo teorías que narran como este
Tut-Moses habría sido nombrado sacerdote supremo por el faraón y se
sublevó. Llegando a quienes afirman como Aarón y Moisés, fueron
esos dos hermanos (Akhenatón y Tut-Moses); todo lo que parece más
pertenecer al terreno de las hipótesis románticas, que a una
posible realidad -ya que en
Egipto se escribía y registraba todo cuanto un faraón realizaba-.
AL
LADO Y ABAJO: Dos
imágenes tomadas en verano hace algunos años... .
Al lado, tres de mis sobrinos junto a mí, en Karnak (Luxor); abajo,
mi mujer y sobrinos en el interior del mismo templo. Este recinto
sagrado que estuvo en la antigua capital del Nilo, era el más
venerado de todo Egipto; pero Akhenatón ordenó construir otros
santuarios cercanos, dedicados a Atón, dejando sin uso este enorme
santuario de Amón (que sufrió los daños del abandono). Asimismo,
después de cinco años en el trono, Amenofis IV decide cambiar hasta
la capital del Nilo; trasladándola a Amarna, situándola en mitad
del Nilo y olvidando la antigua ciudad principal (Tebas, junto a
Luxor
; e intentando transformar Karnak en un templo monoteista, dedicado
al nuevo culto). Al
morir Akhenatón, los sacerdotes de Karnak actuaron con odio hacia su
reforma; tanto que promovieron la destrucción de Amarna y la de
cuantos templos monoteistas de Atón se habían hecho.
Obligando a los faraones a devolver la capitalidad de Egipto a esta
ciudad junto a Karnak y conocida entre los griegos como Tebas, aunque
su nombre egipcio fue Uaset.
13)
– La Edad del Hierro, Los Pueblos del Mar y la creación de
Fenicia:
.
Desde
los momentos antes relatados, se pasa de esa decadencia en Egipto
hasta una época en que comienza la liberación de los pueblos que
vivían en Canaán y el nacimiento de los reinos y las civilizaciones
propiamente canaáneas (entre las más importantes la fenicia y la
israelita). Etapa en la que hay un factor histórico crucial, como
fue la difusión del Hierro por el Mediterráneo -desde finales del
siglo XIII a.C.-. Un metal que sobre el siglo XIV a.C. comienzan
trabajar templado en Anatolia; aunque
antes había sido hallado en forma dulce dentro de los aerolitos y
usado como precioso (para decorar o para hacer piezas inoxidables
extraídas de meteoritos). Hierro que
tan solo llegaron a conseguir endurecer (templar) hacia el siglo XIV
a.C. algunas gentes que vivían bajo el dominio hittita. Estos,
por medio del uso de hornos y crisoles de carbón, llegan a trabajar
las altas temperaturas que el hierro necesita para su fusión y
temple, consiguiendo los primeros aceros
capaces de romper y destruir las armas de bronce.
.
El
nuevo metal traerá a nuevas gentes al escenario histórico; muchos
de ellos bárbaros e incultos, debido a que el hierro no precisaba
casi de conocimientos para
su obtención, ni su aleación -aún menos para hallar minas-.
Por ello, grupos
formados por tribus, e incluso por bandas armadas, se bastarán para
hacer frente y luchar contra los ejércitos de los grandes Estados
del Mudo Antiguo (las más sofisticadas
civilizaciones del Bronce, enfrentadas contra vándalos sirviéndose
del hierro). Es así como a finales del
siglo XIII, comienzan a bajar por el Mediterráneo turbas y hordas de
piratas (en bandadas); encaminándose hacia Canaán y luego a Egipto.
Grupos
deseosos de conquistar tierras, procedentes desde las costas cercanas
a Anatolia y del Continente Europeo; que con
su nuevo armamento consiguen hacer un daño inigualable a los
ejércitos del Faraón. Entre
estos invasores, los mas importantes fueron los grupos que surgen
desde 1195 a.C hasta el 1155 a.C. (+,-), denominados Los Pueblos del
Mar; llegados en barco hasta Oriente Medio y que posteriormente bajan
a Egipto con el deseo de conquistarlo -de forma muy similar a como lo
hicieron los Hicsos, unos quinientos años antes-.
.
Por
los relatos egipcios conocemos algunos de los nombres de estos
grupos “bárbaros” que llegaban en barcos hasta las costas del
Nilo; obligando continuamente a los Faraones del siglo XII a
rechazarles. En 1156 a.C. ( +,-) ya Egipto estaba exhausto de
los continuos ataques sufridos en sus costas y decide aislarse,
haciendo la vida lejos del litoral marino, internándose aún más en
el desierto para defenderse de esas razzias continuadas. De algún
modo debieron de conseguir evitar los ataques de estas gentes,
pues las estelas de Ramses III narran como en 1149 a.C. (+,-) este
Faraón derrota a esos Pueblos del Mar y consigue que se establezcan
en territorios lejanos al Nilo. De dicha derrota casi todos los
arqueólogos dudan y se inclinan más a pensar que Egipto les
facilita el medio para que se estos pueblos del Hierro marineros
encuentren hogar y puerto en lugares de Chipre, y Canaán, e incluso
en el Nilo. Aunque aquellas gentes tan feroces ya habían entrado
en territorio de Canaán y se habían establecido al menos en sus
costas unos treinta años antes – del 1195 al 1185 a.C. (+,-) -.
.
Por
su parte, la aparición del Los Pueblos del Mar en las costas
canaáneas a comienzos del siglo XII a.C., trajo como resultado
inmediato el declive y casi la desaparición de Biblos y la cultura
Giblita. Una antiquísima ciudad y emporio, fundada por Egipto en el
cuarto milenio a.C. y que durante casi dos mil años había sido
la capital de los puertos mediterráneos -en pleno Oriente Medio-.
Quedó así reducida Biblos a un segundo plano, mientras emergen como
grandes potencias Tiro y Sidón. Estas dos ciudades del litoral
canaaneo fueron “refundadas” y mejoradas con la llegada de esos
Pueblos del Mar, que se unen a los oriundos de Canaán; con toda
probabilidad para liberarse -o luchar- contra el Nilo y los de
Anatolia. Desde entonces Tiro y Sidón aparecen como dos núcleos
capitales, que ya dominarían todo el comercio de la zona
mediterranea oriental -hasta su caída y conquista por Babilonia
(desde el siglo XII, hasta el VII a.C.)-.
.
Dichos
puertos, fortificados y elevados sobre islas artificiales,
ejercerían la Thalasocracia mercantíl durante más de seiscientos
años en el Oriente Mediterráneo. Seis siglos durante los que se
elevaron como auténticos emporios inexpugnables.
Para lo que reedificaron sus zonas de vigía, sobre rocas
artificiales en la cercanía de las costas; buscando sus fundadores,
manantiales y aguas en el fondo del mar (ganando terreno a las aguas
y adentrarse en islotes con formas de imposible sitio y cerco). De
tal manera consiguen crear unas urbes protegidas y fortificadas,
en lo que hasta ese momento eran islas o rocas en mitad del mar, sin
posibilidades de habitabilidad. Allí construyen sus puertos y
sus ciudadelas, como “una Venecia” del siglo XII a.C., con
cientos de muros y aljibes para guardar las aguas de las lluvias y
las dulces que conseguían “robar” al mar por medio de mangueras
de cuero -usando embudos con los que canalizaban los manantiales
bebibles interiores, hasta sus casas- (18)
. Todo ello sucede tras la unión de los Pueblos del Mar (recién
llegados al litoral) con estas gentes marineras que hasta entonces
habían vivido en las costas de Canaán. Creando una nueva cultura,
que luego fructificó y se conoció como: Fenicia (19)
.
AL
LADO Y ABAJO: Junto
estas lineas, la familia de Akhenaton;
representando a sus hijos tomados por Nefertti y Amenofis IV
-bajorrelieve fechado hacia el 1345 a.C. y propiedad del Museo de
Berlín (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen)-.
Observemos los rayos
del Sol dibujados como manos, pero a su vez guardando la apariencia
de una escala de grados; tanto, que hacia cada lado salen nueve
brazos solares, dejando el décimo en medio.
Ello significaría que las lineas en trigonometría guardarían diez
grados de distancia hasta el centro y veinte entre ambos cónyuges...
. Todo representado con
dos reyes “famélicos” y alargados, de un modo que yo interpreto
motivado por el consumo de la raíz de mandrágora rallada sobre la
cerveza. Una bebida que se puso de moda en tiempos de Amenofis III y
que en el de su hijo (Akhenatón) parece fue la más común -entre
nobles, ricos y artistas-. Todo ello debió hacer ver a este Amenofis
IV un “mundo nuevo”, en el que él era el único representante de
dios (realizando la gran reforma religiosa que lleva a la guerra
civil a Egipto).
.
ABAJO:
Otras
imágenes tomadas en verano hace algunos años; esta vez con mi
familia: Junto a las
tres estatuas de los rameshidas, mi mujer y tres de mis sobrinos -en
Karnak (Luxor)-.
Fenicia
fue realmente una nueva civilización, en todos los sentidos; pues la
unión de los recién llegados de Anatolia en barco, con los
canaáneos (que durante miles de años
fueron el pueblo puente entre semitas, indoeuropeos y egipcios);
se creó definitivamente una cultura nueva. A ello hemos de sumarle
las influencias heredadas de los cretochipriotas, que entonces huyen
de sus islas (asediadas y destruidas
por los dorios desde el siglo XI a.C.). De tal manera, si los
Pueblos del Mar importaron a Fenicia el hierro y las nuevas técnicas
de navegación y construcción de barcos (que
el acero debió proporcionar). Los
canaaneos aportarían los miles de años de cultura y organización
marinera que dominaban (desde Biblos); junto a las técnicas del
comercio y el uso mercantil del metal. Pero asimismo, los egeos,
cretenses y chipriotas que se refugian en esos siglos en Canaan, les
enseñarían sus sistemas de mercado, de construcción y navegación;
tanto como las rutas comerciales que durante milenios habían
practicado la civilización minóica y micenia. Así de la unión de
la barbarie más feroz (los Pueblos del Mar), junto con el civismo
más experimentado y antiguo (Biblos, Creta, Chipre y el Canaan
costero), nacería la cultura púnica, cuna del comercio y la
colonización mediterránea.
.
Pese
a cuanto narramos, el obligado exilio de sus islas de los micénios y
minóicos, junto a la llegada de los Pueblos del Mar, también
provocó un rechazo entre algunas culturas genuinas de Oriente Medio.
De tal manera, no
todos los de Canaán aceptaron mezclarse con esos recién llegados
“del Mar”, que fueron apareciendo por sus costas
desde el 1195 a.C. (+,-). Pues parece que en 1194 a.C., algunos de
estos Pueblos del Mar son rechazados repetidamente y finalmente se
tienen que asentar en el territorios antes ocupados por cretenses y
chipriotas (desde mediados del segundo milenio a.C.). Así
la zona en que se establecen esos Pueblos del Mar, fue una larga
franja de la Palestina costera y más cercana a Egipto (Gaza). Todo
lo que hace pensar que posiblemente el Faraón les permite ese
asentamiento, con el fin de darles una tierra para que no pretendan
conquistar más el territorio del Nilo y también para que hagan
frontera a los judíos.
.
El
nombre que dieron en Egipto a esos que se establecen en las actuales
playas de Palestina ya dijimos que fue el de Pelest; quienes más
tarde fueron llamados Filisteos por los hebreos. Unos vecinos
israelitas que no debieron aceptar mezclarse con ellos, ni les era
grata la frontera con estas gentes
tenidas por bárbaras (nacidas de los Pueblos del Mar). Aunque como
ya dijimos, históricamente esos
Filisteos son considerados por muchos arqueólogos gentes huidas
desde Creta y venidas ya desde el desastre del Tera-Santorino.
Sin estar claro qué sucede históricamente en esta franja costera de
Palestina (Gaza) en el tiempo comprendido entre el terremoto (del
1680 a.C.) y hasta la llegada de los Pueblos del Mar (en 1194 a. C.).
Un periodo de unos quinientos años, que se completa con la aparición
de cretochipriotas en tierras de Israel hacia el siglo XII a.C..
Gentes venidas del mundo minóico y micénico, refugiadas en dos
zonas: Una en el Sur (Gaza) y otra cercana a Golán (junto a Fenicia,
en el Norte; quienes llegan a integrarse como una tribu judía más,
llamada DAN como “danaos” que eran). Todo
lo que nos deja ver que esas costas de Canaan cercanas a Egipto
fueron puertos de Creta y Chipre, frecuentados también por bibliotas
y desde donde realizaban su actividad comercial los minóicos durante
el tercer y segundo milenio a.C.. Lo que explicará que allí
posteriormente se asienten los huidos del Tera Santorino (en el siglo
XVII a.C.) y más tarde los Pueblos del Mar o los que escapan de las
hordas del hierro, al destruirse la civilización cretense y
chipriota (hacia el 1100 a.C.). Habiendo de comprenderse que la
franja Sur (Gaza) era donde se establecían desde etapas más
antiguas aquellos que tenían “permiso” del faraón para
asentarse;
al ser unas tierras tan cercanas a Egipto, que debían ser siempre
vigiladas por los ejércitos del Nilo y cedidas a aliados que no les
atacaran.
.
Por
su parte, en lo que se refiere a los Pueblos del Mar, la gran mayoría
eran huidos o guerreros apátridas (muchos hittitas); surgidos tras
la caída de Troya y la desaparición del Imperio de Hatti
-siglos antes de que Anatolia fuera dominada por los griegos Aqueos-.
Pero hemos de pensar que una gran parte de ellos también debieron
ser gentes micénicas y muy cercanas culturalmente a Creta.
Puesto que los troyanos, vencidos por los griegos continentales sobre
el 1212 a.C. (+,-), serían en parte huidos y refugiados cretenses
-en este caso, escapados del desastre del Tera-. Cuando cuatrocientos
años antes se habían establecido en las costas de Anatolia gentes
venidas del derruido imperio Minoico. Tales creto-micénicos se
habían hecho claramente con el poder en la zona de Troya, gracias a
controlar el paso del Bósforo, que unía el Mediterráneo con el Mar
Negro. Un Estrecho marítimo que era crucial pues se trataba del
camino obligado hasta la Cólquida (el Caúcaso), montes donde se
situaban las minas de cobre y estaño mas conocidas en esta baja
Edad del Bronce. De tal manera, hemos de pensar que el poder
de estos troyanos y sus gentes cercanas en las costas anatólicas;
residía principalmente en cerrar ese paso hasta las minas de las que
se extraía el bronce. Una fuerza que hubo de ser enorme; puesto
que podían controlar gran parte del armamento de la época (los
ejércitos y sus guerras).
AL
LADO: Armadura del tipo
micenio, del siglo XIV-XV a.C., muy similar a las que llevarían los
nobles en la Guerra de Troya. Procede
de la Tumba de Dedra y es propiedad del Museo Nacional de Atenas (al
que agradecemos nos permita divulgar la imagen).
ABAJO:
DE
NUEVO REPETIMOS el mapa que contiene en su página 162, el libro LOS
PUEBLOS DEL MAR,
de N.K. Sandars; Madrid 2005 -a cuyo editor agradecemos nos permita
divulgar esta imagen-. Veamos
en él cómo sitúa el lugar de asentamiento de los filisteos en dos
zonas: Por un lado en el litoral de Oriente Medio, en un área muy
cercana a Chipre; tanto como igualmente contempla a los Peleset
(filisteos) en la actual franja de Gaza. Ese
doble emplazamiento de aquel Pueblo del Mar, sin duda y en nuestra
opinión se debe a que aquellos
que los judíos llamaron filisteos (y los egipcios peleset) eran
originarios del Egeo y del área cercana a Chipre, donde primero los
sitúa la Historia. Aunque hacia el año 1180 aparecen luchando en
Egipto contra Ramses III, época en que se mencionan ya asentados en
la franja de tierra que hasta entonces había sido egipcia y que tomó
el nombre de Gaza.
Voz que en mi opinión procede de Gath, ciudad filistea con un famoso
héroe homónimo que llamado G-lath (Goliat). Palabras cuyo origen
consideramos proceden del arameo "GLTH" y que significan:
"Errantes, el que vaga, el que peregrina".
.
Habiendo
denominado los arameos así a los filisteos; durante los años en que
buscaban asentarse en Canaán y mientras huían de sus tierras
invadidas por los dorios (los Hombres del Hierro). Por cuanto esos
micenios expusados de las costas de Anatolia, del Egeo, de Creta o
Chipre; serían llamados por los israelitas “GLHT” = “los
errantes, los que vagan”. De allí el nombre de la franja de
terreno donde lograron asentarse: Gath, al igual que su ciudad
principal y su famoso héroe homónimo (Goliat). Área que, como
decimos, actualmente se corresponde con Gaza y donde vivirían los
peleset (ó filisteos) hasta que se asimilaron con los israelitas
-por lo que aún hoy se denomina Palestina-. En el mapa de la
imagen igualmente se observa junto a estos PELESET, a otro Pueblo del
Mar (micenio o anatolio errante) denominado DANUNA. Gentes que se
identifican comúnmente con los Aqueos o preaqueos a los que la
Historia llama Danaos (tal y como que se citan en las cartas de
Amarna, y eran conocidos en la misma Grecia). Unos Danuna o
Danaos que primeramente compartieron tierras con los Peleset y de los
que se supone posteriormente se unirían o fundirían entre los
judíos con el nombre de Tribu de Dan. Importante grupo israelita que
fundo sus ciudades junto al Golán a comienzos del I milenio a.C..
.
Finalmente,
en el mismo mapa y en la franja de Gaza, pero unos kilómetros más
al Norte de los PELESET y DANUNA, marca a los TJEKER; otro de los
Pueblos del Mar (errantes en estos siglos); que se cree procedía de
Salamina -Chipre- o bien de la Tróade -Troya-. Sabiéndose
eran aliados de los anteriores Filisteos y Danaos, con los que
compartieron tierras y ejércitos. Estos grupos que aparecen como
migratorios durante los siglos XIII y XII a.C., fueron con toda
seguridad -al menos a mi juicio- las
gentes micénias o anatólias y egeas, que durante la expansión del
Hierro se vieron obligadas a huir y establecerse en otros lugares.
Siendo acogidos una gran mayoría en las costas de Canaan y
asentándose en la franja marítima de Israel-Judá.
Algo que impulsarían los habitantes del llamado "creciente
fértil" porque
los cananeos apenas navegaban, al carecer de medios y
fundamentalmente de bosques para
construir armadas. De todo lo que se
comprende el modo en que los judíos y habitantes del área del
Jordán pactaban con estos marineros errantes; situándolos en los
litorales como un medio de proteger sus costas. Por lo demás, la
franja marítima de Gaza, hasta la llegada de los Peleset -o los
Danuna y Tjeker (filisteos, danaos y tróades)- había estado en
poder de Egipto. Quedando fuera del dominio de Ramses III hacia el
1180 a.C., momento en el que se documenta precisamente la entrada de
los Pueblos del Mar en aquella zona.
Todo lo que deja de manifiesto que se asentarían ayudados (o
apoyados) por los habitantes de esas tierras hasta entonces
fronterizas con las del faraón (principalmente los judíos, habida
cuenta que algunos de los Pueblos del Mar terminarían formando parte
de sus tribus).
Tal
como narramos, el siglo XIII a. C. sucedió el “milagro del
hierro”, dando paso a una nueva era presidida por ese nuevo metal.
Cuya materia prima era fácil de hallar y de trabajar; por lo que
resultaba barato fabricar resistentes espadas, sin precisar buscar su
mineral en tierras lejanas y menos cruzar el Bósforo.
Después de aquello, parece ser que
consiguieron unirse los griegos aqueos para asediar el paso hacia el
Mar Negro y derrotar a los que les dominaban desde hacía centenares
de años -controlando desde Troya gran parte de las minas de cobre y
estaño-. Ello
culminó a nuestro modo de ver con La
Caída de Troya; que finalmente debió crear el gran éxodo de
pueblos hasta entonces asentados en las costas de Anatolia;
quienes se vieron obligados a huir (preferentemente hacia Canaán y
Egipto). Así, la Guerra de Troya,
junto a la caída del Imperio Hittita son -a nuestro juicio- los
principales motivos de la aparición y del origen de aquellos que
fueron llamados Pueblos del Mar.
Entre los que muchos serían
hittitas, pero la mayoría hubieron de ser gentes micénicas
vencidas por la una emergente Hélade -entonces en periodo de
creación-. Pueblos o tribus cuyo
origen en muchos casos a su vez estuvo en los que habían huido desde
Creta y Chipre en el 1680 a.C., hacia Anatolia, ante la destrucción
y ruina sembrada por el Tera-Santorino.
Y que este siglo XVII a.C. inician lo que luego va a ser Micenas, o
el nuevo mundo minóico (de periodo palacial). De tal manera, poco
debieron tardar los micenios continentales en hallar las armas de
hierro y en sublevarse contra sus hermanos anatolios, para destruir
su capital (Troya) en el paso hacia el Caúcaso. Y de
esta hecatombe que debió suponer la caída del mundo troyano, junto
a los pueblos que le rodeaban; debieron surgir esas gentes a las que
llamaron Pueblos del Mar.
Quienes huyen al Sur en busca de tierra -en algunos casos- o como
simples mercenarios desarraigados; sin mando ni misión, cargados de
armas y viviendo de atacar las costas del Mediterráneo,
repetidamente.
.
El
origen probable cretense de muchos de esos Pueblos del Mar, quizás
causó que estos buscasen ir hacia tierras donde estaban otras gentes
micénicas o minóicas, con orígenes y ancestros comunes. Así,
posiblemente llegaron a parar al litoral de Canaán, estos que
llamaron los egipcios Pelet y los judíos Filisteos. Al territorio
que luego fue llamado Palestina por los romanos;
cuando los conquistadores llegados de Italia en el siglo I a.C.
desearon borrar el nombre de Judá e Israel de aquellas tierras;
dadas las revueltas de sus habitantes, que no se dejaban dominar.
Pues para olvidar a los judíos, finalmente Roma denominó a la
totalidad de la zona con el nombre de tierra de los Filisteos (Pelet,
o Palestina).
Por lo demás, el hecho que puede corroborar el origen micenio de
este pueblo Peleset,
ha sido antes destacado; al considerar
que su nombre posiblemente significa: “hijos de dios”
(filis-teo); o bien mercenarios (peleteo) y también pelasgos
(pelegeo) -todos de origen y procedencia egea-. De ello, se puede
concluir plenamente en la posibilidad de que fueran gentes micénicas
venidas desde Troya, tras la guerra perdida.
.
De
lo antes relatado, entenderemos por qué gran parte de las leyendas
fundacionales de la primera Edad del Hierro están unidas a estos
Pueblos del Mar y mencionan la Guerra de Troya. Tal como recoge en el
origen mítico de varias ciudades de Oriente, pero también en las
del Occidente mediterráneo; en especial en Italia el Sur de Francia
e Iberia. Donde existen infinidad de historias que relacionan la
fundación de múltiples urbes y Estados, con huidos llegados desde
Troya. Tanto, que se llega a relacionar la palabra Etruria con la
misma Troya; ya que en al parecer la forma más antigua de escribir
este nombre es el de Turta. Siendo Schulten (entre otros) quien a
principios del siglo XX menciona el hecho de que esta voz
Turta -o Tursha- y que al parecer daría origen a Etruria, también
sería la raíz del nombre de Tartessos (relacionadas ambas con
Troya). Apuntando la posibilidad de que tanto gran parte de
Italia, como otras costas más Occidentales, fueran colonizadas tras
la guerra de Troya, por gentes huidas de este desastre. Algo que
no solo se referiría a la caída de Troya, sino a la del mundo del
Bronce, tras la llegada del Hierro. Debido a todo lo antes expuesto,
algunos afirman también que el origen de nombres de ciertas ciudades
del Sur de Francia (como Tarascon) se relaciona con estos pueblos
venidos desde Anatolia (troyanos); existiendo infinidad de mitos y
leyendas en los que se menciona al mismo Príamo y sus guerreros,
llegando para fundar en estas latitudes. Debiendo recordarse que
junto a Tartessos se hallaba el puerto de Menesteo (otro de los
héroes troyanos) cuya ciudad hoy es El Puerto de Santa María;
lo que confirmaría que Schulten puede tener más que motivos para
apuntar la idea de que Tartessos y la Turta italiana sean palabras
muy similares, nacidas de Troya. Concluyendo el sabio alemán, que
muy posiblemente el origen de la cultura etrusca y la tartésica sea
común y traída por aquel Pueblo del Mar llamado “Tereshk” y que
en Canaán vimos anotado junto a Megido y escrito como Tjeker
(afirmación que para comprobarla solo hace falta comparar su
orfebrería, su escultura, su alfabeto y un largo etc. de similitudes
culturales entre Tartessos y Etruria).
AL
LADO: Dibujo mío de
Adolf Schulten, el gran genio de la arqueología hispana a comienzos
del siglo XX. Su
enorme labor como investigador tan solo es comparable con la que
realizó Bonsor (su inseparable amigo, con el que excavó numerosos
yacimientos en busca de la capital del reino de Arganthonio). En 1921
publica la primera edición de su libro Tartessos, una obra que
redescubre la desaparecida civilización del Bajo Guadalquivir. Tras
ello, no cesó en el intento por hallar la basileia (ciudad real) de
aquel imperio que se supone fue destruído en el siglo VI a.C.. Entre
otras teorías geniales y personales que propone Schulten, se
encuentra la hipótesis de que la voz Tartessos proceda de igual raíz
a Turta (Etruria), cuyo origen estarían en el radical TROYA.
Palabra de la que habría nacido los nombres de E-trusco, tanto como
el de Tartessos; originados
desde Troya debido a que su fundación se debería a la llegada de
troyanos hasta Occidente, tras la caída de su civilización y desde
el siglo XII a.C..
ARRIBA
Y ABAJO: Dos
piezas etruscas, con el fin de compararlas con las de Iberia de igual
época. En
la imagen superior,
restos del recubrimiento en plata de un arca hallada en Vetulonia y
fechada en el siglo VII a.C. -tal como la expone el Museo
Arqueológico de Florencia, al que agradecemos nos permita divulgar
nuestra imagen-. Como podemos observar, su diseño es muy parecido al
de joyas o escultras ibérico-tartessias, de igual época y muy
influidas por el arte neohitita. Bajo
estas líneas: Estantería
con exvotos etruscos en bronce del siglo IV al III, tal como los
exhibe el Museo de Arezzo (al
que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Observemos
el parecido entre estos exvotos y los ibéricos de igual época.
14)
– El Pueblo Filisteo, el reino Peleteo y los Cereteos:
.
14-a)
– Sansón el filisteo:
Finalmente,
en este epígrafe vamos a tratar de otra
bella leyenda bíblica, que creemos fundamental para comprender el
nacimiento de Israel, Juda y lo que fueron los Pueblos del Mar, que
llegaron a nuestras costas para colonizarnos (junto con los
canaaneos). Hablamos
de la figura de Sansón, que La Biblia
describe en Jueces (13 a 16) tal como recogemos en cita (20)
. Su
nombre al parecer significa “el Pequeño Sol” y ello puede
referir a algunos judíos que habían conservado la adoración solar
procedente de cultos egipcios y canaaneos
(ajenos al de Yahvé). La época de
Sansón a nuestro juicio se puede situar en los siglos anteriores a
David (del XII al XI a.C). Y en nuestro
análisis, su leyenda debe relacionarse con nacimiento de Israel,
aunque en época previa a la organización unificada de los judíos;
por cuanto su figura creemos que
personifica a los guerreros pre-israelitas que sí se aliaron con los
Pueblos del Mar (tras la entrada de esos extranjeros en Canaán,
sobre el 1995 a.C.). Asimismo
parece dejar entender esta leyenda, que una gran parte de la armada y
ejército de los israelitas del Norte, se alió y mezcló con esos
venidos desde Anatolia e islas del Mediterráneo en el siglo XII
a.C.. Su significado como “un
gigante” de gran fuerza, hace ver que personifica a los mas fuertes
hombres hebreos, quienes claramente son los de Israel (no Judá) y
que debieron unirse a esos otros llegados “del Mar”. Posiblemente
la alianza de estos Pueblos del Mar con canaaneos, se produjo para
atacar Egipto conjuntamente; unos con el fin de lograr territorios, y
los de Canaán para independizarse definitivamente del yugo faraónico
(hechos que la Historia contempla en
continuas razzias llevadas a cabo por los Pueblos del Mar en el Nilo
y que dejaron muy debilitadas las fuerzas egipcias).
.
Mas
volviendo al análisis de la historia de Sansón, parece explicar su
leyenda que tales militares de origen israelita, decidieron no solo
aliarse con los extranjeros llegados por mar (Filisteos) sino también
mezclarse con ellos. Algo que se deduce del primer matrimonio de
Sansón con una Filistea y de su posterior amor por Dalila (nombre,
que al parecer significa: “la coqueta”). Dejando entrever
dicha narración, que las mujeres filisteas (nuevas en Canaán)
debieron ser de un tipo similar a la codiciada Elena: Bellas y con
capacidad de tomar decisiones. Jugando un importante papel en la
historia de Sansón; quien pese a ser el elegido para liberar a
Israel de los Filisteos, primero se casa con una de ellas (de
quien enviuda por haber sido asesinada). Pero además,
posteriormente se enamora de la prostituta filistea Dalila, a quien
descubre su secreto -gracias a lo que definitivamente destruyen
la fuerza de Sansón mientras “duerme” (cortando su pelo, su
vigor, o su poderío militar)-. Ello se debe interpretar no
solo como el dominio
que debieron ejercer estas mujeres sobre los judíos; sino además ha
de significar que los israelitas y los filisteos en sus comienzos
estaban unidos. Así se desprende del descubrimiento del secreto de
su fuerza, que se idealiza en el pelo del guerrero de Israel; un
misterio que desvela Sansón erróneamente a su amada. Por cuanto
Dalia lo transmite a los filisteos y tras ello se lo corta, mientras
duerme confiado. Dicho poder simbolizado en el cabello nace por
ser este el atributo de la fuerza y del sexo masculino; tanto que
muchas culturas antiguas impedían cortárselo a los guerreros o a
los hombres entregados a Dios -como era el caso de Sansón- (21)
. Significando el cabello del vigor o la fuerza; una idea fácilmente
comprensible, porque cuando el pelo comienza a cambiar de tono (a
canoso) o a caerse, se entendía como el comienzo de la vejez o de la
decrepitud física.
.
Con
ello, el corte de pelo de Sansón simboliza de algún modo el
debilitamiento de los soldados hebreos al mezclarse con los
extranjeros -las mujeres filisteas-; quienes de algún modo debieron
dominar a los guerreros de Israel. Así
terminan haciendo de “aquel gigante” israelita, un simple
instrumento a merced de ellos, logrando cortarle el pelo y
esclavizarle. A ello se debe que en
(Jueces 15) ya veamos a Sansón reducido, apresado y cegado; sin
fuerzas y esclavizado cuando le sacan los ojos para servir a los
extranjeros tirando de la rueda de un molino
(como una bestia). Ello significará -de algún modo- el uso que
dieron los filisteos a los militares judíos, con los que se
asociaron. Haciéndonos ver quienes
redactaron el Antiguo Testamento a un Sansón castigado por su
promiscuidad con extranjeras, usado como un simple “animal de
carga”, preso y ciego. Realizando con
ello una crítica a esos hombres de Israel, que se aliaron o
mezclaron con los filisteos. De tal
manera utilizan la leyenda del gigante como personificación del
ejército pre-israelita; que debió ser utilizado por extranjeros
para trabajar o comerciar y no para defender a sus compatriotas. Por
lo que finalmente, Sansón, ya sin
salida ni solución; se autoimola dentro del templo Filisteo y donde
estaba encadenado para ser exhibido.
Muriendo él mismo al derribar con su fuerza las columnas del
edificio sagrado, acabando a su vez con gran parte de los que allí
se reunían. El relato que hemos
analizado, consideramos que se refiere a hechos ocurridos entre
hebreos y filisteos en el siglo XII a.C.. Tras convivir juntos,
aunque ambos pueblos -al parecer- terminaron luchando por motivos de
fé. Por todo ello, deducimos que esta
leyenda se sitúa en los tiempos desde la llegada de Filisteos a
Canaán y hasta la formación de Israel-Judá (del 1195 a.C. al 1000
a.C.). De tal manera, a principios del siglo X es cuando el pequeño
rey David vence con una “pedrada de honda” definitivamente al
gigante Goliat. Un Goliat que ya dijimos era el símbolo de la
capital filistea, ciudad (llamada Gat); situándose tras este hecho
el nacimiento del reino de David (el comienzo del Estado unificado de
Israel-Judá).
IMAGEN
JUNTO A ESTAS LINEAS:
Estatua
del rey Wamba, hijo de Recesvinto, representado como santo, tal como
se conserva en el monasterio portugués de Tibaes
(Braga) -agradecemos a la institución y hotel Tibaes, nos permita
divulgar nuestra imagen-. Wamba
o Bamba, fue santificado por los portugueses y representado como un
clérigo, habida cuenta su tortuosa historia:
Famoso como hombre prudente, al morir su padre Recesvinto -en el año
670-, no quiso aceptar la corona debido a que ya tenía setenta años.
Pero obligado a reinar, tuvo que sofocar numerosas revueltas en toda
la Península, evitando la entrada de los musulmanes por el Sur y
erradicando intentos de invasiones de visigodos sublevados -huidos a
Narbona-. Tras años de reinado prudente, Wamba
fue engañado por parientes y gentes cercanas; quienes lo
emborracharon para cortarle el pelo y destronarlo
-aunque también se dice que le suministraron un narcótico-. Tras
ello, fue tonsurado y al verse sin pelo -al despertar- renunció a la
corona; retirándose como monje al monasterio de San Vicente en
Pampliega.
Allí murió y fue enterrado, tras vivir los últimos años de su
vida como un miembro más de la orden; sus restos fueron trasladados
siglos después a Toledo por Alfonso X el Sabio (para ser inhumado
junto a su padre, recogido en el pueblo de Wamba). Citamos
esta curiosa historia de uno de los mejores reyes godos de España,
por su paralelismo con Sansón, que también fue derrotado al
cortarle el cabello.
AL
LADO Y ABAJO:
Dos oleos representando a Sansón. Junto a estas lineas: el héroe
bíblico derribando las columnas y el templo filisteo. Abajo: Sansón
tirando de la rueda del molino, junto a Dalila
(que recoge la harina). Estos cuadros de grandes dimensiones
(atribuidos a Diego Polo o a Giuseppe Leonardo) también se
encontraban en casa de mis padres. Ante ellos paraba noches y días
reflexionando acerca de cuanto representaban. Tanto, que me
entusiasmé y desde muy joven me dediqué al estudio del significado
legendario de Sansón. Así, aunque los cuadros fueron vendidos al
cerrar la casa de mis padres (hace ya muchos años), al menos me
dejaron los conocimientos que obtuve sobre su iconografía.
14-b)
– Goliat, héroe homónimo de Gaza:
De
tal manera, tras la muerte de Goliat (el héroe de Ghalt filistea)
pasamos a una segunda etapa, en la que vemos a un reino hebreo que
nace -disminuido y débil-; representado en su jóven rey David, pero
que consigue hacer frente al gigante bárbaro. Un Goliat cuya capital
homónima era la ciudad donde se habían establecido los “micenios”
(Ghalt, Gat; hoy Gaza), quienes se integraron finalmente en esa
franja, junto a Egipto. Hechos que ya hemos estudiado en mi
artículo: LOS HEREDEROS DE MICENAS, que resumo en cita (22)
y que recomendamos leer. Donde razonábamos cómo una gran parte
de los cretochipriotas y egeos huidos de sus tierras tras la legada
del Hierro y durante los siglos XII al X a.C., fueron a parar a
Canaan -estableciéndose unos en Gat y otros en Golán (junto a
Fenicia)-. Tratando ampliamente de esta época en nuestros
trabajo, ya dijimos que para mí existe la certeza de una primera
llegada a la zona de esos “filisteos” en los siglos XVII y XVI
a.C., como cretenses huidos del Tera (también comentado en el
“epígrafe 4” del artículo anterior). En
nuestros estudios tratamos el problema de la aparición de pueblos
llegados desde Creta y Chipre hacia el siglo XVI a.C. a las costas de
Oriente Medio, quienes ayudarán a la formación del poder Hicso.
Concluyendo que desde este momento, y tras ese asentamiento de
cretochipriotas huidos del Tera-Santorino, se crea un permanente
contacto entre Canaán, Creta, Chipre, Micenas y Anatolia; una unión
que nunca se perderá. Pues de aquella alianza de
pueblos y de su enfrentamiento contra Egipto, lograrán que los
Hicsos se internen en el Nilo y lo conquisten. Debido a que las
fuerzas Hicsas -de seguro- estaban formadas por los huidos del Tera
Santorino (anatolios, mitanios, cretenses y chipriotas) a los que dan
apoyo, gentes y asilo en Canáan. Generando estos hechos una unión
ancestral y comercial, que pensamos perduró durante siglos. Lo que
permitiría a los cretochipriotas y anatolios refugiarse en la zona,
cuatrocientos años más tarde; siendo entonces denominados Filisteos
(conocidos por los egipcios como Pueblos del Mar).
.
La
época que tratamos son los años en que Ramses III levantará
monumentos conmemorando su victoria frente a esos piratas errantes.
Escribiendo en sus estelas ese faraón, el modo en que vence a los
Pueblos del Mar (en el 1156 a. C. +/-). Por lo que hemos de
suponer que los muchos de estos
invasores o mercenarios que vagaban buscando territorios,
se retiraron definitivamente a las costas de Canaán antes de esa
fecha. Constituyendo el reino Filisteo, culturalmente muy ajeno a
los canaanitas y que hemos de considerar se mantuvo bastante
fuerte e independiente, hasta comienzos del siglo X a.C.. Cuando -al
parecer- los judíos lo reducen a una franja costera. Siendo esa la
victoria de David contra Goliat que narra el Antiguo Testamento
(I Paral 18 y ss); tras lo que se funda el reino de Israel
unificado (poco después del año 1000 a. C.). Por lo tanto esos
Filisteos, personificados en Goliat, sabemos que quedaron reducidos
desde entonces a una pequeña zona de territorio litoral, al sur de
Haifa. Pero nunca fueron expulsados definitivamente, lo que obliga a
pensar que ello se debió a ser su presencia útil a Israel y a los
fenicios. Pues como ya dijimos, en este territorio de Gaza los
Filisteos permanecieron conviviendo con Fenicia; lo que permitía a
los judíos establecer contacto con Egipto y comerciar fácilmente
con los súbditos del faraón. Todo lo que explica que Gaza se
mantuviera habitada por Filisteos hasta la destrucción del Primer
Templo (con la conquista asiria de toda la zona en el siglo VII
a. C.; en la que Assarhadón invade la Tierra Canaán y conduce a
muchos de sus pueblos al cautiverio en Mesopotamia -entorno al 677
a.C.-).
.
14-c)
– Filisteos, peleteos o cereteos (pelasgos, mercenarios o
cretenses):
Pese
a este “supuesto odio” narrado entre los Filisteos (los Pueblos
del Mar) y los israelitas, algo muy distinto ha de suponerse en
verdad; tal como deja ver la arqueología y La Biblia. Puesto
que las reyertas entre unos y otros se deben más a motivos de
hermandad y a intereses comunes, que a la vecindad o al rencor. De
tal modo, veremos cumpliendo a los filisteos infinidad de funciones
entre los judíos, que estos no querían o no podían desarrollar.
Así es cómo a esos los Pueblos del Mar
-en el Antiguo Testamento, nombrados como: Filisteos, los Peleteos y
los Cereteos- se les menciona repetidamente, internados dentro de la
Sociedad israelita. Y aunque esos tres
grupos posiblemente fueran muy distintos, para
los judíos parece tratarse de una misma cultura. En
lo que se refiere a los primeros, la
identificación entre Filisteo y Peleteo es inmediata, pues quizás
la segunda voz proviene de su nombre egipcio (Pelet, que sabemos era
pelasgo o mercinario) pronunciado entre
los hebreos como “pheleteo”. Por el
contrario, a los Cereteos hemos de suponerles un origen cretense, o
de Chipre (de Kaftor, Keretara o de Citerea); lo que les relaciona
plenamente con los “que también se decían huidos de Creta”
(Filisteos).
.
En
numerosas ocasiones los judíos separan como tipos muy distintos a
los filisteos y los cereteos; aunque siempre destacarán que se trata
de pueblos comunes; llegados a la vez a Canaán, ocupando la misma
zona meridional costera de todo Israel (1,Sam.
30,14 ; Ez, 25,16 y Sof 2,5). De igual
forma se les menciona como pueblos mercenarios que incluso eran los
que componían guardia personal de David rey (2
Sam 8,18; 15,18 y 20,7 etc). Ello obliga
a pensar que los Filisteos, Peleteos o Cereteos, no fueron tan
enemigos de los hebreos sino un pueblo vecino, con múltiples causas
en común y con el que los israelitas tendrían las normales disputas
que todo Estado fronterizo causa. Muy posiblemente sí que fueron
odiados por los judíos del Sur, donde el reino de Judá chocaba con
sus costumbres y sus límites de tierra. Aunque
ya sabemos que los de Judá eran más xenófobos, y mucho más
radicales en sus premisas religiosas y en sus leyes; seguramente al
proceder directamente de grupos escapados de Egipto, en época de
Akhenatón. Pese a todo, no
es posible pensar que los propiamente israelitas mantuvieran mala
relación con los filisteos; pues tras la victoria sobre Goliat, la
guardia personal de David se compuso por soldados de este pueblo. Con
ello se llega a concluir que Israel Norte, realmente pudo
reorganizar, controlar y contratar a sus órdenes los servicios de
estas gentes (Filisteas). Quienes se
dedicaban a trabajar como mercenarios; cediéndoles
a cambio una parte de territorio, en el que pudieron vivir al margen
de Israel y procurando no tener más
conflictos con ellos. Pues bien es sabido que esos Pueblos del Mar
-en su huida al Sur Mediterráneo- se dedicaron sobre todo a la
rapiña y a la guerrilla, sin organizarse como Ciudades Estado. Algo
que quizás Israel cortó, obligándoles a reducirse y organizarse
como reino en esta franja de costa al sur de la actual Haifa.
.
.
ARRIBA: Subida al famoso Templo de Hatsepsut (en Deir el Bahari). Acercándonos a este recinto sagrado se llega a comprender que en el Egipto del segundo milenio a.C. ya se había “inventado todo”. Hasta el arte racionalista, o el minimalista; tal como parece ser esta fachada -diseñada por el arquitecto y amante la maravillosa faraona a la que se dedica el templo-.
.
.
ARRIBA: Subida al famoso Templo de Hatsepsut (en Deir el Bahari). Acercándonos a este recinto sagrado se llega a comprender que en el Egipto del segundo milenio a.C. ya se había “inventado todo”. Hasta el arte racionalista, o el minimalista; tal como parece ser esta fachada -diseñada por el arquitecto y amante la maravillosa faraona a la que se dedica el templo-.
.
ABAJO:
De nuevo, delimitación del reino filisteo en Gaza (en morado). A su lado, hemos trazado del
reino Hicso y de la zona de influencia hicsa en Canaán, durante los
siglos XVII y XV a.C.
(sobre un mapa de Israel publicado en el libro de M.J.STEVE “Por
los caminos de la Biblia” página 86 -Barcelona 1967-).
En lineas discontinuas rojas
he marcado las
fronteras de ese reino hicso; en lineas azules, el área de gran
influencia de su gobierno, que
tenía como frente Norte de importancia la zona de Meggido
y Hazor (señaladas
con un círculo rojo). Asimismo podemos ver en
letras rojas la capital hicsa Avaris y su segunda ciudad Memfis; y en
letras verdes la situación de Biblos. Puerto de influencia egipcia,
de cuya destrucción o sustitución nacerían los emporios fenicios
desde el siglo XV a.C. (Sidón y Tiro), fronterizos con Israel y con
las tierras de los filisteos (Gath -Gaza- y con las de Dan en Golán).
Sobre
el origen y distinción de estos tres pueblos, hemos de
determinar que claramente La Biblia los menciona indistintamente
como Cereteos, o Peleteos; considerándolo uno mismo. A ello hemos
de unir que en opinión general, se relacionan totalmente con los
Filisteos. Pese a todo, históricamente podemos concluir que los
Cereteos, se trataba de gentes de venidas desde Creta o Micenas (de
Ceretea). Aunque también pudieran proceder de Chipre, cuyo nombre
como el de Citerea se da en algunos relatos. Confundiendo la isla
de Creta (Kaftor) con aquella en que nace la diosa del amor (Citera),
debido a que Afrodita se traslada tras su nacimiento a Creta. Pero la
diosa de la belleza, donde o emerge de la espuma marina -sobre una
concha- es en la isla de Citera; la más meridional de las griegas,
junto a Tera y al Norte de Creta (23)
. Tras ello Afrodita, se traladó a Chipre, haciendo que se
confundiera en muchas ocasiones también esta otra, como su lugar de
origen -en vez de la pequeña Citera (situada junto a Grecia
Continental)-. Pues Citera pese a ser como nuestra Ibiza, fue un
centro comercial cretense desde épocas muy remotas, además de un
gran puente entre el Peloponeso, Creta y Oriente Medio. Allí parece
que se inició el culto a Afrodita posiblemente llevado por los
fenicios o canaaneos a sus tierras (24)
y en la forma de Ishtar; como una “deformación” de Astarté
unida con la egipcia Isis. A nuestro juicio, tal culto es de origen
Giblita y se relacionaría plenamente con la figura de la mujer
bella, la estrella guía, pero también con la “adoración” al
murex y a la púrpura. De tal modo, la diosa que vino en una concha,
nacida de la espuma no tiene solo un significado sexual (como la
concha y la espuma guardan), sino también comercial y hace
referencia al molusco que producía el tinte de la púrpura. A todas
luces, el culto a Afrodita, llegará a Grecia desde zonas muy cercana
a Biblos, llamándonos la atención su parecido y proximidad con el
de la Astarté (semítico-canaanea) que finalmente termina siendo
Ishtar entre los fenicios. Su relación con el nombre de Estrella
hace pensar que fue igualmente admitida por indoeuropeos, sobre todo
en zonas hittitas; más concretamente, en lugares como Chipre donde
se convierte en una de las deidades principales. Siendo por todo
ello normal que cretenses, egeos y chipriotas fueran llamados
cereteos entre los hebreos.
.
Por
lo demás, su simbología relacionada con el planeta Venus, hace
comprender que pueblos como el de Judá, que denostaban estos cultos
con un carácter tan sexual, identificaran a Afrodita y su planeta
Véspero, con el mismo demonio, llamando al diablo como esa estrella
(Luxíferos). De modo muy distinto, parece que los israelitas
(reino hebreo del Norte) sí aceptaban este tipo de deidades y
seguían con mayor adaptación a Canaán los cultos de ese tipo
-originarios del lugar-. Este hecho importante, pues si sabemos
que quien era la gran diosa del amor entre los Peleteos, Cereteos y
Filisteos (Venus-Ishtar), pasó a ser el demonio entre los judíos de
Sur (Lucifer); veremos ya una radical lucha entre ambos pueblos.
Quizás es ello lo que deseaba manifestar la leyenda de Sansón
cuando en el templo Filisteo del dios Pez (ninfa) Dagón, el héroe
se autoinmola. Para acabar consigo mismo, con el edificio sagrado y
con los asistentes al culto del dios marino. Percibiéndose así
entre las religiones canaaneas y la de Judá, una definitiva y
radical separación; aunque no tanto con los israelitas. Seguramente
debido a que estos judíos del Sur no fueron gentes de origen
caananita, sino más bien egipcios huidos y de tendencias teológicas
muy cercanas a Akhenatón. De tal manera, esos judíos de la antigua
Judá, no solo tendrían conflictos con los Filisteos, sino también
con el resto de los pueblos asentados en Canaán (incluyendo los
fenicios). Pues para todos los púnicos, una de las deidades mas
importantes fue esta Ishtar, como Venus-Astarté; planeta de la Tarde
y estrella que guía en los momentos vespertinos. Pareciendo que
de manera muy diferente, los israelitas del Norte aceptaban esos
dioses, sin escandalizarse por su existencia; pera a que para los del
Sur resultaban aberrantes.
.
Siguiendo
con el significado de Ishtar y su influencia en el mundo antiguo
Canaaneo; en algunos estudios míos hemos
visto que la voz “tarde” se relacionaba con esta diosa Atarté
(del ocaso); por lo que quizás, esta palabra “tarte” sea de
origen semita. Es posible y no nos extrañaría, que así fuera; pues
la voz indoeuropea de origen griego que denominaba el momento de la
caída del sol era “véspero”; que procede del griego “hespera”
( ^espera ).
Siendo nuestra teoría de que dicho término griego de “hesperis”,
es el que produce la palabra “Hispalis”; de la que nacieron
Hispania e Iberia. La segunda, por la pronunciación indoerupea del
nombre como “Iberis”, vocablo que vendría de la unión de las
palabras indoarias Svar-Vari cuyo significado es “sol en agua”.
Por derivación, el “Sol en el agua”, significó “alba”
(cuando el Sol sale del mar) y “el atardecer” cuando este astro
cae al océano; dando origen a la voz griega “hespera” o
“Hesperi”. Dicha palabra, fue la que originará Sefardi
(occidente e Iberia en idioma hebreo); pero asimismo el nombre de las
diosas-reinas que habitaron el remoto ocaso (la Hespérides de la
Península Ibérica). Deidades que hay que relacionar plenamente con
las Ishtar o Astarté fenicias, y que representaban a las estrellas
del Oeste. Siendo estas Venus -en principio-, pero mas tarde
relacionadas con la constelación que marca el Este, llamada del
Tauro; cuyas estrellas se llamaron las Hiades y las Pléyades (y que
se denominaron asimismo Hespérides; como Hispalis e Hispania).
.
ABAJO:
Un
artículo mío, publicado en primavera de 1982 (cuando estaba en
tercer curso de carrera y a
punto de entrar en la Mili). Se editó como portada en el diario
Informaciones de Madrid y se titulaba “Qué significa España”.
En él yo defendía que la voz España y la palabra Iberia eran
términos análogos.
Significando
ambos “Occidente”, o “el atardecer”. Naciendo el
vocablo “IBERIA” desde radicales indoeuropeos cercanos al
griego “Hesperia”; palabra helena cuya traducción es
“atardecer”, “occidente”. Por su parte, “ESPAÑA”
procedería desde voces semitas y más concretamente desde fenicias,
cercanas a “Sevari”; de donde surgiría “sefardí” que como
sabemos, en hebreo se traduce por Occidente. Desde esta voz “Sevari”
se llegaría a Spal (fundada por los fenicios) y de allí a Hispalis
e Hispania. Consecuentemente,
el artículo defendía que España e Iberia eran términos casi
análogos y que definían a la Península, como una ínsula unida y
situada en el remoto Oeste -al final del Mediterráneo-.
De ello que estos dos nombres (Iberia y España) fueran
antiquísimos, como lo es nuestro país. Que en época romana ya se
llamaba Hispania, al igual que se denominaba durante el reino Godo;
todo lo que hizo que en 1492 se uniera la Península Ibérica
de nuevo y bajo el antiguo nombre de España.
Por
lo demás, la relación encontrada por muchos estudiosos entre
Tartessos, y la voz Astarté, o la palabra “Tarde” -que
significaría el reino del Oeste-, no debe ser descartada en nuestra
opinión. Algunos descalifican tal teoría que afirma que el radical
“Tart” de Tartessos, se relaciona con voces como Turta
(Etruria). Pero en ello existe un hecho muy similar en la etimología
de Iberia, Siberia y Hesperia -que ya vimos-; en la que los Iberos
del Oeste (nosotros), se relacionan plenamente en su nombre con los
Iberos del Este (los siberianos). Pues tal y como hemos dicho, Iberia
(o Hesperia -Hispalis, Hispania-) significaba originariamente “Sol
en Agua” y su traducción a nuestro idioma sería “Vesperia”,
y los lugares donde el Sol tocaba el Agua eran el extremo Oriente y
el Occidente extremo (Siberia e Iberia). Del mismo modo, creemos -y
es nuestra opinión- que Tartessos se relaciona con el vocablo
“Tartaros”. Pues ese Tártaro infernal se situaba tanto en el
extremo Occidente, como el de Oriente. Ello porque los geógrafos
antiguos creyeron que el Mundo terminaba en Hispania (Hesperia, donde
estaba el Tártaro o el infierno) del mismo modo que comenzaba en la
Asia Siberiana, lugar por el que también se llegaba hasta el mismo
Tártaro. Por ello pudo darse el hecho
de que el radical “Tro” y “Tart” significase el principio o
el fin del Mundo (conocido), lo que explicaría el nombre de
Tartessos y el de Etruria (lugar del final), como el de último
bastión de tierra “explorada”. De la anterior teoría se
obtienen algunas conclusiones:
.
En
nuestra opinión y la de algunos autores, el nombre de Tartessos es
de origen eteocretense con una voz que claramente conserva la
terminación locativa minoica “-essos”, anterior a la
destrucción del Imperio de los Palacios en Creta. Sería, por lo
tanto una palabra previa al desastre del Tera (siglo XVI a.C.) al
igual que lo son los topónimos Cno-ssos, Mikal-essos o Cor-essos,
que conservan ese radical que conjuga el locativo en la forma
“essos”. Sobre el significado del sufijo que le antecede en
la forma “Tart”, hemos dicho que hay mútliples teorías, entre
las que abundan la creencia de que es de origen semita, y “Trt”
significaría lugar de metales. A nuestro juicio, como hemos
expuesto tanto la terminación “essos” como el radical “Tart”
son cretenses y por lo tanto de idioma aqueo-minoico (una forma de
griego arcaico). De tal manera, si vemos las palabras griegas que
comienzan con estas sílabas “Tart” nos encontraremos con
“Tartaros”, que significa como dijimos, la región más profunda
del Mundo, o el hades subterráneo (Hes. Teog. 119 ss; Pausanias
IX,27,2). El Tártaros se sitúa incluso bajo el propio infierno y
está bajo el Universo humano, allí donde se enviaban y encerraban
los enemigos. Así fue finalmente el Tártaro confundido con el
infierno, en el concepto de “Inter-Nos”, lo que está dentro de
nosotros y -de algún modo- se entendía como las antípodas de la
Hélade - la parte del globo opuesta al Onfalos de Delfos (al centro
del Mundo griego)-. La voz “tartaro” procede a nuestro juicio de
“Tarjio” (tarcuo) que significa
“enterrar”, por cuanto es la “zona de los muertos” y se
relaciona con “tarfos” (tarfos),
cuyo significado es “abismo”. Conociendo esta etimología no nos
extrañará que embalsamar se dijera en griego “tarjesis”
(tarceusis), y que la misma palabra
signifique salar, o salazones. Todo lo que de algún modo podría
relacionar el reino del Sur de nuestra Península con las numerosas
fábricas de salazón creadas desde tiempos fenicios; y esta con el
nombre fenicio de Tartessos, que al parecer era Tarshis (sin ser tan
extraño que usaran una palabra cretense para denominar a nuestra
tierras).
.
De
ta manera, en nuestro modo de ver, el origen de la palabra Tartessos
creemos que procede de “Tart” en sentido de submundo, o lugar
interior, enterrado (internos: el infierno), al que se suma el
locativo cretense “essos”. Es decir que Tartessos sería una
crasis de “Tartar-essos”, cuya traducción sería lugar del fin
del mundo, infierno (o, como su nombre indica: “Tartaro”).
Ello además nos ayudaría entender y explicar por qué hay un
Tartaro al Oeste (en nuestra Península) y otro Tártaros al Este (en
Asia), del mismo modo que existe una Iberia (Hesperia) en Occidente y
una Siberia (Hisperia) al Oriente. Ambos lugares (la Hesperia o el
Tartaros) era donde acababa o finalizaba el Mundo, por donde salía y
se ponía el Sol y se situaban en las tierras conocidas del principio
y fin de la Tierra (en la entrada del infierno, allí dinde el mundo
conocido acababa). De igual modo solucionaría la etimología que
damos de Tart-essos el nombre de las dos Tarshis bíblicas, pues
sabemos que hubo una al Oeste (nuestra Tartessos) y otra a la que se
navegaba en barcos de Tarshis, situada en Ophir; junto a la India, el
lugar Este mas extremo donde navegaban los fenicios. De tal modo,
Tartessos, Tarshis y Etruria, significarían tierra última, el
extremo, o el último bastión (al Oeste o al Este), y así palabras
como Tarkinia, o Turta (que dan origen al nombre de Etrusco),
significarían lo mismo: Últimas tierras conocidas. Finalmente
quedaría poder demostrar que tales voces tuvieran relación con la
diosa Astarté, componiendo una palabra nacida de Ishtar
(estrella) mas “Tarte” (Occidente remoto); lo que sería un
nombre dado por pueblos marineros semitas a su diosa Venus, aunque
plantea el hecho de que siendo la voz completamente indoeuropea, tal
culto hubo de ser llevado por los cretenses (o hittitas) hasta Canaán
para llevar ese nombre. Por lo demás, no creemos que las voces Tiro
ni Troya tengan relación con este radical “Tart” cuyo
significado es “fin del Mundo”, aunque sí debe ser el origen de
otras muchos topónimos de lugares remotos mediterráneos tales como
Tarascón o Tirrenia y etc.
AL
LADO Y ABAJO: Junto
estas lineas, grabado donde podemos ver un sacerdote supremo del
Templo de Salomón;
ataviado con su “ephod” en el pecho y su pectoral de Aarón.
La joya principal de ese clérigo supremo del judaísmo es un
pectoral muy similar a los colgantes de el tesoro de El carambolo.
Galápagos de oro, de los que podemos deducir eran usados de un modo
muy similar al que llevaba el gran sacerdote hebreo.
Abajo, dibujo mío
comparativo entre los atributos del sacerdote supremo del templo de
Salomón y quien llevó las joyas de El Carambolo. Observemos los
paralelismos entre ambos cultos; lo que por otro lado no es extraño
ya que desde Joppe (Haifa) salían naves hacia Tarshis, y en las
costas de Note de Israel o de Gaza, estaban establecidos los fenicios
y los micenios (filisteos) con los que comúnmente comerció
Tartessos.
Pero
regresemos a los problemas anteriormente expuestos, donde habíamos
comprendido que los Cereteos citados en el Nuevo testamento fueron
gentes venidas desde el Sur de Grecia, o más bien desde Creta y
Chipre, en épocas de Troya. Por todo ello se les confunde con la
primera migración, llegada a Canaan con el terremoto del Tera en el
siglo XVI a.C. (en tiempos de ls Hicsos); aunque no se trataría de
las mismas gentes. Estos hechos que referimos, ocurren igualmente en
Grecia occidental, donde hubo dos grandes migraciones procedentes de
Creta. La primera, protagonizada por un
pueblo que pudimos estudiar y descubrimos que
llegaron al oeste de la Hélade, para
asentarse en la actual isla de Corfú
-tras la destrucción del Imperio Minoico con el Tera Santonrino
hacia el 1680 a.C.-. Estos fueron llamados por los helenos, los
Feacios; que se confundían con los
Focenses, e incluso con los Foceos; pese a no tener nada que ver -en
origen- con ellos. Pues esos Feacios, a
mi juicio fueron allí llegados tras el desastre del Tera y por ello
la traducción de su nombre a nuestro juicio es la de los “huidos
del fuego”, del griego “faia-kienos” (faia
keno).
.
Los
Feacios nunca se tuvieron del todo como helenos, tanto que se les
trata con gran ironía en los textos homéricos, diciendo la Odisea
que eran bastante crédulos y hasta fantasiosos. Uno de los últimos
episodios de la Odisea sucede en el reino Feacio de Squeria
(Eskeria) (24) , la que
llamaron los griegos Corcira, la actual Corfú. Isla es la que se
sitúa mas al Oeste de las griegas (fuera ya del cinturón de
piélagos propiamente helenos); por lo que creemos que su nombres
se relaciona plenamente con el de Iberia y el de Hesperia
(significando Squeria también “el Oeste”). Por su parte, los
feacios se consideraban gentes llegadas a Corfú (Eskeria) gracias al
héroe y padre su “raza” Feax; que había venido desde su tierra
originaria y de donde fueron expulsados, una isla llamada de
“Hiperia”. Este Feax era padre del rey Alcinoo quien salva,
recibe y devuelve a su reino a Ulises de Itaca, y era el monarca del
pueblo que se tenía como el mas antiguo y el mejor navegante de
entre los helenos. Añadir a todo ello, que en el relato de la
Odisea se sabe que gran parte de los viajes que narra “Homero”
eran periplos de los fenicios, recogidos por los griegos y que el
valor de esta estribaba en la propia información que podía dar a
los helenos que se lanzaban al mar en busca de aventuras, para
conseguir culminar sus viajes y expandir los dominios griegos. De
tal manera, no es de extrañar que en este relato nos aparezcan
fábulas o casos muy unidos a la historia de Canaán, pues fueron sus
habitantes y no los griegos los que al parecer sí realizaron muchos
de los viajes que Homero relataba hasta el extremo Occidente
(nuestras tierras).
.
Hemos
realizado un inciso etimológico y otro para estudiar ese reino de
los Feacios, por cuanto su antigua tierra -de la que huyen- se llamó
curiosamente Hiperia (de tan parecido nombre a la nuestra) y porque
la traducción del su denominación Feacios fue la de “huidos del
fuego”. Siendo aquellos habitantes de Corfú -sin duda-
cretenses llegados a la isla tras el Tera Santorino; rememorados por
los mitos helenos, del mismo modo que la literatura griega conservaba
la denominación y la memoria del reino de Minos (desaparecido en el
siglo XII a.C.). Un reino y unos huidos del fuego de los que nadie
creyó nada, hasta que Evans hace unos cien años comenzó a
desenterrar su reino en Cnossos. Del mismo modo, a mi entender,
las leyendas también hacen referencia en la figura de estos
Feacios, a los huidos del gran volcán y terremoto del 1680. a.C..
Quienes además, se dicen originarios de unas tierras denominadas
Hiperia, no de Creta. Lo que nos lleva a pensar que aquellos feacios
quizás pudieron ser cretenses muy unidos al Occcidente (nuestras
tierras, llamadas Hesperia); donde comerciarían en periodo minoico
prepalacial. Aunque tras el desastre del Tera-Santorino, huirían
hacia lugares del Egeo, lejanos de Creta; buscando refugiarse y para
refundar Estados o ciudades desde ls que poder seguir comerciando con
el oeste (Hesperia). Estos mismos pueblos que huían de aquel
cataclismos dijimos que hubieron de alcanzar las costas de Canaán y
de seguro fueron los iniciadores de los primeros contactos entre
Oriente Medio y la Península Ibérica. Pueblos que conservaban la
memoria del pasado perfectamente, tanto como para narrar Homero que
venían de una antigua tierra que abandonaron llamada Hiperia (el
Oeste con toda seguridad), debiendo identificarse asimismo con el
nombre de su Isla “Eskeria”. Algo que de seguro procede de
ser Corfú el lugar mas occidental de la Hélade; cuya denominación
está unida al nombre de su tierra de origen “Hesperia” -incluso
con las Hespérides. Todo lo que nos lleva a sospechar que quienes
llamaron a nuestras tierras Iberia, Hesperia e Hispania, fueron los
primeros cretochipriotas llegados hasta ella.
AL
LADO Y ABAJO: Junto
estas lineas, el ajuar del tesoro de El Carambolo (en reproducción)
tal como lo exhibe el Museo Arqueológico Nacional
-al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. Observemos
las piezas: Dos colgantes, uno menor de peso y tamaño, con
decoraciones femeniles. Dos brazales, de tamaño masculino, decorados
como el colgante mayor. Un collar con cadena de unos cincuenta
centímetros, lo que obliga a pensar es de mujer
(apenas se vería bajo la barba de un hombre). Placas
de oro para hacer coronas: Ocho alargadas y ligeras, decoradas como
el colgante menor; junto a ocho pesadas y decoradas como los brazales
y el colgante mayor (para
realizar dos diademas, una masculina y otra femenina).
El número de piezas, su diferencia de tamaño y decoración, me hizo
deducir que se trata de un ajuar para dos personas: Un hombre y una
mujer; que llevarían las joyas tal como he dibujado en imagen abajo.
Ambos lucirían un pectoral del tipo judío, muy similar en diseño
y vistosidad al cardiofilax de Aarón (atributo del sacerdote del
Templo de Salomón).
Pero
volvamos a los Peleteos, Filisteos o Cereteos de la Biblia; que
como dijimos, son refugiados llegados hacia el 1095 a.C. a Canaán
-huidos de la guerra de Troya, o pueblos aliados con la Tróade,
caídos en desgracia tras la derrota del reino de Príamo y la
llegada del Hierro-. Importante es ver antes que nada, la
similitud del nombre PELETEO con la palabra griega “pelates”
(pelaths). Dicha voz
significa en idioma heleno “mercenarios”; por lo que podríamos
concluir que -como dice la
Biblia- los Peleteos eran mercenarios y que además fueron
contratados al servicio personal del rey David. Quizás por ello
se les denominaba con esta palabra griega, cuyo significado era el de
“soldados a suedo”. Más interesante aún, es ver como dicha
voz helena “Peleteos”, además puede proceder y relacionarse
también con la palabra griega “Pelagios” (pelagios);
que significa “los que navegan” y por lo tanto: Los del Mar. Todo
lo que concuerda con su nombre como: Pueblo del Mar errante, de
origen pelasgo “Pelagio” y dedicados a las razzias. Dichas voces
proceden a su vez del radical “pleo” (pleo),
que significa en idioma de Homero navegar; siendo a la vez
“pelasgo”, “isla y mar”. Por cuanto decimos, el término
Peleteo entendido como “mercenario”, debe tener un origen
conceptual muy relacionado con las anteriores, pues procede de un
mismo radical que también significa “pueblo vecino”, dándonos a
entender esa etimología cómo los griegos reclutaban a sus
mercenarios entre los isleños de las zonas cercanas. Para concluir,
diremos, que de lo expuesto vemos la existencia de este reino
“griego” o cretense en Canaán (muy desconocido y llamado de los
Filisteos); que permaneció siempre en frontera y contacto con los
hebreos. Un Estado helo-canaánita del que prácticamente no nos
habla la Historia; aunque su existencia es de tal evidencia, que
siempre permaneció allí asentado. Al igual que el de Judá o el de
Israel; que tan solo fueron invadidos en el siglo VII a.C.. Tras
ello, sabemos Israel consiguió sobrevivir a la invasión Asiria y
regresar del cautiverio (perdiendo gran parte de sus tribus), tal
como consiguió superar la ocupación Helena -algo que no sucedió
con las Ciudades Estado fenicias-. Llegándose así hasta la invasión
de Canáan por Roma; momento en que sabemos habitaban en esta zona
israelitas y filisteos. Pues cuando en el siglo I d.C., Tito y
Vespasiano aniquilan el Estado judío de un modo tan genocida que
deciden erradicar hasta su nombre; denominaron a la zona Palestina
(Filistina) borrando del mapa imperial la antigua provincia de Judea.
.
Tras
la devastación de Canaán llevada a cabo por Nabucodonosor II (en el
604 a.C.), que acaba con Israel; las ciudades filisteas fueron
también arrasadas y sus habitantes sometidos a cautiverio -siendo
esclavizados junto a los judíos en Babilonia-. Así narra la
Historia cómo los filisteos compartieron dolor y destino con sus
vecinos; todo lo que explica la enorme unión con ellos, pese a las
continuas luchas entre ambos pueblos -hermanados tras siglos de
frontera común-. Finalmente, hay una teoría que avala cómo los
filisteos quedaron en Babilonia; sin regresar, al haberse asimilado
con la población mesopotámica. Mientras otras hipótesis afirman
que volvieron a sus antiguas ciudades de Canaán, al ser liberados
junto a los judíos. Una segunda idea que parece más realista,
pues aún en el siglo I se mencionan aquellos habitantes de las
costas y a sus ciudades filisteas (transformando el nombre como
Palestinas).
.
Todo
ello obliga a pensar en una presencia cretomicénica en
Canaán continua y continuada, desde mediados del II milenio a.C..
Una convivencia plena de los helenos, los fenicios y los hebreos;
desde el siglo XVI a.C. y hasta la conquista final de sus tierras por
Roma. Esta situación explicará que tanto Troya como Eubea y Corinto
fueran colonizadas y civilizadas por protofenicios y canaaneos.
Es más, hemos de considerar que gran parte de la aculturación y
desarrollo del pueblo micénico (griego) en los siglos XIII al X a.C.
fué gracias al intercambio con los puertos de Fenicia. Algo
fácil de comprender al abrir un mapa de las costas de Oriente Medio
y Anatolia, y observar como la zona helena jonia (el Egeo) está a
muy pocas jornadas de distancia de Biblos o de Sidón y Canaan.
Siendo muy importante reconocer que el área culturalmente mas
avanzada del helenismo estuvo siempre en ese litoral de Anatolia
(Turquia), cercano a Oriente Medio; hasta que en el siglo VII a.C.
fué atacada por los Persas, habiendo de huir los jonios desde sus
costas hacia otras tierras -lo que en gran parte dio origen a la
plenitud de una nueva Grecia (Continental y Occidental)-. De ello,
que el mundo jonio estuviera mas cerca de Fenicia que de la propia
Atenas, y que hasta la huida de estos griegos anatólicos al Oeste,
los jonios fueran más orientales que “europeos”. Por lo que
hemos de reconocer que tanto canaaneos como helenos (micenios),
tuvieron esa gran parte de cultura en común que convivió desde el
siglo XVI, hasta el VII a.C.. Aculturación que en muchas ocasiones
se olvida o se niega, separando a semitas de indoeuropeos y sin
observar que durante un milenio casi, coincidieron como
civilizaciones.
.
14-d)
alfabetos protosináicos y alefatos canaaneos (alfabetización del
Egeo):
La
alfabetización de Grecia se debió a los mismos fenicios, que
introducen allí sus signos; llevando al Egeo hacia el siglo IX
a.C., los alefatos inventados por ellos unos trescientos años antes
(en el Sinai, en Ugarit o en Tiro y Sidón). Siendo los griegos de
Eubea -al parecer- los primeros extranjeros no canaaneos que
reciben este sistema de escritura; al estar muy relacionados esos
eubeos con Biblos desde épocas remotísimas, por tener su gran isla
minas de cobre. De ello que la mitología recoja como su príncipe
Palámedes fué quien inventó (o adaptó) el alfabeto griego
regalado por Hermes (25) ;
habiendo de interpretarse que tal Hermes era un simbólico dios del
mercado llegado desde Fenicia. Es decir, los comerciantes venidos
desde Canaán en sus naves. Pese a todo, la leyenda es anacrónica
pues narra como el príncipe Palámedes muere en la guerra de Troya,
por lo que hemos de suponer que este mito recoge la invención del
alfabeto en época de Fenicia y no de Grecia. Pues la guerra de Troya
data de fines del siglo XIII a.C. y hasta el tres siglos mas tarde
no se van formando las letras griegas. De lo que se deduce, hubo
un periodo de desconocidos intercambios comerciales entre los
fenicios y los griegos (desde el siglo XIII , hasta el IX a. C.), en
los que entre otros tesoros culturales los helenos adaptaron el modo
de escribir de los fenicios.
.
Al
tratar sobre la leyenda de Palámedes en nuestro trabajo sobre
los orígenes del Juego de la Oca (26)
dijimos que considerábamos que tal príncipe de Eubea era una
figura muy cercana a Fenicia (o que se trataba de una adaptación
griega de un mito púnico). De hecho, Palámedes representa al
cambista, asesor o banquero que culturizaba aportando los medios
necesarios e imprescindibles para el comercio y la banca. Ello
era, la contabilidad y la escritura, para poder calcular y cerrar
contratos; y para este fin se hacían necesarios en la época
además de formas numéricas y alfabéticas, una banqueta llamada
entonces pesseia (o petteia). Tal artilugio no era otro mas que
un ábaco grande construíido en forma que los intereses, cambios y
débitos pudieran ser entendidos por los ignorantes. Así, consistía
en un tablero elevado sobre el suelo (normalmente de madera), con
cuadrados y lineas donde poder calcular los porcentajes y cantidades.
De tal modo, la “pesseia” era algo parecido a un tablero de
ajedrez, o de la Oca (incluso al del Backgammon), donde los
cambistas ponían las monedas y las fichas -hechas con conchas o
piedrecitas- que servían para mostrar sus cálculos. De ello que
se llamen dichas piedras pequeñas cálculos al igual que de la misma
forma la ruina y descrédito de un cambista se denomina bancarrota;
pues esta se sucedía cuando los clientes dejaban de creer en su
contabilidad y al tenerle por tramposo o timador, procedían a
romperle la pesseia (que en la edad Media se denominaba la banca o
banqueta). Por su parte, de la voz griega “pesseia” y “pesso”
(pesso) que
signifacaba tablero y dado, surge nuestra palabra “peso”, que
sirve para determinar la medida unitaria o el canon comercial
(término que aún existe incluso como moneda en muchos países).
Finalmente añadiremos que de tales pesseías de comercio, usadas
en origen como ábacos; ya dijimos que proceden múltiples juegos de
mesa, del mismo modo que los alfabetos en principio se generaron para
posibilitar el comercio y la contabilidad.
AL
LADO Y ABAJO: Junto
estas lineas, portada del libro JUEGO DE OCA (Valladolid 2007) donde
presenté un estudio en el que se explica el significado del príncipe
Palámedes y de las “pesseias” como bancas de cálculo -ábacos-
que más tarde derivaron hacia juegos de mesa. Abajo:
Crátera del pintor Exequias, fechada hacia el 540 a.C. y que
representa a Ayax junto a Aquiles, jugando a la “pesseia”;
durante el asedio a Troya (agradecemos
al Museo del Louvre, nos permita divullgar la imagen de este ánfora
de su propiedad).
Continuando
con el alfabeto -por letras; no el silábico ni el jeroglífico-, es
de destacar que se considera un “invento” canaaneo (al menos su
difusión); un hecho a tener muy en cuenta para localizar las áreas
de influencia de los fenicios en el Mundo Antiguo.
En referencia a ello, sabemos que la
idea de definir cada sonido en un signo, comienza ya en las
dos zonas donde se inició la escritura más antigua, y que fueron:
Akad y Egipto. Donde hacia el siglo XXII a.C. ya se desarrollan
algunos caracteres que se interpretaban por solo un sonido (no
una sílaba, ni una letra vocal). Por su parte, en
estas mismas épocas, ya en Creta se escribía en alfabetos silábicos
(lineal A), donde cada signo es una
sílaba -existiendo sílabas que se correspondían con las letras
vocales-. Muy cercano era este sistema minóico del puramente
abecedárico; pero no fue el que origina
el alfabeto, pues el lineal-A y el lineal-B se pierden en la noche de
los tiempos, tras la destrucción del Imperio de Minos. Pero en la
misma época en la que se perdían y quedaban olvidados estos
lineales silábicos cretenses (hacia el 1580 a.C.) comienza a surgir
una nueva idea de alfabetos precisamente en la zona de Fenicia y el
Sinaí. Así se desarrolla sobre el siglo XV a.C., en una
de las ciudades protofenicias por entonces más fuertes y llamada
Ugarit. Un
puerto situado a pocos kilómetros al Norte de Biblos; donde crean un
sistema de escritura por signos muy similar a lo que serán luego las
letras, siendo este el comienzo del
alefato. Para definirlos se valieron los ugaritas de símbolos
cuneiformes tomados de la escritura
babilónica.
.
Pese
a todo, ese alfabeto de Ugarit diseñado con signos cuneiformes no
tuvo continuidad, porque el resto de los canaaneos decidieron avanzar
hacia un abecedario nacido de símbolos más cercanos a los
jeroglíficos de Egipto. Sobre este punto es muy interesante
observar que los signos que van tomando y que terminarían formando
los alfabetos fenicio-canaaneos (surgidos desde el siglo XIII al XI
a.C.), prevalecen algunos muy relacionados con ideogramas egipcios.
Es más todo hace pensar que desde estos jeroglíficos desarrollan
las letras nacidas desde las onomatopeyas o la inicial de cada
palabra, en el ideograma egipcio. Es decir, cuando escribían una
serpiente esquematizada y representada como unas lineas curvas, esta
luego derivaría hacia el sonido de la sierpe, leyéndose finalmente
como “S” o la “Z” (letras con forma de culebra, que siguen
teniendo ese valor). De igual manera, el signo inicial de estos
alfabetos -que se denominaron protosemíticos-, normalmente fue la
cabeza de ganado, que realmente se corresponde con una “A”
invertida (en la que basta poner dos ojos al triángulo de esa A y
veremos que realmente es la testa de una vaca o toro). A nuestro
juicio este alfabeto lo debieron de desarrollar gentes muy
relacionadas con Egipto que en los siglos XIV al XIII posiblemente
desearon crear un nuevo sistema de escritura para generar una nueva
civilización (la de Canaán). De tal manera, el inventar ese
alfabeto posibilitaría enormemente la contabilidad, y el contacto
con otros pueblos, pues en él se podía escribir cualquier palabra.
Y sobre todo, con la nueva escritura se podían independizar
culturalmente de Egipto e imponer una civilización propia a los
pueblos con los que comerciaban o a los que dominaban.
.
En
el siglo XIII a.C., finalmente se terminan a de formar esos alefatos
canaaneos, basados en una escritura de consonantes fundamentalmente,
con un origen directamente común en todos (desde el hebreo,
arameo, hasta el fenicio). Siendo en ciudades como Biblos, donde
antes intentan adoptar este tipo de escritura; seguramente para
confirmar esa independencia cultural con Egipto e incluso con
Mesopotamia. Por este motivo, y por el deseo de no tomar una
escritura babilónica, ni egipcia; creemos que es por lo que usan y
divulgan ese alfabeto de Ugarit (que ya dijimos que procedía del
akadio cuneiforme); desarrollando cada cultura uno propio. Aunque
la primera creación del alefato -a nuestro modo de ver- se
lleva a cabo en el desierto del Sinaí y en las costas del sur de
Fenicia; lo que hace pensar que muy posiblemente se debe a judíos
regresados desde Egipto (con Moisés -ver lo antes narrado sobre
la interpretación del Exodo-). O bien a fenicios y hebreos que
escapan del poder del Nilo donde habían trabajado como escribas o
contables. Sea como fuere, creemos que esos alfabetos
protosemícos pueden deberse a las tribus hebreas y pueblos de
Fenicia que escapan del poder faraónico desde el siglo XIII a.C.,
con la intención de crear su propia civilización en las tierras de
Canaán. Finalmente este sistema de escritura entró en la hélade
unos dos siglos después (hacia el IX a.C.) donde debieron de
transformarlo, para poder escribir el sonido de las siete vocales que
el idioma griego pronuncia y distingue.
.
14
- e) Cultos caananeos, ritos egipcios y dioses minóicos:
De
estos intercambios y continua conexión entre Oriente Medio y
Micenas (sobre todo la anatólica) hubo de surgir otro de los hechos
mas comunes entre Grecia y Fenicia y que fué el culto a Adonis.
Dicha deidad es de origen canaaneo y probablemente judío. Se
considera que su nombre procede de la voz fenicia “adon” que
significa “señor”, y según algunos especialistas procede del
dios sirio Tammuz (27) ;
aunque realmente -a nuestro modo de ver- sería una derivación
directa del Osiris de Biblos. De tal manera, el dios Adonis
presidía el panteón de Biblos y las fiestas de su nacimiento era el
mayor festival de aquella ciudad de Canaán. Pero dicho dios, brotaba
del interior de un árbol de la vida (que se consideraba era el
de mirra o el cedro del Líbano) y su nacimiento simboliza la
obtención de las resinas y de la mirra; conténdose que aquel
niño era extraído con un cuchillo de la corteza del árbol, donde
su madre lo escondía. Aunque para entender los orígenes de ta
extraño mito, hemos de recordar a Osiris, que fué asesinado y
lanzado al Nilo en un sarcófago cerrado, donde bajó el rio
hasta llegar al delta; tras lo que navegando por mar, arribó a
Biblos. Allí se introdujo el dios egipcio en un árbol de la vida,
donde resucitó dentro de ese tronco. Su viuda Isis, descubre tal
reencarnación y corta el árbol llevando a su marido en esta forma
hasta el palacio real de Biblos; donde lo coloca como pilar central,
y donde le ama y adora en la figura aquella. Finalmente diremos que
este mito se relaciona plenamente con la adoración al árbol en
Biblos y la exaltación de los cedros de sus bosques, que
proporcionaban la madera para crear barcos, casas, enseres,
herramientas y etc. Árbol tan venerado que aún aparece en la
misma bandera de Líbano.
.
El
culto osiriaco egipcio antes expuesto, vemos que también se
relaciona plenamente con el de Adonis, igualmente nacido de un árbol
de la vida: El de mirra, que se usaba para embalsamar y el
del mencionado cedro, con que el
construían preferentemente los barcos fenicios. Tantas
conexiones tiene este mito con el de Osiris, que en la historia de
Adonis existe un conocido sinsentido, sin poder razonarse por qué
el dios de la belleza es atacado por un jabalí que lo mata. Algunos
argumentan que ello se debe a que es este animal el que con sus
colmillos daña la corteza del árbol sagrado y extrae la resina, y
por lo tanto al niño Adonis (lo que relacionaría su nacimiento con
su muerte). Pero ningún experto explica qué relación tiene dicha
muerte producida por el jabalí, con la verdadera historia del dios
púnicoheleno. Aunque si repasamos la “vida” de Osiris, veremos
que este dios fue igualmente atacado y muerto por un jabalí que
representaba a Set (el demonio). Ello se debía al odio que los
pueblos del desierto -como los egipcio- sentían por el cerdo; animal
que nunca se preocuparon en pastorear ni domesticar, dado que en un
medio como el suyo es una especie muy dañina (al ensuciar y hasta
llenar de plagas las aguas). Este significado del cerdo como animal
que destruye y es devastador para el desierto, hace que igualmente
el hijo de Osiris (Horus), fuera dañado y hasta sodomizado por otro
cerdo salvaje que intentó acabar con él. Del mismo modo, Adonis,
pudo verse influenciado por este ciclo osiriaco y tener un final
relacionado con el jabalí (en Africa el facochero) y ello explicaría
su muerte así como su origen desde la religión egipcia.
.
Asimismo,
Adonis, está muy conectado con el culto judío a Yahvé, también
llamado por los hebreos Adonai o Adón; tanto que desde Isaías es ya
un homónimo del mismo nombre de Yahvé, y puede afirmarse que desde
la época de este profeta (siglo VII a.C.) se susutituye la palabra
Yahvé por la de Adón o Adonai. El significado de esta voz en
hebreo es igualmente que en fenicio, “el señor de las tierras”
(el señor), y muy posiblemente el nombre del Adonis griego puede
proceder de esta voz judía (dado que el mismo dios en Siria, ya
dijimos que se llamaba Tammuz). Por cuanto expresamos, no sería
una teoría extraña pensar que el mencionado dios supremo que
adoraban los Filisteos (en el templo que destruye Sansón) no era
Dagón, tal como luego pudieron escribir las crónicas; sinó de
Adón, o Adonis, deidad helena tomada de Canaán. Pues el
mencionado Ladón se describe como una deidad semita con forma de Pez
y que entre los griegos era un demonio, al igual que para los judíos.
De tal manera, Dagón (Ladón) para los helenos era un monstruo
marino nacido de Zeto, o de la serpiente Equidna, con forma de pez y
tenido por un dragón cuya misión era la guarda y custodia de las
manzanas de oro en el Jardín de las Hespérides (28)
. Por lo que no nos extraña que el episodio que narra cómo
Sansón se quita la vida destruyendo el templo filisteo de Dagón,
quizás ha aliterado el nombre de la deidad (Jueces, 16) (29)
.
AL
LADO Y ABAJO: Junto
estas lineas, “la muerte de Adonis”, grabado de Caude Mellán
(hacia 1670). Como decimos, probablemente el dios Dagón al que
adoraban los filisteos, pudiera tratarse del Adonis de Biblos, al que
todos los pueblos de la zona rendían culto. Abajo, Sansón
derribando las columnas del templo de Dagón, en un dibujo-grabado de
Julius S. von Carolsfeld.
.
Osiris transformado en Adonis era veneradísimo en Biblos, donde muy cerca pasaba un río homónimo (Adonis), que todos los años vestían de rojo el día que se celebraba el nacimiento “del niño del árbol”. Lavando en sus aguas las ofrendas, tras recoger las savias con las que fabricaban la mirra. Una resina que se consideraba sangre de los árboles; aunque seguramente, los adoradores de Adonis para celebrar el nacimiento del niño dios también sacrificaban reses y seres vivos, derramando luego su sangre en el río sagrado y del mismo nombre. En cuanto a su relación con los cultos a Afrodita, también llevados por los canaáneos a Grecia, ambos procedían igual origen y estaban unidos. Tanto que se consideran a Adonis y Afrodita pareja, por lo que ella termina llorando eternamente la terrible muerte del dios, “señor” e inseparable amigo. Es evidente que aquel era un dios agrario, de adoración a la vegetación y a la primavera, procedente del Osiris egipcio, pero con el significado añadido del árbol de la vida. Aunque también hay que destacar que termina confundiéndose en Grecia y Creta, con Dionisos (Baco) -deidad de la semilla y del vino-. Aunque la veneración hacia Adonis junto a Afrodita, se transforma también en la Hélade en los cultos de Apolo; que se distinguían por su serenidad y armonía, separándose de los de Dionisos -que aún estando relacionados en origen con los de Adonis, fueron degenerando a orgiásticos y desenfrenados-.
.
Por
ello no es de extrañar que los misterios iniciáticos hebreos se
relacionen mucho con dicha deidad de la belleza griega; dado que las
ceremonias que realizan los judíos (y hasta las que implanta Jesús)
fueron en algunas de sus sectas, ritos de sacrificio agrario: Del pan
y el vino. Sustituyendo de la muerte de una víctima, o un animal;
por la ofrenda de un vegetal; lo que significa el paso último dado
por las religiones ya a fines del Hierro (hacia la “no violencia”).
Para crear cultos con un vínculo social obligado, solo basado en el
sacrificio del trabajo y del fruto de la tierra (sin derramamiento de
sangre). En esta linea pueden
considerarse los ritos del Adonis canaaneo, que importaron a Grecia y
que se siguieron en muchas celebraciones grco-latinas, como cultos de
Apolo. Pese a ello y como dijimos, otra linea del mismo misterio se
mezcla con el dios micénico de nombre similar: Dionisos y los
“ctónicos” de Atenas. Dichos cultos dionisiacos de la Hélade
eran los mas ancestrales ritos agrarios, basados en el vino y la
locura lasciva, dando como resultado celebraciones tan arcaicas como
las llevadas a cabo por las famosas “bacantes”. Sacerdotisas
desnudas de Baco que en su euforia y borrachera, llegaban a desollar
carneros vivos con la boca y manos; comiéndolos en crudo, a
mordiscos.
.
Pese
a todo, las fiestas de ritos agrarios se distinguieron claramente
entre dos tipos bien diferenciados: Las apolineas (o cultas) y las
dionisiacas (o brutales). Pues los
cultos de Adonis o Apolo, sin inmolación de víctima, triunfaron y
fueron los que hicieron nacer una nueva religión que en Europa llegó
fundamentamente con Roma. Su mensaje de paz se establece por estas
celebraciones basadas en el sacrificio del cereal y la fruta,
divulgándose finalmente muchos de esos rituales de origen judío
(similares a los de adoración a su Adonai). Como ceremonias
agrarias, sin inmolación de vidas animales y donde se sustituyen los
ritos de sangre, por otros de savia y resina -bajo el significado de
Adonis dentro del árbol-. De tal
manera y volviendo al Adonis “señor”
que deseaba tan solo el sacrificio de los frutos de
la tierra, hemos de insistir en que este se
relaciona plenamente con Osiris, dios del trigo y la vegetación,
para quien se celebraban ya las primeras fiestas con ritos del pan y
el vino desde comienzos del III milenio a.C..
Como dios más benéfico de Egipto, que da su vida por los hombres y
era arrojado al Nilo, llegando hasta Biblos flotando en su ataúd,
donde resucita y difunde su mensaje y su religión. Por
lo que habríamos de estudiar cuanto de Osiris hay en el Yahvé judío
y sobre todo, cuanto hubo del Señor Adonai de los hebreos, en aquel
Jesús que inspiró el Nuevo Testamento
(30)
.
AL
LADO Y ABAJO: Junto
estas lineas, portada del libro mencionado en nuestra cita anterior:
“Año I (Israel y su mundo cuando nació Jesús)”. Muy
interesantes son las investigaciones de Jesús Piñero para llegar a
comprender la formación histórica de la filosofía judía y las
premisas del cristianismo. Abajo:
Cuadro de Giuseppe
Leonardo -propiedad
de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, a la que
agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. En
la obra se representa a Moisés y el culto a la serpiente; un pasaje
bíblico (que contempla de forma distinta Flavio Josefo) donde vemos
la complejidad y el origen de los ritos mosáicos.
15)
– Canaán, Fenicia, Israel, Cartago y la colonización de la
Península Ibérica:
.
Cuanto
hemos ido recogiendo en estos dós últimos artículos; entorno a la
formación y nacimiento de Canaán, y a la posterior colonización de
la Península Ibérica. Expresa que ambas márgenes del Mediterráneo
son zonas que caminaron históricamente en paralelo; tanto que
repetirán iguales hechos y recibirán culturas tan parecidas, que en
un lado y otro de ese mar reflejarán artes e historias muy parecidos
y nacidos de manera simultanea. Pues si estudiamos la Antigüedad en
esas dos áreas (el Sur de Oriente Medio e Iberia) podremos ver que
Canaán fué a nuestra Península en la Protohistoria, lo mismo que
pudo ser Extremadura para América del Sur -tras 1492-.
Unas zonas que avanzan en paralelo y donde se reflejan mismas etapas
y hechos, tanto que estudiando lo sucedido de uno de los “lados”
podemos llegar a deducir lo que pasó en el otro.
.
De
tal modo, será fácil determinar cuándo comienzan a aparecer los
fenicios en nuestra Península, bastando conocer que sus ciudades más
importantes -como Tiro y Sidón- emergen con gran fuerza cuando
Canaán se estabiliza y los Pueblos del Mar fueron dominados por
Israel (hacia el siglo X a.C.). De igual forma podremos deducir
algunos de los extraños pueblos navegantes, procedentes de Oriente
Medio y Anatolia, que llegan a las costas españolas antes que los
fenicios (durante el siglo XII a.C.). Suponiendo
que son los mismos que habían
pretendido extenderse por todo Oriente Medio
e invadir Canaán. Pueblos del Mar (como
los Danuna, los Teresh o los Masawa) que terminan asentándose en
zonas del Sur peninsular, al igual que lo hacen en Gaza. Unos hechos
que nos permiten deducir como los precolonizadores de Iberia (de los
siglos XII al IX a.C.) fueron Pueblos del Mar, siglos antes de que
fenicios y canaaneos llegasen a nuestras tierras. Cretochipriotas
(Cereteos), mercenarios (Peleteos) o navegantes errantes (Danuna) y
huidos de Troya (Teresh), que tras haber sido rechazados por Egipto y
sin lograr asentarse en el Oriente mediterráneo, vinieron hasta
Cerdeña y a nuestras tierras, buscando un territorio. Todo sucedido
durante los siglos XII y XI a.C.; ante una enorme “debilidad” de
un Egipto que prefiere cerrarse en sus fronteras. Lo que potenciará
el nacimiento de Fenicia, la llegada a Canaán de los Pueblos del
Mar o la creación del Estado judeo-israelita. Cuanto
configura un momento histórico en Oriente Medio, que provocará en
nuestro mediodía peninsular: El Final de la Edad del Bronce, la
precolonización y “la fundación” de Tartessos (tras la llegada
de esas gentes venidas de Canaán).
.
Pues
el origen de la civilización tartessia hemos de fecharlo entorno al
siglo X a.C.; antes de la aparición de los fenicios, con el final de
Bronce y ante la llegada del primer hierro importado por
precolonizadores -pueblos del Mar o egeos huidos hasta nuestras
tierras-. Datándose arqueológicamente la fundación de de Gadir
un siglo después; entorno al 825 a.C. (tal como fecha Mariano
Torres Ortiz los primeros hallazgos púnicos en esa capital). Más
tarde llegarán los asentamientos permanentes fenicios en las costas
hispanas (Malaka, Sexi etc), que se calculan construidos entorno al
siglo VIII a.C.. Siendo la importancia de ciudades tales como Cádiz
y Málaga, su continuidad hasta nosotros (cultural y cívica); tanta
que tres mil años después siguen teniendo casi el mismo nombre,
conservando costumbres parecidas a las del otro lado del Mediterráneo
y viviendo -en gran parte- de forma paralela a como lo hicieron
aquellos pueblos que vinieron a fundarlas desde Canaán.
.
Pero
regresando al Canaán en los tiempos que iniciaron sus viajes hasta
la Península Ibérica; como recordaremos, habíamos dicho que en el
siglo X a.C se había fundado el reino unido de Juda-Israel. Un
Estado fuerte, liderado y unificado entonces por David, quien
había arrinconado a los cretenses (Filistea) a una franja al Sur de
Haifa (Gaza). Victoria contra los filisteos que debió de generar
grandes enemistades vecinales, llegando a costar muy cara a los
israelitas. Tanto que parece fueron los filisteos quienes convencen
años más tarde a un faraón de origen hermanado con ellos (Shesonq)
para atacar Jerusalén -llegando través de Gaza, con su ayuda-. Y
aunque hacia el 961, toma su relevo como monarca de Israel Juda,
Salomón; quien ya crea un gran Estado fuerte y poderoso -por todos
conocido-. Tristemente, a su muerte (sobre el 933 a.C) se disgregaron
de nuevo los dos reinos: el del Norte (Israel), y el del Sur (Judá).
Una separación que fue precisamente motivada por los filisteos
(Pueblos del Mar), que tras la muerte del famoso rey Salomón
observan la debilidad de su hijo Roboám y aprovecharon la ocasión
para dar infraestructura a Egipto, con el fin de que atacasen la
capital del reino hebreo. De tal manera, se sabe que el Faraón
Shesonq -Sesac ó Shishaq, primero de la llamada Dinastía Libia-
procedente de un Pueblo del Mar; atacó Jerusalén con mil doscientos
carros y sesenta mil hombres, destruyendo parte del templo de Salomón
(Salm. (II,12,9), rindiendo el reino y obligándoles a pagar
tributo. De este hecho dan cuenta las inscripciones del Templo
de Karnak (en la actual Luxor) tanto como el Antiguo Testamento
(Cron. 12;3) (Parali. II,12) (I Rey.14,25).
.
Dicho
Faraón era de origen “mercenario”, de la tribu Mashawa;
relacionándose su elevación al poder con Pueblos del Mar y
debiéndose pensar muy ligado a los filisteos, quienes les
proporcionarían la referida ayuda para invadir Jerusalén. Por
su parte, Shesonq, ya había dado refugio al sublevado “gran
intendente” de Salomón, pariente del rey y llamado Jeroboam. Quien
tras la llegada al trono del sucesor, como nieto de David
(Roboám), supo que se iba a sublevar el Norte (Israel de Judá).
Aprovechando la ocasión, Jeroboam se proclamará rey de Israel,
dividiendo así en dos el Estado de Israel. Unos reinos que así
permanecieron dos siglos fraccionados; desde esta fecha (+/-el 931
a.C.) y hasta que Asiria asedia las fronteras judíos (desde el 732
a.C.) Creando en ese “país” del Norte, una Sociedad más
liberal, con una monarquía electa; con una religión y una cultura
más cercana a la de los Pueblos del Mar y a la de Egipto (muy
diferente a la de Judá -el Estado del Sur-).
.
Por
cuanto expresamos, las costas de Canaán durante el periodo unificado
de Israel-Judá (unos setenta años) gozaron de enorme prosperidad.
Asimismo, durante los reinados de David y Salomón, también Fenicia
vivió un gran esplendor -encabezado por sus grandes capitales; los
puertos de Tiro y Sidón-. Principalmente cuando sobre el año 969
a..C.,
muere el rey de Tiro (Abibal) dejando en
el trono al famoso Hiram, quien se alió con David y después con
Salomón
-llegando a colaborar en el famoso templo- (Reyes 1). Hiram
fué conocido por fortificar Tiro en la forma de isla
artificial sobre una gran roca en medio del mar, tomando su nombre de
la voz fenicia “zur”, que significa “piedra”. Dicho rey
constructor la dotó de puertos, canales, aljibes y fuentes nacidas
del mar; obteniendo el agua del subsuelo submarino.
Por su parte, tras
Hiram, esta fué la ciudad dominante de Fenicia, sobre la misma
Sidón, y ejerció un comercio e influencia siempre pacífica y
amistosa sobre Judá e Israel (2,Sam,5,11;
1,Re 5,15ss; 9, 12 ss; 16, 31).
Asimismo la Biblia narra como Hiram, amigo de David y Salomón,
vendía madera de sus cipreses a cambio de aceite, aceitunas y vinos
de Israel
(2 Sam 5,11, 1 Re.5,24). Citando (1,Re, 7,13ss ,37,40) que en la
construcción del Templo trabajó un artesano broncista llamado Tiro
de Hiram, quien se identifica con el mencionado rey tirio, famoso por
su flota que traía metales preciosos, especialmente de las costas
hispanas. Además
se dice ayudó a Salomón a construir una flota
(1, Re. 9,26); armada de Israel que parece ser, solo tuvo un carácter
defensivo y nunca fue de gran relevancia. Por
lo que la alianza con Hiram de Tiro se supone fue fundamental para la
prosperidad y el comercio de los hebreos. Tal como relatan los textos
bíblicos, donde se narra el modo en que el rey de Israel importaba
oro y plata de Tarshis. Diciendo textualmente: “El
peso del oro que importaba Salomón cada año, era de seiscientos
sesenta y seis talentos de oro (...) Toda la vajilla del rey Salomón
era de oro, y toda la vajilla de la casa del bosque del Líbano, de
oro
puro.
En los días de Salomón la plata no era apreciada. Porque la flota
del rey iba a Tarshish
con
los siervos de Hiram, y cada tres años solían venir las naves de
Tarshish, y traían oro, plata,
marfil,
monos y pavos reales”.
(31)
.
AL
LADO Y ABAJO: Junto
estas líneas, dibujos míos del altar del holocausto y del altar del
incienso judíos. Modernamente se figuraron en bronce, aunque como
ordena El Levítico, el gran altar de cuernos debería hacerse solo
con piedras y sobre la tierra (tal
como hemos visto el de Beersheva antes).
Bajo estas lineas, los tres clérigos del Templo de Salomón
(dibujados por mí): En
el centro, el sacerdote supremo, a nuestra derecha el levita y a
nuestra izquierda el rabí.
Observemos que la característica que destaca al supremo es el ephod
(mandil) con su pectoral de Aarón (hecho en metales y gemas
preciosas) y su tocado. De igual manera, las joyas del tesoro de El
Carambolo, contienen diademas y pectorales.
Como
hemos expuesto repetidamente, durante aquel tiempo de enormes
crisis -tras la aparición del Hierro y con la llegada de los
Pueblos del Mar-, Egipto decide refugiarse en el desierto y no
llevar actuaciones hacia el exterior; cerrándose y sin fabricar
más barcos que los necesarios para guardar sus costas. Mientras, la
Hélade estaba aún por nacer, después de haber caído Micenas y el
mundo minóico (Creta y Chipre). Por todo ello, los marineros
canaaneos fueron los dueños del Mediterráneo e incluso del Mar
Rojo. La fuerza marítima de Tiro y Sidón se extendió
paulatinamente y las flotas fenicias ocuparon el litoral del Norte de
Oriente Medio, mientras se alían con los hebreos para lograr puertos
y astilleros en el Mar Rojo. Por su parte, los Filisteos ocuparon la
zona Sur de Canaán, dejando para los judíos una pequeña franja de
costa (cercana a Haifa -Joppe-), desde la que apenas realizaban
singladuras con carácter comercial, sino principalmente militares.
En el Mar Rojo, fenicios y hebreos ejercerían labores de vigía
continua con sus barcos, para evitar el paso de egipcios por esa
franja; aunque parece evidente que desde el punto de vista
marítimo los israelitas y los judíos dependían enteramente de
los fenicios. Debido a ello, los reyes David y Salomón se
distinguieron por sus alianzas continuas con estos pueblos marineros
(púnicos o flisteos); lo que al parecer no fue muy bien visto por
algunos de sus súbditos -los más puritanos-. Quienes observaron
tal proximidad a fenicios y peleteos, como algo muy dañino para el
culto y la pureza religiosa judía. Siendo este posiblemente el
origen de la escisión entre Judá e Israel, al la muerte de Salomón;
ya que los del Sur no aceptaban tener relaciones tan cercanas a esos
otros pueblos (tan próximos a los egipcios). Tanto que
cuando desaparece Salomón, los Faraones, conociendo el rechazo
de los habitantes de Judá hacia Egipto, aprovechan la diferencia
de pensamiento entre los hebreos del Norte y del Sur para atacar
Jerusalén y provocar esta segregación durante siglos (manteniendo
siempre buen contacto con los reyes de Israel). Todo ello supuso
una gran inseguridad en el reino de Judá, por cuya la
inferioridad sobre el mar -apenas sin armada- estuvieron obligados
a retroceder en las costas. Así podría decirse que los hebreos del
Sur quedaron prácticamente sin fronteras con el Mediterráneo desde
el siglo IX a.C.; tan solo teniendo los de Israel acceso y salida
hacia sus playas del Mar Rojo, con el apoyo de Fenicia.
.
15
- a) Los ataques de Asiria y la paulatina destrucción de Canaán:
(Para
una mejor comprensión de los epígrafes que a continuación
redactamos, recomendamos ver nuestra cronología, contenida en cita
(37)
o en última imagen)
En
lo que se refiere a la Historia de este área, hasta la llegada de
Roma, podríamos resumirla brevemente: Describiendo que la
prosperidad y situación de bonanza en Oriente Medio se mantuvo hasta
la llegada del invasor asirio. Quienes decidieron conquistar y
asediar Canaán desde los siglos VIII al VI a.C.; realizando
sucesivos ataques y razzias sobre Fenicia, Israel y Judá. Logrando
rechazar aquellas agresiones y oponerse a esta ocupación siria sobre
todo Judá -debido a su conservadurismo religioso-; pues el reino
del Norte (Israel) tras
decenios pagando tributo a Assur e intentado sobrevivir frente a las
sucesivas acometidas de Salmansar; desaparece en el 721
a.C., al ocuparlo Sagón (quien
lleva a cautiverio parte de su población). Siendo
“absorvida” por Assur, que infringía un duro sistema de
deportaciones a los Estados conquistados. Los habitantes que se
libran del cautiverio en Babilonia (de la esclavitud asiria), se
verían obligados a exiliarse a otras zonas, aunque en su mayoría
huyen a Judá. Es en este momento cuando las tradiciones del Norte
se recogen y valoran entre los judíos del Sur, que de algún modo
intentó conservar la historia y el talante de Israel (un Estado
más egipcio y canaaneo, de carácter abierto; que los de Judá no
apreciaron plenamente hasta entonces). Del modo que vamos relatando,
desde comienzos del siglo VIII a.C., los asirios dominan a los
hebreos y los subyugan desde el 687 a.C., al considerar a Judá un
buen vasallo. Pero tras cien
años de pago a Asiria, esta
cae en manos de los babilonios, que terminan conquistando el reino de
Judá, esclavizando a su
población y destruyendo su ciudad y Templo capital.
.
El
reino judío fue así definitivamente incorporado como provincia de
Nínive en el 587 a.C., con la “desaparición” de Jerusalén;
huyendo los judíos que logran escapar, hacia Egipto o dispersándose
por mar -sufriendo el resto cautiverio en Babilonia-. Pese a
todo, los hebreos pudieron sobrevivir al yugo de Nabucodonosor y
hasta consiguieron adaptarse a esa cautividad -de alguna manera,
pues los fenicios no fueron capaces de soportarla-. Afortunadamente
aquel rey asirio era un hombre culto y se interesó por la gran
tradición judía, intentando modificar sus bases, e influirles
socialmente para que no se sublevaran a su mandato.
Lo consiguió y los judíos adoptaron gran parte de tradiciones y
costumbres de Nínive, de cuyo dominio no guardaron un recuerdo tan
negativo. Naciendo por entonces un nuevo nacionalismo judío
vinculando a Babilonia; afirmándose que el ancestro más antiguo de
Israel -Abrahám- había venido de Mesopotamia, por cuanto era normal
que sus descendientes volvieran allí.
.
Por
su parte, en el 574 a.C. la capital
fenicia Tiro, llevaba trece años de asedio llevado a cabo por
Nabucodonosor. El puerto púnico no
se doblegaba debido a su situación de isla vigilada y protegida por
centenares de naves, aunque ese año
del 574 la ciudad se rinde, firmando un tratado con los babilonios.
Pese a conseguir mantener parte de su ciudadela
principal -al estar sobre la “roca” artificial-, todas
sus factorías y puertos de costa habían sido devastados; debido a
lo que caen en decadencia, para nunca más tener primacía en el
Mediterráneo. Decenios después tras
la incorporación de Babilonia a Persia con Ciro I -en el 538 a.C.-;
se permite la creación de una nueva Judea-Persa en el interior de
Canaán (entorno al 516 a.C. y bajo el
dominio mesopotámico). Es en este
momento en el que se redactan en El Antiguo Testamento las profecías
sobre Tiro y Sidón, que recogemos en
citas; culpando a los fenicios de haber
provocado los males israelitas, al caer en desgracia de Yahveh, por
solo codiciar el oro y la plata (que traían de Tarshisjunto a las
naves fenicias). Siendo de gran interés
los pasajes bíblicos que incluyo en cita (32)
; donde podemos leer ese
estado de crisis y el odio hacia Fenicia o Filistea,
responsabilizándoles de la decadencia
judía por enseñarles a amar solo las riquezas. Culpando a las
importaciones de telas, maderas y metales preciosos venidas de
Tarshis, de estos males que sufre Israel.
.
Es
en este momento, cuando permite a los judíos crear una Judea persa,
donde elevaron el Segundo Templo, en un pequeño reino -muy
disminuido- y que da comienzo en el 516 a.C.. Por su parte, el resto
de las costas fenicias van siendo desmanteladas y absorbidas por
emporios marítimos de otras culturas; o bien sometidas fuertemente
al yugo Babilonio y luego al de Persia
-tras el mencionado año de 538 a.C. en que la capital mesopotámica
es unida al reino persa-. Jamás se
permitió a los fenicios ya prosperar (más que bajo el control de
Assur, Babel o Persépolis) y Tiro tuvo que pagar fuertes tributos.
Primero a los asirios, contra quienes
intentó levantar una liga de pueblos canaaneos para independizarse;
por lo que se ganó la gran enemistad de Persia, que la subyugó.
Sidón actuó de forma mas inteligente
y cuando Babilonia toma nuevo rumbo sobre Asiria, consigue ganarse la
confianza de ellos y de los persas, para prosperar bajo su dominio.
Situación que se mantuvo hasta que las costas fenicias fueron
conquistadas por Alejandro Magno en el 331 a.C.; quien decidió
definitivamente derruir y destruir Tiro y su roca, conviertiéndola
en un terraplén con acceso a pié desde la costa. Fue este un fin
-triste y paulatino- de la Thalasocracia fenicia (dominio púnico de
los mares), que había comenzado a gobernarlos desde principios del
siglo XII a.C.; manteniendo ese estatus hasta el siglo VI a.C., trás
el asedio de Tiro y Sidón por Nabucodonosor que acabó con el poder
naval canaaneo. Esos hechos y la caída
de Fenicia, fueron aprovechados por
otras zonas portuarias del
Mediterráneo; para prosperar y quedarse
con las rutas comerciales que había
abierto y dominado hasta entonces Tiro y Sidón (durante seis
siglos). Una talhasocracia que fue
heredada por los griegos focenses durante unos decenios y
posteriormente por los cartagineses;
quienes les derrotan en Alalia (destruyendo la flota griega). Cuando
los de Cartago odiaron y asediaron a estos marineros helenos de la
fócida, considerando que les habían robado su herencia mercantil
fenicia, usurpando su puesto en el mar Mediterráneo.
AL
LADO Y ABAJO: A
nuestra derecha:
Uno de los altares de
Coria de El Rio, estudiados y excavados por los profesores J.L.
Escacena y F. Amores, en el lugar llamado Cerro de San Juan y
en que algunos defienden estuvo en Mons Cassius. Sobre estas aras
hemos tratado en
distintos artículos nuestros, recomendando consultar a los lectores
interesados dos de ellos: El
primero (que podrán encontrar pulsando su enlace), en que
analizábamos y comentamos las fases de El Carambolo y su relación
con estas aras. El segundo (igualmente abajo con su link), donde
hemos pretendido fechar los edificios tartessios conforme a sus
coordenadas astrales:
-
EL CARAMBOLO, SUS ETAPAS, Y LA SAGRADA "PIEL DE TORO"
(altares, pectorales y recintos tauromorfos)
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/08/el-carambolo-sus-etapas-y-la-sagrada_27.html
-
EL CARAMBOLO, LOS SANTUARIOS Y LOS EDIFICIOS TARTÉSSICOS:
Conclusiones a sus mediciones y coordenadas astrales
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/10/el-carambolo-los-santuarios-y-los.html
ABAJO:
Altar
en miniatura casi igual a los aparecidos en Megiddo, pero en este
caso hallado en Campello (Alicante)
-tal como lo expone el Museo Arqueológico de Alicante, al que
agradecemos nos permita divulgar nuestra foto-.
Se fecha en etapa greco-fenicia de colonización y se relaciona con
Akra Leuke o la colonia griega junto a la que se encontró
(Lucentum).
15
- b) La Historia de Canaán y su proyección en la Península
Ibérica:
(Para
una mejor comprensión de los epígrafes que a continuación
redactamos, recomendamos ver nuestra cronología, contenida en cita
(37) o en última imagen)
Por
su parte, tales situaciones vividas en Canaán y Fenicia, provocan
diversas consecuencias y hasta etapas históricas en nuestra
Península; tanto que llega a marcar la Primera y la Segunda Edad del
Hierro. Siendo este el momento en el que se fecha la monarquía de
Arganthonio en Tartessos y la posterior
destrucción del “imperio turdetano”, junto a la Cádiz fenicia.
Todo lo que se sucede entre el 650 y el
531 a.C.; cuando en el otro lado del Mediterráneo Asiria asediaba
Canaán, entrando Tiro y Sidón en decadencia. Arribando por entonces
a la Península los helenos, para absorber las rutas fenicias del
metal. Siendo este el momento en que se establecen los puertos
helenos en el Levante ibérico (Hemeroskopeion, Alonis, Leukade,
Mainake y etc.); emporios fundados por
los focenses para heredar el mercado de
las ciudades entonces asediadas en Canaán (Tiro y Sidón). Quedando
así gran parte de la ruta del metal en manos de los griegos; quienes
llevarán hasta la Hélade oro, plata,
estaño y cobre importados del Atlántico, vía
el Levante peninsular y por singladuras marítimas recorriendo el
norte del Mediterráneo (gracias a
la ayuda de la dinastía de Arganthonios, según describe la
leyenda). Generándose así una tremenda
pugna entre los focenses y los cartagineses -o
los fenicios establecidos en nuestras tierras-;
donde los púnicos comenzarán a intentar evitar esa otra linea de
comercio del metal atlántico, hasta Oriente Medio. Todo lo que
culmina en una guerra entre Cartago y la flota focense, que es
destruida en Alalia (Córcega) hacia el año 535 a.C., acabando así
la Thalasocracia helena. Momento en que podemos fechar la caída de
Tartessos, un reino o zona de Turdetania que también sería
aniquilado por los cartagineses, tras haber comerciado sus metales
con los griegos durante más de un siglo
(a través de una vía terrestre, hasta las bases helenas de
Levante). Ello abriría ya la
brecha para que Cartago decidiera hacerse con la Península
(principalmente para dominar las minas de Iberia) trasladando a sus
generales hasta nuestras tierras; dando
comienzo con los almirantes (Hannon y Himilkón), hasta la venida y
los Bárquidas. Iniciándose y desarrollándose así la Segunda Edad
de Hierro, peninsular.
.
Pero
para estudiar como se producen estos hechos, recogeremos brevemente
lo que fue sucediendo desde el año 1000 a.C. en el Sur de Iberia. Un
área dominada fuertemente por Fenicia desde el siglo VIII a.C.;
tanto que mantuvo baluartes como la conocida Gadir (Cádiz) o Baria
(Villaricos en Malaga), convertidas en auténticos emporios púnicos,
sin apenas competencia y con gran libertad de movimientos -al menos
durante cuatro siglos-. De tal modo, desde Gibraltar hasta Alicante
(por el Este) y desde el Estrecho, hasta Cádiz (por el Oeste); los
fenicios llegan a tener asentamientos cada cuatro kilómetros en toda
la costa, habiendo situado en ellas factorías y ciudades
importantísimas. Todo, apenas sin la aparición de extraños ni
extranjeros y sin otros navegantes de importancia capaces de
seguir sus rutas; al menos hasta fines del siglo VII a.C.. Pues
tras una duradera bonanza y estabilidad económica en esta
colonización fenicia peninsular, tras el 700 a.C.,
arqueológicamente veremos que dichas fundaciones costeras se ven
obligadas a fortificarse. Lo que hace entender que comienzan
problemas con los indígenas íberos; pero sobre todo con otras
gentes que llegarían por mar con la misma intención -para
asentarse en nuestra zona-. Probablemente como fruto de los
asedios y decadencia que desde entonces ya sufría Tiro y Sidón en
el siglo VII a.C..
.
No
sabremos nunca si dicha competencia que surge a Fenicia en el
litoral hispano procede de su propia hija Cartago, o más bien hay
que pensar en la presencia de griegos y anatolios en nuestras tierras
(pero el hecho es que comienzan algunos problemas que obligan
amurallar la bases púnicas). Debiendo considerar que son los helenos
quienes instigan a nuestros colonizadores; pues la historia narra
cómo gentes procedentes de zonas cercanas a Grecia, dañaron
sobremanera el mercado y la expansión fenicia. Ya que no solo
deseaban competir comercialmente con ellos; sino además hicieron
causa para recaudar fondos, con el fin de que las ciudades helenas
atacadas por los persas tuvieran dinero para enfrentarse a los
ejércitos de Persépolis. Siendo este el comienzo de una pugna
interminable y con enorme rivalidad entre griegos y púnicos;
sembrando desde entonces una discordia continua entre ambos (por
motivos mercantiles, culturales y militares). Todo lo que culminaría
en diversas guerras, donde unos y otros se intentaron arrebatar el
trono como reyes del Mar Mediterráneo (thalasócratas). Finalmente
ganaron la última batalla los cartagineses, que en el 535 a.C.
vencen en Alalia (Córcega) a los griegos focenses, destruyendo gran
parte de la flota helena y quedándose como herederos de Fenicia.
Siendo esta la fecha que se da precisamente para la caída de
Tartessos -como dijimos-, pues se considera que a partir de
entonces la Península ya apenas pudo comerciar con Grecia, y sobre
todo porque el Sur de Iberia quedó en manos y a merced de los
cartagineses. Quienes la Historia supone, se vengarían de los reyes
turdetanos, considerados filohelenos; que comerciaron con los griegos
para ayudarles en sus guerras frente a los persas -cuando los
asirios expulsan a los focenses de sus ciudades en Anatolia,
obligándoles a asentarse en Occidente-.
.
Por
su parte, los cartagineses recogerían el trono del las rutas del
Mediterráneo, hasta que Roma se lo arrebató. Cuando los latinos
logran destruir su odiada Cartago, que había sido fundada en el 814
a.C. -en la actual Túnez-, por
miembros de la familia real de Tiro (cuando deciden establecerse en
el Oeste). Su nombre fue la de “ciudad nueva” (Kart-Hadtha) y
nació como base militar para vigilar y dirigir fundamentalmente el
comercio entre la Península Ibérica y Fenicia. Estando los
cartagineses sometidos totalmente a su “madre” Tiro, tanto como
para pagar en todas y cada una de sus transacciones comerciales un
diezmo (un 10% a su ciudad fundadora). Pero tras el cerco y la caída
de Tiro por Nabucodonosor (el 574 a. C.) queda liberada de tal
hegemonía fenicia y pasa a sustituirla en importancia y fuerza
comercial. Así, en el 550 a.C. la
dinastía cartaginesa fundada por Magón pasa a controlar Sicilia con
Cerdeña; y en el 535 a.C. -como hemos
dicho- vence a los griegos en la famosa batalla de Alalia, logrando
así los cartagineses a ser los mas fuertes del Mediterráneo.
Heredando todas las bases y el imperio marítimo de Tiro,
se sucede la transición desde Fenicia a Cartago -de la flota y de su
poder-.
.
Los
habitantes del Sur Ibérico Penínsular, deseosos de mantenerse
independientes, viendo que no pueden conseguirlo tras la caída de
Tartessos y la aparición de un nuevo gobernante como Cartago, parece
que intentan tomar Gadir. Debiendo así
los cartagineses defender Gadir del asalto de los iberos
(turdetanos); y tras salvar esta ciudad
debe pensarse que comienzan a avanzar sobre el Betis dominando
paulatinamente el mediodía Peninsular (haciéndose los almirantes
cartagineses principalmente con las rutas del metal y con el control
del mar). De este modo y hasta el siglo III a.C. gobernaron amplias
zonas de Iberia, donde los cartagineses
obtenían grandes riquezas, de forma natural y a través del comercio
con los indígenas. Pero tras este siglo
III a.C. se ven obligados a subyugarlos para poder pagar a los
romanos los impuestos que estos habían exigido a Cartago al perder
la I Guerra Púnica contra ellos. Así llegará Amílcar Barca en el
227 a.C. a nuestras tierras para sacar de ella todo el rendimiento
posible, conquistando totalmente el Sur de Iberia; aunque
los Oretanos (tribu del alto Guadalquivir) le dan muerte en el 229
a.C.. Le sustituye Asdrubal Barca (su yerno), que funda Cartagena y
fue asesinado igualmente por los íberos tan solo ocho años después.
Tras este, en el 221 a.C. pasa el poder
a Aníbal Barca quien conquistó todo el poniente peninsular (gracias
a sus pactos con reyes iberos),
llegando a Barcelona y pasando a Roma.
Con ello se produce la Segunda Guerra Púnica, en la que lucharon
romanos y cartagineses desde el 219 al 206 a.C. y que termina con la
fase dominio púnico en nuestras tierras; entrando ya Roma.
AL
LADO Y ABAJO: Junto
estas lineas, de nuevo otra imagen del anterior altar,
en su exposición en el Museo de Alicante
-al que agradecemos nos permita divulgar nuestras fotos-.
Se trata de una miniatura, casi igual a los altarcillos aparecidos en
Megiddo; aunque en este caso fue hallado en Campello (Alicante).
Se
fecha en etapa greco-fenicia de colonización y se relaciona con Akra
Leuke o la colonia griega junto a la que se encontró (Lucentum).
BAJO
ESTOS PÁRRAFOS:
Dibujo mío
de diferentes altares
con cuernos hallados en Tell Miqne
(fechados entre el siglo XI y el IX a.C.). Semejantes a otros muchos
encontrados en ciudades de Canaán (principalmente en Megiddo y Tell
Beersheva); estas mesitas-pebeteros con astas se
consideran de procedencia sirio-chipriota y más concretamente,
heredados desde el mundo minóico. Descendiendo
de
los altares con cuernos existentes ya en el tercer milenio a.C. en
Creta y
que también proliferaron en Chipre desde el 1600 al 600 a.C..
Comúnmente
se hallan unidos al culto del aceite de oliva; a mi juicio, considero
que la unión entre esas aras de cuernos y el aceite, estaría en el
concepto de "luz". Simbolizado en las astas, al quemar en
ellos óleo (usándolos
como lámparas votivas). Pero
también en el proceso de industria y comercio de los derivados del
olivo; que obligaban a una
exportación organizada, e incluso a depender
de una marina mercante que lo distribuyera. Porque
las astas y las puntas se identificaban con los promontorios y con
los cabos; y los cabos con los faros (encendidos a modo de cuernos
por las noches). Faros que eran imprescindibles para la navegación;
en unas singladuras que se realizaba usando miras semejantes a
cuernos, o bien de cabotaje.
De
la manera antes narrada finalizaron unos ocho siglos de dominio sobre
la Península Ibérica, de estos navegantes y mercaderes procedentes
de civilizaciones púnicas. Pueblos de origen en su mayoría
canaanita, que comenzaron a llegar desde el siglo X a.C. para
comerciar y asentarse en nuestro litoral; donde unos cien años
después ya tenían fundaciones y factorías. Bases en nuestra
geografía atlántica y mediterránea, cuya situación y riqueza se
guardaba como verdaderos secretos de Estado. Puesto que las
expediciones y la colonización fenicia del Occidente mediterráneo
fue históricamente un hito incomparable; tanto desde el punto
mercantil, como cultural y tecnológico. Resultando una obra colosal,
tan solo comparable a las grandes colonizaciones realizadas por
civilizaciones como Egipto, Mesopotamia o Grecia. En la que estos
púnicos ya llegan desde sus primeras expediciones hasta las costas
gallegas, cantábricas y pasaron a las del Báltico o a las inglesas
(en busca de metales, ámbar y nuevos productos). De dichos periplos
apenas quedó documentación histórica; pues sus datos se
conservaron como verdaderos secretos de Estado en las ciudades
púnicas. Escondiendo la existencia de estas rutas hasta el ámbar
del Norte de Europa, el oro gallego o los metales de Andalucía;
tal como durante la Historia se han ocultado todos los secretos
comerciales y militares. Secretismo que asimismo se considera la
principal causa del pacto Roma Cartago, en el 509 a.C.; en el que se
prohibía navegar más allá de las Columnas de Hércules -el
famoso tratado de Non Plus Ultra, que recogemos en cita
(33)
-
.
Asimismo
hay documentación histórica que acredita esta ocultación de las
rutas marinas del los metales preciosos Atlántico; sobre todo
durante el periodo tartessio, tanto que hubieron de ser buscadas por
los almirantes cartagineses al llegar a Iberia (tras
la caída de la civilización turdetana). Realizando largos periplos
los generales Himilkón y Hannon al mando de barcos de Cartago, entre
el 450 y el 425 a.C.; justo después de pasar a dominar los púnicos
nuestras tierras.
Un viaje documentado, en
el que los navegantes de Cartago intentaron redescubrir la ruta de
los metales atlánticos; que se sabía ocultada durante siglos
y que denominaban "el camino hacia las Cassitérides" (34)
.
Singladura que llevaba hasta las “fuentes del estaño”, de las
que los
fenicios conocían su existencia, tras años de comercio con
Tartessos; aunque desconocían su situación real.
Por todo lo que Himilkón se dirigió desde Gadir hacia el Norte;
mientras que Hannon, después de cruzar el Estrecho, viajó por
tierras africanas (poniendo rumbo el Sur, buscando también aquellos
misteriosos yacimientos). A mi juicio,
tras
haber hallado los cartagineses esas minas de casiterita, oro, plata y
estaño (en Galicia y las Islas Británicas); se apresuraron a firmar
el famoso tratado de Plus Ultra con Roma. Para proteger estas rutas
que conducían hasta las fuentes de los metales.
Un acuerdo marítimo de fronteras que evitaba
conflictos entre ambas potencias militares, con el que se reparten
las áreas de comercio y de dominio; dejando el Océano (con
Tartessos, o lo que quedaba de este)
bajo la zona de influencia púnica.
.
Por
su parte y acerca del secretismo de estas rutas del estaño, se
conserva descrito un pleno de la Asamblea de Ciudadanos de Cartago,
en el que esta premia al capitán de una nave cartaginesa que hunde
su propio barco, al verse seguido por romanos en aguas del Atlántico,
para no delatar el camino marítimo hacia los metales.
Así explica
esta
historia Estrabón,
quien escribe acerca del estaño del litoral atlántico peninsular:
“En
un principio este comercio era explotado por los phoinikes desde
Gadeira, quienes ocultaban a los demás las rutas que conducían a
estas islas. Cierto navegante, viéndose seguido por los rhomaínoi,
que pretendían conocer la ruta de estos emporios, varó
voluntariamente
por celo nacional en bajo fondo, donde sabía que habrían de
seguirle los rhomaínoi; pero habiendo logrado salvarse él de este
naufragio general, le fueron indemnizadas por el Estado las
mercancías que perdió"
(35)
.
De
todo ello ha de deducirse que tales rutas, bases y puertos -primero
tartessios, luego fenicios y más tarde cartagineses-, se mantuvieron
ocultadas en secreto de un modo inquebrantable, desde tiempos
inmemoriales y hasta la llegada de los romanos. Por ello, tras
la llegada de Roma, los nuevos dueños de nuestras costas intentan
buscar esos caminos (rutas, minas) y lugares atlánticos;
donde los púnicos obtenían metales preciosos. Vías
y emplazamientos que muchas veces los latinos no consiguen
redescubrir
(probablemente al llegar los romanos hasta ellos por vía terrestre);
por
cuanto quedan idealizados en la leyenda o en la mitología.
.
Este
sería el caso de las famosas Islas Kassitérides,
donde los fenicios obtenían el estaño (casiterita) y plata en tanta
abundancia, que volvían con sus anclas y herramientas de este metal
-para no perder peso en el cabotaje de las naves-.
Pero a esas tierras, los romanos llegaron por tierra a través de
calzadas (siguiendo
la Ruta de la Plata o bien atravesando la Galia). Por
lo que aunque los latinos buscaron con celo su situación; no se pudo
determinar si aquellas Kassiterides eran las Islas Cies (frente a
Vigo), algún archipiélago del Atlántico o las mismas Islas
Británicas. Porque con la desaparición de los fenicios, se perdió
el camino para llegar a ellas; todo lo que muestra el secretismo con
el que se guardaban las rutas marinas.
Singladuras y descripciones, que se conocen levemente al haber caído
en manos grecorromanas, quienes las utilizaron posteriormente en
beneficio propio, para conseguir alcanzar sus metales. Aunque
accedieron a Galicia y a las Islas Británicas por otras vías, tal
como hemos dicho: Atravesando Hispania o Francia (hechos que plasman
los periplos y narraciones massiliotas de Piteas y Rufo Festo Avieno
en el siglo IV a.C.).
Por todo ello, se tardaron muchos siglos en descubrir o identificar
si aquellas tierras a las que los fenicios accedían desde el
Estrecho de Gibraltar -poniendo
rumbo Norte desde el Atlántico-, eran
las mismas que aparecieron frente a las costas de Galicia o de la
Galia.
AL
LADO Y ABAJO: Junto
estas lineas, altar tartessio en forma de piel de toro hallado en El
Carambolo. Bajo
este párrafo:
En la parte superior, los dos pectorales de el tesoro de El carambolo
(con forma de pellejo de buey). En la parte baja, lingotes de cobre
del siglo XII a.C. y de procedencia cretochipriota. Como
hemos estudiado repetidamente, estos “talentos” eran fundidos con
el diseño de un cuero figurando su valor en “cabezas de ganado”;
pero asimismo recordaban al Labrys o hacha sagrada de la Edad del
Bronce. Una bifaz venerada por toda la cultura minóica, como símbolo
de la protección en la guerra, pero también del bienestar y del
comercio (al haber sido estas hachas bippenas las primeras “monedas”
o piezas para el cambio y trueque).
16-
Conclusión:
.
El
contacto con el mundo de Canaán dio lugar al nacimiento de las
civilizaciones más importantes de la Iberia protohistórica
-refiriéndonos a la tartéssica
(turdetana) y a las del mediodía o del Atlántico-. Originadas
ya desde el Bajo Bronce -hacia el siglo
XIII a.C.-, tras la visita de los
primeros precolonizadores (Cretochipriotas y Pueblos del Mar). Aunque
nuestras tierras eran ya conocidas en Oriente Medio desde el III
milenio a.C., por sus riquezas en oro y plata;
fama que unos siglos después atraería a muchos otros “nuevos
descubridores” (como fueron los fenicios y luego los helenos). Por
su parte, el establecimiento de estas
gentes originarias de Canaán durante unos ochocientos en nuestra
Península, culturizaron las tierras que luego sería Andalucía en
una forma que jamás pudo olvidar, siendo aún difícil distinguir el
arte de Siria, Israel o del Líbano, con la arquitectura y música
meridional hispánica. Quedando tan marcadamente orientalizado el Sur
Peninsular, que ello seguramente provocó sucesivas oleadas de
inmigraciones venidas desde estas costas de Oriente Medio y Asia
Menor. Regresando repetida y nuevamente a tierras que les eran
comunes y familiares, las gentes de Siria o de Canaán -al
menos, a nuestro modo de entender-. Nos
referimos a la conquista árabe tras el 711 d.C., tanto como a parte
de la diáspora judía; que se
establece en nuestras tierras ya desde tiempos muy lejanos,
pudiéndose datar una gran colonia hebrea sefardí con anterioridad
al siglo IV a.C. Lo mismo que sucede con la llegada de los
musulmanes, que dominaron la Hispania Meridional -en mayor o menor
medida- desde el 711 d.C. al 1492. Siendo obligados a abandonar
definitivamente nuestras tierras los hebreos en esa fecha de la
conquista de Granada y los moriscos en tiempos de Felipe III. Pero,
pese a estos edictos de expulsión de
los judios (en 1492) y el muy posterior de los moriscos (en 1609), la
realidad del Betís siempre fué la de “Un Sueño de Oriente Medio
trasladado en espíritu y recuerdos”. Pues en ella se ha vivido
durante siglos (o milenios) de una forma muy parecida a como se hizo
en Siria, Palestina o Persia. Conservándose aquella cultura
ancestral que comenzó a entrar a España hace más de tres mil años;
que nos ha dado unas pautas de estética paralelas a ese mundo
oriental. Civilización que nos llegó desde Canaán y que fué
crucial para la formación del arte del Sur Peninsular hispano, y en
especial del Flamenco.
.
Tras
casi un milenio de historia, civilización y cultura común
entre Canaán e Iberia
(36) , entró Roma a dominar nuestra Península.
Pero el Imperio romano era muy distinto y su fórmula estatal chocaba
frontalmente con los principios religiosos, culturales o civiles de
estos pueblos canaanitas, al igual que con los iberos. El contacto
llego a ser tan duro, que en muchos casos Roma hubo de exterminar
-literalmente- ciudades y civilizaciones en Canaán o en Iberia, para
conseguir hacerse con el poder. Tal fue el caso de la mayoría de los
judíos y de gran parte de los iberos de la meseta; cuyos centros
urbanos fueron arrasados y sus gentes exterminadas o vendidas como
esclavos -consiguiendo solo así Roma acabar con las sublevaciones-.
Ello conllevó la pérdida de la lengua y la historia ibérica
anterior; que erradica Roma casi por completo en nuestra Península.
En el caso de Hispania sabemos que las luchas entre iberos y romanos
duraron mas de dos siglos: Desde la aparición de Escipión el
Africano hacia el 219 a.C. (para hacerse con el poder en
Hispania, tras vencer a los cartagineses), a las últimas
revueltas en los alrededores de Numancia (en Termantia). En el de
Judea, tras la llegada de los romanos a principios del siglo I a.C y
la victoria de Pompeyo, se consigue de algún modo someterla en el 63
a. C.. Pero sabemos que aún cien años después, los judíos seguían
sin aceptar el poder de Roma. Por lo que es enviado hasta ella
Tito para somertela; lo que consigue “de alguna forma” en el año
70 d.C. de un modo terrible: Crucificando a gran parte de sus
hombres, destruyendo Jerusalén con su templo, y obligando a emigrar
fuera de su tierra a la mayoría de los hebreos. Pese a todo, la
vida espiritual judía continuó en secreto dentro de las casas y en
las sinagogas, sin conseguir que aceptasen plenamente los cultos y
costumbres romanas. Consecuentemente, desde el 132 al 135 d.C.
vuelven a sublevarse los hebreos, con ocasión de una visita de
Adriano a las ruinas de Jerusalén, lugar donde ese Emperador decide
construir un templo de Júpiter. Revuelta que vuelven a erradicar
los romanos, obligando a los judíos “practicantes” a dispersarse
por el Imperio (diáspora) con el fin de “vaciar” Judea del
espíritu y culturas hebreas.
.
De
tal manera, vemos como estas tierras lejanas y de Oriente Medio,
caminaron de nuevo a la par con Iberia; desde los primeros siglos de
nuestra Era y hasta la Edad Media. Ya que fueron gobernadas en
paralelo por los romanos y sus sucesores (los godos o visigodos en
nuestras latitudes y los bizantinos en el Este) hasta la aparición
en ambas de los árabes con una nueva fé -el Islám-. Pues tras la
muerte del Profeta Mahoma, se establecen sus descendientes como
herederos de reino, en Siria; gobernando por un siglo el Califato de
Damasco con el nombre de los Omeyas.
Así cuando algunos de los familiares del califa afirmaron que la
dinastía proveniente de la hija (Fátima), era ilegítima
-reconociendo solo como verdaderos herederos a los que procedían de
rama masculina-. Bajo este argumento y estandarte, los descendientes
de unos primos de Mahoma -llamados los Abasies- consiguen el apoyo de
los musulmanes, recién convertidos al Islam (tribus del Sur de
Arabia). Luchando y arrebatando el trono de Damasco a los Omeyas en
el año 747 d.C.. Tras su victoria citan a los vencidos que se
escondían, convocando una falsa reunión para conversar, perdonarles
y llegar a un acuerdo; celebración que aprovechan para que los
Omeyas allí presentes fueran degollados.
.
Murieron
en esa ocasión todos
los sucesores al trono, a excepción de uno, llamado Abderramán, que
consigue huir hasta El Magreb. Viniendo a nuestras tierras tan solo
cuarenta y cinco años después del desembarco de Tarik (tras la
llegada de los primeros musulmanes, venidos de Siria y el Norte de
África). Así,
este huido de Siria, crea en Córdoba en el 756 el Califato
Independiente de Damasco; coronándose bajo el nombre de Abderramán
I, donde da comienzo una cultura que en todos los modelos fué una
“réplica” -en parte mejorada- de las que entonces eran las
capitales del Mundo (Bagdad y la mencionada Damasco). Nuevamente y
desde ese siglo VIII d.C., nuestras tierras fueron totalmente
influenciadas por Oriente Medio, Persia y el norte de Africa; al
igual que lo habían sido cuando las dominaron los fenicios y los
cartagineses. Ello comprende un proceso de otros ocho siglos en los
que se fraguarán las artes temporales del Sur de España; donde la
influencia oriental juega un papel absolutamente determinante.
Especialmente para los que luego sería el Flamenco; cuya danza,
melodías, poemas, cantos, ritmos, instrumentos y estética,
proceden en gran parte de Oriente Medio
(del mundo árabe más antiguo).
AL
LADO Y ABAJO: Dos
dibujos míos, en el superior vemos un Sumo sacerdote del Templo de
Salomón, ataviado con su delantal, pectoral y diadema; luciendo
asimismo sus atributos: La Menhorá (candelabro de siete brazos) y
el incesario. En el de abajo, he dibujado un supuesto sacerdote
supremo de El Carambolo, con el pectorál, la corona, los brazales;
junto a los candeleros de Lebrija y el incensario (Tymiatherion) de
La Joya.
ABAJO:
Junto a un dibujito mío de Sevilla; CRONOLOGÍA
DE CANAÁN COORDINADA CON TARTESSOS. Ver cita (37)
donde asimismo se recoge.
----------------------------------------------------------------
CITAS:
----------------------------------------------------------------
(1):
Acerca
de cuanto decimos, recomendamos leer nuestros artículos de TARTESSOS
Y LO INVISIBLE EN EL ARTE:
131º- LOS BUEYES DE GERIÓN Y EL ALTAR PIEL DE TORO (Capítulo 99 de: "Los bueyes de Gerión en el Tesoro de El Carambolo"): En la que da comienzo la segunda parte del estudio Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Manteniendo la tesis de que los pectorales de este ajuar simbolizarían los mencionados bueyes; como culto a deidades de los metales de origen micénico-canaaneo. Dioses del oro y del bronce que se veneraban en altares similares a los encontrados en las zonas de Tartessos. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/los-bueyes-de-gerion-y-el-altar-piel-de.html
131º- LOS BUEYES DE GERIÓN Y EL ALTAR PIEL DE TORO (Capítulo 99 de: "Los bueyes de Gerión en el Tesoro de El Carambolo"): En la que da comienzo la segunda parte del estudio Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Manteniendo la tesis de que los pectorales de este ajuar simbolizarían los mencionados bueyes; como culto a deidades de los metales de origen micénico-canaaneo. Dioses del oro y del bronce que se veneraban en altares similares a los encontrados en las zonas de Tartessos. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/los-bueyes-de-gerion-y-el-altar-piel-de.html
.
132º.-
EL ALTAR DEL TORO Y SU POSIBLE ORIGEN NEOHITITA -análisis del
estudio de Almagro Gorbea, Lorrio, Mederos y Torres- (Capítulo 100
de: "Los bueyes de Gerión en el Tesoro de El Carambolo").
ANALIZAMOS
UN ESTUDIO DE LOS PROFESORES ANTES CITADOS, REFERIDO AL ALTAR CON
FORMA "PIEL DE BUEY"; EN EL QUE ESTOS DEDUCEN ES DE ORIGEN
NEOHITITA Y QUE -EN GRAN PARTE- TIENE ESTA FORMA DE CUERO EN RAZÓN
DEL TOTEM ALLÍ SACRIFICADO.
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/el-altar-del-toro-y-su-posible-origen.html
.
133º.-
LA MESA DE ASTAS Y EL ALTAR EN PIEL DE TORO -parte primera- (Capítulo
101 de: "Los bueyes de Gerión en el Tesoro de El Carambolo").
ES
EL INICIO DE UN LARGO CAPÍTULO DIVIDIDO EN DOS PARTES, DONDE
ANALIZAMOS LAS ANALOGÍAS ENTRE LOS ALTARES CANAANEOS DE CUERNOS, LAS
MESAS SAGRADAS JUDÍAS Y ESTAS DE TARTESSOS. DESCUBRIENDO GRAN
SIMILITUD ENTRE TODAS ELLAS. ADEMÁS PROPONEMOS UNA NUEVA VISIÓN DE
LA POSIBLE DESTRUCCIÓN DE TARTESSOS TRAS EL AÑO 536 a.C. CUANDO LOS
JUDÍOS Y PARTE DE LOS FENICIOS PUEDEN REGRESAR A SU REINO QUE LOS
ASIRIOS LES HABÍAN ASESDIADO Y ARREBATADO DURANTE DÉCADAS.
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/la-mesa-de-astas-y-el-altar-en-piel-de_29.html
.
133º
(b).- LA MESA DE ASTAS Y EL ALTAR EN PIEL DE TORO -parte segunda-
(Capítulo 101 de: "Los bueyes de Gerión en el Tesoro de El
Carambolo"): ES
LA CONTINUACIÓN DEL ARTÍCULO ANTERIOR Y EN ESTE TRATAMOS SOBRE LOS
ALTARES TARTESSIOS CON FORMA DE CUERO, CONSIDERANDO SON UNA
REINTERPRETACIÓN DE LAS ARAS CANAANEAS (posiblemente importadas por
judíos en su huida de las invasiones asirias). POR LO DEMÁS Y SOBRE
LOS CONTACTOS ENTRE ISRAEL Y TARTESSOS; HABLAMOS DE JONÁS E INCLUSO
DE UNA NUEVA HIPÓTESIS PARA COMPRENDER LA CAIDA DE TARTESSOS, TRÁS
EL RETORNO DE JUDIOS Y FENICIOS A ORIENTE MEDIO CON LA LIBERACIÓN DE
CIRO (en el año 537 a.C., rey aqueménide que devuelve su reino a
los hebreos)
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/la-mesa-de-astas-y-el-altar-en-piel-de.html
.
134º
- LA TARSHISH BÍBLICA Y LOS ALTARES APARECIDOS EN TARTESSOS,
SEMEJANTES A LOS CANAANEOS (Capítulo 102 de: "Los bueyes de
Gerión en el Tesoro de El Carambolo"). BASÁNDONOS EN LAS
CONCLUISONES ANTERIORES Y SIENDO EVIDENTE QUE APARECIERON GENTES DE
CANAÁN EN TARTESSOS (fenicios; israelitas; judïos o filisteos).
ESTUDIAMOS LAS CITAS BÍBLICAS, LLEGANDO A LA CONCLUSIÓN DE QUE LA
TARSHISH MENCIONADA POR LA BIBILIA, HA DE SER TARTESSOS. AL MENOS
CUANDO SE REFIERE A QUE EMBARCAN DESDE JOPPE (HAIFA), PUES TARSO
DISTABA APENAS UNOS TRES DÍAS DE ESTE PUERTO DE ISRAEL Y OFFIR
ESTABA EN ETIOPÍA. POR LO DEMÁS, HAY COINCIDENCIAS ENTRE LAS FECHAS
Y CRONOÑOGÍAS DE ISRAEL-JUDÁ Y TARTESSOS:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/04/la-tarshish-biblica-y-los-altares.html
.
135º
- ALTARES TARTESSIOS, CULTOS CTÓNICOS Y CRISOLES (Capítulo 103 de:
"Los bueyes de Gerión en el Tesoro de El Carambolo"):
ESTUDIAMOS EL SIGNIFICADO DEL TORO Y SUS ASTAS, SIMBOLIZADO ENTRE LOS
MARINEROS DE LA EDAD DEL BRONCE COMO PUNTAS DE TIERRA O CABOS QUE
SERVÍAN PARA NAVEGAR. ESTUDIAMOS EL TORO COMO TOTEM CTÓNICO Y
PROPONEMOS LA IDEA DE QUE EL PUIG CAMPANA Y EL CABEZÓ DEL ORO PUEDAN
SER OBSERVARORIOS ASTRONÓMICOS.
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/05/altares-tartessios-cultos-ctonicos-y.html
.
(2):
Sobre
el modo de celebrar en altar, ordena El Antiguo Testamento:
EXODO
20, 23-26: (23) “No
hagáis junto a mi dioses de plata, ni dioses de oro, os haréis.
(24)
Altar de tierra harás para mi, y sacrificaras sobre el tus
holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas; en
cualquier lugar donde yo haga que este la memoria de mi nombre,
vendré a ti y te bendeciré. (25)
Y si me haces altar de piedras, no las labres de cantería, porque si
alzas herramienta sobre ese, lo profanarás. (26)
Y
no subirás por unas gradas a mi altar, para que tu desnudez no sea
descubierta junto a él”.
Siendo
el altar que ordena Yahvé exactamenta igual a los que se han
descubierto en Tartessos: Muy sencillo, hecho sobre la arena y en
todo caso, adornado con algunas hileras de piedra. Paarece lógico
pensar que esas mesas sagradas que han aparecido en El Carambolo, en
Coria del Río o en Malaka, sean de origen caananita y no púnico,
sino más bien hebráicas o israelitas.
.
(3):
Para
comprender la importancia de la presencia de los Pueblos de Mar y de
los micenios en Canaán, recomendamos leer nuestro artículo
-resumido abajo, en la cita (22)
-
LOS HEREDEROS DE MICENAS, su establecimiento en Israel y su relación con Tartessos.
LOS HEREDEROS DE MICENAS, su establecimiento en Israel y su relación con Tartessos.
.
(4):
Éxodo
1, 13, “los egipcios esclavizan a los israelitas y amargan sus
vidas obligándoles a trabajar en el adobe y duras labores de
arcilla, o con toda faena del campo”
.
(5):
LA
TUMBA DE TUTANKHAMÓN, Howard Carter, Capítulo I // Destinolibro;
Barcelona 1988.
.
(6):
J.
Cambell manejó una reedición de la obra de Freud impresa en 1939,
editada por Knopf MOSES AND MONTEISM ; Alfred A. Knopf, Nueva York
1939.
.
(7):
Joseph
Campell; LAS MÁSCARAS DE DIOS. Mit. Occidental, cap. 2 -IV “La
victoria de los hijos de la luz” // Ed. Alianza Madrid 1992
.
(8):
Idem
cita anterior
.
(9):
Otto
Rank: EL MITO DEL NACIMIENTO DEL HÉROE // BARCELONA, Paidós, 1981
.
(10):
Mito
narrado por Justino (44,4) del que recomendamos leer el estudio que
sobre esta leyenda realiza J. Bermejo y Barrera, en MITOLOGÍA Y
MITOS DE A HISPANIA PRERROMANA // Akal Madrid 1982 // Cap IV.
.
(11):
Éxodo
2, 10: “SE LLAMÓ MOISÉS (EN HEBREO MOSHEH), PORQUE SE DIJO: -En
verdad lo que surge del agua (del Mosheh)”-
.
(12):
FLAVIO
JOSEFO
en CONTRA
APIÓN
(SOBRE
LA ANTIGÜEDAD DEL PUEBLO JUDÍO) Libro I; cnfunde a los hicsos con
su propio pueblo argumentando que el nombre de HICSO significa “reyes
pastores” y se refiere a los judíos, que normalmente se dedicaron
a esta labor en Palestina.
Recogemos
a continuación lo que Flavio Josefo añade sobre los hicsos:
14.
(73) Empezaré con los escritos de los egipcios. No es posible que
me sirva de esos escritos en
su
propia lengua. Maneto fue de origen egipcio, pero se instruyó en el
griego, pues escribió la historia
de
su patria en este idioma, tomándola como dice él mismo de los
libros sagrados; demostró que
Herodoto
se equivocó en muchos aspectos tocantes a los egipcios. (74) Maneto
en el segundo libro de
la
historia de Egipto escribe así sobre nosotros. Permítaseme copiar
sus mismas palabras, puesto que lo
cito
como testigo: (75) “Tuvimos un rey de nombre Timeo, durante cuyo
reinado, estando la divinidad indignada con nosotros, ignoro por qué
motivo, desde las regiones orientales lanzó sobre nosotros hombres
de raza desconocida, que con suma audacia sometieron a nuestro país
fácilmente y sin lucha. (76) Después de
apresar
a los príncipes, incendiaron despiadadamente las ciudades y
destruyeron los templos de los
dioses.
En fin, se comportaron cruelmente con los habitantes, matando a unos
y reduciendo a la esclavitud a otros con sus hijos y mujeres. (77)
Al final hicieron rey a uno de ellos, de nombre Salatis.
Este
habitaba en Menfis e hizo tributarias a las provincias superior e
inferior, construyendo fortalezas
en
lugares convenientes. Protegió especialmente a la región oriental,
teniendo en cuenta a los asirios,
que
podían llegar a ser más poderosos y codiciar su reino e invadirlo.
(78) Habiendo conquistado en la
prefectura
de Saite una ciudad muy adecuada ubicada al oriente del río
Bubastita que alguien denominó
Avaris
según la teología antigua, la protegió con muros fortísimos,
después de haber ubicado en la
misma
para su custodia una multitud de doscientos cuarenta mil hombres.
(79) Iba allí en la época del
verano,
para recolectar el trigo y a la vez para pagar a los soldados y
ejercitarlos para terror de los
extraños.
Habiendo reinado por espacio de diecinueve años, falleció. (80)
Después de este rey hubo
otro,
por espacio de cuarenta y cuatro años, de nombre Beón. Luego otro
de nombre Apacnas, durante
treinta
y seis años y siete meses. Luego Apofis por espacio de sesenta y
uno, y Janías, cincuenta años y
un
mes. (81) Después de todo éstos, Asis durante cuarenta y nueve
años y dos meses. Y estos seis
fueron
los príncipes primeros, todos ellos belicosos y ansiosos de suprimir
radicalmente a los egipcios. (82) Esta nación se llamaba la de los
hicsos, esto es, reyes pastores. Hic en la lengua sagrada significa
rey.
Sos significa pastor o pastores según el dialecto común; de ahí la
palabra compuesta de hicsos.
(83)
Hay algunos que dicen que fueron árabes.” En otros ejemplares
dice que hicsos no significa reyes,
sino
que al contrario indica pastores cautivos. Hic en la lengua egipcia y
hac con aspiración significa
precisamente
cautivos. Esto me parece más verosímil y más de acuerdo con la
historia antigua. (84) “Los reyes antedichos procedentes de esos
llamados pueblos y sus sucesores se dice que
tuvieron
a Egipto bajo su potestad por espacio de quinientos once años. (85)
Entonces se produjo una
grave
y prolongada guerra contra los pastores de parte de los reyes de
Tebaida y del resto de Egipto. (86) Bajo el rey cuyo nombre era
Misfragmutosis, fueron derrotados aquellos pastores y expulsados de
todo
Egipto y encerrados en un lugar cuyo ámbito era de mil yugadas y que
se llamaba Avaris. (87)
Estaba
defendido y amurallado fuertemente, y allí guardaban su fortuna y el
resultado de sus rapiñas.
(88)
El hijo de Misfragmutosis, Tumnosis, le puso sitio con un ejército
de cuatrocientos ochenta mil
hombres,
empeñado en apoderarse del mismo por la fuerza; pero desesperó del
éxito del asedio.
Entonces
hizo con ellos un pacto por el cual podrían salir de Egipto e ir a
donde quisieran. (89)
Ellos
con
sus familias y bienes, de acuerdo con lo pactado, no menos de
doscientos cuarenta mil, se dirigieron por el desierto a Siria. (90)
De miedo al gobierno de los asirios, que entonces dominaban en
Asia,
edificaron en aquella región que actualmente conocemos con el nombre
de Judea, una ciudad
capaz
de contener esos miles de hombres y le dieron el nombre de
Jerusalén.”
(91)
En otro libro sobre Egipto, Maneto dice:
“Esta
gente a la cual denominamos pastores, en sus libros sagrados son
llamados cautivos." Y esto con razón. Era propio de nuestros
antiguos progenitores mantener rebaños; y, por el hecho de
llevar
una vida pastoril, eran denominados pastores. (92) También no sin
razón son denominados
cautivos
en los libros de los egipcios, porque nuestro progenitor José dijo
al rey de Egipto que él era
cautivo;
y posteriormente invitó a ir a Egipto a sus hermanos. Pero sobre el
particular en otra parte
haremos
una investigación más detenida.
15.
(93) Ahora presentaré como testigos de nuestra antigüedad a los
egipcios; y continuaré con las
referencias
cronológicas de Maneto. Dice así: (94) “Después de salir de
Egipto el pueblo de los pastores hacia Jerusalén; el rey Tumnosis
que los
expulsó,
reinó durante veinticinco años y cuatro meses, y falleció. Recibió
el reino de su hijo Cebrón,
que
gobernó durante trece años. (95) Después Amenofis durante veinte
años y siete meses; su hermana
Amesis
durante veintiún años y nueve meses. Después de ella Mefres por
doce años y nueve meses.
Luego
Meframutosis durante veinticinco años y nueve meses. (96) Luego
Tmosis durante nueve años
y
ocho meses. A continuación de él Amenofis II durante treinta años
y diez meses. Luego Oro durante
treinta
y seis años y cinco meses. Su hija Acencres gobernó durante doce
años y un mes. Después de
ella
su hermano Ratotis durante nueve años. (97) Luego Acenqueres
durante doce años y tres meses.
Luego
Armais durante cuatro años y un mes. A continuación Rameses un año
y cuatro meses. Después
Armeses
Miammi durante sesenta años y dos meses. (98) Luego Amenofis III
durante diecinueve años
y
seis meses. Después Setosis, llamado también Rameses, que dispuso
de muchas tropas de caballería y
una
flota. Este nombró a su hermano Armais procurador de todo el Egipto
y le pasó la potestad real;
solamente
le prohibió el uso de la corona y que no ofendiera a la reina y
madre de sus hijos y que se
abstuviera
además de las concubinas reales. (99) Él, habiendo emprendido una
expedición a Chipre y
Fenicia
y contra los asirios y los medos, a algunos con las armas y a otros
sin lucha, los sometió por
terror
a su gran poderío. Ensoberbecido por los éxitos obtenidos, aumentó
su audacia y conquistó las
ciudades
orientales y las provincias. (100) Como pasara mucho tiempo, Armais,
a quien había dejado
en
Egipto, sin temor ninguno por todo lo que el hermano le había dicho
que se abstuviera, violentó a la
reina,
y siguiendo su capricho hizo uso de las concubinas. Cediendo a la
persuasión de los amigos se
ciñó
la corona y se sublevó contra el hermano. (101) Pero el que atendía
los asuntos sagrados de
Egipto
envió a Setosis Codicilos, informándolo de todo y que su hermano
Armais se había sublevado
en
guerra contra él. Setosis regresó a Pelusio y recuperó su reino.
(102) Esta provincia fue denominada
Egipto
por su nombre. Se dice que Setosis se llamaba Egipto, y su hermano
Armais, Danao.”
16.
(103) Esto es lo que dice Maneto. Si tenemos en cuenta la época en
que empieza esta historia,
constará
por completo que a quienes ellos denominaban pastores, eran nuestros
mayores, que salieron
de
Egipto y se establecieron en nuestro país trescientos noventa y tres
años antes de la llegada de
Danao
a Argos, personaje a quien los argivos consideran, sin embargo, el
más antiguo de sus reyes.
(104)
De este modo se obtienen dos testimonios importantes, extraídos por
Maneto de los anales
egipcios:
uno, que fuimos a Egipto desde otra parte; y el otro, que de allí
emigramos a otra región, lo
que
ocurrió en una poca tan antigua, que antecedió a la guerra de Troya
en mil años. (105) En cuanto a
lo
que Maneto agregó, no fundándose en los escritos egipcios, sino,
como él mismo confesó,
tomándolo
de autores inciertos, lo trataré después más particularmente,
demostrando que se trata de
mentiras
carentes de toda verosimilitud.
FLAVIO
JOSEFO
: CONTRA
APIÓN
(SOBRE
LA ANTIGÜEDAD DEL PUEBLO JUDÍO) Libro I
FUENE:
5
volúmenes traducidos del griego al español
por
Luis Farré. (Buenos Aires: Acervo Cultural / Editores, 1961.) Vol.
5: Contra
Apión.
.
Asimismo
recomendamos leer
HISTORIA
DE EGIPTO, Manetón
VERSIÓN
DE César Vidal Manzanares (liberada en la RED en pdf).
.
Recomendamos
la traducción de Luis Farré. (Buenos Aires: Acervo Cultural /
Editores, 1961.) en su Vol. 5 para leer “Contra
Apión o sobre la antigüedad del pueblo judío” Joshep FLAVIO
(5
volúmenes obras completas de FLAVIO JOSEFO).
.
(13):
A
CONTINUACIÓN RECOGEMOS LOS COMENTARIOS AL RELATO DE MANETÓN HECHOS
POR FLAVIO JOSEFO, TEÓFILO, AUTÓLICO
.
Fr.
42 (de
Flavio
Josefo, Contra Apión, I, 14, pp. 73-92) PAG 38 y 39 (sic) DEL LIBRO
DE CÉSAR VIDAL
91.
En otro libro de su Historia de Egipto, Manetón dice que la raza de
los denominados «pastores» es descrita, en los libros sagrados de
Egipto, como «cautivos», y su afirmación es correcta. Ciertamente,
nuestros remotos antepasados tuvieron como costumbre hereditaria el
apacentar ganado, y como llevaban una vida nómada, fueron llamados
«pastores» 34.
92.
Por otra parte, en los registros egipcios fueron denominados, no sin
razón, cautivos, puesto que nuestro antepasado José dijo al rey de
Egipto 35 que era un cautivo, y más tarde, con el consentimiento del
rey, llamó a sus hermanos a Egipto. Pero trataré este tema más a
fondo en otro lugar.
.
Fr.
51 (de Teófilo61, A Autólico, III, 19) (SIC) PAG 44 DEL LBRO DE
CESAR VIDAL.
Moisés
era el caudillo de los judíos, como ya he dicho, cuando fueron
expulsados de Egipto por el rey faraón cuyo nombre era Tétmosis63.
Después de la expulsión del pueblo, este rey, según se dice, reinó
25 años y 4 meses, según el cálculo de Manetón.
2.
Después de él, Jebron reinó 13 años.
3.
Después de él, Amenofis reinó 20 años y 7 meses.
4.
Después de él, su hermana Amesse reinó 21 años y 1 mes.
5.
Después de ella, Mefres reinó 12 años y 9 meses.
6.
Después de él, Meframmutosis reinó 20 años y 10 meses.
7.
Después de él, Tutmoses reinó 9 años y 8 meses.
.
Fr.
54 (de Josefo, Contra Apión, I. 26-31, pr. 227-287). pag 47 y ss
(sic) DEL LIBRO DE CÉSAR VIDAL
227.
El primer escritor al que voy a referirme es aquel que utilicé un
poco antes como testigo de nuestra antigüedad.
228.
Me refiero a Manetón. Este escritor, que desarrolló la tarea de
traducir la historia de Egipto de los libros sagrados, empezó
señalando que nuestros antepasados vinieron contra Egipto con muchos
miles de personas y que lograron el dominio sobre sus habitantes.
Después él mismo admitió que, en fecha posterior, fueron
expulsados del país, ocuparon lo que ahora es Judea, fundaron
Jerusalén y construyeron el templo. Hasta ese punto Manetón siguió
las crónicas.
229.
Después, prestando oído a leyendas y a murmuraciones acerca de los
judíos, se tomó la libertad de interpolar historias improbables en
su deseo de confundirnos con una multitud de egipcios que, a causa de
la lepra y de otras enfermedades, habían sido condenados al
destierro de Egipto.
230.
Después de citar a un rey Amenofis, un personaje ficticio —razón
por la cual no se atrevió a definir la duración de su reinado,
aunque en el caso de los otros reyes menciona los años con
precisión—, Manetón le atribuye ciertas leyendas, habiendo
olvidado sin duda que según su propia crónica el éxodo de los
Pastores de Jerusalén tuvo lugar 518 años antes.
231.
Porque era rey Tetmosis cuando salieron; y, según Manetón, los
reyes posteriores sumaron 393 años hasta los dos hermanos Setos y
Hermeos, el primero de los cuales, según cuenta, tomó el nuevo
nombre de Egipto y el último el de Dánaos. Setos expulsó a Hermeos
y reinó 59 años; después, Rampses, el mayor de sus hijos, reinó
66 años.
232.
Así que, después de admitir que habían pasado tantísimos años
desde que nuestros padres abandonaron Egipto, Manetón interpola
ahora a este supuesto Amenofis. Este rey, señala, concibió el deseo
de contemplar a los dioses, como Hor, uno des predecesores en el
trono, había hecho; y comunicó su deseo a su tocayo Amenofis el
hijo de Paapi, el cual, en virtud de su sabiduría y conocimiento del
futuro, era
considerado
partícipe de la naturaleza divina.
233.
Su tocayo le contestó entonces que podría ver a los dioses si
limpiaba toda latierra de leprosos y otras personas contaminadas.
234.
El rey se complació en aquella respuesta y reunió a todos los que
había en Egipto cuyos cuerpos sufrían la enfermedad. Eran un total
de 80.000 personas.
235.
A continuación los deportó a las canteras del este del Nilo para
que trabajaran allí separados del resto de los egipcios. Entre
ellos, añade Manetón, había algunos príncipes dotados de
educación, que habían sido tocados por la lepra.
236.
Entonces este sabio vidente llamado Amenofis fue lleno del pavor de
que la cólera divina se descargara contra él y contra el rey si se
descubría aquel maltrato; y añadió la predicción de que ciertos
aliados se unirían a la gente contaminada y se apoderarían de
Egipto por 13 años. No arriesgándose a comunicar personalmente tal
profecía al rey, dejó un relato completo de la misma por escrito y
a continuación se quitó la vida. El rey cayó en un estado de
profunda postración.
237.
Entonces Manetón continúa como sigue (cito literalmente del mismo):
«Cuando
los hombres de las canteras habían sufrido maltratos durante un
tiempo considerable, suplicaron al rey que les concediera como morada
y refugio la ciudad abandonada de los Pastores, Avaris, y aquél se
lo concedió. Según una tradición religiosa, esta ciudad estaba
desde tiempos antiguos dedicada a Tifón.
238.
»Al ocupar la ciudad y utilizarla como centro para su rebelión,
nombraron como su caudillo a uno de los sacerdotes de Heliópolis
llamado Osarsef, y juraron obedecerlo en todo.
239.
»Lo primero que éste hizo fue promulgar una ley en el sentido de
que no deberían adorar a los dioses ni privarse de ninguno de los
animales considerados como especialmente sagrados en Egipto, sino
que deberían consumirlos todos por igual, y que no deberían tener
relaciones con nadie externo a su pacto.
240.
«Después de promulgar un gran número de leyes como éstas,
completamente opuestas a las costumbres egipcias, les ordenó que con
sus manos repararan los muros de la ciudad y que se prepararan para
la guerra con el rey Amenofis.
241.
»Después, de consuno con algunos otros sacerdotes y personas
contaminadas como él mismo, envió una embajada a los Pastores que
habían sido expulsados por Tetmosis, a la ciudad de Jerusalén; y
narrándoles la dificultad en que se hallaban tanto él como sus
compañeros, les rogó que se les unieran en un ataque contra Egipto.
242.
»Les prometió primero llevarlos a su morada ancestral de Avaris,
proveer a sus tropas con abundantes recursos, combatir a su favor
siempre que surgiera la necesidad y colocar Egipto sin dificultad
bajo su dominio.
243.
»Entusiasmados con esta propuesta, todos los pastores, en número de
200.000, se pusieron en camino y al poco tiempo llegaron a Avaris.
Cuando Amenofis, el rey de Egipto, supo de la invasión, quedó
profundamente turbado, porque recordó la predicción de Amenofis, el
hijo de Paapis.
244.
«Primero, reunió a una multitud de egipcios; y habiéndose
aconsejado de los principales entre ellos, ordenó que se trajeran
ante su presencia los animales sagrados que eran honrados con mayor
reverencia en los templos, y dio instrucciones a cada grupo de
sacerdotes para que ocultaran las imágenes de los dioses de la
manera más segura posible.
245.
»En cuanto a su hijo de cinco años Setos, también llamado Rameses
por su abuelo Rapses, le envió a refugiarse al lado de un amigo.
Después cruzó el Nilo con 300.000 de los guerreros más bravos de
Egipto, y se enfrentó con el enemigo. Pero, en lugar de trabar
combate, decidió que no debía luchar contra los dioses,
246.
»y se retiró apresuradamente a Menfis. Allí se hizo cargo de Apis
y de otros animales sagrados que había ordenado llevar a aquel
lugar; y se dirigió hacia Etiopía con todo su ejército y la
muchedumbre de los egipcios.
247.
»El rey etíope, que, como muestra de gratitud por un servicio, se
había convertido en su súbdito, le dio la bienvenida, mantuvo a
toda la muchedumbre con los productos del país que eran apropiados
para el consumo humano, les asignó ciudades y pueblos para el
período señalado de 13 años de destierro de su reino, y estacionó
específicamente un ejército etíope en las fronteras de Egipto para
guardar al rey Amenofis y a sus seguidores.
248.
»Esa fue la situación en Etiopía. Mientras tanto, los solymitas
descendieron al lado de los egipcios contaminados y trataron a la
gente de una manera tan impía y salvaje que la dominación de los
Pastores pareció una edad de oro a los que eran testigos de las
atrocidades presentes.
249.
»Porque no sólo quemaron ciudades y aldeas, saqueando los templos y
mutilando las imágenes de los dioses sin medida, sino que también
se habituaron a utilizar los santuarios como cocinas donde asar los
animales sagrados que adoraba la gente, y obligaban a los sacerdotes
y profetas a sacrificar y degollar a los animales, y después los
expulsaban desnudos.
250.
»Se dice que el sacerdote que redactó su constitución y sus leyes
era nativo de Heliópolis, se llamaba Osarsef a causa del dios
Osiris y adoraba en Heliópolis, pero cuando se unió a esta gente,
cambió su nombre y fue llamado Moisés.»
251.
Tales son las historias egipcias acerca de los judíos, junto con
muchos otros cuentos que no consigno por amor a la brevedad. Manetón
añade, sin embargo, que, en época posterior, Amenofis avanzó desde
Etiopía con un gran ejército, mandando también una fuerza su hijo
Rampses, y que los dos trabaron combate con los Pastores y sus
contaminados aliados, y los derrotaron, matando a muchos y
persiguiendo a otros hasta las fronteras de Siria.
252.
Este, junto con otros cuentos de naturaleza similar, es el relato de
Manetón. Antes de que pruebe que sus palabras son mentiras y
estupideces manifiestas, mencionaré un punto en concreto, que se
refiere a mi refutación posterior de otros escritores. Manetón nos
ha hecho una concesión. Ha admitido que nuestra raza no era de
origen egipcio, sino que llegó a Egipto procedente de otro lugar,
tomó posesión de la tierra y
después
la abandonó.
.
(14):
MOISÉS
TIRA UNA CORONA REAL DE NIÑO Y EL ESCRIBA DESEA MATARLO AL
CONSIDERARLO UN MAL PRESAGIO; FINALMENTE LO SALVA EL REY DE EGIPTO:
Relato
narrado por Flavio Josefo en Libro I cap. IX
(SIC)
CAPITULO
IX Las
aflicciones que sufren los hebreos en Egiptodurante cuatrocientos
años
6.
Después Termutis le impuso el nombre de Mouses, recordando su
extracción del río, porque los egipcios llaman Mo al agua, y Uses a
lo que es salvado de ella. Uniendo las dos palabras formaron el
nombre que le dieron. Y de acuerdo con la predicción de Dios fué,
por su gran inteligencia y su desdén por las dificultades, el más
ilustre de los hebreos. (Porque Abram fué su antepasado de la
séptima generación. Moisés era hijo de Amram, que era hijo de
Caat, cuyo padre Leví era hijo de Jacob, que era hijo de Isaac, el
hijo de Abram.)
La
inteligencia de Moisés no era la de su edad, sino muy superior a su
término medio. Reveló una rapidez de aprehensión mayor de la
habitual, presagiando grandes acciones para cuando llegara a ser
hombre. Dios le dió también una estatura que a los tres años ya
era maravillosa. En cuanto a su belleza, nadie dejaba de asombrarse
por la hermosura de su rostro cuando lo veía. Frecuentemente sucedía
que la gente que se cruzaba con él cuando lo llevaban por el camino
volviera la cabeza para seguir mirándolo; dejaban lo que estaban
haciendo y se quedaban un rato largo contemplándolo. Porque la
belleza del niño era tan notable y natural por muchos conceptos que
detenía a los espectadores obligándolos a mirarlo largo rato.
7.
Advirtiendo Termutis lo notable que era el niño, lo adoptó como
hijo porque ella no los tenía. Un día se lo llevó a su padre y le
dijo que pensaba hacer de él el sucesor del rey, si Dios quería que
no tuviese un hijo propio.
-He
criado un niño -dijo-, de forma divina y de mente generosa. Y como
lo he recibido por la merced del río, de manera maravillosa, he
creído conveniente adoptarlo como hijo y heredero de tu trono.
Diciendo
esto puso al niño en los brazos de su padre, quien lo oprimió sobre
su pecho y, para subrayar las palabras de su hija, puso amablemente
su corona en la cabeza. Pero Moisés la arrojó al suelo y con
ademanes pueriles la hizo rodar y la pisó, lo que pareció traer un
mal presagio para el reino de Egipto.
Cuando
lo vió el sagrado escriba (el mismo que había pronosticado que su
nacimiento derribaría el dominio del reino), hizo una violenta
tentativa para matarlo, y con voz terrible exclamó:
-Este,
loh, rey!, es el niño de quien Dios nos previno que si lo matábamos
nos libraríamos del peligro. Ahora él mismo confirma la predicción,
atropellando tu autoridad y pisoteando tu corona. Elimínalo, y libra
a los egipcios del miedo que tienen por su causa; y quita a los
hebreos las esperanzas de ser animados por él.
Pero
Termutis se lo impidió y le arrebató el niño de las manos. El rey
no se apresuró a matarlo, porque Dios protegió a Moisés induciendo
al rey a salvarle la vida. Fué luego educado con gran esmero. Los
hebreos pusieron en él sus esperanzas en la certeza de que haría
grandes cosas. Los egipcios, en cambio, desconfiaban del resultado
que daría su educación. Pero se abstuvieron de matarlo porque si
Moisés era muerto no quedaría ninguno, ni pariente ni adoptado, que
pudiera pretender la corona con beneficio para ellos.
.
(15):
Éxodo, 14; 21-31
21
Extendió
Moisés su mano sobre el mar; y el SEÑOR, por medio de un fuerte
viento solano que sopló toda la noche, hizo que el mar retrocediera;
y cambió el mar en tierra seca, y fueron divididas las aguas.
22
Y
los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, y las
aguas les eran como un muro a su derecha y a su izquierda.
23
Entonces
los egipcios reanudaron la persecución, y entraron tras ellos en
medio del mar todos los caballos de Faraón, sus carros y sus
jinetes.
24
Y
aconteció que a la vigilia de la mañana, el SEÑOR miró el
ejército de los egipcios desde la columna de fuego y de nube, y
sembró la confusión en el ejército de los egipcios.
25
Y
entorpeció las ruedas de sus carros, e hizo que avanzaran con
dificultad. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos ante Israel,
porque el SEÑOR pelea por ellos contra los egipcios.
26
Entonces
el SEÑOR dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar para que las
aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros y su caballería.
27
Y
extendió Moisés su mano sobre el mar, y al amanecer, regresó el
mar a su estado normal, y los egipcios al huir se encontraban con él;
así derribó el SEÑOR a los egipcios en medio del mar.
28
Y
las aguas volvieron y cubrieron los carros y la caballería, a todo
el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no
quedó ni uno de ellos.
29
Mas
los hijos de Israel pasaron en seco por en medio del mar, y las aguas
les eran como un muro a su derecha y a su izquierda.
30
Aquel
día salvó el SEÑOR a Israel de mano de los egipcios; e Israel vio
a los egipcios muertos a la orilla del mar.
31
Cuando
Israel vio el gran poder que el SEÑOR había usado contra los
egipcios, el pueblo temió al SEÑOR, y creyeron en el SEÑOR y en
Moisés, su siervo.
.
(16):
JONÁS
1, 3: Narra como el profeta huye de su misión hacia Nínive, y en
Haiffa toma un barco en
dirección
hacia Tarshish.
Recogemos el texto bíblico donde se muestra como los pasajes a
Tarshis se tomaban en el Mediterráneo -en puerts junto a Haifa- y
debían ser barcos pilotados por filisteos o por fenicios; quienes
practicaban religiones con sacrificios humanos (con culto a tifonio,
tal como muestra el texto de Jonás)
Jonás
huye de Jehová (1)
(1)
Vino la palabra de Yahvéh a Jonás hijo de Amitay, diciendo: (2)
Levántate y ve a Nínive a
predicar
en aquella gran ciudad, y pregona contra ella, porque su maldad ha
subido hasta mí. (3)
Pero
Jonás se levantó y para huir de la presencia de Yahvéh fua a
Tarsis; descendió a Jope, y
halló
una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella
para ir con ellos a Tarsis,
lejos
de la presencia de Jehová. (4) Pero Yahveh hizo levantar un gran
viento en el mar, y hubo en
la
mar una tempestad tan grande que se pensó que se partiría la nave.
(5) Los marineros tuvieron
miedo
y cada uno clamaba a su dios; echaron al mar los enseres que había
en la nave, para
descargarse
de ellos. Pero Jonás había bajado al interior de la nave, se había
acostado, y dormía
profundamente.
(6)
Y el patrón de la nave se le acercó y le dijo: -¿Qué haces aquí,
dormido?
Levántate,
y clama a tu Dios; quizás él se acordará de nosotros, y no
pereceremos-. (7) Le dijeron
cada
uno a su compañero: -Venid y echemos suertes, para que sepamos por
causa de quién nos
ha
venido este mal-. Jugaron suertes, y la suerte cayó sobre Jonás.
(8) Entonces le dijeron ellos:
-Decláranos
ahora por qué nos ha venido este mal. ¿Qué oficio tienes, y de
dónde vienes? ¿Cuál
es
tu tierra, y de qué pueblo eres?- (9) Él les respondió: -Yo soy
hebreo, y temo a Yahveh, Dios de
los
cielos, que hizo el mar y la tierra-. (10) Entonces aquellos hombres
temieron sobremanera, y le
dijeron:
-¿Por qué has hecho esto? Porque ellos sabían que huía de la
presencia de Jehová, pues
él
se lo había declarado-. (11) Y le dijeron: -¿Qué haremos contigo
para que el mar se nos
aquiete?-.
Porque el mar se iba embraveciendo más y más. (12) Él les
respondió: -Tomadme y
echadme
al mar, y el mar se aquietará; porque yo sé que por mi causa ha
venido esta gran
tempestad
sobre vosotros-. (13) Con todo, aquellos hombres remaron con ahínco
para hacer
volver
la nave a tierra; mas no pudieron, porque el mar se iba embraveciendo
más y más contra
ellos.
(14) Por lo cual clamaron a Jehová y dijeron: -Te rogamos ahora,
Yahvéh que no
perezcamos
nosotros por la vida de este hombre, ni pongas sobre nosotros la
sangre inocente;
porque
tú, Yahveh eres el que ha obrado conforme a tu beneplácito. (15)
Así que tomaron a
Jonás,
y lo echaron al mar; que se aquietó de su furor. (16) Temieron
aquellos hombres a Yahveh
con
gran horor, y le ofrecieron sacrificios, e hicieron votos. (17) Pero
Yahveh tenía preparado un
gran
pez que se tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez
tres días y tres noches".
Oración
de Jonás (2)
(1)
Entonces oró Jonás a su Dios Yahveh desde el vientre del pez, (2) y
dijo: -Invoqué en mi
angustia
a Yahveh, y él me oyó. Desde el seno del Seol clamé, y oíste mi
voz. (3) Me echaste a lo
más
hondo en medio de los mares, y me rodeó la corriente. Todas tus
ondas y tus olas pasaron
sobre
mí. (4) Entonces dije: Soy rechazado de delante de tus ojos; mas
todavía miraré hacia tu
santo
templo. (5) Las aguas me rodearon hasta el alma; rodeóme el abismo y
las algas se
enredaron
a mi cabeza. (6) Descendí a los cimientos de los montes; la tierra
echó sus cerrojos
sobre
mí para siempre; mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Yahveh
Dios mío. (7) Cuando
mi
alma desfallecía en mí, me acordé de Yahveh y mi oración llegó
hasta ti en tu santo templo. (8)
Los
que siguen vanidades ilusorias, abandonan su misericordia (9) mas yo
te ofreceré sacrificios
con
voz de alabanza; pagaré lo que prometí, pues a salvación es de
Yahveh. (10) Y dio orden
Jehová
al pez, que vomitó a Jonás en tierra.
.
(16b):
Sobre
los rituales parecidos y el sentido de ofrecer una víctima
propiciatoria para acabar con la tempestad, recomendamos leer nuestro
artículo 95º:
DEL
FARMACÓS Y DEL FÁRMACON -parte
segunda-: Sobre el "farmacós" o la inmolación humana (De
"Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en
el tesoro de El Carambolo. Parte LXVI).
ANALIZA LOS SACRIFICIOS HUMANOS EN LAS CEREMONIAS RELIGIOSAS, Y SUS
SUSTITUCIÓN POR LA DE ANIMALES ENTRE PUEBLOS ABRAHÁMICOS. Para
leerlo pulsar a continuación:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/10/del-farmacos-y-del-farmacon-parte.html
.
(17):
A CONTINUACIÓN RECOJO ENTERAMENTE LO QUE ESCRIBE FLAVIO JOSEFO
ENTORNO A ESTE PASAJE DE LA HISTORIA DE EGIPTO DE MANETO (o Manetón):
FLAVIO
JOSEFO
: CONTRA
APIÓN
(SOBRE
LA ANTIGÜEDAD DEL PUEBLO JUDÍO) Libro I
(fuente:
5
volúmenes traducidos del griego al español
por
Luis Farré. (Buenos Aires: Acervo Cultural / Editores, 1961.) Vol.
5: Contra Apión)
26.
(227) Mencionare especialmente a uno que poco antes presenté como
testigo de nuestra
antigüedad.
(228) Me refiero a Maneto, que afirma exponer la historia de Egipto
de acuerdo con sus libros sagrados. Confiesa que nuestros
progenitores llegaron a Egipto en muchas decenas de miles y
que
sometieron a sus habitantes; luego reconoce que posteriormente
salieron de aquella región y
ocuparon
la zona que ahora se denomina Judea, y luego de edificar Jerusalén
levantaron el Templo. Hasta aquí siguió las historias antiguas.
(229) Después, abusando de su licencia, quiere aparecer
recogiendo
todos los rumores y las fábulas que circulaban en el exterior acerca
de los judíos, e inserta
hechos
increíbles, intentando mezclarnos con la multitud de egipcios
leprosos y afectados por otras
enfermedades
que fueron obligados, según dice, a escapar de Egipto. (230) Agrega
el nombre de un
rey
imaginario, Amenofis, sin atreverse a decir la época de su reinado,
a pesar de que en todo lo demás
procede
cuidadosamente; a todo esto agrega varias fábulas, olvidando que
previamente había dicho que
quinientos
dieciocho años antes había acaecido la salida de los pastores hacia
Jerusalén. (231) El rey
de
Egipto, cuando salieron, era Tutmosis.
Según
el autor los reinados subsiguientes abarcaron un lapso de trescientos
noventa y tres años hasta
llegar
a los hermanos Setón y Hermeo; a Setón lo denomina Egipto, a Hermeo
Danao. A este último lo
expulsó
Setón, quien reinó cincuenta y nueve años, y luego lo hizo su hijo
mayor Rampsés, durante sesenta y seis años.
(232) Reconoce que nuestros antepasados salieron de Egipto antes de
este período, luego supone al
tal
rey Amenofis; dice que éste anhelaba poder contemplar a los dioses,
como lo había hecho Oro, uno
de
sus predecesores y que comunicó este su deseo a un hijo de un tal
Paapis, que también se llamaba
Amenofis
y que, a su parecer, participaba de la naturaleza divina, a causa de
su sabiduría y
conocimiento
de lo futuro. (233) Y éste habría dicho al rey, que podría
contemplar a los dioses, si
limpiaba
al país de los leprosos y de todos los impuros. (234) El rey, muy
satisfecho con esto, afirma
que
congregó a todos los afectados por alguna enfermedad corporal que se
encontraban en Egipto; se
reunió
una multitud de ochenta mil. (235) Los envió a las canteras, a la
parte oriental del Nilo, para
que
trabajaran igual que los otros egipcios enviados allí. Dice que
entre ellos habla algunos sacerdotes
eruditos
enfermos de lepra. (236) Pero aquel sabio y mago Amenofis temió
concitar la ira de los dioses
contra
él y el rey, si pareciera que se les hubiese hecho violencia.
Agregó, además, a su predicción, que
cierto
pueblo acudiría en ayuda de los impuros, conquistaría a Egipto y lo
mantendría bajo su dominio
durante
trece años. Pero no se atrevió a decir todo esto al rey, sino que
lo dejó por escrito y luego se
suicidó.
Por este motivo el rey quedó desconsolado. (237) Luego escribe
textualmente: “Después de estar mucho tiempo trabajando en las
canteras, pidieron al rey que les diera para su
descanso
y seguridad una ciudad. Les otorgó la ciudad de Avaris, que había
sido abandonada por los
pastores.
Esta ciudad, según la antigua teología, era la de Tifón. (238)
Una vez en la misma,
consideraron
que el lugar era adecuado para revueltas; nombraron jefe a Osarsif,
uno de los pontífices
heliopolitanos
y juraron que lo obedecerían en todo. (239) Este les puso como
primera ley que no
adoraran
a los dioses, y que no se abstuvieran de aquellos animales que entre
los egipcios eran
considerados
especialmente sagrados, sino que mataran y consumieran animales de
toda clase; además
que
no tuvieran relación sexual con nadie que no fuera de su misma
secta. (240) Ordenó estas cosas y
muchas
otras contrarias a las costumbres de los egipcios; luego ordenó que
con la cooperación de
muchos
se levantaran los muros de la ciudad y se prepararan a guerrear
contra el rey Amenofis. (241)
Osarsif,
habiendo tomado consigo otros sacerdotes y algunos de los manchados,
envió legados a los
pastores
que, habiendo sido expulsados por Tutmosis, se retiraron a la ciudad
denominada Jerusalén.
Después
de exponer la manera ignominiosa como los habían tratado, les pidió
que emprendieran una
expedición
a Egipto. (242) Les prometió que primeramente los llevaría a su
antigua patria Avaris y les
proporcionaría
en abundancia todo lo necesario, y cuando fuera necesario pelearían
con ellos; y que
podrían
someter fácilmente al país. (243) Ellos se alegraron sobremanera y
muy gozosos, en número
de
doscientos mil, salieron y poco después llegaban a Avaris. Amenofis
rey de los egipcios, así que oyó
hablar
de la invasión, se sintió muy desanimado, porque recordó lo que
había predicho Amenofis hijo
de
Paapis. (244) Primeramente congregó al pueblo y celebró asamblea
con sus príncipes, y se hizo
traer
los animales sagrados, especialmente aquellos que se adoraban en los
templos; ordenó a cada uno
de
los sacerdotes que ocultaran bien los simulacros de los dioses.
(245) Procuró que se trasladara a
casa
de un amigo a su hijo Setón, de cinco años de edad, que se llamaba
Rameses por su abuelo
Rampsés.
Él salió con los demás egipcios, en número de trescientos mil
guerreros ejercitados; sin embargo, al encontrarse con los enemigos
no luchó. Pensando que lucharía contra los dioses, (246)
retrocedió
y se dirigió a Menfis. Habiendo tomado consigo a Apis y a los demás
animales sagrados que
hizo
conducir a su lado, se trasladó a Etiopía con todo el ejército y
la multitud de egipcios. El rey de los
etíopes
le estaba obligado por un gran número de beneficios. (247) Lo
recibió y ordenó a todo el
pueblo
que le entregara lo necesario para el sostén de aquellos hombres,
así como también ordenó que
se
le entregaran las ciudades y pueblos que fueran necesarios hasta que
pasara la fatalidad de aquellos
trece
años. Ordenó también al ejército etíope que custodiara a
Amenofis y a sus soldados instalando un
campamento
en los límites con Egipto. (248) Estas son las cosas que
acontecieron en Etiopía. Cuando
vinieron
los solimitanos con los egipcios manchados trataron tan mal a los
hombres, que causaron una
impresión
pésima, en todos los que observaron su impiedad. (249) No
satisfechos con incendiar las
ciudades
y los poblados, y con cometer sacrilegios y derribar los simulacros
de los dioses, usaron los
mismos
para asar la carne de los animales sagrados a los que se tributaba
culto divino, y obligaron a los
sacerdotes
y profetas a que los mataran y luego los expulsaron desnudos del
país. (250) Se dice que el
gobernante
era legislador, sacerdote, de origen heliopolitano; se llamaba
Osarsif, por Osiris, dios de la
ciudad
de Heliópolis, pero cambió de nombre y se llamó Moisés.”
27.
(251) Esto es lo que los egipcios cuentan de los judíos, además de
muchas otras cosas, que
omito
en beneficio de la brevedad. También dice Maneto que posteriormente
Amenofis regresó de Etiopía con un gran ejército, así como su
hijo Rampsés con otro ejército; una vez que entraron en lucha
con
los pastores y los impuros los vencieron, mataron a muchos de ellos y
los persiguieron hasta los
límites
de Siria. (252) Estas y otras cosas similares escribió Maneto.
Probaré que dice embustes y
notorias
mentiras, pero haré primero una distinción relativa a lo que más
adelante diré. Nos concede y
reconoce,
que nuestro pueblo no es de origen egipcio, que nuestros antepasados
procedían de otra parte
y
que ocuparon Egipto y luego salieron de allí. (253) Pero que los
enfermos egipcios no se mezclaron
con
nosotros, que Moisés que condujo al pueblo, no fue su jefe, sino que
los precedió en muchas
generaciones,
me esforzaré en demostrarlo con los mismos relatos de Maneto.
28.
(254) La causa que da como punto de partida de su fábula es algo
ridículo. Dice: “El rey
Amenofis
deseaba ver a los dioses.” ¿A cuáles? Si a los que ellos
aceptaban, el buey, el macho cabrío,
los
cocodrilos y los cinocéfalos, ya los veía. (255) En cuanto a los
dioses celestes, ¿cómo podía verlos?
¿Cómo
concibió este deseo? Precisamente porque antes otro rey los había
visto. Por él había sabido
cómo
eran y cómo los había visto; de tal manera que no necesitaba nuevos
artificios para verlos. (256)
Pero
quizá se diga que hay que tener en cuenta a aquel mago sabio, por
cuyo intermedio esperaba
poderlo
lograr. Si así fuera, ¿cómo no supo con antelación que esto no
llegaría a acontecer, pues de
hecho
no aconteció? Luego, ¿por qué motivo los dioses escapaban a la
visión de sus ojos por la
presencia
de los mutilados y leprosos? A los dioses no les indignan los cuerpos
mutilados o debilitados
sino
la perversidad. (257) ¿Luego quién logró que ochenta mil leprosos
y enfermos se reunieran casi
en
un día? ¿O por qué el rey no cumplió las instrucciones del mago?
Pues el vate había indicado que
los
enfermos fueran expulsados de Egipto; sin embargo, el rey ordenó que
los enviaran a las canteras,
como
si necesitara obreros y no purificar la región. (258) Afirma
también que el mago se mató, al prever la ira de los dioses y los
males que iban a
acontecer
en Egipto, predicción que dejó por escrito al rey. ¿Cómo el mago
no supo su muerte desde el
principio?
(259) ¿Cómo no se opuso al deseo del rey que quería ver a los
dioses? ¿A qué venía el
miedo
por calamidades que no iban a acontecer en su época? ¿Qué mal
grave lo estaba amenazando,
que
fuera peor que el que él mismo se apresuró a infligirse? (260)
Pero veamos ahora la mayor tontería
de
todas. Aunque informado de estos hechos, y temeroso de lo que podría
ocurrir, tampoco se decidió a
expulsar
de la ciudad a aquellos enfermos de los cuales debía limpiar a
Egipto, sino que a su pedido,
como
dice, les entregó la ciudad que otrora habitaran los pastores, cuyo
nombre era Avaris. (261)
Reunidos
en ella eligieron como jefe a uno que fuera en otro tiempo sacerdote
en Heliópolis. Y éste fue
el
que les enseñó a que no rindieran culto a los dioses, ni se
abstuvieran de los animales adorados en
Egipto,
sino que los mataran y consumieran, y que no se unieran sino con los
que fueran de la misma
secta.
Por intermedio de un juramento los obligó a perseverar en estas
leyes. Luego de fortificar a
Avaris,
declaró la guerra al rey.
(262) Luego agrega: “Envió delegados a Jerusalén, pidiendo a sus
ciudadanos que se le unieran, prometiéndoles
entregarles
Avaris, antigua patria de los que iban a venir desde Jerusalén. Si
atacaban, desde allí
podrían
someter todo el Egipto.” (263) Después añade:
“Se
presentaron con doscientos mil soldados, pero el rey de los egipcios,
Amenofis, siendo de
opinión
que no tenía que luchar con los dioses, se fugó sin pelear a
Etiopía y allí entregó el buey Apis
con
otros animales sagrados a los sacerdotes, y dio orden de que los
guardaran.”
(264)
Y a continuación: “Así que vinieron los jerosolimitanos
destruyeron las ciudades, incendiaron los templos y mataron a
los
jinetes, sin abstenerse de ninguna iniquidad o crueldad. (265) El
que les dio la forma de gobierno y
las
leyes era de origen heliopolitano, de nombre Osarsif, nombrado así
por el dios heliopolitano Osiris.
Luego,
habiendo cambiado de nombre, se llamó Moisés. (266) Amenofis, en
el año decimotercero,
pues
éste era el lapso decretado por los hados para que fueran expulsados
del reino, avanzó desde
Etiopía
con grandes tropas y en el encuentro con los pastores y los impuros
triunfó de ellos en la guerra
y
mató a muchos, persiguiéndolos hasta los límites de Siria.”
29.
(267) En todo esto no se dio cuenta que mentía sin el menor asomo
de verosimilitud. Los
leprosos
y la multitud que estaba con ellos, aunque al principio se indignaron
con el rey y con aquello
que
los trataron mal, incluso de acuerdo con la predicción del mago, sin
embargo cuando se los eximió
de
trabajar en las canteras y recibieron de él una ciudad y una región,
no hay duda que tendrían
sentimientos
más pacíficos. (268) En el supuesto de que lo odiaran, habrían
intrigado solamente contra
él,
sin hacer la guerra a todos, pues no hay duda que les quedarían
muchos parientes en el país. (269)
Pero,
aunque decidieran luchar contra los hombres, no había motivo para
que lucharan contra sus
mismos
dioses y adoptaran leyes contrarias a las propias, con las que habían
sido educados. (270) Debemos agradecer a Maneto el que diga que los
jefes de esta trasgresión fueron, no los que
vinieron
de Jerusalén, sino los mismos egipcios, y entre ellos especialmente
fueron los sacerdotes
quienes
lo imaginaron todo y obligaron a la multitud con juramento. (271)
Pero es contrario a la razón
suponer
que ninguno de los familiares o amigos de esa gente se plegara a la
revuelta ni participara en
los
peligros, y que los maculados tuvieran que enviar a Jerusalén a
pedir ayuda. (272) ¿Qué clase de
parentesco
o amistad había anteriormente entre ellos? Al contrario, eran
enemigos, y muy disímiles en
sus
costumbres. Ellos, dice, sin demora estuvieron listos a obedecerlos,
inducidos por la promesa de
que
llegarían a ocupar Egipto. Como si no conocieran suficientemente el
país, del cual fueron
expulsados
por la fuerza. (273) Si su vida hubiera sido miserable o en trance
de necesidad, quizá se
expusieran
al peligro. Viviendo en una ciudad feliz y en un país
suficientemente grande, mejor que
Egipto,
¿qué razón había para que se expusieran al peligro, corriendo a
ayudar a los que habían sido sus
enemigos,
y que además estaban enfermos, atacados por enfermedades que ninguno
de ellos estaba
dispuesto
a tolerar? Porque ellos no podían prever que el rey iba a evadirse.
(274) Al contrario, dice el
mismo
Maneto, que el hijo de Amenofis les salió al encuentro en Pelusio
con trescientos mil hombres. Esto era sabido por todos los que
habían penetrado en el país. ¿Cómo podían conjeturar su cambio
de
propósito y huída? (275) Luego dice que después de ocupar los
graneros de Egipto, el ejército de
los
jerosolimitanos ocasionó grandes daños. Les reprueba estos hechos,
como si no los hubiera
introducido
él mismo en calidad de enemigos, o como si se pudiera tachar de
crimen lo que hacían los
que
habían sido llamados para eso del exterior, cuando lo mismo hicieron
y juraron que lo harían en
adelante
los egipcios. (276) “Después de un t iempo, dice, atacó a los
enemigos, los venció, mató a muchos, los puso en
fuga
y los persiguió hasta Siria.” Como si fuera tan fácil capturar a
Egipto, y aun procediendo de cualquier parte; (277) pero los que
entonces
lo habían conquistado, informados de que Amenofis vivía, no
protegieron los caminos
procedentes
de Etiopía, a pesar de que estaban bien preparados para ello, ni se
preocuparon de reunir
más
tropas.
“El
rey los persiguió, dice, hasta Siria, matándolos, a través del
desierto arenoso.”
Esto
es, por lugares por donde a un ejército le sería difícil pasar,
incluso sin lucha.
30.
(278) Pero según Maneto ni nuestra raza es oriunda de Egipto,
ni
se produjeron mezclas. Es verosímil que muchos de los leprosos
y
enfermos hayan perecido en las canteras, pues estuvieron allí por
largo tiempo y fueron tratados
duramente;
muchos otros murieron en las luchas que tuvieron lugar posteriormente
y muchos otros
durante
la fuga.
31.
(279) Me resta refutar lo que dice de Moisés. A este hombre los
mismos egipcios lo consideran
admirable
y divino; con increíble malignidad quieren hacerlo suyo, diciendo
que era de Heliópolis, uno
de
los sacerdotes del lugar, expulsado con los demás a causa de la
lepra. (280) Consta en sus anales que
vivió
quinientos dieciocho años antes y que condujo a nuestros padres de
Egipto hacia la región donde
ahora
estamos. (281) Sus propias palabras prueban que no sufría de esta
enfermedad. Prohibió que los
enfermos
de lepra vivieran en ciudades o poblados; debían andar solos y con
los vestidos desgarrados.
Cualquiera
que los tocara, o viviera bajo su mismo techo, sería también
considerado impuro. (282) Si
un
leproso sanaba de la enfermedad y el cuerpo volvía a su estado
normal, debía pasar por ciertas
purificaciones,
lavarse en agua de fuente, cortarse todo el pelo y ofrecer muchos
sacrificios de diversas
clases,
ante de ser admitido en la ciudad santa.
(283)
Era lógico que el que hubiera estado sometido a tamaña calamidad,
fuera solícito y humano
con
aquellos que estuvieran afligidos por el mismo mal. (284) Pero no
sólo dispuso lo mencionado con relación a los leprosos, sino que no
admitió en las funciones sagradas a los que estuvieran mutilados en
la
más mínima parte del cuerpo; incluso si algún sacerdote dedicado a
las funciones sagradas sufre un
accidente,
Moisés ordenó que fuera privado del honor. (285) ¿Es verosímil
que diera leyes contra sí
mismo,
para su oprobio y daño? (286) Maneto, además, le muda el nombre de
la manera más
inverosímil.
Dice que se llamaba Osarsif, nombre nada semejante al que reemplaza.
Su verdadero
nombre,
Moisés, significa salvado de las aguas; pues los egipcios llaman moy
al agua. (287) Espero
haber
demostrado suficientemente que Maneto, cuando se atiene a los anales
de los antiguos, no se
aleja
mucho de la verdad; pero cuando acude a las fábulas de autores
desconocidos, las combina de un
modo
poco verosímil o presta fe a aquellos que las narraron por odio a
nuestro pueblo.
.
(18):
Así
es como se describe la famosa Tiro, fundada por Hiram en el siglo X
a.C.; construida a unas millas de la costa, en mitad de mar,
aprovechado unas rocas y sobre las que desarrolla una ciudadela que
envuelve puertos, casas y fortalezas de un modo inexpugnable. Tanto,
que realmente no lograron tomar Tiro ni los griegos de Alejandro;
debiendo rendirlo por asedio para llegar a pactos.
.
(19):
Fue
Sabatino Moscati, quien afirma que la conjunción de Canaaneos
(marinos) unidos a los Pueblos del Mar, conformaron Fenicia. A mi
juicio, hay otros factores que se unen para lograr esta civilización
púnica.
Uno de ellos, el componente egipcio (al ser Tiro y Sidón los puertos
sustitutos de Biblos), tanto como unos rasgos unidos al Egeo (donde
los fenicios asientan sus primeras colonias); teniendo una gran
influencia cretochipriota. De
tal manera podríamos decir que Fenicia se forma de la unión entre
canaaneos costeros y Pueblos del Mar; tras heredar el mundo
cretochipriota (con la caída de las civilizaciones micénicas y
chipro-minóicas) y por a intercesión de Egipto, que toma como
comerciantes y banqueros a los llegados a sus tierras desde Tiro y
Sidón.
.
(20):
JUECES
13-16; la historia de Sansón:
Jueces
13-16 Reina-Valera:
Nacimiento
de Sansón
- 13
1 Los hijos de Israel
volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los
entregó en mano de los filisteos por cuarenta años. 2 Y había un
hombre de Zora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba Manoa; y su
mujer era estéril, y nunca había tenido hijos. 3 A esta mujer
apareció el ángel de Jehová, y le dijo: He aquí que tú eres
estéril, y nunca has tenido hijos; pero concebirás y darás a luz
un hijo. 4 Ahora, pues, no bebas vino ni sidra, ni comas cosa
inmunda. 5 Pues he aquí que concebirás y darás a luz un hijo; y
navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será nazareo a
Dios desde su nacimiento, y él comenzará a salvar a Israel de mano
de los filisteos. 6 Y la mujer vino y se lo contó a su marido,
diciendo: Un varón de Dios vino a mí, cuyo aspecto era como el
aspecto de un ángel de Dios, temible en gran manera; y no le
pregunté de dónde ni quién era, ni tampoco él me dijo su nombre.
7 Y me dijo: He aquí que tú concebirás, y darás a luz un hijo;
por tanto, ahora no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmunda,
porque este niño será nazareo a Dios desde su nacimiento hasta el
día de su muerte. (...) 12 Entonces Manoa dijo: Cuando tus palabras
se cumplan, ¿cómo debe ser la manera de vivir del niño, y qué
debemos hacer con él? 13 Y el ángel de Jehová respondió a Manoa:
La mujer se guardará de todas las cosas que yo le dije. 14 No tomará
nada que proceda de la vid; no beberá vino ni sidra, y no comerá
cosa inmunda; guardará todo lo que le mandé. 15 Entonces Manoa dijo
al ángel de Jehová: Te ruego nos permitas detenerte, y te
prepararemos un cabrito. 16 Y el ángel de Jehová respondió a
Manoa: Aunque me detengas, no comeré de tu pan; mas si quieres hacer
holocausto, ofrécelo a Jehová. Y no sabía Manoa que aquél fuese
ángel de Jehová. (...) 21 Y el ángel de Jehová no volvió a
aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces conoció Manoa que era el
ángel de Jehová. 22 Y dijo Manoa a su mujer: Ciertamente moriremos,
porque a Dios hemos visto. 23 Y su mujer le respondió: Si Jehová
nos quisiera matar, no aceptaría de nuestras manos el holocausto y
la ofrenda, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni ahora nos
habría anunciado esto. 24 Y la mujer dio a luz un hijo, y le puso
por nombre Sansón. Y el niño creció, y Jehová lo bendijo. 25 Y el
Espíritu de Jehová comenzó a manifestarse en él en los
campamentos de Dan, entre Zora y Estaol.
Sansón
y la mujer filistea de Timnat
- 14
1 Descendió Sansón a
Timnat, y vio en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos. 2
Y subió, y lo declaró a su padre y a su madre, diciendo: Yo he
visto en Timnat una mujer de las hijas de los filisteos; os ruego que
me la toméis por mujer. 3 Y su padre y su madre le dijeron: ¿No hay
mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo nuestro pueblo,
para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos? Y
Sansón respondió a su padre: Tómame ésta por mujer, porque ella
me agrada. 4 Mas su padre y su madre no sabían que esto venía de
Jehová, porque él buscaba ocasión contra los filisteos; pues en
aquel tiempo los filisteos dominaban sobre Israel. 5 Y Sansón
descendió con su padre y con su madre a Timnat; y cuando llegaron a
las viñas de Timnat, he aquí un león joven que venía rugiendo
hacia él. 6 Y el Espíritu de Jehová vino sobre Sansón, quien
despedazó al león como quien despedaza un cabrito, sin tener nada
en su mano; y no declaró ni a su padre ni a su madre lo que había
hecho. 7 Descendió, pues, y habló a la mujer; y ella agradó a
Sansón. 8 Y volviendo después de algunos días para tomarla, se
apartó del camino para ver el cuerpo muerto del león; y he aquí
que en el cuerpo del león había un enjambre de abejas, y un panal
de miel. 9 Y tomándolo en sus manos, se fue comiéndolo por el
camino; y cuando alcanzó a su padre y a su madre, les dio también a
ellos que comiesen; mas no les descubrió que había tomado aquella
miel del cuerpo del león. 10 Vino, pues, su padre adonde estaba la
mujer, y Sansón hizo allí banquete; porque así solían hacer los
jóvenes. 11 Y aconteció que cuando ellos le vieron, tomaron treinta
compañeros para que estuviesen con él. 12 Y Sansón les dijo: Yo os
propondré ahora un enigma, y si en los siete días del banquete me
lo declaráis y descifráis, yo os daré treinta vestidos de lino y
treinta vestidos de fiesta. 13 Mas si no me lo podéis declarar,
entonces vosotros me daréis a mí los treinta vestidos de lino y los
vestidos de fiesta. Y ellos respondieron: Propón tu enigma, y lo
oiremos. 14 Entonces les dijo: Del devorador salió comida, /// Y
del fuerte salió dulzura. /// Y ellos no pudieron declararle el
enigma en tres días. /// 15 Al séptimo día dijeron a la mujer de
Sansón: Induce a tu marido a que nos declare este enigma, para que
no te quememos a ti y a la casa de tu padre. ¿Nos habéis llamado
aquí para despojarnos? 16 Y lloró la mujer de Sansón en presencia
de él, y dijo: Solamente me aborreces, y no me amas, pues no me
declaras el enigma que propusiste a los hijos de mi pueblo. Y él
respondió: He aquí que ni a mi padre ni a mi madre lo he declarado,
¿y te lo había de declarar a ti? 17 Y ella lloró en presencia de
él los siete días que ellos tuvieron banquete; mas al séptimo día
él se lo declaró, porque le presionaba; y ella lo declaró a los
hijos de su pueblo. 18 Al séptimo día, antes que el sol se pusiese,
los de la ciudad le dijeron: ¿Qué cosa más dulce que la miel? ///
¿Y qué cosa más fuerte que el león? mi él les respondió: ///
Si no araseis con mi novilla, /// Nunca hubierais descubierto mi
enigma. 19 Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y descendió a
Ascalón y mató a treinta hombres de ellos; y tomando sus despojos,
dio las mudas de vestidos a los que habían explicado el enigma; y
encendido en enojo se volvió a la casa de su padre. 20 Y la mujer de
Sansón fue dada a su compañero, al cual él había tratado como su
amigo.
Sansón
y los filisteos - 15
1 Aconteció después
de algún tiempo, que en los días de la siega del trigo Sansón
visitó a su mujer con un cabrito, diciendo: Entraré a mi mujer en
el aposento. Pero el padre de ella no lo dejó entrar. 2 Y dijo el
padre de ella: Me persuadí de que la aborrecías, y la di a tu
compañero. Más su hermana menor, ¿no es más hermosa que ella?
Tómala, pues, en su lugar. 3 Entonces le dijo Sansón: Sin culpa
seré esta vez respecto de los filisteos, si mal les hiciere. 4 Fue
Sansón y cazó trescientas zorras, y tomó teas, y juntó cola con
cola, puso una tea entre cada dos colas. 5 Después, encendiendo las
teas, soltó las zorras en los sembrados de los filisteos, y quemó
las mieses amontonadas y en pie, viñas y olivares. 6 Dijeron los
filisteos: ¿Quién hizo esto? Y les contestaron: Sansón, el yerno
del timnateo, porque le quitó su mujer y la dio a su compañero. Y
vinieron los filisteos y la quemaron a ella y a su padre. 7 Entonces
Sansón les dijo: Ya que así habéis hecho, juro que me vengaré de
vosotros, y después desistiré. 8 Y los hirió cadera y muslo con
gran mortandad; y descendió y habitó en la cueva de la peña de
Etam. Sansón derrota a los filisteos en Lehi 9 Entonces los
filisteos subieron y acamparon en Judá, y se extendieron por Lehi.
10 Y los varones de Judá les dijeron: ¿Por qué habéis subido
contra nosotros? Y ellos respondieron: A prender a Sansón hemos
subido, para hacerle como él nos ha hecho. 11 Y vinieron tres mil
hombres de Judá a la cueva de la peña de Etam, y dijeron a Sansón:
¿No sabes tú que los filisteos dominan sobre nosotros? ¿Por qué
nos has hecho esto? Y él les respondió: Yo les he hecho como ellos
me hicieron. 12 Ellos entonces le dijeron: Nosotros hemos venido para
prenderte y entregarte en mano de los filisteos. Y Sansón les
respondió: Juradme que vosotros no me mataréis. 13 Y ellos le
respondieron, diciendo: No; solamente te prenderemos, y te
entregaremos en sus manos; mas no te mataremos. Entonces le ataron
con dos cuerdas nuevas, y le hicieron venir de la peña. 14 Y así
que vino hasta Lehi, los filisteos salieron gritando a su encuentro;
pero el Espíritu de Jehová vino sobre él, y las cuerdas que
estaban en sus brazos se volvieron como lino quemado con fuego, y las
ataduras se cayeron de sus manos. 15 Y hallando una quijada de asno
fresca aún, extendió la mano y la tomó, y mató con ella a mil
hombres. 16 Entonces Sansón dijo: Con la quijada de un asno, un
montón, dos montones; /// Con la quijada de un asno maté a mil
hombres. 17 Y acabando de hablar, arrojó de su mano la quijada, y
llamó a aquel lugar Ramat-lehi.[a] 18 Y teniendo gran sed, clamó
luego a Jehová, y dijo: Tú has dado esta grande salvación por mano
de tu siervo; ¿y moriré yo ahora de sed, y caeré en mano de los
incircuncisos? 19 Entonces abrió Dios la cuenca que hay en Lehi; y
salió de allí agua, y él bebió, y recobró su espíritu, y se
reanimó. Por esto llamó el nombre de aquel lugar, En-hacore,[b] el
cual está en Lehi, hasta hoy. 20 Y juzgó a Israel en los días de
los filisteos veinte años.
Sansón
en Gaza (Sansón y Dalila)- 16
1 Fue Sansón a Gaza,
y vio allí a una mujer ramera, y se llegó a ella. 2 Y fue dicho a
los de Gaza: Sansón ha venido acá. Y lo rodearon, y acecharon toda
aquella noche a la puerta de la ciudad; y estuvieron callados toda
aquella noche, diciendo: Hasta la luz de la mañana; entonces lo
mataremos. 3 Mas Sansón durmió hasta la medianoche; y a la
medianoche se levantó, y tomando las puertas de la ciudad con sus
dos pilares y su cerrojo, se las echó al hombro, y se fue y las
subió a la cumbre del monte que está delante de Hebrón.
Sansón
y Dalila
4 Después de esto
aconteció que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec, la cual
se llamaba Dalila. 5 Y vinieron a ella los príncipes de los
filisteos, y le dijeron: Engáñale e infórmate en qué consiste su
gran fuerza, y cómo lo podríamos vencer, para que lo atemos y lo
dominemos; y cada uno de nosotros te dará mil cien siclos de plata.
6 Y Dalila dijo a Sansón: Yo te ruego que me declares en qué
consiste tu gran fuerza, y cómo podrás ser atado para ser dominado.
7 Y le respondió Sansón: Si me ataren con siete mimbres verdes que
aún no estén enjutos, entonces me debilitaré y seré como
cualquiera de los hombres. 8 Y los príncipes de los filisteos le
trajeron siete mimbres verdes que aún no estaban enjutos, y ella le
ató con ellos. 9 Y ella tenía hombres en acecho en el aposento.
Entonces ella le dijo: !!Sansón, los filisteos contra ti! Y él
rompió los mimbres, como se rompe una cuerda de estopa cuando toca
el fuego; y no se supo el secreto de su fuerza. 10 Entonces Dalila
dijo a Sansón: He aquí tú me has engañado, y me has dicho
mentiras; descúbreme, pues, ahora, te ruego, cómo podrás ser
atado. 11 Y él le dijo: Si me ataren fuertemente con cuerdas nuevas
que no se hayan usado, yo me debilitaré, y seré como cualquiera de
los hombres. 12 Y Dalila tomó cuerdas nuevas, y le ató con ellas, y
le dijo: !!Sansón, los filisteos sobre ti! Y los espías estaban en
el aposento. Mas él las rompió de sus brazos como un hilo. 13 Y
Dalila dijo a Sansón: Hasta ahora me engañas, y tratas conmigo con
mentiras. Descúbreme, pues, ahora, cómo podrás ser atado. El
entonces le dijo: Si tejieres siete guedejas de mi cabeza con la tela
y las asegurares con la estaca. 14 Y ella las aseguró con la estaca,
y le dijo: !!Sansón, los filisteos sobre ti! Mas despertando él de
su sueño, arrancó la estaca del telar con la tela. 15 Y ella le
dijo: ¿Cómo dices: Yo te amo, cuando tu corazón no está conmigo?
Ya me has engañado tres veces, y no me has descubierto aún en qué
consiste tu gran fuerza. 16 Y aconteció que, presionándole ella
cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a
mortal angustia. 17 Le descubrió, pues, todo su corazón, y le dijo:
Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde el
vientre de mi madre. Si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mí,
y me debilitaré y seré como todos los hombres. 18 Viendo Dalila que
él le había descubierto todo su corazón, envió a llamar a los
principales de los filisteos, diciendo: Venid esta vez, porque él me
ha descubierto todo su corazón. Y los principales de los filisteos
vinieron a ella, trayendo en su mano el dinero. 19 Y ella hizo que él
se durmiese sobre sus rodillas, y llamó a un hombre, quien le rapó
las siete guedejas de su cabeza; y ella comenzó a afligirlo, pues su
fuerza se apartó de él. 20 Y le dijo: !!Sansón, los filisteos
sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez
saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová
ya se había apartado de él. 21 Mas los filisteos le echaron mano, y
le sacaron los ojos, y le llevaron a Gaza; y le ataron con cadenas
para que moliese en la cárcel. 22 Y el cabello de su cabeza comenzó
a crecer, después que fue rapado.
Muerte
de Sansón
23
Entonces los principales de los filisteos se juntaron para ofrecer
sacrificio a Dagón su dios y para alegrarse; y dijeron: Nuestro dios
entregó en nuestras manos a Sansón nuestro enemigo. 24 Y viéndolo
el pueblo, alabaron a su dios, diciendo: Nuestro dios entregó en
nuestras manos a nuestro enemigo, y al destruidor de nuestra tierra,
el cual había dado muerte a muchos de nosotros. 25 Y aconteció que
cuando sintieron alegría en su corazón, dijeron: Llamad a Sansón,
para que nos divierta. Y llamaron a Sansón de la cárcel, y sirvió
de juguete delante de ellos; y lo pusieron entre las columnas. 26
Entonces Sansón dijo al joven que le guiaba de la mano: Acércame, y
hazme palpar las columnas sobre las que descansa la casa, para que me
apoye sobre ellas. 27 Y la casa estaba llena de hombres y mujeres, y
todos los principales de los filisteos estaban allí; y en el piso
alto había como tres mil hombres y mujeres, que estaban mirando el
escarnio de Sansón. 28 Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo:
Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego,
solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los
filisteos por mis dos ojos. 29 Asió luego Sansón las dos columnas
de en medio, sobre las que descansaba la casa, y echó todo su peso
sobre ellas, su mano derecha sobre una y su mano izquierda sobre la
otra. 30 Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Entonces se
inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y
sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y los que mató al morir
fueron muchos más que los que había matado durante su vida. 31 Y
descendieron sus hermanos y toda la casa de su padre, y le tomaron, y
le llevaron, y le sepultaron entre Zora y Estaol, en el sepulcro de
su padre Manoa. Y él juzgó a Israel veinte años.
.
(21):
Muchos
son los ritos y mitos acerca del pelo masculino y la fuerza o el
poder del guerrero. Entre ellos, destaca la costumbre de la casta SIC
en la India, que al ser la casta guerrera prohibe cortarse el pelo a
sus hombres; quienes desde niños lo llevan en un moño sobre la
cabeza y al pasar a adultos o esconderán bajo un turbante. Los mitos
acerca de esta fuerza escondida en el cabello son interminables, y
existían costumbres tales como la tonsura. En algunas ocasiones
obligada para los iniciados en la guerra, aunque en otras el hecho de
ser tonsurado significaba que debían dejar el trono o los títulos.
Así le sucedió al rey godo Wamba, quien tras emborracharse fue
tonsurado por quienes le dieron el alcohol y tuvo que dejar de
reinar, para ingresar en un convento como monje (donde terminaría
sus días). Una historia real y sucedida en la Hispania de hace mil
trescientos años, que mucho nos recuerda a la de Sansón. Tan
extraña como real y que termina concediendo la santidad al rey godo
Wamba, venerado como San Bamba desde la Edad Media.
.
(22):
POR
LA IMPORTANCIA DE CUANTO EXPONEMOS EN ESTE ARTÍCULO MENCIONADO, A
CONTINUACIÓN ICLUYO ALGUNOS DE SUS PÁRRAFOS:
3)
PELASGOS, DANAOS Y TROYANOS (Peleset, Danuna y Tjeser). Los Pueblos
del Mar asentados en Canaán.
Hemos de considerar a
los mencionados filisteos, danuna y tjeser establecidos a comienzos
del siglo XII a.C. junto a los judíos, como los herederos de las
principales civilizaciones marineras que gobernaron el Egeo durante
parte del II milenio a.C. -llamados comúnmente micenios
(minoico-micenios)-. Culturas que sabemos, fueron destruidas al menos
en dos ocasiones: Primero durante la "caida" del imperio
Minoico (propiamente) con la explosión del volcán Tera-Santorino,
que asoló la zona en el siglo XVII a.C. y posteriormente con la
invasión doria, que acaba con Micenas unos quinientos años después.
Sobre el cataclismo del Tera, que se fecha comunmente en el XVII a.C.
(aunque otros investigadores lo datan un siglo más tarde) se
corresponde con la etapa que cierra el periodo cretochipriota
denominado Protopalacial y que había comenzado en el siglo XXI a.C..
Época del verdadero reino de Minos que termina con la erupción del
mencionado volcán que hizo nacer la actual isla de Santorini hacia
el 1650 a.C. a la que siguió un siglo de rehabilitaciones denominado
Neopalacial, llegando finalmente en el XV a.C. el dominio de Micenas
sobre Creta. Civilización que se mantuvo como dueña del Egeo hasta
la aparición del Hierro (o hasta Troya, que se fecha en el 1212
a.C.).
.
Momento este en el que
se vuelven a destruir las culturas herederas de las minoicas, cuando
las invaden y asolan los dorios. Obligando por entonces a los
micenios supervivientes a huir de sus tierras; migraciones y gentes a
las que el historiador francés Emmanuel Rougé etiquetó hace unos
ciento cincuenta años, como los "Pueblos del Mar". Así
los textos egipcios, los de Ugarit o La Biblia, recuerdan como
marineros errantes y sin hogar, vagaron desde el siglo XIII al XI
a.C., luchando y buscando un lugar donde asentarse. Pudiendo
considerarse al llamado Filisteo como el principal de aquellos y que
tras su huida de la expansión del hierro desde las zonas griegas,
logra establecerse junto a los Danuna y Tejeser, en la zona costera
de Canaán. Siendo los denominados "Peleset" originarios
principalmente de la Kaftor minoica (Creta) y con los que en los
decenios siguientes sus vecinos judíos tuvieron que resolver varios
conflictos culturales y fronterizos. Hasta que finalmente, los
filisteos fueron en su mayor parte vencidos y asimilados entre los
semitas que habitaban Canaán. Tanto que se afirma, hacia el 1050
a.C., ya estaban mezclados con los israelitas y tenían religion y
ritos en común; algo que igualmente hubo de suceder con los Tjeser y
sobre todo con los Danuna, que se tienen por la Tribu de Dan.
.
Sea como fuere, el
contacto entre estos pueblos filisteos (egeos o micénicos) y los
israelitas -incluso con el pueblo de Abraham-, parece que era
ancestral. Así la Biblia cita claramente pactos entre ese patriarca
de los judíos y el rey de los "philisteos" al que denomina
Abimeleq. Del mismo modo que menciona iguales alianzas habidas entre
el hijo de Abraham (Isaac) y el descendiente de Abimeleq -al que da
un mismo nombre que su padre-. Hechos estos que se recogen en el
Génesis (XX y XXVI) y que determinan claramente que entre los judíos
y aquellas gentes que consideramos eran los egeos de Creta (pelasgos
minóicos) había una estrecha unión. Tanta que se dice claramente
en el Antiguo Testamento que Abraham y su hijo Isaac habitaron en los
dominios de aquellos reyes Abimeleq. Un territorio llamado Gerar y
que les fue cedido por el rey de los filisteos, con los que pactaron
y se mantuvieron en paz. Área que consideramos eran tierras
dominadas o gobernadas por los minóicos o los cretochipriotas entre
los siglos XVIII al XVI a.C. (cuando podemos situar la existencia
legendaria e histórica de los mencionados patriarcas Abraham e
Isaác).
.
Indicando todo ello el
estrecho lazo existente entre el pueblo de Israel y el cretochipriota
del II milenio a.C.; el filisteo, cuyo comercio se centraba en la
venta de metales a Egipto; por lo que obligadamente hemos de suponer
que unos y otros tenían asentamientos en la zona central de Oriente
Medio. Puertos desde donde cargar y descargar los minoicos sus
mercancías, para lo que necesariamente habrían de pactar con los
pueblos mercaderes y que vivían en este área. Gentes dedicados a
las caravanas y al pastoreo, cuya riqueza procedia en gran parte del
comercio y de organizar viajes para intermediar entre Mesopotamia y
Oriente Medio (Creta, Egipto y Babilonia). Siendo históricamente
comprensibles y plausibles los hechos que nos narra el Antiguo
Testamento, al exponer que Abraham e Isaac se establecieron en
tierras de los filisteos, donde pactaron para vivir con ellos,
gracias a lo que logran un gran progreso. Todo lo que con seguridad
se refiere a un comercio común establecido desde los siglos XVIII al
XVI a.C. entre los minoicos y las tribus canaanitas más avanzadas,
procedentes de Mesopotamia (los pueblos llamados abrahámicos).
.
4)-
DE LOS DANAOS Y LA TRIBU DE DAN; DE LOS FILISTEOS Y GOLIAT (los
descendientes de Micenas afincados en Canaán y su aportación a la
apertura de rutas comerciales hacia Tartessos).
Por cuanto decimos,
creemos que podría identificarse perfectamente este Abilemec con
antiquísimos monarcas micénios, cuyos más arcaicos representantes
comunmente se recuerdan con el nombre de Melisos o Meliseos. Por
considerar el mito minóico que el comienzo de la civilización se
produjo gracias a un gobernante que enseñó la apicultura y de allí,
que los primeros reyes legendarios (de Creta) tuvieran un nombre
relacionado con las abejas o la miel. Siendo así, identificamos el
Abimelec bíblico con el Abas-Meliseo de Creta, el monarca más
antiguo de aquella isla y padre de la civilización minoica. Algo que
confirmaría el pleno contacto de los israelitas con los micénios
desde tiempos inmemoriales y que explicaría por qué encontraron
refugio en sus tierras. Por su parte y sobre estos llegados desde el
Egeo y asentados entre los judíos hacia el 1180 a.C.; sabemos a
través de los restos hallados en los yacimientos, que eran de origen
micénico. Ya que las cerámicas y los objetos que aparecen en
tierras de los mencionados Filisteos -de los Dan (danaos) y otras
gentes huidas hasta las costas de Israel en el siglo XII a.C.- son
claramente micénicas (cretochipriotas o anatólicas).
.
Ello concuerda con lo
que mencionan Las Sagradas Escrituras hablando Jeremías de que los
filisteos eran "un resto de los de Kaftor". Por su parte,
el Génesis narra que los filisteos y los kaftoritas descendían de
Kasluhies, cuyo padre era Egipto -Misraim- . Habiendo de entenderse
esta Kasluhies fuera la misma Chipre, o bien Biblos ("hijas"
de el Nilo). Sobre todo ello, Sandars especifica que "el nombre
de Kaptara (Caftor), tras la segunda mitad del II milenio a.C. se
amplia al Egeo y no solo a Creta". Comentando el mismo autor
acerca de aquellos pueblos asentados junto a los israelitas y en la
cuenca de Canaan en estos siglos, que eran incircuncisos y de
religión cercana a la canaanea; añadiendo que "lo poco
colegirse de su lengua parece apuntar hacia Anatolia", tanto
como sus señores eran llamados en idioma protoindoeuropeo "Seren"
. Esta última apreciación de Sandars es de gran importancia, puesto
que tal como nos indica, eran gentes de idioma y costumbres
protoindoeuropeas, iguales a las Egeas del II milenio y por lo tanto
muy cercanas a las micenias. Habiendo de considerar que micenios y
canaaneos (concretamente israelitas) tenían muchas coincidencias
culturales y religiosas -en común-.
.
Todo lo que unido a
las cerámicas de tipología cretense y chipriota halladas en los
asentamientos de los filisteos, danaos y Pueblos del Mar afincados en
la costa de Israel, explica claramente que se trata de gentes huidas
desde el Egeo -Creta y Chipre-. Algo que atestiguan las piezas de
barro filisteas, que estudió Furumark; profesor que las relaciona
claramente con la tipología "micénica III, CIb" (13) . De
un modo igual a como lo hace Muhly, que considera toda la cerámica
de estos pueblos aparecidos en las costas junto a Israel en el siglo
XII a.C., una simple variante de la de Micenas. Por su parte y en lo
que se refiere a las influencias y gentes venidas desde el cercano
Chipre (isla que compartió la civilización de Creta), Sandars se
expresa del siguiente modo: "Chipre desempeñó una función
fundamental en estos tiempos violentos y confusos. Entre el 1200 y el
1050 a.C. disminuyó la población, se abandonaron los antiguos
asentamientos (...) al final solo quedaron un puñado de pueblos que
disfrutaban de una civilización material cuyos orígenes al tan
nombrado Mundo de la Edad de Bronce Cretense, de Grecia continental,
de Siria y Palestina; y de su propio trasfondo chipriota" . Para
terminar el mismo autor concluyendo que "Chipre es el presente
entre el mundo micénico, Egipto y Palestina" .
.
Acerca de las
historias o leyendas que quedaron sobre esos micénios (Pueblos del
Mar) afincados entre los israelitas, destacan dos muy llamativas.
Primero la de Goliat, el héroe homónimo de los filisteos de la
ciudad de Galhát. En segundo lugar las referencias a la tribu de
Dan, que se sabe o supone originada por los Danaos (de la que
trataremos después). Acerca de la preciosa narración de Goliat,
hemos de decir que el nombre de este jefe o héroe filisteo es el
mismo que el de la tierra donde se asentaron aquellos (Galhat),
denominación que hoy ha terminado pronuciándose como Gaza. Siendo
muy llamativo que aquella voz en hebreo "GAHLT" se traduce
por: "los errantes", "los que peregrinan"; dando
a entender que estos "galhat" afincados en las costas de la
actual palestina (philistaina) tenían para los israelitas una
procedencia y denominación igual a la que les daban en el Nilo
(egipcios que denominaban "marineros errantes" a esosque
hoy llamamos Pueblos del Mar).
.
Por su parte, sobre el
gigante Goliat nos cuenta Samuel como aquel habitaba la ciudad de Gat
(del mismo nombre al suyo -que sabemos era la de "los
errantes"-). Guerrero de enorme fuerza se enfrentó contra el
pequeño David, quien pese a su teórica inferioridad le mató con un
golpe de honda. Todo lo que comprende y relata de manera figurada la
enorme armada y ejércitos que tendrían estos Pueblos del Mar
asentados en la franja costera de Israel, a los que los judíos
consiguen vencer, probablemente gracias al nuevo armamento de hierro
-y las recientes técnicas militares de fines del II milenio a.C.; lo
que se quizás se sublima en la honda- . Por su parte, sabemos que
los filisteos se gobernaron en forma de ligas (típicamente egea) y
en una pentarquía de alianzas promovidas por las cinco ciudades en
las que estaban asentados (Asdod, Ascalón, Ecrón, Gaza y Gat;
siendo estas dos úlimas las homónimas del gigante Goliat). Aunque
aquellas pronto debieron de pactar con las de Israel e incluso
asimilarse o incorporarse al territorio judío (que es quizás lo que
seguramente narra esta victoria de David).
.
Sobre
los filisteos, tambien La Biblia menciona otras bellas historias,
entre las que destaca la de Sansón. Esta vez un gigante israelita
que se enamora de la preciosa filistea a la que descubre el secreto
de su fortaleza (que residía en el cabello). Explicando
probablemente la narración de Sansón de manera simbólica, como en
aquel tiempo una de las formas de integrar a los Pueblos del Mar
afincados en la costa e incorporarlos a los judíos, fue la de
mezclarse con ellos -o casarse con sus mujeres-. Hecho que motivó
seguramente que unos dos siglos después del asentamiendo de los
filisteos o de los Danaos en la franja Gaza, ya estuvieran asimilados
prácticamente con sus vecinos de Israel.
.
Por su parte, el otro
importante Pueblo del Mar que fue a parar a las costas cercanas a
Judá ya dijimos que era el Danao (que identificamos con los aqueos,
denominados en Grecia danaos). Sobre aquellos, se considera que
finalmente fueron a vivir a las cercanías del Monte del Golán,
territorios que hasta entonces eran fenicios. Allí los danaos se
convirtieron en uno de los pueblos de Israel (la Tribu de Dan).
Siendo su tierra -Tel Dan- finalmente anexionada por los arameos, a
comienzos del siglo IX a.C.. Igualmente se refieren Las Sagradas a
los Dan en tiempos de Abraham, lo que a mi modo de ver habríamos de
identificar no con la mencionada venida de los aqueos al Golán, sinó
con la visita de los pueblos hebreos en épocas arcaicas a zonas del
Egeo (es decir a las cercanías de Troya).
.
Estos
pueblos huidos de Micenas, tanto como la relación entre los judíos
y los reyes fenicios (junto a otros hechos) motivaron la estrecha
relación entre la Tarshish bíblica (Tartessos) e Israel. Ciudad o
territorio allende los mares que se cita en La Biblia más de treinta
veces. Pese a ser común la identificación de aquella con la
civilización turdetana, hay quienes aún afirman que las naves de
Tarshis se tomaban desde el Mar Rojo, teoría que desea situar esa
ciudad lejos de la ibérica y en las proximidades el Golfo Arábigo.
Aunque en las referencias bíblicas se manifiesta que aquellos barcos
de Tarshish salían desde puertos de Gaza -o del litoral mediterráneo
israelita-; tanto como se llegaba hasta Tarshish por mediación de
los reyes y rutas de Tiro y Sidón (ciudades que como todos sabemos
se hallaban en Oriente Medio).
.
RESUMEN
DE NUESTRO ARTÍCULO:
LOS HEREDEROS DE MICENAS, su establecimiento en Israel y su relación con Tartessos.
LOS HEREDEROS DE MICENAS, su establecimiento en Israel y su relación con Tartessos.
Para
leerlo pulsar el siguiente enlace:
.
(23):
Hesiodo,
Teog 188-200 // Apolodor I, 13 (nacimiento de Afrodita)
.
(24):
"Odisea"
VI a VII ; XII 388-493
// XIII 1, 187 // XIV 245 y ss // XVIII y XIX
(25):
SOBRE
LA HISTORIA DE LOS ALEFATOS Y ALFABETOS RECOMENDAMOS LEER:
-Robert
Graves, el Alfabeto LOS MITOS GRIEGOS (58) RBA Barcelona 2005
-Reading
the Past. I. HODDER Cambridge University Press, 27 nov. 1986
-Early
History of the Alphabet: an Introduction to West Semitic Epigraphy
and Palaeography. JOSEPH NAVE Jerusalem: Magnes Press - Hebrew
University 1982.
-The
Story of Writing: Alphabets, Hieroglyphs & Pictograms. ANDREW
ROBINSON New York: Thames & Hudson.1995
ACERCA
DE PALÁMEDES Y SU SIGNFICADO, CONSULTAR MI TRABAJO EN
JUEGO
DE OCA (Fundación Joaquín Díaz, Valladolid 2007) EL JUEGO DE LA
OCA Y SU TOTEM ÁNADE.
.
(26):
JUEGO
DE OCA (Urueña, Fund. Joaquín Díaz; Valladolid 2007; artículo "El
juego de la
Oca
y su totem ánade" Capítulo dedicado a Palámedes.
Ángel
Gómez-Morán Santafé
.
(27):
SOBRE
TAMMUZ, recomendamos leer el artículo de Robert Graves en LOS MITOS
GRIEGOS -idem (25)
: 18, 6-7
.
(28):
Hesiodo.
Teog. 333 /// Apold. Rod. Argo IV
.
(29):
SOBRE
OSIRIS DE BIBLOS Y ADONIS, RECOMENDAMOS LEER
EL
CAPÍTULO 13 del libro II (final) : “OSIRIS”
“LA
RAMA DORADA” de Sir James George Frazer
(México,
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA 1944)
.
(30):
ACERCA
DE ESTE TEMA, RECOMENDAMOS LEER EL LIBRO DE
Antonio
Piñero “AÑO I” (ed. Laberinto, Madrid 2008).
Capítulo
XI, “Las religiones mistéricas”
.
(31):
Menciones
en Reyes y Crónicas, del oro y naves de Tarshis:
1
Reyes (11-13 y 22-24):
(11)
La flota de Hiram que había traído el oro de Ofir, traía también
de Ofir mucha madera de sándalo, y piedras preciosas. (12) Con la
madera de sándalo hizo el rey balaustres para la casa de Jehová y
para las casas reales, arpas también y salterios para los cantores;
nunca vino semejante calidad de madera de sándalo, ni se ha visto
hasta hoy así (13) Y el rey Salomón dio a la reina de Sabá todo lo
que ella quiso, y todo lo que pidió, además de cuanto le regaló,
ella se volvió y se fue a su tierra con sus criados. (22) Porque el
rey tenía en el mar una flota de naves de
Tarshish,
con la de Hiram. Una vez cada tres años venía la flota de Tarshish
y traía oro, plata, marfil, monos y pavos reales. (23) Así excedía
el rey Salomón a todos los reyes de la tierra en riquezas y en
sabiduría.
2
Cronicas (9; 12-22):
(12)
El rey Salomón dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso y le
pidió, más de lo que ella había traído al rey. Después ella se
volvió y se fue a su tierra con sus siervos. (13) El peso del oro
que importaba Salomón cada año, era de seiscientos sesenta y seis
talentos de oro. (14) sin lo que traían los mercaderes y
negociantes; también todos los reyes de Arabia y los gobernadores de
la tierra traían oro y plata a Salomón.(15) Hizo también el rey
Salomón doscientos paveses de oro batido, cada uno de los cuales
tenía seiscientos siclos de oro labrado; (16) asimismo trescientos
escudos de oro batido, teniendo cada escudo trescientos siclos de
oro; y los puso el rey en la casa del bosque del Líbano. (17) Hizo
además el rey un gran trono de marfil, y lo cubrió de oro puro.(18)
El trono tenía seis gradas, y un estrado de oro fijado al asiento;
brazos a uno y otro lado de este y dos leones que estaban junto a los
brazos. (19) Había también allí doce leones sobre las seis gradas,
a uno y otro lado. Jamás fue hecho trono semejante en reino alguno.
(20) Toda la vajilla del rey Salomón era de oro, y toda la vajilla
de la casa del bosque del Líbano, de oro
puro.
En los días de Salomón la plata no era apreciada. (21) Porque la
flota del rey iba a Tarshish
con
los siervos de Hiram, y cada tres años solían venir las naves de
Tarshish, y traían oro, plata,
marfil,
monos y pavos reales.
.
(32):
SON
MUY INTERESANTES LOS TEXTOS BÍBLICOS DE LA ÉPOCA QUE A CONTINUACIÓN
RECOGEMOS, DONDE SE DESRIBE EL ODIO DE LOS JUDÍOS HACIA TIRO Y SIDÓN
A QUIENES CULPABAN DE HABER ENVENENADO ISRAEL CON SU ORO Y PLATA,
TRAÍDO DE TARSHIS. CULPANDO A LOS FENICIOS DE AQUELLA CAÍDA DE
ISRAEL Y JUDA EN MANOS DE LOS BABILONIOS, COMO CASTIGO DE YAHVÉ POR
IMPIEDAD Y POR ESE DESEO DE TENER ORO, PLATA Y BIENES. EVIDENTEMENTE
ESTOS TEXTOS ESTÁN YA REDACTADOS BAJO EL INFLUJO ASIRIO Y EN PLENA
DECADENCIA DE JUDÁ E ISRAEL; CUANDO LOS BABILONIOS LES PERMITEN
REGRESAR A SU TIERRA, PERO CUSTODIADOS BAJO SU PODER.
.
Isaías 23; 1-18:
"(1)
Profecía sobre Tiro. Aullad, naves de Tarshish, porque destruida es
Tiro hasta no quedar casa,
ni
a donde entrar; desde la tierra de Kitim ya les es revelado. (2)
Callad, moradores de la costa,
mercaderes
de Sidón, que pasando el mar te abastecían. (3) Su provisión
procedía de las
sementeras
que crecen con las muchas aguas del Nilo, de la mies del río. Fue
también emporio
de
las naciones. (4) Avergüénzate, Sidón, porque el mar, la fortaleza
del mar habló, diciendo:
Nunca
estuve de parto, ni di a luz, ni crié jóvenes, ni levanté
vírgenes. (5) Cuando llegue la noticia
a
Egipto, tendrán dolor de las nuevas de Tiro. (6) Pasaos a Tarshish;
aullad, moradores de la
costa.
(7) ¿No era ésta vuestra ciudad alegre, con muchos días de
antigüedad? Sus pies la
llevarán
a morar lejos. (8) ¿Quién decretó esto sobre Tiro, la que repartía
coronas, cuyos
negociantes
eran príncipes, cuyos mercaderes eran los nobles de la tierra? (9)
Yahveh el de los
ejércitos
lo decretó, para envilecer la soberbia de toda gloria, y para abatir
a todos los ilustres de
la
tierra. (10) Pasa cual río de tu tierra, oh hija de Tarshish, porque
no tendrás ya más poder. (11)
Extendió
su mano sobre el mar, Yahveh hizo temblar los reinos mandó respecto
a Canaán, que
sus
fortalezas sean destruidas.(12) Y dijo: -No te alegrarás más, oh
oprimida virgen hija de Sidón.
Levántate
para pasar a Kitim, y aun allí no tendrás reposo-. (13) Mira la
tierra de los caldeos. Este
pueblo
no existía; Asiria la fundó para los moradores del desierto.
Levantaron sus fortalezas,
edificaron
sus palacios; él la convirtió en ruinas.(14) Aullad, naves de
Tarshish, porque destruida
es
vuestra fortaleza.(15) Acontecerá en aquel día, que Tiro será
puesta en olvido por setenta años,
como
días de un rey. Después de los setenta años, cantará Tiro canción
como de ramera.(16)
Toma
arpa, y rodea la ciudad, oh ramera olvidada; haz buena melodía,
reitera la canción, para que
seas
recordada.(17) Y acontecerá que al fin de los setenta años visitará
Yahveh a Tiro; y volverá a
comerciar,
y otra vez fornicará con todos los reinos del mundo sobre la faz de
la tierra.(18) Pero
sus
negocios y ganancias serán consagrados a Yahveh, no se guardarán ni
se atesorarán, porque
sus
ganancias serán para los que estuvieren delante de Yahveh, para que
coman hasta saciarse,
y
vistan espléndidamente".
.
Ezequiel
26; Profecía contra Tiro
26
(1) Aconteció en el undécimo año, en el día primero del mes, que
vino a mí palabra de Yahveh, diciendo: (2) -Hijo del hombre, por
cuanto dijo Tiro contra Jerusalén, bien quebrantada está la que era
puerta de las naciones; a mí se volvió por lo que yo seré llena, y
ella desierta-. (3) Por tanto, así lo ha dicho Yahveh el Señor: -He
aquí yo estoy contra ti, oh Tiro, y haré subir contra ti muchas
naciones, como el mar hace subir sus olas. (4) Demolerán los muros
de Tiro, y derribarán sus torres; barreré de ella hasta su polvo,
la dejaré como una peña lisa. (5) Un tendedero de redes será en
medio del mar, porque yo he hablado -dice Yahveh el Señor-. Y será
saqueada por las naciones (6) y sus hijas que están en el campo
serán muertas a espada y así sabrán que yo soy Yahveh-. (7) Porque
así lo ha dicho el Señor: -He aquí que del norte traigo yo contra
Tiro a Nabucodonosor rey de Babilonia, rey de reyes, con caballos y
carros y jinetes, y tropas y mucho pueblo. (8) Matará a espada a tus
hijas que están en el campo, y pondrá contra ti torres de sitio, y
levantará
contra ti baluarte, y escudo afirmará contra ti.
.
Ezequiel 27
27
(1) Vino a mí palabra de Yahveh, diciendo: (2) -Tú, hijo de hombre,
levanta endechas sobre Tiro. (3) Dirás a Tiro, que está asentada a
las orillas del mar, la que trafica con los pueblos de muchas costas
-Así ha dicho Yahvéh el Señor- Tiro, tú has dicho: Yo soy de
perfecta hermosura. (4) En el corazón de los mares están tus
confines; los que te edificaron completaron tu belleza. (5) De hayas
del monte Senir te fabricaron todo el maderaje; tomaron cedros del
Líbano para hacerte el mástil. (6) De encinas de Basán hicieron
tus remos; tus bancos de pino de las costas de Quitim, incrustados de
marfil. (7) De lino fino bordado de Egipto era tu cortina, para que
te sirviese de vela; de azul y púrpura de las costas de Elisa era tu
pabellón. (8) Los moradores de Sidón y de Arvad fueron tus remeros;
tus sabios, oh Tiro, estaban en ti; ellos fueron tus pilotos. (9) Los
ancianos de Gebal y sus más hábiles obreros calafateaban tus
junturas; todas las naves del mar y los remeros de ellas fueron a ti
para negociar, para participar de tus negocios. (10) Persas y los de
Lud
y Fut fueron en tu ejército tus hombres de guerra; escudos y yelmos
colgaron en ti; ellos te dieron tu esplendor. (11) Y los hijos de
Arvad con tu ejército estuvieron sobre tus muros alrededor,
y
los gamadeos en tus torres; sus escudos colgaron sobre tus muros
alrededor; ellos completaron
tu
hermosura. (12) Tarsis comerciaba contigo por la abundancia de todas
tus riquezas; con plata,
hierro,
estaño y plomo comerciaba en tus ferias. (13) Javán, Tubal y Mesec
comerciaban también
contigo;
con hombres y con utensilios de bronce comerciaban en tus ferias.
(14) Los de la casa de
Togarma,
con caballos y corceles de guerra y mulos, comerciaban en tu mercado.
(15) Los hijos
de
Dedán traficaban contigo; muchas costas tomaban mercadería de tu
mano; colmillos de marfil y
ébano
te dieron por sus pagos. (16) Edom traficaba contigo por la multitud
de tus productos; con
perlas,
púrpura, vestidos bordados, linos finos, corales y rubíes venía a
tus ferias. (17) Judá y la
tierra
de Israel comerciaban contigo; con trigos de Minit y Panag, miel,
aceite y resina negociaban
en
tus mercados. (18) Damasco comerciaba contigo por tus muchos
productos, por la abundancia
de
toda riqueza; con vino de Helbón y lana blanca negociaban. (19)
Asimismo Dan y el errante
Javán
vinieron a tus ferias, para negociar en tu mercado con hierro
labrado, mirra destilada y caña
aromática.
(20) Dedán comerciaba contigo en paños preciosos para carros. (21)
Arabia y todos los
príncipes
de Cedar traficaban contigo en corderos y carneros y machos cabríos;
en estas cosas
fueron
tus mercaderes. (22) Los mercaderes de Sabá y de Raama fueron
también tus
mercaderes;
con lo principal de toda especiería, y toda piedra preciosa, y oro,
vinieron a tus ferias.
(23)
Harán, Cane, Edén, y los mercaderes de Sabá, de Asiria y de
Quilmad, contrataban contigo.
(24)
Estos mercaderes tuyos negociaban contigo en varias cosas; en mantos
de azul y bordados,
y
en cajas de ropas preciosas, enlazadas con cordones, y en madera de
cedro. (25) Las naves de
Tarsis
eran como tus caravanas que traían tus mercancías; así llegaste a
ser opulenta, te
multiplicaste
en gran manera en medio de los mares. (26) En muchas aguas te
engolfaron tus
remeros;
viento solano te quebrantó en medio de los mares. (27) Tus riquezas,
tus mercaderías, tu
tráfico,
tus remeros, tus pilotos, tus calafateadores y los agentes de tus
negocios, y todos tus
hombres
de guerra que hay en ti, con toda tu compañía que en medio de ti se
halla, caerán en
medio
de los mares el día de tu caída. (28) Al estrépito de las voces de
tus marineros temblarán
las
costas. (29
Descenderán
de sus naves todos los que toman remo; remeros y todos los pilotos
del
mar se quedarán en tierra (30) y harán oír su voz sobre ti, y
gritarán amargamente, y echarán
polvo
sobre sus cabezas, y se revolcarán en ceniza. (31) Se raerán por ti
los cabellos, se ceñirán
de
cilicio, y endecharán por ti endechas amargas, con amargura del
alma. (32) Y levantarán sobre
ti
endechas en sus lamentaciones, y endecharán sobre ti, diciendo:
¿Quién como Tiro, como la
destruida
en medio del mar? (33) Cuando tus mercaderías salían de las naves,
saciabas a
muchos
pueblos; a los reyes de la tierra enriqueciste con la multitud de tus
riquezas y de tu
comercio.
(34) En el tiempo en que seas quebrantada por los mares en lo
profundo de las aguas, tu comercio y toda tu compañía caerán en
medio de ti. (35) Todos los moradores de las costas se maravillarán
sobre ti, y sus reyes temblarán de espanto; demudarán sus rostros.
(36) Los mercaderes en los pueblos silbarán contra ti; vendrás a
ser espanto, y para siempre dejarás de
ser.
.
2Crónicas 20;
35-37
(34)
Los demás hechos de Josafat, primeros y postreros, he aquí están
escritos en las palabras de
Jehú
hijo de Hanani, del cual se hace mención en el libro de los reyes de
Israel. (35) Pasadas estas cosas, Josafat rey de Judá trabó amistad
con Ocozías rey de Israel, el cual era dado a la impiedad. (36) e
hizo con él compañía para construir naves que fuesen a Tarshish; y
construyeron las naves en Ezión-Geber. (37) Entonces Eliezer hijo de
Dodava, de Maresa, profetizó contra Josafat, diciendo: Por cuanto
has hecho compañía con Ocozías, Jehová destruirá tus obras. Y
las naves se rompieron, y no pudieron ir a Tarshish".
1Reyes
22; 48 y 49
(48)
Josafat había hecho naves de Tarshish, las cuales habían de ir a
Ofir por oro; mas no fueron, porque se destrozaron en Ezión-Geber.
(49) Entonces Ocozías hijo de Acab dijo a Josafat: Vayan mis siervos
con los tuyos en las naves. Mas Josafat no quiso.
SALMOS
48; 7 y 8
(7)
Con viento solano quiebras tú las naves de Tarshish. (8) Como lo
oímos, así lo hemos visto. En
la
ciudad de Yahveh de los ejércitos"
SALMOS
72; 7-11
(7)
Florecerá en sus días justicia, Y muchedumbre de paz, hasta que no
haya luna. (8) Dominará
de
mar a mar y desde el río hasta los confines de la tierra. (9) Ante
él se postrarán los moradore
del
desierto y sus enemigos lamerán el polvo. (10) Los reyes de Tarshish
y de las costas traerán presentes; Los reyes de Sabá y de Seba
ofrecerán dones. (11) Todos los reyes se postrarán
delante
de él; todas las naciones le servirán.
JEREMÍAS
10; 8 y 9:
(8)
Todos a la par están embrutecidos y atontados; las vanidades por las
que han sido
aleccionados
no son más que un pedazo de madera; (9) plata trabajada de Tarshish
y oro de Ofir,
obras
del artífice y de manos del orfebre; los visten de azul y de
púrpura, por obra de peritos es
todo.
.
(33):
Cuando
los helenos
habían
sido vencidos tras la batalla de Alalia ( en el 535 a.C.) y
desarbolada
por los cartagineses la armada jonia. Alejados los focenses del
mercado y de las
rutas
marinas, los fenicios y los latinos se hacen dueños del Mediteráneo.
Para no tener conflictos,
se
reparten las áreas de comercio y de dominio, "cayendo" el
Océano con Tartessos (o lo que
quedaba
de él), bajo la zona de influencia cartaginesa. De tal manera, en el
año 509 a.C., el
senado
romano y el cartaginés firman un pacto denominado del Plus Ultra,
por el cual se impedía
a
los del Lacio, navegar más allá del Estrecho de Gibraltar, en los
siguientes términos que recoge.
Polibio
en HISTORIAS (III,22)
"...Habrá
alianza entre los romanos y los cartagineses, y los aliados de
ambos, con estas
condiciones:
No navegarán los romanos ni sus aliados, más allá del Bello
Promontorio, a no ser
que
los empuje alguna tempestad o ataque enemigo, y, en caso de ser
empujadas (sus naves) por
estas
razones de fuerza, no le será lícito comprar ni llevarse nada,
excepto lo que sea necesario
para
el mantenimiento del barco o para el culto de sus dioses (partiendo
en un máximo de cinco
días)..."
-siendo
esas palabras PLUS ULTRA, las que generaron el lema-.
.
(34):
Sobre
el tema de los periplos de Hannon y Himilcón. Ver fuentes en:
Paléfato y Pomponio Mela. junto a Plinio el Viejo (consultar al
respecto: "La España de hace dos mil años, según P.Mela y P.
el Viejo", editado por Austral, bajo la dirección y comentarios
de García y Bellido; MADRID 1987). Hist. Nat Plinio el Viejo, Lib II
169 y Lib. V, 8 y ss.
.
(35):
(Estrabon,
III, 5, 11)
Sobre
el tema de las rutas de las Kassitérides recomendamos leer, Las
naves de Kérné (II). Navegando por el Atlántico durante la
protohistoria y la antigüedad
(69 y ss) VICTOR
GUERRERO AYUSO
Donde
el autor escribe:
"el
estaño de las Kattiterides desde allí hacia el Sur, por derroteros
celosamente guardados como con denciales, para después ser
redistribuido por los comerciantes gaditanos en el Mediterráneo, es
algo que está fuera de toda duda razonable, no sólo a partir de las
fuentes literarias, sino igualmente por las arqueológicas (López
Pardo 1992; 1996). Es seguro que estos derroteros que conectaban
centros productores de estaño e implementos manufacturados de bronce
eran ya conocidos y frecuentados desde al menos mediados del II
milenio BC (p.e. Huth 2000; Guerrero 2004 a), por lo tanto, las rutas
que, como secreto de Estado, eran guardadas por los fenicios habían
sido tomadas, de grado o por la fuerza, de comunidades indígenas
irlandesas y bretonas, cuyos intercambios, organizados en redes
locales y regionales de redistribución, eran sensiblemente distintas
de las fenicias, pero igualmente e caces. El mérito verdaderamente
propio de los fenicios fue conectar estas redes de intercambio con
las del Mediterráneo y hegemonizar las rutas de larga distancia
hasta el Mediterráneo Central, trans riendo parte de estos
beneficios hasta Oriente. La desarticulación de las redes aborígenes
de intercambio marino a la llegada de los fenicios esta comenzando a
ser arqueológicamente documentada también en las Baleares (Guerrero
2007; Guerrero et al. 2007), aunque sin duda el problema debió de
ser general".
Pag
66 y ss de
LOS
FENICIOS Y EL ATLÁNTICO
IV
COLOQUIO DEL
CEFYP
CENTRO
DE ESTUDIOS FENICIO Y PÚNICOS
2008
GONZÁLEZ
ANTÓN, R., LÓPEZ PARDO, F. Y PEÑA ROMO, V. (eds)
.
(36):
Recordemos
brevemente cómo fue la caída de Canaán en manos persas y luego en
las de Roma:
Finalizando
sobre lo que se fue aconteciendo en ambos lados del Mediterrráneo,
recordemos que la Fenicia vencida por los babilonios, se somete al
dominio de los persas, cuando este imperio en el 538 a.C. se anexiona
Babilonia. Tras ello, dijimos que Sidón consigue subsistir pactando
con Persia, mientras Tiro se muestra reticente, algo que le cuesta su
destrucción cuando en el 331 a.C. llegan unos nuevos dueños
sucesores del poder Persa: Los helenos al mando de Alejandro Magno.
Estos fueron los años en los que los cartagineses comienzan a
intentar suceder a Tiro y Sidón en nuestra Península y en los que
en gran parte consiguen dominar. Así desde el final del siglo VI
a.C., tras la paulatina caida de Tartessos sobre el 535 a.C. vemos
como Cartago va llegando a nuestras costas e intentando reconstruir
lo que fué la Talhasocracia fenicia, realizando expediciones,
periplos, fundando ciudades, defendiendo bases y factorías de Tiro o
Sidón y conquistando tierras adentro. Por otro lado, la etapa de
dominio heleno de Canaán no fué del todo negativa para el reino de
Judá que consigue subsistir con el nombre de Judea hasta la llegada
de los romanos. De igual forma, en nuestras tierras, en esos siglos
del III al I a.C., se desarrolla la disputa entre catagineses, iberos
y romanos para conseguir el poder en ellas, con sucesivas e
“interminables” guerras, que terminan con la conocida victoria de
los latinos. Y al igual que en Iberia, en Canaán ocurrieron hechos
similares, pues los pueblos originarios de estas zonas, que habían
pactado y aceptado con cierta facilidad a anteriores invasores (como
los persas, o los helenos), muy por el contrario ante la presencia de
los romanos, se sublevaron en gran parte sin aceptar su dominación.
.
(37):
CRONOLOGÍA
DE ETAPAS Y MIGRACIONES TARTESSIAS, EN RELACIÓN CON ACONTECIMIENTOS
DE ORIENTE MEDIO Y ANATOLIA
-SIGLOS XII AL X
a.C. EN EL EGEO Y ANATOLIA:
SE
DIFUNDE EL HIERRO, EXPULSANDO DE ANATOLIA Y DEL EGEO A LAS ANTIGUAS
CULTURAS DEL BRONCE.
-GUERRA
DE TROYA (hacia el 1212 a.C.)
-LOS
PUEBLOS DEL MAR (marineros o mercenarios de las costas de Anatolia)
SE LANZAN A LA BÚSQUEDA DE NUEVAS TIERRAS, INVADEN EGIPTO Y LLEGAN
HASTA CERDEÑA, ITALIA Y LA PENÍNSULA IBÉRICA.
-LOS
DORIOS (indoeuropeos) SE ADUEÑAN DEL EGEO, CAE MICENAS Y EL MUNDO
MINÓICO.
-LOS
MICÉNIOS Y MINÓICOS HUYEN A CHIPRE Y A TIERRAS DE CANAAN.
EL
EGEO QUEDA EN MANOS DE INDOEURPEOS.
-ANATOLIA
PASA A MANOS DE TRIBUS DEL HIERRO, CREÁNDOSE ALGUNOS REINOS
NEOHITITAS.
-FENICIA
SE EXPANDE POR EFECTO DE LA CAÍDA DEL MUNDO HITITA Y DEL MINÓICO Y
MICENIO. AVANZA PRIMERO HACIA EL EGEO Y DESPUÉS HACIA OCCIDENTE
(comenzando las colonizaciones de sus grandes puertos, Tiro y Sidón).
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SIGLO X a.C., EMERGEN NUEVAS CULTURAS EN EL SUR PENINSULAR COMO
CONSECUENCIA DE LA VISITA DE COLONOS. NACE PAULATINAMENTE LO QUE SE
LLAMARÍA TARTESSOS.
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966 al 928 a.C. Israel: Salomón, creación del Reino unido de Israel
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928 a.C. Israel: Rebelión de las tribus del norte contra separación
de Judá (dos reinos distintos)
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928 a.C, Judá nació como Estado tras la muerte del rey Salomón.
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875 a,C, Acoso sirio. Alianza Israel con Fenicia
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838 a.C. Israel ya es tributaria de Salmanasar III
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814 a.C. Fenicios, ante el empuje de Asiria, fundan Cartago en Túnez.
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748 a.C. Israel a.C. tributaria plena de Asiria.
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732 a.C. Caida de Israel, dominio de Asiria.
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726 a.C. Salmanasar III invade el norteño reino de Israel.
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722 a.C. Sargón derrota la capital israelita (Samaria) y lleva a
numerosos israelitas cautivos a Asiria.
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Gordion: 710 a.C. Los cimmerios invaden Asia Minor y Midas solicita
ayuda al rey de Asria Sargon II
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siglo VII a.C., Jerusalén capital de Judá,; gran auge de población
y de poder. Apoyo asirio, que veía en Judá un valioso vasallo y una
importante fuente de aceite de oliva.
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Siglos VIII y VII en Fenicia: Gran influencia y presión de Asiria,
pese a ello Tiro y Sidón se mantienen independientes y como un solo
reino.
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700 a.C. TARTESSOS: COMIENZA EL LLAMADO PERIODO ORIENTALIZANTE, DE
SEGURO MOTIVADO POR LOS HUIDOS DE LAS CONVULSIONES DE ORIENTE MEDIO
(isrealitas, frigios y fenicios).
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Gordion: 696 a.C. Se supone que Midas se ve obligado a huir o a
suicidarse, al tener su reino vencido y acabado.
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672 a. C. Fenicia. Tiro fue asediada por Esarhaddon, y del 668 al 667
a.C. por Assurbanipal, pero no pudieron conquistarla.
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La prosperidad de Judá bajo el vasallaje asirio terminó con la
caída del Imperio Asirio (lucha entre la Dinastía XXVI de Egipto y
el Imperio Neobabilonio).
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670 a.C. TARTESSOS: FINALIZA EL LLAMADO PERIODO ORIENTALIZANTE, PARA
INICIARSE EL TARDÍO Y MÁS AUTÓCTONO. PROBABLEMENTE MOTIVADO PORQUE
LAS INVASIONES DE BABILONIA EMPUJAN A GRIEGOS (jonios) HACIA
OCCIDENTE MIENTRAS JUDÁ Y FENICIA SE DEBILITAN. Es la que se conoce
como etapa de Arganthonios o filohelena, que termina en la derrota de
Alalia (531 a.C.).
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Gordion: 620 a.C. Los lidios (helenos) expulsaron a los cimerios y
conquistaron lo que ya se llamaba Frigia.
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591 al 572 a. C.. Tiro es asediada y ocupada por Nabucodonosor II de
Babilonia (durante trece años, sin llegar al éxito). Firman un
acuerdo de paz por el cual Tiro pagó tributo a los babilonios -hecho
que recoge el profeta Ezequiel (hacia el 574 a. C.)-.
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597 y 582 a.C. Judá en medio de la zona en disputa condujo a la
destrucción del reino luego siguió el Cautiverio en Babilonia tras
la derrota de Nabucodonosor en el 586 a.C.
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Gordion: 547 a.C. La conquista persa llevo de nuevo a Gordio (reino
de Midas) a ser capital de la satrapía de Frigia perdiendo hegemonía
los lidios (griegos).
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537 a.C. DERROTA DEL IMPERIO NEOBABILÓNICO Y CAIDA DE ASIRIA BAJO
LOS PERSAS: CIRO LIBERA ISRAEL
y JUDÁ
Y
PACTA MANTENER TRIBUTARIA A FENICIA.
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531 a.C. DERROTA DE LOS GRIEGOS EN ALALIA; PROGRESIVA DESAPARICIÓN
DE TARTESSOS. Destrucción de Tartessos quizás no solo motivada por
la caida del comercio heleno en el Mediterráneo, al perder su
dominio tras ser vencidos por Cartago. Sinó probablemente también
debida al regreso a su lugar de origen de muchos judíos y fenicios
asentados hasta entonces en Tartessos; tras serle devueltas por los
aqueménides.